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jueves, 14 de agosto de 2014

MARIA 21 de diciembre de 2005.Jean Luc Ayoun


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Yo soy María, Reina del Cielo y de la Tierra, heme aquí, encantada de estar con ustedes esta noche en este periodo tan importante que precede a la conmemoración del nacimiento de mi Divino Hijo. Yo me dirijo a ustedes para instaurar, en su corazón, un mensaje de expectativa y de esperanza, un mensaje también vinculado al amor que llevo en mí como Madre universal para cada alma encarnada en este planeta. Vengo a ustedes en este período previo a la conmemoración del nacimiento de mi Divino Hijo, porque en este año en particular va a ver abrirse un período importante a nivel de las conciencias, un período importante en la elevación de conciencias, y de apertura de conciencias.


A través de las correlaciones existentes entre las manifestaciones elementales y las existentes en la personalidad encarnada, se manifestará una mayor sed de Luz, una sed de autenticidad mucho más importante en los próximos años. Su sentido de humanidad, el de fraternidad, y el sentido de divinidad se fortalecerá a través de lo que van a observar, a través de lo que van vivir en su fuero interno, como también a nivel planetario. De este modo, será mucho más fácil para ustedes centrarse en el Corazón, por la existencia misma de algunos sucesos elementales que sobrevendrán próximamente en este planeta.

Hay una serie de importantes aspectos planetarios y cósmicos que están llegando hasta esta, mi humanidad, querida. Estos elementos de naturaleza electro-fotónica son para revelar, y despertar en ustedes la dimensión Divina en el espacio Sagrado del corazón. Estos momentos importantes, les ofrecerá la posibilidad de conectarse a la auténtica Fuente Divina, dejando brotar la Divinidad en ustedes, para el bienestar del alma, como también para todas las almas que encuentren en su camino terrestre, en los años venideros. A través de una serie de elementos, que sé, que han sido informados, existe la posibilidad única de abrir completamente el Corazón, de manera que sientan manifestaciones después de algunos momentos, en ese lugar y en los diferentes centros de Luz, en la cabeza, en la espalda y los pies, y se unan en el centro sagrado, que es el corazón, para que redescubran la humanidad, la fraternidad y Divinidad que ustedes son.

Esta vibración, que comenzará a aparecer en los momentos siguientes, a través de este importante trabajo que realizaré, con su consentimiento, sobre el corazón, requisito previo, que les permitirá volver a centrarse para el establecimiento del niño Cristo, el niño Rey, la Divinidad y la pureza del alma, en el corazón, para prepararlos a vivir en la mayor serenidad las modificaciones elementales que deben sobrevenir, que les permitirá encontrar la Fuente que sacia la sed de Divinidad, de Absoluto, de Luz auténtica que todo habita, mis queridos hijos.

Vengo a abrir vuestro corazón: en su mensaje (ndr: OM Aïvanhov), un poco más encarnado que el mío, pero aun cuán importante para el futuro encarnado de este planeta. A través de su afiliación, él es capaz de completar la obra de mi Divino Hijo. Así como de abrir las puertas que conducen al cielo, también a Agartha, el mundo intra Terrestre, porque ya es tiempo de revelarla a la conciencia de la humanidad para obrar de acuerdo, en hermandad, a la elevación de lo que llaman; todas las conciencias y la conciencia planetaria, hacia el éter de la quinta dimensión. El trabajo preparatorio ha sido inaugurado, hace ahora más de un año en este planeta y ciertas almas predestinadas a mi Divino Corazón, a mi Divino Hijo, para la constitución de ese canal particular de comunicación entre esta tercera dimensión y la quinta dimensión, entre la humanidad dividida, y separada (que acercándose a la Luz auténtica), a fin de recibir la totalidad del Espíritu Santo, toda la Luz e irradiar toda esta Luz auténtica, a través de su corazón alineado a su dimensión Crística. Esto, queridas almas era lo que tenía que aportarles así y como mi bendición.


Pero más allá de las palabras y las vibraciones sonoras, quiero despertar en cada uno de ustedes, queridos hijos, el elemento Crístico en su Corazón, que, les repito es la reunificación de la fraternidad, de vuestra humanidad y Divinidad. Todo esto en un corazón triplicado resuelto en la Unidad, que es la Luz de mi Divino Hijo y de la Fuente que ustedes Son, más allá de las máscaras de la apariencia, y de las máscaras puestas por las diversas encarnaciones que han vivido, durante sus peregrinaciones por el mundo de la tercera dimensión, desde hace mucho tiempo.


La Paz sea con ustedes queridos hijos. Los amo y los bendigo.


www.autresdimensions.com
Jean Luc Ayoun
Traducción: H N. Agosto de 2014.
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com


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