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Amados hermanos del Amor, vengo hoy como Estrella Unidad, pero también de permitirles llamar a la puerta de Cristo mientras él llama también a su puerta.
Mis palabras serán todavía más simples que habitualmente. Vengo en cierto modo a exhortarles, haciéndoles unas preguntas, que deben hacerse ustedes mismos, en su Corazón:
- ¿Qué es lo que quieren ser, quieren ser el Amor o ser todo el resto, quieren llevar a cabo experiencias hechas de alegrías, hechas de sufrimientos, hechas de esperanzas y desesperaciones o quieren ser el compañero o la compañera de Cristo? Él que los toma por el hombro en este momento, a menudo a su izquierda.
Soy la que ha obrado como Estrella Unidad, como compañera del Cristo, a abrir en el Canal Marial la posibilidad para Cristo, de tocarlos, de llamarlos, de tocar a su puerta.
Entonces - ¿Hoy quieren responder a esto !quieren llamar a su puerta o quieren llamar a todas las puertas de la manifestación, quieren probar todas las experiencias, o quieren la Paz! !quieren esta Eternidad más que todo! No como un deseo de la persona, pero si como una rendición sin condición al Cristo?
El que les dice: «Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida», «No sois de este mundo »,
« Lo que hacen al más pequeño de entre vosotros es a mí que lo hacen». Cualesquiera que sean las frases, o que desvían la mirada para leer las frases notificadas del que recorrió, como ustedes hoy, con sus pies el suelo de esta tierra. - ¿Quieren que vuestro reino sea en este mundo o han percibido, comprendido y vivido en totalidad, o en parte que su Reino no es de este mundo?
Lo que no quiere decir rechazar la vida en este mundo, ni sobre este mundo, pero más bien trascenderla por la Gracia, trascenderla por el Amor, no con el esfuerzo de su persona, pero si por la rendición total de lo que llaman “su vida” hasta el presente.
Entonces, claro, para el que está aún instalado, cualquiera que sea la manera y cualesquiera que sean los obstáculos, en este efímero de su vida, no se encuentra a los pies de la montaña, pero si a los pies de lo que parece ser un precipicio sin fondo, el último paso, la puerta está abierta; la Puerta Estrecha ya la tienen probablemente atravesada, a la vuelta de sus experiencias, a la vuelta de sus alegrías, a la vuelta de sus reencuentros, entre ustedes, entre nosotros.
Pero hoy, Cristo, poniendo su mano sobre sus hombros, viene a decirles «Dejen a los muertos enterrar a los muertos, solo amen y síganme, vuélvanse yo, pongan sus pasos sobre mis pasos, abran su Corazón como yo lo abrí, no tengan miedo de ningún sacrificio».
Incluso si concebimos perfectamente los unos y los otros, de ahí desde donde estamos, que a veces hay alguna dificultad y esta dificultad la tienen, desde su punto de vista, desde su posicionamiento.
El Cristo viene a lanzar su Llamada, porque María está preparada también para hacerla.
No se preocupen de otra cosa que de saber en ustedes, pregúntense ustedes mismos, no con el intelecto pero si por el Corazón, únicamente con el Corazón:
- ¿Qué quieren fundamentalmente, qué quieren ser y finalmente, qué son? ¿Qué esperan o qué rechazan? El no uno como el otro, que estén en la espera o en el rechazo, privándoles de la Libertad del instante. La Unidad, la Humildad, la Ética, la Integridad y el Cristo son los únicos medios de llevar a cabo, yo diría, de lo que todavía puede manifestarse como resistencias, cierto, temporales, pero a las cuales a veces se adhieren, y se identifican.
Así como les dijo el Arcángel, como les dijo el Elohim de Orión, no se preocupen de esto, no vean el vaso medio vacío, sino vean el vaso medio lleno. Y finalmente no hay ni vaso ni agua, hay simplemente la Plenitud.
Toda manifestación es sólo la vida vista por un prisma. Que esto sea la alegría, que esto sea la paz, que esto sea el sufrimiento de este cuerpo o elementos de vuestra vida que no están pacificados, pidan, pidan al Cristo de abrirles Su Puerta, pidan al Cristo de ayudarles a abrir la suya, con el fin de comulgar.
La Libertad, la Liberación está en curso sobre esta tierra. Hay que ser muy ciego para no ver lo que pasa en ustedes como sobre este mundo y pronto en sus cielos. Todo esto lo saben, todo esto lo han esperado, temido, creído, no creído, pero, finalmente ahora lo viven, que sea en su creencia o en su incredulidad.
