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…Silencio…
He tenido pocas ocasiones de expresarme a vosotros, en relación con algunas de mis hermanas. Vengo hoy, en un momento elegido, del desarrollo de la historia de la Tierra y especialmente vengo, como portadora de la Vibración KI-RIS-TI. Desde luego, no voy a explicar todo lo que significa porque mi propia encarnación y todo lo que se ha dicho tras mi muerte, corresponde exactamente a mi fusión y unión mística con Cristo, en mi última encarnación. Voy a expresarme también en la Presencia del Espíritu del Sol y del Coro de Los Ángeles para hablaros directamente al Corazón, en el lenguaje del Corazón.
Algunos aspectos relativos a la unión mística con Cristo, han sido comunicados por mis hermanas Estrellas. Hoy, esa unión mística se refleja y se graba directamente en vuestra carne, en vuestras células y en todas las parcelas de vuestra conciencia. La Matriz Crística, la Matriz Solar, como se ha llamado en estos últimos tiempos, o el Principio Crístico, es la matriz de la Libertad. Es, exactamente, la superposición y la fusión, así como la transustanciación de la materia en Espíritu, de lo efímero en lo Eterno.
Esos aspectos que se han vivido y experimentado a través de todas las estructuras vibrales que se os han explicado y que habéis vivido y vivís todavía, os sitúan de lleno, con vuestra conciencia y vuestro cuerpo, en los pasos de Cristo, en sus virtudes más históricas y más nobles, yo diría, como un ideal. Hoy, y en los tiempos que se instalan en la Tierra, seréis cada vez más, los que viváis o no, los procesos de enfoque, llamados “Luz Vibral”, en las estructuras despiertas en vosotros como en las nuevas estructuras desconocidas para vosotros que se actualizan hoy en la misma materia y, por tanto, se graba en vuestra carne. El cambio de forma y de dimensión que os afecta a todos, puede dejar en vosotros un regusto o un sentimiento de pérdida.
Vuestros acercamientos a Cristo no es tanto, adorar a Cristo como un Salvador exterior, sino con una Presencia interior. Esta es accesible por la percepción de vuestra propia conciencia desde el proceso de reversión última de la conciencia, o si preferís, el nacimiento espiritual del Cara a Cara con la Matriz de Eternidad, representada por Cristo que os ofrece vivir la ligereza, la Libertad, la Alegría, el Amor y la certeza inquebrantable de la superioridad de vuestro Êtreté sobre la vida encarnada, sea la que sea.
Hasta estos días, en términos temporales, todas y todos, os hemos insistido en la necesidad de vivir lo que se os ofrece para vivir, en vuestra vida cotidiana y en todas vuestras relaciones en este mundo. Hoy, las circunstancias han cambiado y lo que era válido hasta ahora, no lo será más, porque en un momento dado que yo diría que está sincronizado con cada hermano y hermana y la Tierra, despiertos o no, vibrando o no, podréis descubrir los elementos relativos a la Matriz Crística, en la conciencia y en este cuerpo.
Esto modifica, como sabéis, tanto vuestras necesidades y vuestros deseos, como el propio funcionamiento habitual de vuestra conciencia y de este cuerpo en el que estáis. Cristo, como lo hizo durante mi encarnación, os quiere en totalidad para tomaros por la llama del Amor y por el Fuego del Amor; por la nueva mirada que muchos habéis descubierto en el Amor incondicional expresándose hacia toda conciencia, toda situación, toda relación o todo contacto transdimensional. Hoy os aparece el hilo conductor hasta vuestra Eternidad. Hoy, la Inteligencia de la Luz, el Manto Azul de María, toda la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, os llaman, no para alimentar lo que mantiene lo efímero, ni para un discurso, ni para una conminación, sino por la evidencia de la propia conciencia.
