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martes, 13 de octubre de 2015

SNOW por SNOW Octubre 2015




Soy Snow. Saludo en vosotros el Aliento del Gran Espíritu.

...Silencio …

Estoy entre vosotros como Estrella Precisión.

*(Nota: Snow está en resonancia con la Estrella Claridad y no Precisión. Esto no es un error. Lean los elementos dados por Anaél que figuran en el apunte abajo. Gracias)

Vengo entre vosotros a fin de concluir mis diferentes intervenciones a lo largo de estos años, en lo que concierne a la naturaleza, a los elementos, a los Jinetes, a los soplos primordiales. Hace unos años, os hablaba del contacto con la naturaleza con el fin de revitalizaros allí y también en parte de reencontraros, permitiendo reencontrar a la vez lo que sois en Eternidad, pero también lo que sois sobre este mundo, tener los pies sobre la tierra y vivir con seguridad lo que se iba a vivir durante estos años y lo que toca, desde ahora, a su finanildad, si puedo decir.

Numerosos de entre vosotros vivís encuentros nuevos, en el seno mismo de esta tierra. Muchas cosas se revelan por la acción de la Luz, en su Inteligencia y por su depósito sobre el abrigo de la Tierra, dándoos a ver, a vivir y a experimentar unos encuentros, de gozar de estos encuentros para vuestra estabilidad, vuestra base, permitiéndoos llegado el momento, de gozar de un apoyo indispensable para ir a vuestras Moradas de Eternidad.

Los elementos revelados en vosotros, por los linajes elementales, por la activación de circuitos de la energía en vosotros, se ven también sobre la pantalla de vuestra conciencia, en la naturaleza ella misma y para algunos de vosotros, en su casa. Estos encuentros, lo sabéis, como mi Hermana Ma Ananda os lo explicó, son en cierto modo unas luces, iluminaciones y también medios de reajustaros en el seno de la Eternidad.

Así como sabéis, los tambores del cielo y de la Tierra están a vuestras puertas. El canto del Gran Espíritu en vuestros oídos se modifica, preparando la vía de la Llamada de la Gran Madre.

El Templo de vuestro corazón, las Coronas de vuestras cabezas vibran desde ahora en resonancia al sonido de la Unidad. Esta iluminación, como sabéis, va a intensificarse, intensificando allí mismo la acción de los Jinetes sobre este mundo. Que sea el proceso interior del encuentro con los pueblos de la naturaleza, que sea la acción de los Jinetes en este mundo, se trata exactamente de la misma cosa.

Entonces, algunos de vosotros vivís a veces las consecuencias de la acción de los Jinetes, en su entorno de vida, viviendo al mismo tiempo los encuentros con sus linajes, con los pueblos de la naturaleza, pero también con todo lo que constituye la Libertad en el seno de los Mundos Libres que os dan a ver, a percibir y a experimentar relaciones innumerables y contactos que se harán -no lo escondo- cada vez más intensos y cada vez más impactantes. Todo dependerá, por supuesto, de vuestra capacidad de alinearos y de centraros. Así como dije, aquel que está perfectamente centrado nunca podrá ser afectado por los Jinetes, incluso si se manifiestan en su entorno.

Y entended bien que lo que os es dado a ver en estos dos aspectos, de la acción de los Jinetes y de los encuentros elementales en vosotros y en el seno de la naturaleza, sólo representan en definitiva el mismo fenómeno visto, yo diría, desde varios puntos de vista. Desde el punto de vista de la persona, la acción de los Jinetes os toma y os fija al corazón del miedo de lo efímero que es de desaparecer, mientras que los contactos en la naturaleza os dan la prueba irrefutable del Amor en el seno de estas relaciones.

Debo precisar que incluso en el seno de la acción de los Jinetes alrededor vuestro y en vosotros, en su aspecto más, tal vez terrorífico para la persona, hay el mismo Amor en el seno de la Eternidad. Comprended bien y entended
 bien que cualquiera que sea el aspecto que tome el elemento, que esto sea en su forma arquetípica de triángulo, viniendo de lo que llamáis la Civilización de los Triángulos y lo que llamamos, nosotros, pueblo nativo amerindio, los Abuelos, son exactamente la misma cosa que lo que es visto de otro modo en el seno del corazón, que llamáis el pueblo de la naturaleza, que sea del Fuego, de la Tierra, del Aire o del Agua.