Y recuerden que en estos tiempos que se celebran desde esta semana y que se abren, en este día de la fiesta del Arcángel Mikaël, en este día tienen toda la Libertad de escoger, no como una elección del alma, pero si como la demostración pertinente y perfecta del Amor que son.
Si hay Amor no puede haber miedo, si hay Amor no puede haber juicio, si hay Amor solo puede haber Humildad, Integridad, solo puede haber Alegría, solo puede haber Paz Indecible. Todo esto lo saben, lo viven por momentos, pero efectivamente, según sus vidas, algunos elementos pudieron colarse, intercalarse e interponerse entre ustedes y la Verdad Eterna. Todo esto ya no existe más. El Cielo fecundó la Tierra, la Tierra respondió al Cielo y ustedes también.
No hay más que a vivir, simplemente con la misma sonrisa, la misma gentileza, el mismo Amor, sin esforzarse, estando simplemente en la espontaneidad y la totalidad del instante. No hay otro modo para casarse con el Cristo, de encontrarlo y de hacerlo. No hay ninguna otra alternativa.
Ningún conocimiento les será de alguna utilidad. Que este conocimiento concierna a lo que fueron en el curso de sus peregrinaciones. Ustedes peregrinos de la Eternidad que embarrancaron sobre esta tierra, que se acomodaron o que se debatieron en esta ilusión.
Todo esto pónganlo de lado, pongan de lado también su capacidad de observarse como lo hicieron, de ver lo que tenían que ver. Ahora deben ir más allá de la visión, más allá de la apariencia, penetrar en la Esencia donde todo es silencio, penetrar en la Esencia donde hay realmente Alegría y donde está el Cristo, él los espera, como ustedes lo esperan.
Entonces no hay más espera, porque esto es desde ahora. Desde el instante en que hacen silencio, desde el instante en que no dejan, no como un esfuerzo, pero si como alguien que comprendió que cuando suben unos pensamientos, cualesquiera que sean, no son los suyos, ellos sólo pasan.
No son estos pensamientos que pasan, no son estos problemas como no son las satisfacciones de este mundo. Busquen la Verdad, busquen este Último, no como una búsqueda pero más bien como dije, como capitulación, como rendición a la Voluntad del Uno, a la Voluntad de la Fuente y a la Voluntad de Cristo Mikaël.
Esto es ahora, esto no es en un futuro, esto no es a través de un ascetismo, esto no es a través de ejercicios, cualesquiera que sean, pero si, en vivificarse en la Plenitud y en la totalidad del instante presente porque, en definitiva, cuando confían en Cristo, confían en el Presente. Tienen una Fe que levanta montañas y sobre todo, tienen el Amor que Son y nada puede reemplazar este regalo inestimable que ustedes mismos se hacen. Ninguna suma de dinero, ningún amor, ninguna alegría, ningún desamparo, nada tiene peso delante de esto.
Sean amantes con la Tierra, sean amantes con su Cuerpo, sean amantes con la Vida y sean aún más amantes con sus enemigos, porque el Amor lo vence todo, no existe ninguna fuerza que pueda mantenerse delante del Amor. No el Amor que podrían proyectar hacia un ser querido e incluso hacia el Cristo, pero si realmente el Amor que Son y para eso, todo lo demás les debe de ser llevado, debe ser despojado.
Vivir la Humildad no es esconderse en el fondo de una cueva, es ser humilde en pensamiento, es ser humilde en Verdad, es ser amantes, cualesquiera que sean las circunstancias que la vida les propone, cualquiera que sea el Ser que encuentren, aunque sea sólo el tiempo de una mirada, el tiempo de un intercambio, entonces la única y última pregunta que debe quedar y que se deben de hacer, si aún no está hecha, no es la decisión de acoger al Cristo, es verdaderamente de acogerlo y para acogerlo hay que desaparecer, desaparecer a ustedes mismos, desaparecer a su historia, desaparecer a un futuro, desaparecer a las interacciones de los unos con los otros, para únicamente guardar esta Esencia que es el Amor, Libertad y Justicia, en su sentido y aceptación la más noble.
Claro que hubo muchas preparaciones que más o menos vivieron pero, si ven realmente alrededor suyo, comprobaran que hay hermanos y hermanas que se abren sin haber pedido nada y que están, instantáneamente, en la Energía del Amor, en la presencia del Amor, porque ellos son Amor. Ellos no pidieron nada, no escogieron nada, ellos no llevaron ningún ascetismo, ninguna oración y sin embargo su alma es pura.