Sois muchos para observar, que en los momentos en que llegáis a encontrar la Paz de una manera o de otra, a pesar de tener que resolver a veces problemas incluso vitales, que os recuperáis en estos momentos de Paz, por una afluencia de Luz que viene a haceros sentir la ligereza y la Alegría, independientemente de las circunstancias de vuestra vida. No hay para esto, una experiencia nueva o una petición nueva, si no es, responder según vuestra libertad a la conminación imperiosa de la Luz que se volverá cada vez más apremiante.
La conclusión es la siguiente, cualquiera que sea el tipo de inclinación de la Conciencia que podéis vivir o podréis vivir: la Inteligencia de Cristo, de la Matriz Crística, la Inteligencia del Amor y de la Luz, os conduce, de manera inexorable, a ir hacia la ligereza y no ya a sucumbir en lo que es denso, ya sea por vuestros recuerdos, por las imágenes percibidas, por la atención que dirijáis hacia cualquier fenómeno que se desarrolla en el exterior. Hay como una invitación de la Luz a penetrar cada vez más profundamente, en el estado de Gracia y en el estado de Gracia no puede subsistir, nada de lo que pertenece al pasado, de vuestro pasado o de la historia del mundo.
Vosotros sabéis que la Libertad se encuentra en el presente y no depende de ninguna historia pasada, ni de ningún futuro. Aunque el futuro de la Liberación colectiva, esté registrado ahora, de manera indeleble en la materia, y de manera colectiva. Como ya se ha dicho, las nuevas aclaraciones que se os hacen, os permiten o no, atravesar ciertos elementos resistentes de vuestra conciencia, de vuestra memoria y de vuestro cuerpo.
Hoy, el impulso de Cristo, el Manto Azul de la Gracia, os induce a liberaros de todo lo que os estorba. No como un rechazo de la vida, sino como una realización de la vida en Cristo y en la Luz.
Muchas de mis hermanas os hablaron de la Vía de la Infancia, de la Vía de la Unidad, de las diferentes visiones. La última gracia de la Luz, en los tiempos del Evento, es permitiros ser liberados, ya no de la depredación sino de todas las sujeciones a vuestra historia personal. Desposar a Cristo, es convertirse en Cristo, con lo que dejáis de ser la misma persona y dejáis de llevar la misma vida. Ya no hay – y lo reitero – llamada de la Luz sino conminación de la Luz. Esto deriva a la vez de la intensidad de la Luz y de los tiempos que le corresponden vivir a la Tierra en estos días.
Tened presente que lo que es luminoso es simple, fácil, liviano y gozoso. Todo lo que tiene que ver con conflicto, persona, memoria o lo que sea del pasado es pesado y abrumador y eso os aparecerá de manera más y más fulgurante en vuestras vidas.
Cristo os quiere por entero y no a medias. Os quiere para restituiros a vosotros mismos, restituiros a la Verdad, no a la que creéis vivir en este mundo sino a aquélla que sois, más allá de este mundo. Es a la vez la sensación de poder elegir pero es ante todo la resultante de vuestra asignación vibral y también del efecto de la Gracia directa de María previamente a su Llamada donde, como Ella os dijo, estáis llamados de otra manera antes de la llamada colectiva a través de la colocación encima vuestro del Manto Azul de la Gracia, que os hace vivir la Gracia ya no a ratos, ya no cuando las circunstancias lo permitan, sino independientemente de toda circunstancia e independientemente también de toda obligación relativa a la vida en este mundo.
Es ahí donde debéis ser claros con vosotros mismos y claros con el Amor porque nadie podrá sustraerse de la Verdad. Las conminaciones de la Luz – hoy – pueden a veces obligaros a adentraros por entre medio de los elementos resistentes de la persona. Afirmaos en nosotros, estamos en vosotros. Afirmaos en la Estrella, en el Anciano, en el Arcángel o en el ser de Luz que sea que resuena en vosotros, según las afinidades, sabiendo que todas aquellas ayudas que están disponibles y accesibles hoy os conducen al final a Cristo y a vuestro propio maridaje con vuestra eternidad.