Algunos de vosotros sentís simpatía y os hacéis la pregunta, en relación a estos pueblos de la naturaleza, de su afiliación. Esto es una resonancia, abriendo tal vez las compuertas de vuestro corazón y que os permite pasar más fácilmente de la condición humana a la condición supra-humana.

Todo esto se vive en este mismo momento, se conjuga de diferentes modos. Habrá pronto una simultaneidad, independiente de la Llamada de María, pudiendo producirse antes como después - pero sobre todo antes - concerniendo a la visión de los arquetipos reales de los Jinetes, de los elementos y pueblos elementales de la naturaleza que os dan a ver, más allá de las apariencias y más allá de la manifestación de estas conciencias, su aspecto más cercano a la Fuente, llamado me parece por el Comendador de los Ancianos, las Cuatro Vivientes o Hayot Ha Kodesh.

Todo esto participa de la misma realidad simplemente expresada según diferentes modos, según la dimensión y también como dije, según vuestro punto de vista y vuestro emplazamiento de conciencia.

Cada uno de vosotros vivirá, si aún no está hecho, la revolución de los elementos. Revolución de los elementos que es también la revolución de las emociones, del mental, mostrándoos cada vez más claramente y con una iluminación cada vez más fuerte, la ilusión de los apegos en este mundo, la ilusión de la perennidad de los afectos pero también de vuestro propio mental en sus proyecciones y anticipaciones.

Cuando alcancéis la Paz arquetípica visible y no simplemente vivida y percibida a nivel de los Triángulos elementales de la cabeza, entonces los tiempos habrán llegado de acceder a la Verdad última de vuestro Ser, aquí mismo en este cuerpo, en este mundo y antes de la Llamada de María.

Lo entendisteis, esto se celebra en este momento mismo y se celebrará de manera cada vez más evidente y estruendosa, también para aquel que está en el miedo, como para el que abrió las puertas del Amor.

El Soplo del Gran Espíritu que anima los cuatro Jinetes y entonces los cuatro Abuelos, procede de la misma dinámica y de la misma acción, revelada y desvelada: abrir las compuertas del Amor y abrir a la conciencia a la realidad de la Eternidad, a su instalación y entonces, a su Eternidad.

Entonces por supuesto esto se traduce por lo que fue llamado, por algunos Ancianos y algunas Estrellas, el Cara a Cara o la confrontación. Este Cara a Cara o esta confrontación debe llevaros a una resolución, en vosotros y sobre este mundo, de la aparente oposición entre el Aire y el Agua y el Fuego y la Tierra, con el fin de ver y asistir al nacimiento, sobre esta tierra, del Éter de Fuego, la dimensión original de la Fuente.

El conjunto de los cuatro Abuelos o de los cuatro Jinetes o de los pueblos elementales tales como están representados aquí sobre esta tierra, os conducen a una forma de unificación de los opuestos, de los contrarios y complementarios, desembocando efectivamente en una manifestación de vuestra propia Unidad, en vuestras miradas, en vuestros sentidos, en vuestras vivencias y también en vuestras relaciones.

Lo que debe arder arderá, lo que debe soplar soplará, lo que debe ser estremecido será estremecido, lo que será cubierto de agua debe serlo. No para separar y dividir sino más bien para unificar en el seno del Éter y entonces, de lo que podríamos llamar el quinto elemento, aquello de lo que fuiste
is privados y que nosotros todos hemos sido privados en encarnación sobre este mundo desde mucho, mucho tiempo. El regreso del Éter primordial pasa también por el canal del Éter, el Canal Marial, que vuestras estructuras vibrales, de vuestra conciencia misma. De la acción de los Jinetes en vosotros, en su última fase, se iluminan en cierto modo las últimas resistencias, las últimas cosas a ver, a atravesar y a superar, sin intervención de los aspectos limitados de lo que Sois.