Entonces no juzguen nada. Que el que se les dirige sea cerrado o abierto, Liberado o hasta sea el mismo Cristo, acójanlo con el mismo Amor, ábranse a todos ellos y a cada uno, ábranse a la Energía del Cielo, la Energía de la Tierra, cualesquiera que sean las energías, cualesquiera que sean las manifestaciones.
Recuerden lo que les decía el Comendador: «Lo que la oruga llama la muerte, la mariposa lo llama nacimiento», y ahora están en la fase de crisálida.
Las manifestaciones vibrales que los rodean, las diferentes manifestaciones de lo que nuestros hermanos orientales llaman los Chakras, los circuitos de energía, giran, yo diría, a pleno régimen. Déjenlos girar, no los necesitan, velen y recen simplemente para quedar humildes, para quedar sinceros, para quedar íntegros, no según su juicio pero si según lo que el Amor y la Luz manifiesta en ustedes, y para ustedes, y para el otro puesto que no hay otro, sólo hay ustedes, hay una multitud de ustedes, todos diferentes y sin embargo todos relacionados a la misma Unidad, con el mismo fundamento y la misma finalidad.
Entonces, si algunos de nuestros hermanos y hermanas no ven esto, concédanle la libertad de gozar de sus experiencias, de aprovechar de sus experiencias o de sufrir de ellas, pero ustedes, conserven la misma mirada, la misma compasión, el mismo Amor. Que esto sea con el Cristo, o que esto sea con el más opuesto. No tienen nada a proponer de otro, de más fuerte y de más verdadero que lo que Son en realidad. Todo conocimiento es inútil para ser eso.
No tienen nada que apropiarse, tienen solo que restituir el manto de lo efímero al Cristo, con el fin de que lave sus vestiduras en la sangre del cordero.
Todo esto ahora les queda a actualizar, a manifestarlo de manera llena e integra, de manera total, de manera indefectible. Repítanse esto cada mañana, no como una letanía pero si como una evidencia que tienen que vivir desde su despertar, hasta su sueño.
No tengan más en cuenta experiencias cualesquiera que sean, incluso las más espirituales que los conducirían a viajar en el seno de los mundos y espacios multidimensionales. No tengan en cuenta los encuentros que llevamos juntos, es cierto que fueron importantes y lo serán siempre, pero no es lo esencial, siempre se lo dijimos. Era sólo un medio de favorecer este nacimiento y esta apertura de la puerta. La Puerta Estrecha que tienen atravesada, la Puerta de Cristo que se abrió en ustedes, la mano sobre el hombro del Cristo, lo más cerca de su Canal Marial. Estamos ahí también para ustedes, y estamos ahí para nosotros, en la misma Unidad, a la misma Verdad.
Por supuesto, este mundo no está hecho de Amor, lo saben incluso si el Amor está imperativamente presente para la manifestación de toda vida, incluso alterada, hasta desviada como es el caso sobre esta tierra. Esta desviación, esta falsificación inició su fin en principios del año 2009 y que va hacia su final ahora.
Instálense en la Paz porque cuando la Paz llegue, si ustedes mismos no son la Paz, ¿cómo podrán vivir la Paz? Esta Paz podrá ser vivida como una intrusión, como algo que no es querido, ¿es esto lo que desean?
Qué desean, no su alma, qué desean simplemente aquí su Consciencia, aquí, en el instante, haciendo abstracción de todas las penas, de todos los sufrimientos y de todas las alegrías que pudieron vivir, en las circunstancias de esta vida como en todas sus vidas. Viene un momento donde hay que abrir los brazos o cerrarlos y esto solo les pertenece a ustedes.
Entonces quédense en esta Humildad y esta Sencillez y sobre todo quédense abiertos, sea lo que sea lo que les de la Vida a vivir, sepan que ni su mental, ni su consciencia, nunca podrán conocer en totalidad los pormenores de una situación que irrumpe en sus vidas, pero simplemente tendrán aclaraciones posteriormente, en el momento en que practiquen la Confianza, la Fe, porque la Fe levanta montañas, porque en la Fe absoluta no pueden existir preguntas.
El Cristo llena todos los intersticios vacantes en ustedes. No hay más intersticio para la sombra, solo hay lugar para la pura Luz.
Así pues vengo a exhortarles a situarlos no simplemente como el observador, no simplemente como el que se comunica con nosotros o entre nosotros, pero el que está ahí, radiante y apacible y el que no quiere nada, que no pide nada y que Es. Ahí se encuentra el éxtasis, pero más allá del éxtasis se encuentra la Paz.
Más allá del éxtasis se encuentra la Verdad que es común a cada uno, porque esta Verdad no puede sufrir ninguna derogación, en este mundo.
