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Soy GEMMA GALGANI. Hermanos y Hermanas que me escucháis y que me leeréis, vengo a vosotros como entidad que lleva la Vibración de la Estrella UNIDAD, y también, como sabéis, uno de los componentes del Manto Azul de la Gracia, en su polaridad femenina. Os hable, numerosas veces, sobre la UNIDAD. Vengo, hoy, a darles algunos elementos, que, si los siguen, incluso en vuestra personalidad, os permitirán de beneficiar, lo más pronto, y de vivir, del Manto Azul de la Gracia y de ser la Gracia.
Entonces, voy a presentar lo que ya fue dicho por el Arcángel ANAËL y por el Maestro Omraam Mikaël AÏVANHOV concerniendo lo que es el Absoluto, lo que es la Intasis*, y el acceso a esta fase, en cierto modo, último. No voy a enderezar (como esto ha sido dicho, pues es imposible) algunos elementos relativo a este estado. Pero más bien a dar elementos que, en el seno de la personalidad, de vuestra vida ordinaria, todavía puedan obstaculizar al Manto Azul de la Gracia.
-*La Intasis es la Alegría Interior, corresponde al mismo proceso que el Éxtasis, pero vuelto hacia el Interior. El Samadhi o Maha-Samadhi, última etapa del establecimiento de la Alegría Interior, corresponde a la manifestación simultánea y concomitante del Éxtasis y de la Intasis.
Estos elementos son muy lógicos y si los aceptáis y los experimentáis, vais a ver muy rápidamente que el Manto Azul de la Gracia, ya no puede quedar al margen de vuestra propia Presencia. Os convertiréis en esta Gracia. Todo esto deriva de las descripciones mismas que pude daros sobre la UNIDAD y también, en cierta medida, mi hermana HILDEGARD, sobre la Tensión hacia la Luz, uniendo y recortando también elementos dados por el Arcángel ANAËL sobre el Abandono a la Luz.
Porque hay, en el seno de la personalidad, algunos elementos que se juegan, en cierto modo, independientemente de vuestra conciencia, y que os alejan del Manto Azul de la Gracia. Entonces vamos a ver, a enumerar y lo espero, a comprender, estos elementos, que son unos obstáculos, en un resumen muy simple, el establecimiento de la Gracia en vosotros. Y además, algunos de estos elementos les fueron dados a vivirlos, por experiencia, pero es bueno re-formularlos.
El Manto Azul de la Gracia sólo se encuentra en el presente. Lo que quiere decir que en el momento en que, por una razón o por otra, no estáis más en el Aquí y Ahora, el Hic y Nunc (si vuestro pensamiento esta orientado sobre el pasado o sobre el futuro, incluso si se trata de cinco minutos después), la Vibración os deja. Así, favorecer el nacimiento del Manto Azul de la Gracia, es estar centrado en el Presente, es estar lúcido y consciente que todo lo que os aleja de vuestro presente, os aleja de la Gracia. Es la primera etapa.
La segunda etapa concierne a los pensamientos y al mental. Por supuesto, su presencia en el seno del mundo de la dualidad se traduce en mecanismos, que todos conocimos, que son la aparición de los pensamientos. Y a menudo, estos pensamientos aparecen y desaparecen. Y todos nos hemos identificados a nuestros propios pensamientos, persuadidos que emitimos un pensamiento cuando un pensamiento nunca es emitido: un pensamiento os atraviesa, se construye respeto a las circunstancias observadas, de manera consciente o inconsciente. Asi que, conviene aceptar que no sois vuestros pensamientos y que incluso el pensamiento que os parece lógico es un pensamiento que se pone entre lo que sois y la Gracia. Porque la Gracia nunca será un pensamiento.