El Fuego vibral, como lo llamáis con nosotros, va a poner fin al fuego vital. El fuego vital – al interrumpirse – corresponde a lo que fue llamado por María y otros muchos la estase. Durante la estase – aunque haya resistencia – llegará un momento cuando ya no haya nadie. Ya no habrá identidad, ya no habrá forma, habrá el origen, el Alfa, que no puede ser cuantificable, ni medible, ni ubicable, y sobre todo no por la persona que pueda seguir presente.
La vibración Cristo, la Estrella KI-RIS-TI cuya vibración llevo, la Puerta KI-RIS-TI detrás de vuestro corazón, en la espalda, así como la cruz constituida entre las cuatro Puertas del sacro, corresponden precisamente a la actualización de Cristo o del Verbo en la materia. Eso participa de lo que fue llamado el Verbo Creador o la co-creación consciente, soportado y apoyado en la manifestación por el Espíritu del Sol y el Coro de los Ángeles.
El único alimento posible pasa a ser más y más el Fuego vibral y la Luz, que vienen naturalmente y sin esfuerzo a apartaros a la vez de las imágenes y de las memorias residuales de vuestro histórico personal, aportando – lo reitero – la liviandad del Gozo y la manifestación del Amor incondicional, que es un Amor que se expresa independientemente de vuestra voluntad, independientemente de vuestros humores, de vuestra historia o de vuestras emociones e independientemente de la persona, del objeto o de la situación que vivís. Es un Amor que emana espontáneamente de vosotros, que requiere cada vez menos esfuerzo y cada vez menos preguntas.
Los hay – entre las hermanas y los hermanos de la Tierra – que no conocen estrictamente nada de lo que se refiere al Espíritu y que viven sin embargo como Espíritus. La primera traducción de esto es la manifestación de ese Amor impersonal e incondicional, que ya no depende de ninguna circunstancia y que es un Fuego abrasante de Amor, que nada detiene. Esto forma parte de lo que acompaña al Evento. Esto forma parte, como lo dijo María en varias oportunidades, de las últimas gracias.
La Gracia no puede cesar nunca, fuere cual fuere el momento y fuere cual fuere la historia pero hay contingencias y sincronicidades materiales y espirituales que se entremezclan íntimamente. Los signos de vuestros cuerpos carnales sólo son resistencia o recibimiento de la Luz, ya no sólo en las doce Puertas o en los nuevos cuerpos sino en cada célula de vuestro cuerpo como en cada parcela de vuestra conciencia, llevando ya no sólo al estase o a la beatitud sino a la claridad interior de quién es Cristo más allá de la persona.
Es el modelo de la Libertad. Es el modelo donde nada falta. Esto no es propiedad privada de los cristianos o de los católicos sino que pertenece a la humanidad en su conjunto. Lo que vivís en estos momentos con más o menos lucidez y evidencia es la fusión con Cristo.
Algunos pueblos exógenos a la Tierra se expresaron antes que yo en relación al ajuste final entre lo efímero y lo Eterno con vistas a la transustanciación de la misma materia, ésta con la que vivís, con la que trabajáis, con la que construís las relaciones, los edificios y todo el conocimiento científico que os permite trabajar la materia a través de la materia.
Hoy en día algo nuevo se está sustituyendo, que no requiere ni esfuerzo ni perseverancia sino solamente una ambientación, un reconocimiento apreciable – como lo vengo reiterando – a través de la liviandad y la paz de la Infancia y la certeza de quienes sois.
La Estrella KI-RIS-TI forma parte del Triángulo de la Tierra. Es el momento cuando el Alfa se reúne con la Omega y eleva la Omega más allá de AL. Es el momento cuando salís de los círculos temporales, de los círculos memoriales, cuando salís de toda limitación interior. Esto es el preámbulo a lo que fue llamado, en el evangelio de Juan y en el Apocalipsis de San Juan, el momento cuando vuestras túnicas son lavadas en la sangre del Cordero, conduciendo a la Resurrección del Espíritu.
