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jueves, 28 de abril de 2016

RAM Abril 2016 El Silencio



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Soy el maestro RAM. Permitidme, hermanos y hermanas, de saludaros. Estoy de nuevo con vosotros, acompañado del Espíritu del Sol.

Comulguemos juntos, antes de que me exprese sobre el Silencio.

… Silencio…

Como Melchisédech, hace varios años - en otra época, antes de la Liberación de la Tierra -, vine entre vosotros para expresaros un cierto número de elementos respecto a la respiración y al Silencio. Voy entonces a proseguir hoy, ajustando mis palabras, mi intervención, a las circunstancias actuales de vuestras vidas.

El Silencio del que os voy hablar hoy, no es simplemente el silencio de las palabras, sino más bien el silencio de lo efímero en todos sus componentes. Lo más importante hoy en vuestro Cara a Cara, solos frente a vosotros-mismos, el Silencio va a contribuir a establecer la espontaneidad. Este Silencio une el principio de la vacuidad y el de la plenitud, porque desde el momento en que la persona que sois, presente en este mundo, hace el silencio de lo que es emitido en las estructuras efímeras, es pues un elemento esencial para el período que precede el Acontecimiento.

Encontrar el Silencio permite hacer la Paz consigo mismo y deja él Sí y la Infinita Presencia, aparecer en vuestra conciencia. Retened ante todo que el Silencio debe volverse evidencia y facilidad. Es el silencio no solamente de las palabras, no solamente de los sentidos, sino más bien el Silencio que acompaña la Paz cuando las emociones y el mental se callan. Lo que expreso hoy, no tiene nada que ver con una meditación o ejercicio cualquiera que sea. El Silencio de la persona va a permitir más fácilmente la manifestación de la Eternidad del Amor y de la Luz al interior mismo de vuestra conciencia ordinaria.

El Silencio es el elemento que va a permitir poner fin a la separación de lo que os aparece como interior y exterior, dejando aparecer el despliegue de la Vida en su Inteligencia y en su belleza. El Silencio interior no es la ausencia de relación, sino más bien la relación verdadera y justa, facilitando en vosotros la instalación definitiva del Amor y de la Eternidad. Este Silencio se asemeja al recogimiento u oración del Corazón, la Oración del Corazón que sólo desea la emergencia de lo bello y de lo verdadero, la emergencia no de lo que solo pasa, sino de lo que es Eterno.

El Silencio del que hablo puede ser favorecido de diferentes maneras. Así que me propongo daros los elementos que van a contribuir en haceros encontrar, si aún no está hecho, el Silencio que acompaña y precede a la emergencia del masculino sagrado, el regreso también del Andrógino primordial, aquel que no conoce ni diferenciación, ni sexo, ni polaridad.

El Silencio no es ni una reflexión ni un trabajo. Es un estado donde la Evidencia prevalece, la evidencia de la Luz y del Amor, más allá incluso de toda percepción previa, que esto sea a nivel de los sentidos o mecanismos espirituales. El Silencio permite la acogida incondicional de la Verdad del Amor, de lo que llamáis en occidente: el Cristo. El Silencio puede aparecer en cualquier circunstancia de vuestras vidas. Es el Silencio que es el testigo de la Paz y de la Alegría. Este Silencio, lo preciso, es interior. No tiene nada que ver con el silencio de las palabras o de la mirada, es el Silencio de la persona que se borra de ella-misma, delante la majestad de la Belleza y del Amor.

El Silencio os va ayudar a transmutar los últimos elementos del fuego vital en Fuego vibral. El Silencio desemboca en la espontaneidad, en la Claridad y en la Precisión, no de lo que es visto, sino más bien en la intensidad de lo que es vivido en esos momentos. El Silencio tiene la capacidad también de hacer desaparecer al testigo o al observador. El Silencio permite superar los límites inherentes de la historia de vuestra persona y condición.