Entonces, es extremadamente difícil (e incluso imposible) de parar los pensamientos. Incluso los que meditan intensamente pueden estar inmersos en la Luz y observar, al mismo tiempo, la aparición de pensamientos. No pueden forzar y oponerse a su propios pensamientos, los que son emitidos y que os atraviesan. Entonces, os incumbe de decidir aquello en lo que se piensa: por el ejercicio conjunto de la ATENCIÓN y de la INTENCIÓN, habrá que orientar o re-orientar vuestros pensamientos, procurando que la Luz va a hacerse vuestra única preocupación, cualquiera que sea la actividad que puedan llevar, o forzados a llevar, la Luz debe estar por delante. Es decir que incluso la actividad más compleja de vuestra vida debe acompañarse del pensamiento de la Luz. Es una forma de vigilancia. Esta forma de vigilancia, orientada sobre el pensamiento de Luz y sobre la Luz, os va permitir a entender y ver vuestros propios pensamientos que os alejan de la Luz y del pensamiento de la Luz. Esta segunda etapa os va pues permitir, en cierto modo, de dirigir vuestra INTENCIÓN y vuestra ATENCIÓN en la Luz.
La tercera etapa concierne a lo que es llamado el mundo de las emociones. Porque en la vida, en el seno de este mundo de la dualidad, toda acción lleva una reacción, y toda reacción es la consecuencia de una acción, incluso si no lo veis. Esto va a necesitar, allí también, una forma de toma de distancia porque, para que la Gracia se manifieste y actúe en vuestra vida, hace falta que aceptéis de que no sois dueño de vuestra vida, sino que la vida es vuestro dueño. Entonces, en este momento, os acercareis a la UNIDAD indispensable para el establecimiento de la Gracia.
La cuarta etapa consiste en comprender que todo lo que es distracción (entiendo por distracción todo lo que os divierte) es, de hecho, un alejamiento de la Gracia. Por supuesto, esto no quiere decir, por ahí, que no hay que hacer nada más, más acordarse u otorgarse de placer. Pero de ser consciente del papel que juega el conjunto de las distracciones (a las que os sometéis, a las que se adhieren) como elemento interfiriendo con la Gracia. Una vez más, no es cuestión de suprimir, por la voluntad, sino bien de ser Lúcido de lo que representan estos elementos de distracción.
La quinta etapa, es de tratar de privilegiar, en vosotros, la experiencia. No obstante, la experiencia no puede manifestarse mientras que utilizáis unas palabras, mientras utilizáis unos conceptos. Porque las palabras y los conceptos os remiten sistemáticamente a la experiencia pasada, incluso la más Luminosa. Y la experiencia pasada no es el Presente. Esto necesita de hacer, en vosotros, el silencio, no decidiendo callarse u oponerse a vuestros propios pensamientos (los que son emitidos y que nacen independientemente de vosotros) sino, más bien, a privilegiar los momentos que calificaría de contemplativos (que esto sea la llama de un fuego, que esto sea un elemento de la naturaleza). Porque la contemplación, alejándoles de las palabras, os acerca del instante Presente, del AQUÍ y AHORA, entonces de la UNIDAD, y os vuelve, en cierto modo, propicio a la Gracia.
Otra etapa: es la de no alimentar más lo que pertenece a la Ilusión. Entonces, por supuesto, esto no quiere decir, por ahí, que no hay que alimentarse más, ni extraerse del mundo, sino allí también, de ser cada vez más lúcido y consciente del efecto de este mundo, de la Dualidad, sobre la UNIDAD. La Dualidad es estrictamente lo opuesto y la antítesis de la UNIDAD. Es efímera, solamente la UNIDAD es Eterna. Entonces, cuando jugáis el juego de la Dualidad (que esto sea en las relaciones con vosotros-mismos, en las relaciones con los seres, en vuestras ocupaciones), vuestra conciencia es limitada, por supuesto, y es hasta necesaria, para actuar en estos aspectos de la vida. Cualquiera que sea vuestra actividad, más allá de la misma conciencia de vuestra tensión hacia la Luz (por la ATENCIÓN e INTENCIÓN), entrad en contemplación. Si ajardinan, cambiad vuestra mirada: considerad las maravillas de la Creación. Si sois terapeuta, considerad que no sois quien ejerce la terapia. Mientras la voluntad personal (la del ego, pues) quiere colocarse entre la Luz y vosotros (incluso si la recibís), y bien, hay alejamiento de la Gracia. Debéis, incluso en la acción, tratar de reemplazar hacerlo por el Ser. Es la etapa que viene a continuación.