Este mundo que no puede más con las contradicciones, este mundo que no puede más con marcos establecidos perpetuamente, que impiden la Libertad y es sin embargo en este mundo que toman nacimiento y toman el vuelo hacia la Verdad Eterna, aquí sobre este mundo.
Velen y rueguen, sean compasivos con ustedes mismos, sean sobre todo este Amor espontáneo que emana de ustedes en el momento en que hacen abstracción de lo que concierne a su persona. Porque el Amor no concierne a su persona sino que concierne a la totalidad de la Vida en todas sus manifestaciones.
Así pues reencontrarán el hilo, reencontrarán su Eternidad y sobre todo reencontrarán al Cristo, y sobre todo reencontrarán la Libertad, no la que se acomoda con cualquier libre albedrío, no a la que se acomoda con un karma o de cualquier limitación, pero si la Libertad total y absoluta de la consciencia finalmente liberada de ella-misma, liberada de los acondicionamientos y sobre todo, liberada de sus miedos. Sólo hay el miedo o el Amor, esto fue dicho en numerosas ocasiones, muéstrenlo, demuéstrenselo a ustedes-mismos, no como un esfuerzo, no como un ascetismo, pero instalándose en la Eternidad del instante que contiene todos los demás instantes, y que contiene todos los demás momentos.
Cristo solo puede estar ahí y en ninguna otra parte, en el Corazón del Corazón, en el Centro del Centro, entre lo que llaman, Unidad, la Puerta Unidad, la Puerta Al, el Chakra del Corazón, lo que llaman también el noveno Cuerpo o Cuerpo de Esplendor de lo Divino, así como la Puerta Ki-Ris-Ti.
Todo esto se alquimiza con el Canal Marial y con el Cristo que desembocando en la Alegría, una Alegría sin objeto, sin soporte, que no depende de ninguna circunstancia, porque la Vida y la Creación son Alegría Eterna.
Sólo en la privación de esta Libertad, y de esta conexión, es que encontrarán el sufrimiento, esta conexión, esta Verdad pone fin a todo sufrimiento, a todo cuestionamiento, a toda interrogación y a toda duda.
Apóyense en Él como yo me apoyé en Él en mi vida. Lo que hice en vida así como algunas de mis Hermanas, sea Hildegarde, que sea Santa Teresa, que sea María, misma. Todo esto lo pueden realizar del mismo modo. Recuerden que Cristo había dicho, a su viviente, en encarnación, él nos decía, como lo transcribieron los que lo transcribieron: «Lo que yo hago, lo haréis y mucho más grande todavía», no porque son Todo en este mundo sino, justamente, porque no son nada en este mundo.
No se trata de flagelarse, no se trata de mutilarse, no se trata de negar la Vida, pero más de aceptarla en totalidad con todo lo que ella se presenta, porque hay en ustedes una posibilidad de trascendencia y de resilencia que les es propia y que permitirá, sin esfuerzo, sin dificultad, de decir como el Cristo dijo sobre la cruz:
«Padre, remito mi Espíritu entre tus manos». Pero recuerden que antes de decir esta frase hubo otras frases que tal vez ya pronunciaron: «Padre, por qué me abandonaste», es la agonía en el Jardín de Gethsémani, en el Jardín de los Olivos.
Todo esto es lo que viven en este momento, es exactamente la misma cosa con una intensidad que les es propia, con palabras y acontecimientos de vidas que les son propias, pero que en definitiva sólo traducen la única Verdad, la del Cristo y de su regreso sobre este mundo, no por las vías habituales, yo preguntaría, ¿acaso la primera encarnación del Cristo era una vía habitual? Ahí está el secreto.
He aquí lo que les tenía que decir, sean Hombres, sean Verdaderos y sean Amor porque lo Son y que todo el resto sólo pasa y fallecerá antes de que su último aliento en este mundo se apague.
Entonces ocúpense de lo que Son más que de su parecer, más que de su cuenta en el banco. Pero, una vez más no es cuestión de negar el mundo, sino de trascenderlo, de sobrepasarlo estando plenamente aquí presentes, con los pies sobre el suelo, la cabeza en las Estrellas y el Corazón en la Eternidad.
Esto es posible instantáneamente. No hay ninguna barrera que Cristo no pueda derribar con una simple mirada. Tienen la misma capacidad, la misma potencia e incluso más grande, pero sean humildes por eso deben desaparecer, para aparecer en otra parte, quedándose aquí, pero trascendidos, transparentes y amantes.
