Mi vientre es el caldero de la transformación y de mi vientre a tu vientre, yo te saludo. Saludo a todos con la bendición de la regeneración, los saludo con el arrojo de la muerte, y en la perfecta apreciación de la vida.
Yo soy el antiguo espíritu de la Tierra. Me manifesté a lo largo de incontables eones a través de una infinidad de nombres y formas para alcanzar y encender el fuego de sus calderos. Hijos e hijas, me manifiesto este día, una vez más, como Ceridwen*, la señora del caldero, la anciana blanca, señora de la vida y la de muerte, señora de los misterios de la transformación, señora de la sabiduría y de la iniciación en los misterios ocultos de la naturaleza.
Mío es el caldero de transformación donde el día se convierte en noche y la noche se convierte en día, mío es el caldero de la transformación donde una estación toma el lugar de la otra para después ella misma ser substituida. Yo soy el caldero de la transformación donde el Sol sucede a la Luna y la Luna sucede al Sol. Yo soy el caldero de la transformación donde la Luz se encuentra con la oscuridad y reconocen el misterio de la unidad. Yo soy el caldero de transformación y quien bebe de este él trasciende el miedo a la muerte porque reconoce, además de la apariencia de la muerte, la sucesión perpetua de las fases de la transformación a la cual la materia primordial está sujeta.
Vengo a ustedes trayendo el principio de la vibración; yo encarno el principio de vibración y mi caldero representa el movimiento constante, la oscilación constante de todo aquello que vibra. De hecho, todo vibra, en verdad, todo es vibración. No hay una sola partícula en el universo que permanezca inmóvil, pues inmóvil es el espacio, e inmóvil es mi caldero. Todo lo que está dentro de él se mueve al ritmo que yo impongo.
Amados, pues son amados, son realmente amados por mí, pero mi amor no ciega mis ojos, mi amor no amarra mis manos. La experiencia que les cabe, la experiencia que eligieran es la experiencia que vivirán. De acuerdo con su vibración, su realidad se manifiesta, de acuerdo con su vibración, su realidad se transforma. Yo soy el principio cósmico que asegura el orden en el caldero de la transformación; yo soy el principio cósmico que asegura el orden de todos los procesos de transmutación.
Los invito a beber de la sabiduría de mi caldero que es a la vez mi vientre, nuestro vientre: es mi corazón, nuestro corazón. Como el propio universo, él es mi caldero. Las tres primeras gotas que salpican desde este caldero otorgan sabiduría perfecta a quien quiera que de ella beba. Ahí está el misterio de la emancipación. Mediten sobre esto si quieren acercarse a mi misterio.
Ahora, los invito a contemplar el principio de vibración. Los invito en este momento a reconocer el movimiento presente en todo, y el movimiento presente en ustedes. Todo vibra, no hay nada que esté en reposo, siendo el reposo sólo otro modo de movimiento en relación con el movimiento conocido. Inmóvil es sólo mi caldero, inmóvil es sólo el eje de la presencia. Pero la realidad se crea con base en la vibración, el movimiento que imprimen en su cuerpo, como el que imprimen en su conciencia, la tasa vibratoria que manifiestan en el contexto del espacio-tiempo es lo que proyecta su realidad, es lo que los conecta con eventos específicos, es lo que une su camino al camino de otros hermanos y hermanas. También es lo que puede, acercarlos a mí; es lo que también puede atraer mi sabiduría al plano de su conciencia.
Todo vibra y por su nivel de vibración, se conecta, se interpenetra, se entrelaza con todo lo demás. El universo es un tejido cósmico, cada punto de esta tela está conectado a otro o a varios más. Cada punto de este tejido vibra y así afecta a otro punto o varios más e indirectamente afecta a todos los demás.
Hijas e hijos, mientras conduzco el parto de este planeta, en mi caldero llega el momento de la transformación de este mundo. Un consejo les doy: observen el ritmo del corazón de este planeta, afinen su vibración con la vibración del planeta, afinen el ritmo de su caldero al ritmo de mi caldero.
Acérquense, acérquense a mí, acérquese a mi corazón que es antorcha ardiente, acérquense, acérquense a mí. Aprendan con la gran anciana los misterios de las edades. Oigan la voz de la sabiduría que apunta a la transitoriedad del mundo y revela el eje de la eternidad. Ustedes son mis niños, hijos de mi vientre, expresiones de mi riqueza vibratoria, pues que cada uno de ustedes encarna un diapasón de mi presencia cósmica. Alineen su vibración al arquetipo original, en mi caldero de expresión. Unidos a su propósito, reconózcanse más allá de la imagen que se refleja en las aguas de mi caldero.
Los invito, los invito a contemplar el principio de vibración, ya que éste, en esta época asume una función extremadamente relevante y decisiva en su camino. Todo vibra y la frecuencia en que vibra, co-crea, atrae realidades específicas, contextos de la vida que los transforma, o los modifica.
Mi bendición para todos ustedes en este día, es la sabiduría del principio de vibración que guarda el misterio de la regeneración en la forma, en el alma y en el espíritu. Yo estoy en ustedes y ustedes en mí. Bendiciones y paz.
*Ceridwen: Diosa Galesa.
Transcripción hecha por colaboradores de la ELV.
Mensaje canalizado por Selén- http://www.escolaluzviva.com.br/
Traducción: H. N.
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