Si respetáis estas etapas (y si es posible, a medida del tiempo, de modo simultáneo y más allá de vuestros períodos de Alineación, de meditación, de Radiantes), vais a percibir que la Gracia puede manifestarse hagáis lo que hagáis.
¿Y cuales son las primicias de esta Gracia, aparte de las Alineaciones, aparte de los momentos privilegiados de Interioridad y de Interiorización? Y bien, es justamente la manifestación de lo que habló mi Hermana MA ANANDA: es la presencia, en vosotros, de vuestra propia Presencia, y sobre todo de esta Intasis, de esta forma de goce que no puede ser alterada, incluso por una actividad más sumario o precisa de este mundo. Esto permitirá de mantener, incluso en el seno de la conciencia limitada, la Presencia de la Gracia, o de instalarla. Asi que, estas etapas, extremadamente simples, si las asociáis, van, en cierto modo, a dejar todo el lugar a la instalación de la Gracia. Comprenderéis (porque lo viviréis), allí en este momento, que lo que actúa, lo que se vive, no es vosotros. No es (una vez más, como fue dicho) un rechazo de la vida, pero la misma trascendencia incluso de vuestra vida. Y esto es posible, hagáis lo que hagáis.
Porque, en un momento dado, cualquiera que sea la acción, estaréis en el Ser. Porque en un mismo momento dado, incluso en los actos más sumarios o los más precisos de la vida, estaréis en UNIDAD. Por supuesto, habrá momentos en los que la llamada de la Luz se hará tal que deberéis entrar, entonces, de manera más íntima y más profunda, en esta UNIDAD y este Intasis.
Pero globalmente, tendréis la oportunidad de poder hacer cohabitar, en cierto modo, lo que fue llamado (recupero estas expresiones porque son significantes) él Sí Luz y él Yo Sombra. En un momento dado, estas dos partes de vosotros mismos no existirán más. Allí, la Gracia estará instalada de manera definitiva. En este momento, estarán más allá de la Alegría, en este Intasis permanente. Seréis una Conciencia en un cuerpo, pero no seréis más este cuerpo. Seréis una Conciencia en el pensamiento, pero no seréis más vuestros pensamientos.
Trato de poner en palabras lo que corresponde, muy exactamente, a la instalación definitiva en el seno de la UNIDAD, a la instalación definitiva de vuestra Conciencia, que nuestras Hermanas orientales llaman Turyia. Entonces, los mecanismos de Comunión, de Fusión, de Disolución, no serán más unas experiencias sino se volverán vuestra vivencia permanente, haga o que diga la personalidad, incluso en estos momentos que pueden aparecer, vistos del exterior, como contrario, porque no vivirán más en el piso más denso sino que vivirán en el piso más central, es decir el Corazón. La vivencia del Amor, la vivencia de la Gracia, la vivencia del Fuego se hará entonces totalmente independiente de vuestros momentos de Alineación, de meditación, de vuestras noches. El Manto de la Gracia os va establecer, en cierto modo, más allá de toda apariencia, en la UNIDAD definitiva, en el seno de esta Dualidad.
Respetando estos elementos, muy simples, vais a ver muy rápidamente que os estableceréis cada vez más fácilmente y cada vez más de forma duradera en este estado de Gracia. Hay, por supuesto, un período aclimatación y este período de aclimatación es más o menos largo, según vuestro estado anterior. En ciertos momentos, tendréis la impresión de ser aniquilados de sueño, de cansancio, de pesadez, de dolores, de fuego. En otros momentos, estaréis en una vigilancia extrema donde la conciencia no puede encontrar ni sueño, ni descanso. Todo esto son las primicias de la instalación en el seno de la Gracia. En cierto modo, teniendo la conciencia clara de lo que no es la UNIDAD, os acercaréis a la Gracia, os distanciaréis de todo lo que es efímero, sin rechazarlo (pues es importante) sino, realmente, trascendiendo-lo.
