CRISTO – Mensaje de Amor.” Vengo a decirles que estoy ahí, que les basta volverse hacia mí. Estamos tan cerca, muy cerca que tú no podrías nunca imaginarlo, que incluso nunca podrías esperarlo. A decir verdad, estoy tan cerca de ti que ya te acaricio.”
Original en francés
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Mis bien amados, yo soy CRISTO. Vengo a ustedes esta noche, en este espacio, para entregarles un mensaje de Amor.
Hace mucho tiempo que los espero en el umbral de la puerta, en el umbral de vuestra conciencia, esperando ardientemente el momento donde se dignara por fin a abrirme, y abrirse a mí, a mi Presencia en vuestra casa.
No soy el que ustedes creen conocer. Soy simplemente El que ustedes Conocen ya de toda Eternidad, y que vuestro Corazón espera encontrar sin incluso saberlo.
Vengo a decirles que estoy ahí, que les basta volverse hacia mí. Estamos tan cerca, muy cerca que tú no podrías nunca imaginarlo, que incluso nunca podrías esperarlo. A decir verdad, estoy tan cerca de ti que ya te acaricio.
Pero esa puerta todavía cerrada nos separa, en la ilusión de la distancia que todavía dejas instalarse entre tú y yo, entre lo que yo Soy y lo que tú Eres, en ese Hilo de Amor, en esta resonancia en el ardor de la Verdad del Amor.
Entonces ¿Qué esperas, mi bien amada, para abrirme y abrirte por fin a mí?
No he venido a suplicarte lo que sea. He venido simplemente a decirte que te amo desde siempre, y que pase lo que pase, yo esperaré tu Regreso.
Pero si tu Corazón estás listo para responder a mi Llamado, entonces no me hagas languidecer más tiempo, no te hagas languidecer en este olvido y esta ausencia de mi Presencia en ti, en lo que Eres. Déjame penetrar en tu morada con el fin de que podamos vivir allí los Esposorios en el Amor, fecundando en nuestro abrazo, en conciencia, este Huevo de Oro de Verdad, en este Cáliz perfecto.
Déjate depositar en esos lechos donde solo la dulzura del Amor permanece presente en tu conciencia. No hay ninguna otra persona más que tú y yo, en la Verdad de la Esencia del Amor que Somos, para interponerse a nuestro encuentro.
Entonces, deja el lugar a este encuentro, en esta casa donde habitas y donde crees quizá todavía que hay alguien. Entonces puedo asegurarte que no hay nadie, en esta morada, más que la Esencia del Amor que Eres, que juega a manifestarse a partir de este Templo de Espíritu. Pero si no lo vives, entonces esta persona a la cual acuerdas todavía peso viene a cerrar los postigos, por miedo a ser robada.
Entonces, te lo he dicho desde mucho tiempo, que vendría como un ladrón en la noche, en el momento donde por fin, en este lecho de Amor de una dulzura exquisita, sin ninguna persona entre nosotros, entonces, vendría a vivir la Verdad del encuentro de la Verdad de lo que tú Eres y de lo que yo Soy, en toda su desnudez, más allá de los oropeles y de los maquillajes de las personas y de las máscaras, que juegan todavía a equivocarse sobre quiénes Son.
Te basta un segundo de desatención total a este teatro de ilusiones, y de juegos de sombras y de luces, para permitir al ladrón de Amor que yo Soy deslizarse por la abertura que habrás dejado en esta casa cerrada. Te basta para eso, el espacio de un instante, pero en totalidad, volverte hacia mí y significarme que te comprometes a mirar solo en esta dirección donde se vive lo que dirige el Amor, en su Corazón ardiente.
Comprometerte hacia eso, es estar segura que vendré a proponerte mi Anillo de compromiso, el Sello de mi Amor, y esta Cuerda de Llamada por la cual te izaré, llevándote en mis brazos, mi bien amada, al umbral de esta morada, para llevarte ahí donde ya Eres, simplemente por la Fuerza de esta Llamada y de la resonancia del Esposo que soy, que vengo a tomarte y a llevarte, robándote a lo que no Eres, para unirme a Ti en el Amor que Somos.
Entonces, no te desvíes por más tiempo, no hay nada afuera. No persistas en mirar en otra dirección.
¿Puedes sentir el Aliento? ¿Puedes sentir el Ardor? ¿Puedes sentir este Corazón vibrante de Amor que resuena entre nosotros cuando estoy muy cerca de ti? Ya que somos un único Corazón y de deseo ardiente de vivir esta Fusión, que nos permite entonces, en la mezcla de nuestras Esencias, vivir el Esposo y la Esposa, en esta Unión perfecta de las polaridades Femeninas y Masculinas por fin encontradas en esta Creación divina.
