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martes, 9 de septiembre de 2014

Mensaje a mi ser superior por María José Bayard

  María José Bayard
Querida Aripka:

Han pasado las primeras y más grandes tormentas en mi vida. Hoy recuerdo aquellas crisis y te digo: "Tú estabas conmigo observándome"

Me pregunto si en aquellos tiempos tú podías ver mi potencial en la línea de tiempo que para mí es el futuro e irradiabas tu fuerza para que yo pudiera escuchar...

Han pasado muchos años desde que decidí reconocerme en todos los sentidos y sé que tú me enviabas energía haciéndome saber de los bellos potenciales que existían. Mientras, mi mente, mi corazón y espíritu co-creaban una nueva realidad.

Hoy decido valorarme, tomar consciencia de todo lo que he sido capaz de movilizar en mi vida a través de mi propia intención humana. Los agradecimientos hacia nuestra profunda e infinita existencia son eternos. Seguramente decida regresar en nuevas vidas y recordar todo lo caminado. Lo que más anhelo es volverme a encontrar sumergida en el velo de la humanidad... Diferente a lo que muchas personas anhelan, te digo: "Volvería a esta tierra miles de veces más. Mi corazón resuena con la esencia de GAIA, ella es mi madre y no quiero olvidarla jamás"

He aprendido a amarme y adorar este proyecto donde el reconocimiento con nuestros ángeles-hermanos está en constante búsqueda y reconciliación. Un día volveremos todos a la fuente y celebraremos la existencia desde allí ¡Hemos caminado tanto! Nuestras almas rebozan de experiencia que ahora debemos consumar en la esfera de la sabiduría para volver a empezar de nuevo empapados del conocimiento que no para de aflorar en estos nuevos tiempos.

Hoy vuelvo a recordar de nuevo todo el adormecimiento que tuvimos que atravesar. Sé que tú veías más allá de la realidad que acontecía en mi tercera dimensión humana. Tu sabías, pero ¿cómo podías mostrarme los milagros que sucederían tarde o temprano? Solo podías indicarme el camino, hacerme saber que una luz radiante lucía al frente en mi destino, que una suave brisa me acompañaría hasta el fin de los tiempos y que todo se trataba de descubrir mi "centro", aquel que ahora me acompaña y me permite fluir en libertad hacia el encuentro contigo.

No tengo más palabras para expresar que las de agradecimiento eterno hacia ti ser superior, por haber decidido encarnar y traerme a este suelo bendito para experimentarnos dentro del plano de la materia. ¡Te amo! Y no puedo abrazarte ahora como abrazaría a otro ser humano. A cambio de ello decido abrazarme y amarme a mí misma, porque yo soy tú y tú vives en mi esencia. Hoy comprendo mejor que antes que no hay separación, porque cuando decido amarme sé que indefectiblemente te estoy amando a ti.

Hoy elijo perdonar las broncas y el rencor, ya no forman parte de nuestra sana esencia. Nada ajeno a Dios puede ocupar la mayor parte de mi vida. Sé que la porción de oscuridad que vive en mí querrá tentarme algunas veces, pero nuevamente me centraré tanto en nuestra esencia que me llenaré de tu amor, aquel que puede sanar un corazón herido; aquel que puede producir los milagros.

Hoy te veo con añoranza... recuerdo esos momentos de tristeza y soledad, soy consciente de que tú estaba ahí para observarme crecer. Esa voz que se levantaba en las noches diciendo: "Todo va a pasar. Vendrán nuevos tiempos y de esto tienes un aprendizaje que te hará encender tu sabiduría cósmica, creada por miles de años"

Era la voz de tu conciencia celestial que me hablaba. Esa voz siempre estuvo ahí, fui yo quien eligió escucharla.

Hoy, antes de dormir, cierro mis ojos y te veo en mí, veo hacia adelante y sé que sigo creando contigo una realidad de luz, paz y amor para mis días. Eso será lo que vendrá. Tú puedes verme dentro de esa escena, no dejes nunca que mis sueños humanos se apaguen. Concédeme el don de soñar y todo tarde o temprano llegará a mi vida. Tú sabes que si yo soy capaz de movilizar mi energía desde mi consciencia humana, tú me ayudarás a manifestar cualquier pedido que está acorde al plan superior y aporte a mi misión en la vida.

Hoy te digo amada ser superior: "Ya no eres superior para mí, porque he reconocido que no vives fuera sino dentro de mí impulsándome a seguir creando"

Sueña, sueña, sueña... seguimos caminando.

Firma: La parte de ti que decidió encarnar en este mundo

María José Bayard




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