Conque, a través de la acción de los cuatro Abuelos, a cualquier nivel que sea, esto hará emerger en vosotros el temor o el Amor, pero no más de modo emocional o afectivo sino en su quintaesencia y su esencia, dándoles a resolver los últimos antagonismos, sobre este mundo como en vosotros. Entonces como esto se dijo de múltiples modos, hay que estar disponibles, disponibles en vuestra eternidad para vivir la Eternidad aquí mismo, con el fin de permitir a vuestra conciencia de vivir la llamada del Cielo y de la Tierra y la Llamada de María con la misma gracia, sin temor de lo que sea de lo efímero aún presente, haciéndoos vivir y no a esperar o temer, el final de la ilusión colectiva y personal.

Es tal vez el período, en este momento, el más duro o el más fácil, pero sobre todo aquel que está más adaptado para estabilizaros en la Unidad, en el Amor, por la Gracia del Gran Espíritu.

El Espíritu del Sol y el Coro de los Ángeles os envuelven ahora desde hace muchos meses, alumbrando así lo que puede quedar de sombras, de apegos o de creencias residuales en vosotros. Aceptar la fusión de los elementos en sí mismo, significa reconectarse al Éter de Fuego, que es otra manera de llamar a la Eternidad. El Éter de Fuego no es solamente el fuego tal y como lo entendéis y lo vivís en este mundo, sino que es en cierto modo el Fuego del Amor o el Fuego primordial que anima los mundos y anima la conciencia, sea cual sea la dimensión. La estructura del cuerpo inmortal, el de la Eternidad, está él mismo construido por estas fuerzas elementales traduciéndose, en el seno de la vibración del cuerpo de Êtreté, en un ensamblaje de funciones y no de formas, en un ensamblaje de triángulos elementales comunes a todos los cuerpos de Êtreté en cualquiera que sea la dimensión.

Lo que vivís no es nada más que el aprendizaje de la Libertad y para algunos de vosotros, el aprendizaje de lo desconocido.

Del modo en el que vivís lo que tiene que vivirse para vosotros, con serenidad y paz, con acogida y sin reacción, ya os da algún indicio de lo que tiene que vivirse para vosotros, individualmente, en el momento colectivo del Gran Espíritu. Los cuatro Abuelos y la Abuela, obran simultáneamente ahora en todas vuestras estructuras y en todo lo que sois o lo que creéis ser en este mundo. Lo que produce a veces unos reajustes brutales, o unos elementos haciéndoos pensar que estáis enfermos o que no estáis bien, con unas variaciones de temperatura, unas variaciones quizás todavía con vuestro humor y vuestras emociones, vuestras dudas, vuestras creencias o vuestras certezas manifestándose sucesivamente. Esta oscilación, estas fluctuaciones son, en definitiva, sólo la danza de los elementos, acercándoos cada vez más al Éter de Fuego. Este bautismo de Fuego os ha sido anunciado hace mucho tiempo por el comendador de los Ancianos y por numerosos profetas.

Estáis llegando, en cierto modo, al momento profetizado por el pueblo de los nativos amerindios relativo al paso de las Kachinas y el retorno del Fénix, que no es otra cosa que el despertar del Éter de Fuego audible por estos sonidos y estos cantos.

Todo lo que sucede sobre la tierra, sea cual sea el lugar, es exactamente la misma cosa que en vosotros está sucediendo, en vuestras propias vidas, en vuestros desafíos, en vuestras alegrías, en vuestros encuentros por supuesto. Todo es, en cierto modo, un pretexto para despojaros y hacer que os despojéis de todo lo inútil con respecto a vuestra eternidad. Esto pasará por supuesto por algunos acontecimientos personales en el seno de las estructuras arcaicas, ligados tanto a la sociedad como a la familia; por algunos trastornos importantes para la persona pero que sólo son libertad y liberación para el Espíritu.

Acordaos bien que durante este período que se abrió desde el 30 de septiembre y que va hasta la Llamada de María, todo está destinado únicamente a alumbraros a vosotros mismos, a alumbrar algo más que el escenario de vuestras vidas o de vuestra historia personal, sino alumbrar, a través de vuestras vidas, lo que incumbe al efímero y lo que incumbe al Eterno.