Vais también a comprobar – de no ser el caso todavía – que – cuando el Espíritu está – elegir en la materia no hace sentido, aunque hubiese todavía dificultades en liberaros interiormente de la materia. No olvidéis, en este período, que es la Inteligencia de la Luz – a través del Manto Azul de la Gracia, a través de las vibraciones, a través de la acción en la misma conciencia – la que libera y os da a ver la materia por lo que es, llevándoos también, como lo dije anteriormente, a responder a la conminación de la Luz y ya no sólo a un llamado de la Luz conduciéndoos a instalaros más y más profundamente en eso que no conoce el tiempo y en eso que ya no conoce nada de la necesidad de este mundo en su fuego vital.
KI-RIS-TI, la Matriz Crística de Libertad, el Coro de los Ángeles y el sonido de las Trompetas vienen para agrietar lo que puede quedar de muralla en el seno de vuestra materia, que sea la enfermedad - para aquellos que estarían interesados por ello, os recuerdo y os invito a leerlo, durante mi última encarnación tuve innumerables cánceres, todos curados por el milagro de Cristo en mí, sin esfuerzo y de manera espectacular, visible y tangible. Es esto la transmutación de la materia. Cuando mi cáncer de estómago me hacía vomitar sangre, esta sangre se transformaba en flores al tocar el suelo. Muchos fueron los testigos que pudieron verlo.
No tenía el propósito de hacer algo espectacular, sino más bien de dar el testimonio de la acción de la Matriz Crística con cualquier materia. Apunto también como anécdota, que cuando mi cuerpo fue exhumado, estaba intacto y bañaba en agua de rosas. Todo esto era sólo la manifestación y la prueba de Cristo en mí y de nuestro Amor, que sólo es el Amor de la Eternidad, poniendo fin a cualquier amor efímero ligado a las condiciones de este mundo.
En el tiempo de la Gracia del Manto Azul de María, al igual que para la auto-curación tal como os fue estipulado por el Comendador de los Ancianos, tenéis todos, sin excepción alguna, la posibilidad de vivirlo. El Verbo se hace carne también en vosotros y la carne se ilumina. No sois esta carne, y sin embargo esta carne es el soporte de vuestra Ascensión. Es pues completamente normal que asistáis, vosotros también, a vuestros propios milagros interiores. Quizás no de la misma manera para todo el mundo como lo fue para mí, pero diría, que de manera silenciosa observaréis muchas transformaciones cada vez más evidentes, de vuestra conciencia por supuesto pero también de vuestra materia. Esta auto-curación procura finalmente revelaros la realidad de la Luz, nuestras vibraciones, las de todas las Estrellas, y de los Ancianos y de los Arcángeles, en vuestra propia estructura.
Estamos allí también, diría yo, en una manifestación más densa de lo que había sido descrito o vivido por vosotros en estado de Unidad, en estado de Sí y tal como pudo narrároslo mi hermana Gemma, mi vecina. En la época de Teresa y en la época de Gemma, el Amor lo consumía todo, incluso el cuerpo, y desencadenaba lo que llamáis la muerte, lo que era para estas hermanas y como para tantas otras, sólo la salida hacia la verdadera vida.
Hoy y en estos tiempos especiales, las cosas son un poco diferentes, porque con conciencia o no del Sí, de la Unidad o de la Liberación, el cuerpo es transmutable. Os recuerdo que casi ya no hay separación entre lo efímero y lo Eterno. La Luz se densifica, no solamente sobre vuestro cuerpo de Êtreté, no solamente en algunos lugares privilegiados de la Tierra, sino que recrea de manera formal las líneas de Liberación que os han sido comunicadas por uno de los pueblos implicado con estas estructuras de Luz.