Se os hará entonces fácil, y cada vez más, de llevar una acción, en el seno de la Dualidad, manteniendo la Gracia. Y entonces, cualquiera que sea vuestra actividad, habrá algo que estará en vosotros, totalmente independiente de la actividad dada, del humor, de los pensamientos, de las emociones. Viviréis, incluso cocinando, este Goce Supremo del Amor. En este momento allí, no habrá nada más de otro a hacer: habrá, solo, en acoger la experiencia que se hará permanencia y permanente.
A más crecerán en la Gracia, a más crecerán en el estado de UNIDAD. La UNIDAD no será más un concepto, ni incluso una percepción, sino un estado, más allá de la Vibración de vuestra conciencia misma. Y este estado es Felicidad absoluta, Goce absoluto. Por supuesto, yo no digo que toda vuestra vida pasará en este Goce porque, por supuesto, alrededor vuestro, las circunstancias de la Dualidad (que no son las vuestras) pueden volverse unos elementos confrontan-tes y adversarios. Es a vosotros, en este momento, que os incumbe de no dar peso, de no dar importancia, a lo que viene tratar de sacarles de este Goce y de esta Felicidad.
Recordad también, si esto se hace demasiado penoso, según vuestro entorno de vida, haceos las preguntas de retiraros un instante, unos días, para estar a solas, en comunión con vosotros mismos, y dejar la Gracia instalarse de manera más intensa. Porque lo que se instala como Gracia no desaparecerá más. Contrariamente a algunas de vuestras experiencias de Luz, vuestras experiencias de Alineación, o incluso, de Radiantes, ligadas a los Arcángeles, que os permiten de experimentar momentos de UNIDAD, momentos de Alegría, pero también, otros momentos de vuestra vida que pueden ser muy penosos porque ligados a la dualidad (en lo afectivo, en vuestros pensamientos, en vuestras relaciones, en vuestro cuerpo). La particularidad de la Gracia es que, cuando ella se instala en la Felicidad, ésta no os dejará jamás. La experiencia es pues, en cierto modo, si puedo decir, acumulativa: ella no puede desaparecer. Os conviene entonces ajustar las características de vuestra vida, para darle la oportunidad de vivir esto.
Entonces ahora, para los de vosotros, mis Hermanos y mis Hermanas, que todavía no vivieron la Gracia, no desesperéis. Pero no esperad nada, no pidáis nada. Dejad las cosas hacerse. Cuanto menos intervendrán, según las etapas que os di, más la Gracia tiene suerte de manifestarse, de instalarse, de desarrollarse. Y no sois quienes dirigen, no sois quienes deciden.
Así, por vosotros-mismos comprobareis (por vuestra experiencia y vuestro vivido), que este estado de Felicidad o de Samadhi Interior, no pide nada más que estar en vosotros, que ser vuestra Conciencia. Os pertenece también, en todas las etapas que he nombrado, de no dar más pesos a vuestra propia dualidad, en vosotros, como fuera de vosotros. Así, la instalación del Manto Azul de la Gracia se os hará cada vez más accesible y también cada vez más evidente. La Felicidad será vuestra Morada cada vez más ordinaria, que esto sea en vuestro sueño, en vuestros actos ordinarios o extraordinarios de vuestra vida. He aquí los consejos que tenía que daros. Si nos queda un espacio de preguntas, lo abro antes de que intervengan, MA ANANDA, MARÍA y yo misma, en la efusión del Manto Azul de la Gracia.
Pregunta: ¿cómo conciliar la tensión hacia la Luz y no pedir nada, no desear nada?
Mi Hermano, la tensión hacia el Abandono es justamente lo que aparece en el momento en que no existe más petición, en el seno de la personalidad. La tensión hacia el Abandono es un acto último, tal como os lo había explicado mi hermana HILDEGARD. Porque, cuando tomáis por costumbre, si se puede decir, de pensar Luz, cualesquiera que sean vuestros otros pensamientos, ordenáis la preeminencia de vuestro pensamiento sobre la Luz y esto sí crea (de si-mismo) esta tensión hacia el Abandono, que no es más una petición. ¿Porque, quien pide la Luz, si no es la personalidad? No obstante, la personalidad no puede pedir nada porque toda petición de la personalidad aleja la Gracia. En cambio, si respetáis las etapas, si ponéis en práctica las etapas, y si ocupáis vuestra vida con la Luz, llega un instante en que la Luz está allí. Pero no pidieron la Luz: vosotros pensasteis en la Luz, que no es la misma cosa. Porque la petición, incluso de Luz, es una acción. El pensamiento de Luz, la contemplación, no es una petición y no es una acción.