El occidental tiende a menudo en no ver lo finito de la vida en este mundo y a creerse eterno. La verdadera eternidad no tiene nada que ver con las condiciones de lo efímero y lo que podéis ser inclinados en perpetuar por la memoria, por el recuerdo, así como por la descendencia o por los placeres de este mundo.

El placer del Fuego del Éter no puede en nada compararse con los placeres de este mundo, porque los placeres de este mundo siempre terminan en algún momento y necesitan continuamente repetirse, mientras que el placer de la Eternidad es la Alegría Eterna tal y como algunas de mis hermanas os lo han descrito.

Pero cada vez más, no podrá ser una cosa y la otra. Quiere decir que cada vez más, o será una cosa o será la otra, y de manera cada vez más rotunda, de manera cada vez más evidente. Acordaos con relación a esto, que no hay nada que cambiar porque todo está ya asignado y está en su sitio, permitiéndoos simplemente quizás, de ver todavía lo que puede ser visto con el fin de que la Última Gracia de María os alcance de lleno llegado el momento.

Entonces no olvidéis de estar tranquilos, no olvidéis que todo está en el instante presente, sea cual sea el barullo, sea cual sea la confusión que empezó y que empezará cada vez más violentamente. No perdáis nunca de vista, sea cual sea vuestra vida, sean cual sean vuestros apegos en este mundo, no representan estrictamente nada en el momento en que ya no estéis inscritos en la historia de vuestra persona.

No es para no responsabilizaros u ocultaros de vuestras obligaciones, sino más bien para relativizarlas y ponerlas en su debido lugar, porque la vida y la acción del Éter, reconstituido ahora sobre esta tierra, os lo mostrará en algún momento u otro. Entonces no os dejéis engañar por los juegos que jugáis, que sea a través de vuestra profesión, a través de vuestras familias, a través de vuestras ocupaciones, vuestros pasatiempos, es decir, como dirían nuestras hermanas orientales, no os apeguéis a los frutos de vuestras acciones, a los frutos de vuestras creaciones. Dejadlas, ellas también, libres.

Como lo sabéis, las fuerzas de predación pronto no tendrán más la posibilidad de acción en el seno de este mundo. Sólo quedará el Amor y la Eternidad, incluso antes del elemento final nombrado el asa-planeta.

La onda del Éter, u Onda de la Vida, para los que lo vivieron, os enseñó en cierto modo la vía, hace unos años. Hoy, es la vida misma en el seno de este mundo que os enseña la verdadera vida y no las creencias en alguna seguridad de la sociedad occidental, a través de todo lo que fue basado en el miedo, que sea lo que llamáis los seguros, las economías, las finanzas, el dinero, que sólo son una creación humana inspirada por las fuerzas más involutivas que sean.

Así que acordaros que lo que os aferra, en el seno de este mundo hoy, es mucho más las condiciones de este mundo y no vuestros cónyuges, vuestros niños o vuestras actividades profesionales, lo que nombro «el dinero». Os remito, para esto, a una de las primeras intervenciones de María que habla del dinero y de su sitio en la falsificación. Lo que había expresado hace diez años, corresponde completamente a vuestra situación y a la actualidad de este mundo con respecto a los crímenes y a las inversiones ligadas al dinero.

Así como quizás lo sepáis, entre los pueblos nativos amerindios no había dinero. Sólo podíamos intercambiar lo que producíamos nosotros mismos, de persona a persona, sin intermediario. Lo que nombráis hoy, tal vez de manera vulgar el trueque, es el único intercambio posible. Y de hecho pronto os daréis cuenta de ello, en el momento en que el sistema ligado al dinero deje de existir, porque éste efectivamente, se está desplomando sobre sí mismo.

Es en situaciones así que el hombre se encuentra más capaz de apartarse del efímero para dedicarse en totalidad a su eternidad, a la acción de los Jinetes y a la acogida de María.

