Yo soy Isis, la que aporta para esta humanidad la totalidad de las 12 virtudes de la Madre Divina.
Yo soy tu madre en la carne y soy tu hermana en el Espíritu.
Mi Presencia viene hasta ustedes acompañada de las huestes del Ángel Solar, que los saluda, y juntos, infundimos nuestras bendiciones a este mundo.
...Donación de la Gracia...
Hijos e hijas bien amados, muchos de ustedes, de entre aquellos que me leen, florecen como bellas flores en el Jardín de la Madre Terrena, exhalando su fragancia de perfume único.
Otros de entre mis hijos e hijas son aun semillas, simientes que aguardan para germinar. A éstos , yo les digo: nada teman, pues yo vigilo por ustedes, el tiempo de vuestra bienaventuranza está próximo.
Hay aquellos cuya simiente ya germinó, y un pequeño brote verdeante despunta en el suelo sagrado, a éstos, les digo: Yo les envío a mis ángeles, para que den de beber a sus raíces, y para darles el soplo de la vida a su sabia.
Hay algunos de mis hijos cuyas hojas ya despuntan vigorosamente. A éstos les digo: cuiden que la luz que penetra su piel se adentre en todos los ambientes de su templo, ningún rincón es más importante que otro, la puerta que se encuentra abierta, ilumina y es iluminada.
A los, que florecientes en gloria y esplendor, oyen mis palabras: Suban la montaña sagrada, donde encontrarán a la abeja divina, aquella que trae el polen del Bien-Amado, la que completa el proceso de sus nupcias místicas y fecundas.
Hay aun, algunos de entre ustedes que iniciarán su proceso de fructificación, a éstos, oigan lo que tengo que decir: tengan paciencia en cuanto al fruto que no se encuentra maduro. La madurez está compuesta también por factores que escapan a su control, pero aun así, no deben desanimarse por la espera.
A los frutos que se encuentran maduros, pocas palabras pueden ser dichas, si no que aquellos que necesitan y que son compatibles en sabor, vendrán.
Yo les pido, hijos e hijas, que no hagan de estas palabras una medida de su experiencia, antes, atiendan hacia donde su sentido apuntan, mismo más allá de su significado más aparente, porque ustedes son completos desde siempre, porque ustedes son la totalidad del árbol, si, pero como niños localizadas en un límite del espacio y del tiempo, están en un punto, en un punto que es mutable, que es intercambiable, pero que aun así, un punto.
No hagan guerras por las palabras. Al inverso de eso, cultiven la paz, porque si su árbol es cultivado y crece bajo la égida del Rayo de la Paz, su fruto será de paz, su simiente será de paz, y su crecimiento será pacífico.
Antes que yo deje sus pensamientos, me gustaría resaltar nuestra unidad, me gustaría resaltar la comunión con el corazón de la Madre Terrena, que es vuestra morada. Que sus pies estén firmes en el suelo sagrado, al mismo tiempo en que se elevan al Cielo, este es el secreto de la humanidad.
Yo los amo, los acojo sin restricciones; que vuestra morada sea bendecida.
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Este mensaje hace parte de la serie Suelo de la Divina Madre, para visualizar a los mensajes anteriores, acceda al:
Traduccion: H. N.
Yo soy tu madre en la carne y soy tu hermana en el Espíritu.
Mi Presencia viene hasta ustedes acompañada de las huestes del Ángel Solar, que los saluda, y juntos, infundimos nuestras bendiciones a este mundo.
...Donación de la Gracia...
Hijos e hijas bien amados, muchos de ustedes, de entre aquellos que me leen, florecen como bellas flores en el Jardín de la Madre Terrena, exhalando su fragancia de perfume único.
Otros de entre mis hijos e hijas son aun semillas, simientes que aguardan para germinar. A éstos , yo les digo: nada teman, pues yo vigilo por ustedes, el tiempo de vuestra bienaventuranza está próximo.
Hay aquellos cuya simiente ya germinó, y un pequeño brote verdeante despunta en el suelo sagrado, a éstos, les digo: Yo les envío a mis ángeles, para que den de beber a sus raíces, y para darles el soplo de la vida a su sabia.
Hay algunos de mis hijos cuyas hojas ya despuntan vigorosamente. A éstos les digo: cuiden que la luz que penetra su piel se adentre en todos los ambientes de su templo, ningún rincón es más importante que otro, la puerta que se encuentra abierta, ilumina y es iluminada.
A los, que florecientes en gloria y esplendor, oyen mis palabras: Suban la montaña sagrada, donde encontrarán a la abeja divina, aquella que trae el polen del Bien-Amado, la que completa el proceso de sus nupcias místicas y fecundas.
Hay aun, algunos de entre ustedes que iniciarán su proceso de fructificación, a éstos, oigan lo que tengo que decir: tengan paciencia en cuanto al fruto que no se encuentra maduro. La madurez está compuesta también por factores que escapan a su control, pero aun así, no deben desanimarse por la espera.
A los frutos que se encuentran maduros, pocas palabras pueden ser dichas, si no que aquellos que necesitan y que son compatibles en sabor, vendrán.
Yo les pido, hijos e hijas, que no hagan de estas palabras una medida de su experiencia, antes, atiendan hacia donde su sentido apuntan, mismo más allá de su significado más aparente, porque ustedes son completos desde siempre, porque ustedes son la totalidad del árbol, si, pero como niños localizadas en un límite del espacio y del tiempo, están en un punto, en un punto que es mutable, que es intercambiable, pero que aun así, un punto.
No hagan guerras por las palabras. Al inverso de eso, cultiven la paz, porque si su árbol es cultivado y crece bajo la égida del Rayo de la Paz, su fruto será de paz, su simiente será de paz, y su crecimiento será pacífico.
Antes que yo deje sus pensamientos, me gustaría resaltar nuestra unidad, me gustaría resaltar la comunión con el corazón de la Madre Terrena, que es vuestra morada. Que sus pies estén firmes en el suelo sagrado, al mismo tiempo en que se elevan al Cielo, este es el secreto de la humanidad.
Yo los amo, los acojo sin restricciones; que vuestra morada sea bendecida.
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Acervo da Escola Luz
Viva - Lamek: Suelo de la Divina Madre.
Traduccion: H. N.
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