El tiempo llegó para esto, el tiempo llegó de soltar todas las cargas, porque lo que se les propone, en términos que les son propios es: ¿Quieren ser la Eternidad, quieren seguirme, o jugar a sufrir, jugar la experiencia en la Tierra? La Tierra ya no estará más ahí para eso, porque ella pasa a otra octava de manifestación, en otra octava de apariencia que no tiene nada que ver con el mundo que sus sentidos perciben.
Entonces, deben ver, ¿siguen a la Tierra en su ascensión, o viven la Ascensión? A ustedes les toca decidir. No hay ninguna barrera que Cristo no pueda derribar, no hay ninguna condición, que sea de salud, moral, social o afectiva que pueda, de alguna manera, impedir al que llama para entrar, si lo acogen.
Amar y servir en la Humildad y en la grandeza de la consciencia Liberada, en la grandeza del alma disuelta por la potencia del Fuego del Espíritu. Todo esto es ahora. No hay ningún esfuerzo, porque si hay un esfuerzo, entonces no es Amor. El Amor no es un esfuerzo, el Amor es todo excepto un esfuerzo.
Vean esto en sus vidas y rectifiquen, si esto es necesario, en sus comportamientos, en su modo de sonreír, en su modo de mirar, en su modo de hablar. Yo diría que hay que girar siete veces la lengua en la boca, sino, llamen siete veces al Cristo antes de expresarse, sobre todo cuando hay una circunstancia o una situación o una comunicación delicada y verán que la Luz hará su obra, mucho mejor que las explicaciones que podrían aportar, o la inteligencia misma que podrían poner en eso, porque la inteligencia de una persona nunca logrará alcanzar la inteligencia del Corazón y de la Luz.
Se trata de dos cosas que son, inconciliables e irreconciliables, esto lo saben, lo viven para muchos de entre ustedes, una vez más a su manera, pero cada lección, cada alegría, cada pena y cada dolor son los mismos estimulantes para permitirles reencontrar y encontrar al Cristo en totalidad.
Sean perfectamente conscientes de esto, sean perfectamente lúcidos y sobre todo humildes. Esto no quiere decir, una vez más, borrarse o desaparecer de toda relación, de toda comunicación o actividad, pero sí de trascender lo que llevan en su vida a la luz del Amor, de alumbrarla por el Amor y de manifestar sólo el Amor. Hagan lo que hagan de su vida, emprendan lo que emprendan hoy, el Amor es simple, el Amor es fácil, el Amor es evidencia.
El mental y la persona eran resistencia, dificultad y contrariedad. El Amor nunca será una contrariedad, si hay una contrariedad en este momento, esto está ligado en ustedes, al encuentro del Cielo y de la Tierra, es decir al encuentro de su efímero con su Eterno. Si aceptan este encuentro, entonces el efímero mismo desaparecerá, sin esfuerzo, sin voluntad, sin deseo. Vayan y dedíquense a sus ocupaciones pero háganlas con el mismo Amor, cualesquiera que sean las circunstancias, cualesquiera que sean las ocupaciones.
En resumen, hoy más que nunca, es en el cumplimiento de su vida, en el cumplimiento de este cuerpo, es lo que tienen que manifestar, cualquiera que sea su edad, que estén en la última parte de su vida o en la primera parte de su vida, que sean un hombre, que sean una mujer, que sean incultos o letrados, esto no tiene ninguna incidencia para el Cristo que está aquí. Entonces a ustedes de ver, a ustedes de instalarse en lo que Son.
He aquí lo que tenía que recordarles simplemente y humildemente.
Soy Gemma Galgani, su hermana en Eternidad, la que lleva la Unidad, la que se casó con el Cristo, y hoy todos pueden ser unos Gemma Galgani, todos pueden ser unos Hildegarde de Bingen, pero para esto hay que aceptar no ser nada más, exceptuando de ser Todo para el Cristo.
He aquí lo que les tenía que decir, es un estímulo, una exhortación a ir allá, a ir hacia el Corazón del Corazón, al Centro del Centro, ahí donde lo que nuestros Hermanos Ancianos llamaron el Infinito.
La Presencia o la Última Presencia. La Morada de Paz Suprema, ella está aquí, no tiene nada que hacer de sus sufrimientos, de sus dolores, de sus dudas, de sus interrogaciones o hasta de sus alegrías, y esto se instala cada vez más, vívanlo. Rendimos Gracia juntos.
Soy Gemma Galgani y los Amo. Que la Paz, el Amor y la Paz de Cristo descienda en ustedes y remonte en ustedes
Hasta pronto.
Mensaje recibido y transmitido por Fetnat.
Les Transformations
Traducción Pierre Díaz
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