En resumen, no veáis a los Jinetes como una destrucción de lo que es ilusorio, sino más bien como la revelación de la Eternidad, la revelación de lo que es falso, en vosotros, como alrededor vuestro. Esto relativizará y cambiará, de manera total y abrupta, lo que llamáis la vida. Así descubriréis, si no está hecho ya, que la felicidad verdadera no depende de ninguna circunstancia de este mundo, de ninguna relación de este mundo, sino exclusivamente de vuestro emplazamiento en el Amor o en el miedo.

Todo lo que podrá pareceros a primera vista, desde el punto de vista de la persona, como contrario a la Eternidad, es de hecho sólo la revelación de la Eternidad tan pronto como el punto de vista, de vosotros mismos, se ubique en el seno de la Eternidad. Y así como lo dije, no hay mejor período que este, no hay mejor momento que el instante presente, a partir de ahora, en que las circunstancias exteriores se modifican con la velocidad de un caballo galopando.

Así como lo estipuló el anciano comendador Orionis hace poco tiempo, todo lo que sucede, sin excepción alguna, es sólo el resultado de la instalación de la Eternidad, sin excepción alguna. Sólo la mirada separada, sólo la mirada de la persona puede interpretar allí algo más que esto.

Sois los hijos del Uno, los Hijos Ardientes del Sol y no sois esta persona sea cual sea, no sois solamente esto. Esto, numerosos Ancianos os lo expresaron de diferentes maneras; numerosas experiencias que llamáis víbrales, también os lo han confirmado o os lo han reafirmado.

Como lo sabéis también, ya no es tiempo para el aviso, para la negociación, sino para la actualización, de acuerdo con los cuatro Abuelos y la Abuela. Sólo hay que verlo, reconocerlo, identificarlo y vivirlo, porque todo el resto, como fue ampliamente repetido, sólo es el resultado de la Inteligencia de la Luz pues si sois luz o si estáis revestidos de luz, esto os aparece cada vez más como algo evidente.

Llevar a cabo esta alquimia no es ni un trabajo, ni una ascesis, es más bien una rendición sin condiciones de vuestra cabeza hacia vuestro corazón, sin objeción y sin prejuicio, porque si todavía no lo habéis comprobado, lo que debe acontecer en vuestras vidas se hará por la Gracia de la Luz en el momento en que la aceptáis. Si no, se hará del mismo modo, pero desde una visión truncada, ligada a la pantalla de la persona que podrá revelarse como desconcertante y a veces terrible. Pero si esto pasa, que sepáis que sólo es el punto de vista de vuestro aspecto parcelario que se considera a sí mismo sólo como una persona en el seno de este mundo.

Es decir también, que los Jinetes ya no están solamente en los aires sino que han tocado la tierra, en totalidad, acompañando al Ángel Metatrón desplegado sobre los Círculos de Fuego de los Ancianos.

Comprenderéis a través de la acción de los elementos en vosotros, de vuestras relaciones con la naturaleza, como a través de la acción de los cuatro Jinetes, y viviréis igualmente, en múltiples ocasiones, la diferencia entre el Eterno y el efímero, sin interpretación alguna y sin proyección alguna por vuestra parte.

Lo repito, todo esto es sólo el alumbramiento, ciertamente violento, pero el alumbramiento de la Luz que pone fin a las últimas ilusiones, a las últimas construcciones humanas, a las últimas construcciones sociales de Occidente, que no están basadas en el Amor y todavía menos en la humanidad real, sino que están, desde vuestra más temprana edad, inscritas en la competición y la predación, a través de su propio modelo social y su modelo educativo.

Os daréis cuenta, si ya no es el caso, que no hay diferencia entre el primero y el último, sean cuales sean los términos y sean cuales sean las situaciones, y que realmente la humanidad es Una, aunque el Comendador pudo decir, hace muchos años, que había dos humanidades y que estas dos humanidades se separarían. Es exactamente lo que veis, pero los que se separan no son necesariamente los que lo quieren, sino que es, allí también, la acción de la Luz que provoca todo esto.

Descubriréis también, incluso si por el momento sois reticentes a ello, que todo lo que acontece por la acción de los elementos, al nivel que sea, que sea a través de vuestras relaciones en la naturaleza, con los pueblos de la naturaleza, que sea con vuestros contactos con nosotros, que sea con vuestras relaciones entre vosotros aquí, los humanos en la carne sobre la tierra, es en definitiva la misma cosa, con diferentes ángulos de iluminación, con diferentes niveles, diferentes vibraciones, diferentes energías, y que sin embargo están unidos al mismo origen, a la misma esencia y por el momento a la misma causalidad.