El Silencio facilita el despliegue de la Luz, desde el Corazón-centro, al que llamáis el Corazón del Corazón. En el Silencio, la respiración se modifica, el ritmo cardiaco cambia, el cuerpo se relaja. Cuando el Silencio interior se instala, hay pérdida de las referencias habituales, tanto del emplazamiento de vuestro cuerpo, como de vuestra conciencia. Ésta entonces ya no está más localizada ni en el cuerpo, ni en alguna parte del cuerpo, ni incluso en un centro energético.

La Morada de Paz Suprema, la Alegría, que precede la a-consciencia, es exactamente lo que ya se produce en vuestras vidas, en los momentos de Amor intenso o en los momentos de desaparición. Si ya los vivieron, o si vais a vivirlos, observáis u observareis que en estos momentos no pueden haber preguntas ni interrogaciones, ni incluso de juicio de lo que es vivido, además que el contraste entre el estado común de vuestra conciencia y el estado de Silencio interior es sorprendente.

El Silencio no es un privilegio de una Estrella, un Arcángel o Anciano, el Silencio es inherente a la Vida. De la misma manera que la semilla germina bajo la tierra en la alquimia de su obra al negro, el Silencio interior os va conducir, en este período propicio, a dejar emerger la manifestación tangible del Corazón del Corazón, de vuestra paz y alegría del Amor. El Silencio no es la observación de la observación, sino la desaparición del observador. En la desaparición del observador, la observación puede quedar, incluso si no hay nadie realmente que observar. El Silencio, como dije, es pues Evidencia. Evidencia de la Vida, la evidencia del Amor.

El Silencio interior es el momento en el que más-allá del cese de los pensamientos, de las emociones y de la percepción del cuerpo, se abre un espacio diferente, un espacio donde no os podéis apoyar sobre ninguna referencia, ni experiencia pasada, ni proyección de un ideal o de una meta. El Silencio os vacía de vuestro efímero, apacigua el Cara a Cara y os hace descubrir, en soledad, la plenitud y la multiplicidad.

El Silencio os proporciona una agudeza y hace tangible a vuestro mundo, vuestra Eternidad. En el Silencio interior, la conciencia no tiene más deseo, ni voluntad de engancharse a cualquier manifestación que sea. Paradójicamente, el Silencio os revela a vuestra Esencia anterior a toda manifestación, y sin embargo en vuestro mundo, sobre esta tierra, hace manifestar por y para ella-misma la Luz y el Amor. No hay propiamente hablando reglas ni técnicas que observar, pero existen sin embargo elementos que facilitan la aparición del Silencio interior; esto os ha sido largamente explicado, en particular en el papel del observador. El Silencio interior proporciona Paz y Alegría sin esfuerzo.

Este Silencio interior puede ser percibido por la persona y su cuerpo, lo viven como un agujero negro donde no tienen ninguna referencia posible, donde no pueden existir la menor petición, la menor meta. El Silencio acompaña la revelación del instante presente. A medida que este Silencio interior crezca en vosotros, por la repetición de estas secuencias de Silencios interiores, emergerá del Corazón del Corazón la Gracia en acción, visible, perceptible y sensible. El Silencio interior no puede ser obtenido luchando contra sus propios pensamientos o contra su propio mental o sus propias emociones. El Silencio engloba todo esto, él es además el soporte de las emociones, de los pensamientos y del cuerpo.

Este Silencio interior va a amplificar, en la paz, el Cara a Cara. Es entonces cuando la conciencia no puede agarrarse a ninguna identidad, ni historia, ni lugar, ni suposición. Llegar a esto puede ser facilitado por técnicas muy simples que van en cierto modo a favorecer el nacimiento del Silencio interior.

El primer modo es de leer lo que pude decir hace unos años, respeto a la respuesta del Silencio. El Verbo mismo, que está al principio, toma apoyo en el Silencio. El Silencio interior, cuando aparece, le da densidad, peso, al Amor y a la Luz, haciéndolo palpable. Respirar, por ejemplo, siendo consciente de su respiración, es de gran ayuda. Llevar su propia conciencia sobre la Nada o el Canto del alma percibido en vuestros oídos puede ser también un vector importante, al permitir al Silencio establecerse.

