Nos mantenemos disponibles para cada uno de aquel que nos llamará y estaremos “honrados” de ser así “llamados” así como lo sois en este momento por la Fuente ella-misma.
Somos “vuestros obligados” por lealtad a la Fuente y estamos honrados de “servir” y cantamos en vuestro Corazón en este mismo momento, el Canto de Liberación que suena: «Arriba es como abajo y abajo es como arriba.»
Vuestra llamada interior hacia nuestras Presencias permite una comunión vibratoria asegurándoos de la Verdad de vuestro Ser y de la veracidad de nuestras Presencias. Así, vuestra Alas de Luz os son devueltas y las sentís desplegarse en vosotros, asegurándoos de la Libertad que viene.
Vuestro duodécimo cuerpo se activa también cada vez más, dándoos la capacidad de comulgar con nosotros, de Presencia a Presencia a través de nuestra propia geometría vibral en movimiento.
Sentíos aniquilados en la nada, porque la vacuidad es una construcción mental que no tiene ninguna existencia. Aniquilarse es volver ahí donde no hay mental, entonces no de vacuidad, solo al Ser, en su esencia Eterna, más allá de los filtros que nos van a permitir comulgar libremente con vosotros y vosotros con nosotros en todo tiempo.
No tengáis miedo de la nada porque no existe …
Aniquilaos en nosotros, en este Corazón, en este espacio en el seno de nuestras Presencias reunidas.
Así podremos aniquilar en vosotros, todo lo que os pesa por nuestra simple Presencia eterna y cariñosa. Viendo vuestro efímero así, se va a desvanecer él mismo delante de vuestra Autoridad reencontrada en vuestra Eternidad.
Vosotros soys el Maestro de los lugares en vuestro Corazón y nosotros somos los invitados de las Moradas Celestiales.
Hasta pronto en vuestras Moradas de Eternidad y aquí en vuestros Corazones.
Cantemos en el Silencio de nuestras Presencias esta llamada de la Luz, en el seno del Coro de los Ángeles.
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