Como Estrella de la Claridad, estoy en resonancia por supuesto, por mi posicionamiento y mi vibración, con el elemento Aire, estoy también en resonancia, por supuesto, con una zona precisa de vuestro cuerpo, allí donde se sitúan las Puertas. Todo esto se traduce en vuestras vidas por la acción de la Luz, directamente en el seno de la materia, en el seno de vuestras células, como en lo más profundo de la Tierra, e incluso en los lugares donde la Luz hasta ahora no podía pretender estar presente ya que, como fue dicho y repetido, la Luz no se instala solamente en ciertos lugares, sino que ya está sobre toda la Tierra.

Cada día más que nunca y cada vez más, las conminaciones del Gran Espíritu, las llamadas de la Luz, se volverán intolerables para el efímero y admirables para el que se dirige, si no está hecho ya, hacia su corazón, hacia el Amor y hacia la Eternidad, obrando y cumpliendo así la ley de atracción y la ley de co-creación consciente, llevándoos en cierto modo, desde el punto de vista de la persona, a alejaros cada vez más de lo que es limitado, y a estableceros de manera cada vez más constante en el Soplo del Gran Espíritu.

Las vibraciones percibidas sobre este cuerpo efímero, marcando la presencia de la supraconsciencia, vendrán realmente para iluminar y para trascender, sin participación alguna por vuestra parte, todo lo que puede ser efímero en el seno de la conciencia limitada y en la conciencia misma.

Muchos de vosotros ya han vivido la Llamada de María hace algún tiempo. Otros lo vivirán llegado el momento. Pero en un caso como en el otro, la única verdad que se sostendrá será la del Amor. En la Inteligencia del Amor, no hay sitio para la tristeza, no hay sitio para los apegos, sean cuales sean. Sólo hay sitio, y lo sabéis, para la alegría y la felicidad. Vivir la alegría y la felicidad no deriva en absoluto de una ascesis, o de una concentración, o de una meditación, sino más bien de un relajamiento, de la conciencia ante todo, con relación a todo lo que es limitado y efímero y que entonces no dura.

En resumen, no podréis ser el Gran Espíritu y mantener al mismo tiempo las ilusiones de este mundo, en vosotros como alrededor vuestro. Y todo lo que podríais imaginar hoy con vuestra conciencia limitada, si está presente, nunca podrá imaginar o suponer la intensidad de la Alegría y del Amor que se derramará para cada uno de vosotros en el momento de la Llamada de María, incluso para el de entre nosotros en la carne, hombre o mujer, hermano o hermana, habiendo vivido ya ciertos estados de libertad y de alegría.

Para los de entre vosotros que perciben la vibración, comprobáis evidentemente la amplificación de estas vibraciones y la amplificación paralelamente de vuestra conciencia, dándoos acceso a unos estratos invisibles, dándoos acceso a lo que está más allá de la apariencia, y entonces a lo que yo nombraría el mundo de las causas, y más allá, para muchos de vosotros, a sobrepasar este mundo de las causas, y a estableceros aquí mismo, en la morada de la Paz Suprema, ya no como una experiencia sino como un estado permanente. Y más soltaréis lo que queda por soltarse, más estaréis en la alegría, sin decidir nada, sin hacer nada por voluntad propia, sino por la acción extrema de la Luz, por la acción de los Jinetes.

Cristo había dicho: «Bienaventurados los pobres de espíritu». Vais a averiguarlo, si no está hecho ya, cada vez más a menudo.

En el seno de lo que ahora ocurre en vosotros, como en este mundo, todo es pretexto para el establecimiento total de la Luz y de la Verdad. Podemos decir de otra forma, que lo invisible se revela en el seno de lo visible. Que lo que podía ser todavía ocultado en vosotros o afuera, no podrá ocultarse más o ser ocultado, remitiéndoos, de manera más o menos abrupta, a la transparencia y a la Verdad.