Un segundo o tercer modo de favorecer el Silencio es de realizar una forma de examen de la que hablé en vida, como en mis intervenciones - y que también fue evocada por Bidi - va a consistir en llevar por la tarde, en posición tumbada y antes del sueño, de examinar más que de hacer una retrospectiva de vuestra jornada que acaba, no para juzgarla, no para apreciar sus bondades o rechazar sus penas, sino simplemente para preparar vuestro sueño a ser fuente de Silencio. En el Silencio, hay evidencia de la Luz y del Amor.

El Silencio interior se acompaña de una inmovilidad percibida, del cuerpo como del pensamiento y emociones. Si algunas emociones o pensamientos llegan, éstas están como suspendidas y fuera del tiempo.

Esto constituye unas primicias al Silencio interior. El Silencio interior os invita a aumentar la Paz que ya alcanzaron, a veces por experiencia o de modo más duradero. El Silencio alimenta también la espontaneidad y la sencillez, os vuelve disponibles - disponibles a vosotros-mismos, más allá de toda persona. El Silencio conduce de manera natural a la extinción de los juegos de la conciencia, dándoos tal vez a ver estos juegos, pero que ya no os llevan.

En el Silencio interior, el despliegue y las manifestaciones de la conciencia aparecen por lo que son, pero no implican el movimiento de vuestra conciencia sobre estas manifestaciones de la vida y de la conciencia. Silencio e inmovilidad van a la par. Ellos os dan en cierto modo una firme base a la Luz y al Amor que no están acondicionados ni por algún resultado, ni por vuestra historia, ni por algún fin.

El Silencio contribuye entonces a establecer la Visión del Corazón, la Visión sin ver, donde nada necesita ser visto, justamente porque todo es evidente. El Silencio interior os da acceso a los engranajes de la conciencia misma, desembocando en una Paz y un equilibrio más grande. Esto os da una base en el Corazón, para vuestro ser Eterno.

… Silencio…

En el Silencio interior, todo puede ser visto en sus engranajes y mecanismos, no solamente de la conciencia, sino también lo que es llamado emoción, pensamiento y mental.

El Silencio finalmente es el estado adecuado donde la Luz puede circular libremente, atravesaros y ser emitida desde el Corazón del Corazón. En definitiva, el Silencio interior os extirpa literalmente de los sufrimientos efímeros ligados a la actividad de las estructuras efímeras. Este Silencio interior estabilizará finalmente todo lo que puede parecer de indispuesto en vuestra persona - que no sois. Las estructuras efímeras que os constituyen en este mundo donde estáis todavía encarnados, sólo existen en el juego del Yin y del Yang, o si preferís de las fuerzas alternantes de la dualidad, que esto sea a escala del átomo, de la célula, de los órganos, de los cuerpos sutiles o también de la conciencia misma.

Es justamente en la inmovilidad del Silencio interior que los juegos de la conciencia aparecen con más nitidez, por lo que son. Los juegos de la conciencia son en efecto sólo movimientos de vaivén, movimientos que permiten verse a sí-mismos en los juegos de la Creación, cualquiera que sea esta creación, original o falsificada.

El Silencio es pues la solución al alboroto de los pensamientos, emociones e interacciones con este mundo, poniendo fin por ahí mismo al juego de vaivén y que pone fin a toda distancia entre las nociones de exterior e interior. Es en el Silencio que se produce la alquimia de lo masculino y de lo femenino o fuerzas antagonistas y complementarias.