Entonces, vengo a decirte, mi bien amada, ábreme, ábrete, y ábrete a mí, a mi Presencia. No me vuelvas la espalda más tiempo, ¿hacia dónde miras?
Sé que me abrirás temprano o tarde esta puerta, ya que nada resiste eternamente al Llamado del Amor. Quien se encuentra en lo que él Es, en estas Bodas Místicas, deliciosas y perfectas, que todo tu ser aspira vivir, ardientemente, con una sed inextinguible, para que puedas por fin ser totalmente alimentada de la Plenitud del Amor que nos colma, pero cuyas Compuertas de Amor todavía están cerradas o corren en cuenta gotas.
Entonces, date al Amor. Deja abrirse las Compuertas. Déjate atravesar e inundar de estas Aguas, de este Fuego, de este Aire ardiente que Somos, en este aliento donde nuestros Alientos se mezclan en un único y mismo Aliento ardiente.
Yo soy CRISTO, y no estoy en Verdad en ninguno de tus libros de historias. Soy Aquel que está sobre el umbral de tu puerta, en ti, y que hoy, en estos tiempos benditos, espera solo entrar, a la menor ocasión que tú te dignes abrirme. Y que te ofrecerás entonces al mismo tiempo, sonando por fin la hora de nuestra Unión en el Amor.
Y entonces, yo te traeré, mi Belleza, Belleza del Amor que Somos, ahí donde tú Eres ya, simplemente, para traerte en el Amor que tú Eres en plena conciencia. Ya que solo aspiro a este Reencuentro pleno y entero donde cada Ser, en toda su Belleza, pueda por fin fusionar y mirarse en el otro al que se ofrece –misma parcela de Amor, misma reunión de la Esencia, mismo Grito de Alegría del Amor por fin encontrado, más allá de toda separación, más allá de toda distancia, simplemente en este Goce del Amor que Somos.
Entonces escucha, mi bien amada, este Canto de Amor, escucha estas palabras de Amor.
Escucha el Grito de Amor y escucha la Esperanza. Escucha la espera y escucha la Paciencia. Escucha que el Enamorado rechazado nunca se desalienta.
Escucha que estoy ahí. ¿Siente el aliento de mi Aliento en tu espalda y sobre tu nuca? ¿Siente el calor en tus mejillas? ¿Pueden sentir los signos de mi Presencia?
Entonces, te aseguro que te basta simplemente, abrir esta puerta al interior. Y a decir verdad, incluso tú no tienes ninguna puerta que abrir, te basta darte la vuelta. Y entonces, en esta resonancia de nuestros Corazones, simplemente, nada más podrá impedirme entrar ya que la puerta ya, ilusoria, de la separación de la Esencia de lo que Eres y de lo que Soy, vuela en pedazos en el Ardor que nos reúne.
Te basta volverte hacia mí, claramente.
Y entonces, en un instante, nada más será como antes ya que puede contar conmigo, esta puerta nunca más se volverá a cerrar. Ya que ahora no solamente entraré, sino desmontaré esta puerta y derribaré esos muros, y disolveré esos tabiques en ese Brasero de Amor de nuestro abrazo. Y la ilusión de esta torre de marfil donde te has encerrado, entonces, mi bien amada, nunca más podrán separarnos.
Entonces, bien amada, estoy ahí, cerca de ti, y me preparo a entrar a la menor ocasión. Y entraré como un ladrón en la noche, para compartir tus noches y tus días. Y entraré como un ladrón, simplemente, porque esta casa, ya que no hay nadie, no es más tu morada, ni es más mi morada. Ella es simplemente la Morada donde nos encontramos como Amantes, como Enamorados, por fin, que encuentran el lugar donde pueden abrazarse más allá de todo miedo. Ya que el Amor entonces triunfa, y ningún rodeo más viene a interponerse entre esta evidencia del Corazón de Amor que yo Soy, que te recuerda el Amor que Eres.
Pero para eso, es necesario que no haya nadie que se tome por alguien, y que venga a interponerse y desviar tu atención de este lugar de nuestro Encuentro, nadie que, creyendo ocuparlo, se crea propietario de este Templo de nuestro Reencuentro, nadie que venga a inflar de vanidad, y entonces te invite a inflarte como un globo, mirando todavía afuera.
Entonces, déjate traspasar, deja todo eso desinflarse. Déjate simplemente caer en mis brazos, en este lecho, en estos edredones, en este Corazón, en esta Morada de nuestro Reencuentro, soltando de repente todo eso.