Pregunta: este pensamiento de Luz, que acabas de evocar, ¿concierne al mental?
Sí. El mental es vuestro amo. No podéis suprimirlo por la mente vosotros-mismos. Pero podéis orientar los mecanismos de este mental. El mental es un obstáculo al Presente porque se establece siempre en una referencia al pasado o en una proyección al futuro. Si, en vuestro presente, el pensamiento de la Luz es, en cierto modo, vuestro objetivo (y no una petición), poco a poco o bruscamente, el mental se hará como un lago en calma y comprobareis que ningún pensamiento os atraviesa. Lo mismo ocurre con la afirmación mental «Soy Uno» (que es una etapa sobre el deconstrucción del «yo soy») que acaba en lo Absoluto. El Manto Azul de la Gracia, como dijo mi Hermana MA, es el agente.
Pregunta: ¿cómo conciliar Interioridad y actividad exterior?
¿Querida, dónde sitúas tu devenir? ¿Es en la perpetuación de esta Dimensión? ¿Es en esto que crees? ¿Es en esto que te adhieres y es esto que va a ocurrir? Son a veces reubicaciones (afectivas, profesionales, interpersonales y geográficas) que son indispensables. Pero hay también un momento y un tiempo en el que entenderás y comprenderás que no hay diferencias entre tu Interior y tu exterior porque es la misma Verdad. Es decir que el exterior que tu creas es sólo el reflejo de tu propio Interior. Querer mejorar un exterior corresponde a lo que hay que ser visto en sí, antes de toda cosa. Ya que el exterior será siempre la traducción de algo que es Interior. Hasta realizar que, finalmente y en definitiva, no hay ni Interior, ni exterior, que esto sólo es el punto de vista de la dualidad.
Toda voluntad de mejoramiento, de lo que sea, al exterior, participa de lo que ha sido llamado y desarrollado largamente, la voluntad del bien. ¿Entonces, conviene hacerse la pregunta de por qué la voluntad del bien (tan loable que sea) no es el establecimiento en la UNIDAD? No puede haber allí UNIDAD en la Dualidad, es tan simple como eso. La voluntad del bien nunca podrá hacer vivir la UNIDAD. Partiendo de allí, a ti de ver si lo aceptas o lo rechazas. A ti de ver si esto hace eco o si esto es rechazado. Pero nadie más que tú puede decirte cómo actuar, cómo ser. Lo mismo ocurre, no únicamente en este dominio, pero en todo acto, toda relación, toda afección.
En cuanto esta forma de antagonismo, de oposición, o de contradicción (llámalo cómo quieres), será resuelto, ¿qué sucederá? Y bien, pasará exactamente lo que te dije: no percibirás ni diferencia, ni distinción entre el Interior y el exterior. En este momento, te bastará con hacer tuya esta divisa: «Ama y haz lo que te gusta». Pero las cosas serán profundamente diferentes porque tu conciencia no será más la misma.
Visto del exterior, esto será la misma acción, pero visto de ti, de tu intimidad, esto será profundamente diferente. Esto se llama hacerse la pregunta de su prioridades.
No tenemos más preguntas. Le agradecemos.
Hermanos y Hermanas, os propongo entonces, si aún no esta hecho, de instalaros tranquilamente allí donde estáis. Vamos a vivir, juntos, de por vuestra Presencia, de mi Presencia, así como el de MA ANANDA y la llegada de MARÍA, un espacio común abriéndoles a la Gracia. Vivamos esto, ahora.
... Efusión Vibratoria / Comunión...
Queridos Hermanos y Hermanas, rindo Gracia para vuestro recibimiento y vuestra Presencia. Las Estrellas del Manto Azul de la Gracia os saludan y os quieren. Hasta pronto, aquí o en otra parte.
Fuente: http://autresdimensions.info
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