Puedo decir también que en cierta medida el Silencio es la antecámara del Absoluto. Es la experiencia que un número siempre más importante de hermanos y de hermanas encarnados en este mundo viven a diversos grados, en los momentos de experiencias transcendentales o experiencias de muerte inminente. Después del túnel, después del encuentro de las formas que fueron importantes en vuestras vidas, después de la travesía de la luz del Sol, hay lo que está más-allá de la Luz: es el Silencio, es el Absoluto.

El Silencio es seguramente una de las últimas percepciones que pueden manifestarse en la conciencia ampliada. El Silencio os va permitir magnificar la escucha y la acogida de todo lo que emerge, de vosotros o en vosotros.

Al igual que el influjo de la Luz es capaz de regenerar y de sanar lo que deba ser, el Silencio firma la rendición de lo efímero a la Eternidad.

En el silencio interior, fortificareis el eje vertical de la columna vertebral y os dará una base a la emergencia de la Luz en vuestro mundo y en vuestra encarnación.

… Silencio…

En este silencio interior vamos a instalarnos juntos, sin objetivo ni meta, simplemente ser, no sólo allí donde estáis, sino en cada conciencia como en cada punto de la Tierra y del Universo, con la misma Claridad y Precisión.

Y allí donde no hay nada más a ver, ni nada que percibir, la identidad de ser una persona se mezcla con el Ser, dejando aparecer la fuente misma de la conciencia.

… Silencio…

En el Silencio interior, el juego de la dualidad no puede mantenerse ni perturbar vuestra persona.

… Silencio…

En el Silencio interior, el silencio de las palabras no está presente porque las palabras espontáneas se apoyan en este Silencio. Entonces el lenguaje de los ángeles puede ser emitido, de la misma manera que la Fuente y el Último lo hicieron.

… Silencio…

En el Silencio interior, el sentido de ser una persona aparece realmente por lo que es: una ilusión. En el Silencio interior, el Amor se despliega y se revela en vosotros, como en el mundo.

… Silencio…

En el Silencio interior, el Fuego vibral se vuelve la fuente principal de vuestra vida.

Paralelamente, este Silencio interior os va a preparar de manera más adecuada a vivir el Acontecimiento. Retengan que en el Silencio interior no es necesario, incluso si es útil,  hacer el silencio de las palabras.

En el silencio interior, la conexión al Corazón del Corazón os aparece, realizando en cierto modo, en vosotros, una invulnerabilidad incondicional, que no depende de nada, ni de alguien.

En el Silencio interior, lo que pueda quedar en vosotros de impulsos, de obsesiones, de frenos, se desvanecen por sí solos. Observareis, además, si aún no está hecho, que en algunas circunstancias que atravesáis en la persona que sois - en apariencia - sobre este mundo, el Silencio es de gran ayuda porque deja sitio a la Luz y a su Inteligencia.

… Silencio…

Así es el Silencio interior, donde todo es respuesta, y donde todo es Uno.

… Silencio…

En el Silencio interior, finalmente, se instala la Morada de Paz Suprema.

… Silencio…

He aquí las palabras y los Silencios, que os tenía que dar sobre el Silencio interior.

Saludo y bendigo vuestras Presencias, permaneciendo con vosotros todavía unos momentos, dondequiera que estéis, en el Silencio interior o a su puerta.

… Silencio…

Soy el Maestro RAM, permitidme de depositar en vuestros Corazones nuestra comunión Una.

Saludo vuestra Belleza y vuestra Eternidad.

Hasta más tarde.



Igual te resuena e igual no te resuena la verdad de alguien o el mensaje de alguien, está perfecto lo importante es el mensaje y no el mensajero....y repitiendo si te resuena tómalo si no déjalo pasar... no es para ti... mas también justo es a esto que se nos invita a no tener ningún ídolo, ningún Avatar, nadie a quien seguir... solo sigue tu propio corazón… justo de esto habla de los falsos profetas marcando a alguien en particular... pues todos somos maestros y alumnos a la vez y no en si el vehículo llamado cuerpo, y no la personalidad, sino el mensaje que llega a través nuestro o a través de los otros.

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