Ya que todo eso no existe, ¿no lo ves pues? Eso es solo un reflejo de los Esplendores que te esperan, desde el momento en que vuelvas hacia ahí donde siempre has Sido, pero siempre puedes rechazar verme, ya que tal es tu Libertad.
Pero si te liberas de todas esas ilusiones, de todas esas tonterías, entonces ninguna tontería es necesaria para que yo entre. Ya que desde que la Verdad en tu conciencia se entromete, entonces tú lo verás, mi Amor, mi bien amada, la Verdad te lleva y abre esta puerta, y lleva esta puerta. Ya que nada es más potente que el Llamado del Amor y la Respuesta del Amor a este Llamado, que se reconoce en este Amor como siendo un solo Corazón, un solo Ardor, y que se re-esposa totalmente, sin el menor intersticio que pueda separar entonces al Esposo y a la Esposa, totalmente fusionados el uno en el otro, en este Goce que están destinados a vivir.
Es por esto que la ilusión de la separación ha sido permitida, para permitirte vivir el Éxtasis de este Reencuentro. ¿Puedes por fin verlo? ¿Puedes por fin oírlo? ¿Puedes por fin comprenderlo incluso?
Todos tus impulsos de amor en este teatro ilusorio son como una fuerza de alejamiento, que te invita a vivir con todavía más Fuerza el camino del Regreso a lo que, de hecho, nunca has dejado.
Y en este relámpago de Lucidez, entonces, invitarte a precipitarte por fin, en el bien amado que está ahí y que te espera de toda Eternidad, no dejando que esta distancia se ponga para gustar mejor la promesa de este Reencuentro, sublime y tan esperado, de esto que crees ser encontrándose en lo que Eres, con una Belleza inimaginada, con una Dulzura y con un Esplendor más allá de todas tus esperanzas. Todo eso revelado en esos lechos sublimes donde el Amor, tranquilamente, pacientemente, pero desbordante de Ardor, está ahí, y te espera en mi Corazón.
Entonces, mi bien amada, no te llamo por última vez, ya que ahí donde yo Soy, cada Grito de Amor que se lanza hacia ti es como un primer Grito de Amor. Y entre nosotros, solo hay primeros, ya que a cada segundo, a cada instante de tus noches, de tus días, a cada ocasión que se presenta, yo me presento a ti acechando la ocasión. Y este instante es un Instante Nupcial, virgen de todo pasado, virgen de todo futuro. Y la Esposa que Eres, entonces, abriéndose al Esposo que se presenta, es virgen de toda memoria, en este instante presente donde se reúnen y se confunden tu Esencia y mi Esencia. Ya que entonces todo, en este instante, es virgen de toda historia, y se encuentra plenamente casado en la Verdad, la Esencia y el Don de Amor que Somos.
Nada más queda entonces, ya que todo lo que no es el Amor se consume deliciosamente en nuestro Abrazo. Y tú y yo no dejamos que nada se inmiscuya en este Amor y este Éxtasis, en su evidencia ardiente.
Tú puedes, desde luego, ignorarme, pero desde el momento en que me hayas encontrado, no podrás dejarme más. Eso, yo te lo prometo, mi bien amada. Entonces vengo a llamarte todavía, sin cesar, mientras se me da la ocasión, ya que estamos tan cerca en estos tiempos. ¿Sientes mi Aliento? ¿Sientes mi Llamado? ¿Sientes la vibración de mi Presencia?
Escucha tu Corazón. Y si la evidencia aparece, entonces no dudes un instante, y ven a encontrarte en la Belleza que has sido siempre, la que yo he mirado siempre. Y entonces, encontrémonos en esta Morada, por fin liberada para este Reencuentro sublime.
Yo soy CRISTO, mi Amor, y mi nombre es un Grito, ¿puedes escucharlo?
Entonces, yo te llamo y dejo ese Grito resonar en la noche de la ilusión, para que resonando allí, el corazón de esas palabras y de mi vibración, vengan a incensar y perfumar lo que Eres de mi Presencia, y recordarte a mí, si quieres volverte.
Yo soy CRISTO, y al corazón de la noche, y del Corazón del Amor, te digo: deja la Luz entrar, siempre ha sido día. Entonces deja de desviarte.
Y esta espera es la que se te ofrece para encontrarme mejor, con el fin de vivir la sorpresa, el Ardor y los Éxtasis. Entonces mi bien amada, no te prives, no me prives, no nos privemos más tiempo de eso.
Yo te Amo.
Transmitido par Marc
Fuente: www.accordanceaucoeur.com
Traducción: A.I.
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