…Silencio …


Percibámoslo todos juntos, aquí y en otra parte para los que encuentren mis palabras, en la Verdad, en el Soplo del Gran Espíritu.

…Silencio …


Y en este silencio, en esta plenitud y en esta Claridad, concluyo mi discurso, quedando en vosotros y con vosotros.

…Silencio …


Soy Snow. Así concluye mi mensaje que he depositado en vuestro corazón, con el fin de que se haga Verdad en el momento más oportuno y más eficiente.

Todo mi Amor se deposita en vosotros.

…Silencio …


Bendigo también vuestra Eternidad y os digo Adiós.

**Apunte de ANAËL:

Amados, en lo que concierne la afectación y la localización de las Estrellas en su resonancia, os recuerdo que hay una estructura estática que fue dada antes de la Liberación de la Tierra y que os permitió llevar vuestra Atención, vuestra conciencia sobre diferentes zonas que representan en cierto modo, más allá de los Triángulos elementales, los puntos de entrada de la Luz vibral en vuestra cabeza.

En el momento de la Liberación de la Tierra, hubo un vuelco del Triángulo de Fuego de la cabeza pero no olvidéis que los vuelcos son innumerables, ellos conciernen a lo alto/bajo, conciernen también y sobre todo a izquierda y derecha. Esto es particularmente evidente en el Triángulo de Fuego que está constituido, os lo recuerdo, de lo que fue llamado punto AL, Bien y Mal.

Desde el instante en que el Triángulo de Fuego esta revertido, significando las oscilaciones del alma desde la materia hacia el Espíritu, incluso antes del vuelco definitivo del alma, hay efectivamente una resonancia que se crea entre las Estrellas Bien y Mal, haciendo que una venga a situarse al otro lado y viceversa: hay entonces un vuelco no solamente en el sentido alto y bajo pero también en el sentido izquierda y derecha. Esto es particularmente verdad en cuanto al eje Atracción / Visión que era la cruz mutable, os lo recuerdo, falsificada.

Así, la vuelta al equilibrio y el rebasamiento del Bien y del Mal, pasa necesariamente por la permutación de los puntos de vibración situados al nivel de la cabeza misma, al nivel de la cruz cardinal AL, OD, IM, IS. El emplazamiento, por lo general, es más a menudo idéntico y hay simplemente un cambio de polaridad entre lo alto y lo bajo.

Esto sin embargo no es cierto, porque desde la Liberación del Éter y de la Tierra, la conciencia subiendo por el canal del Éter y viniendo a activar las 12 Estrellas, no se hace desde el punto AL sino desde el punto OD.

Esto implica un cierto número de resonancias y de basculamientos entre la izquierda y la derecha, válidos se lo recuerdo, no por las cruces fijas sino por las cruces mutables. Y esto es particularmente cierto en vuestra frente, como acabo de explicar, entre lo que concierne a Atracción y Repulsión o si prefieren Bien y Mal. Desde el instante en el que el Despertar se ha realizado, en totalidad, desde el instante en que el alma está estabilizada en su ascenso al Espíritu, no puede persistir más oposición entre el Bien y el Mal, sino una disolución del Bien y del Mal, como verdad ilusoria que se inscribe desde ahora en el Fuego vibral y no más del fuego vital.

Lo mismo ocurre para las Estrellas situadas en la parte anterior de la frente, es decir Claridad y Precisión. Sin entrar en los detalles de cada Estrella, en lo que concierne a lo anunciado por Snow, que puede parecerles contrario a lo que fue situado respecto a esta hermana humana, esto hoy no es más cierto.

Snow es a la vez tanto la Claridad como la Precisión según el modo del que se presenta a vosotros evocando allí mismo que la Claridad va a la par, si puedo decir, de la Precisión. Es exactamente lo que se celebra en este momento. Las partículas Adamantinas alumbrando cada vez más la escena de teatro, hay percepción de la Claridad pero sobre todo dándoos a ver con más Precisión los elementos que hasta ahora no os aparecían claramente. No busquéis otras permutaciones porque esto es el papel de las Estrellas de explicaros esto, pronto, si esto es necesario.

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