La Fusión, es la Unidad. En la pareja, por ejemplo, es cuando los dos solo hacen Uno. Eso no se limita a la fusión sexual tántrica que es también magnífica. La Fusión, es la manifestación de la Unidad, de la pareja divina sobre la Tierra y esto cotidianamente. No es “yo expreso mi corazón a quien quiero y cuando quiero”. El orgullo de la personalidad se cree todo permitido. Es “yo amo y honro quien tú eres ya que lo que tú eres, soy yo. Nosotros somos Uno”. No hay lugar aquí para la temporalidad o el condicionamiento. Cuando ustedes vibran intensamente por un hombre o una mujer, es natural expresar vuestros sentimientos hacia él. No se finge con el amor. El amor los revela a lo sagrado, los revela a lo divino. El amor es eterno. Es la Fuerza que les permite vivir y amar, porque somos eso, Amor.
Ahora, si aquel o aquella que ustedes aman no llega a manifestar su amor hacia ustedes y él o ella impone constantemente distancias entre ustedes y él /ella, y bueno lárguense. Ese ser pasará su tiempo teniendo el poder sobre ustedes imponiéndole sus reglas. Eso no es amor. Es el miedo al abandono al amor. Es inútil esperar sea lo que sea de ese individuo que rechaza darse o que da cuando quiere.
El Don, es la espontaneidad del corazón. Cuando se ama verdaderamente a alguien, se está presente para ella o él. Es pues evidente que aquel o aquella que rechaza compartir este amor con ustedes no está listo para vivir el amor sagrado. El amor incondicional, es cuidar al otro, no en el apego o en cualquier voluntad de bien, es responder naturalmente a su llamado, como el sol llama a la Tierra y la Tierra llama al sol, es compartir juntos este amor divino, esta alegría, esta felicidad que expande la belleza y la armonía en ustedes y alrededor de ustedes. Eso no les impedirá continuar amando a aquel o aquella que los huye, porque cuando ustedes viven en Unidad, viven en la beatitud, pero amarán a este hermano o esta hermana querida por vuestro corazón, en silencio.
La mujer, es la Tierra que se deja fecundar, que se deja bombardear de amor por el sol, el hombre. Así, ella lleva la vida y da la vida. Uno no va sin el otro. Sobre la Tierra, esto sucede así. Es pues importante vivir plenamente vuestra encarnación con los seres que ustedes aman, incluso si ustedes no son este cuerpo. El espíritu que ustedes son es libre de experimentar el amor en la carne. Solamente el Espíritu honra el templo que lo alberga contrariamente al ego de la personalidad que no le interesa el templo y que va a pasar su tiempo a despreciarlo.
Así pues Señoras, Señores, mis hermanos y mis hermanas, dejen a los seres que aseguran vivir en Unidad, vivir Cristo y que están muy lejos de vivir la Gracia. Esos seres los desprecian sin escrúpulo. No tienen conciencia de lo que hacen. Generalmente, ellos los dejan. Suelten lo efímero, porque ustedes no los liberan si se aferran a sus ilusiones. Los que pasan al lado del amor vivirán un día el amor, no deben inquietarse por ellos, porque el amor es lo que ellos son en Verdad, tanto como ustedes. La Verdad de quienes son ustedes se vive. No es un saber, es una vivencia. Cuando ustedes están animados por el amor, por vuestra eternidad, honran a todos vuestros allegados por vuestra presencia amante y benevolente. Ustedes les dan gracia. Ven el amor en cada uno, incluso en los que no vibran todavía sobre la frecuencia de lo incondicional, en verdad ustedes contemplan lo que son en cada uno, tanto como la Fuente se contempla en cada uno. Nosotros somos eso.
http://etoileenincarnationjournaldebord.blogvie.com/2016/02/03/la-fusion/
Traducción A.I.
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