Estas líneas de Liberación están también en vosotros. No es propiamente hablando de la estructura del cuerpo de Eternidad, no es propiamente hablando de la Matriz Crística o Cristo en sí, sino lo que puede quedar de interacciones, de resonancias o de antipatía entre lo efímero y lo Eterno en vosotros, pero también sobre cada estructura de este mundo y sobre cada relación de este mundo.
Insisto en ello porque la llamada de la Luz va a hacerse cada vez menos a través de pequeños toques, cada vez menos por sincronicidades o por la fluidez de la Unidad. Es la co-creación consciente, el Verbo Creador, que actuará cada vez más instantáneamente, sin esperas y sin demoras, en vuestra conciencia y en vuestras mismísimas estructuras efímeras. Cada uno de vosotros es de alguna manera su propio sanador. Cada uno de vosotros puede recurrir a la Luz, sea cual sea la forma, sea cual sea la especificidad, para demostraros a vosotros mismos que la materia no está ya fija y que la forma ilusoria se deshace.
Esto es vivir el Manto Azul de la Gracia. Es en esto también que muchos de vosotros os volveréis unos seres de Luz entregados a vuestros hermanos y vuestras hermanas que no afrontarán con el mismo estado, si puedo decirlo así, el período del Acontecimiento y el período final de los 132 días.
Vuestro papel como Hijos de la Luz y de la ley del Uno, es hoy de suma importancia, para vosotros, para cada hermano y cada hermana que se encuentra en vuestro camino. Medid vuestras palabras, porque la palabra se hizo Verbo y lo que emitís está acompañado de Luz. Que sea por el pensamiento, por las palabras o por las emociones. De manera a que vosotros mismos sintáis, directamente, en vuestra carne, los momentos en que el Amor está allí, delante, por todas partes, y cuando el Amor no está del todo allí, creando entonces una disonancia en vosotros como en la relación.
Hoy, dicho de otra manera, el mejor modo de vivir vuestro cuerpo, vuestras vidas, vuestras relaciones, es de seguir, no sólo las líneas de menor resistencia, sino de no resistir más a la evidencia de la Luz. Porque no hay ningún precio que pagar y absolutamente nada que perder. Sólo la persona y el ego pueden concebirlo así, pero no el Amor. Hay pues efectivamente una revolución de la conciencia y un vuelco de la conciencia, vivida por la conciencia común en cuanto a manifestaciones que no son de este mundo. No hablo solamente de nuestros hermanos Vegalianos, ni de nuestras naves, ni siquiera de las entidades de la naturaleza, pero atañe a la totalidad de los sectores de vuestra vida sean cuales sean.
Os animo pues, cuando ocurra, si no ha ocurrido ya, o si vuelve a ocurrir, lo que será el caso inevitablemente, de veros con claridad, en lo que resiste y en lo que responde a la llamada de la Luz y a la Gracia. Ahí tampoco, no es para juzgar nada del presente, del pasado o del futuro, ni de ninguna relación, sino para transmutarlo por la Gracia misma y no por vuestra voluntad, no por vuestros propios medios sino por medio del Cristo.
No se trata de experiencias o de nuevas enseñanzas, se trata simplemente de vuestro cara a cara individual y colectivo que empieza, y ha empezado. Os permitirá estar, si no está hecho ya, conformes con la Verdad, con la Eternidad. Acordaos que no requiere de ningún esfuerzo porque en cuanto haya esfuerzo, la persona está, y hay fuego vital; mientras que si entráis en la Evidencia, el fuego vital se apagará, la persona desaparecerá cada vez más fácilmente.
Ahí está el sentido profundo de poner su Espíritu en manos del Padre, ahí está el sentido profundo y la plena puesta en practica de lo que el Arcángel Anaël había explicitado, hace mucho tiempo, sobre el llamado Abandono a la Luz, lo que es de hecho ahora el abandono a vosotros mismos, en la Verdad de la Eternidad y ya no en una verdad relativa a las circunstancias de este mundo.
Así como el Comendador os lo dijo, con un cierto humor, hasta ahora había dos sillas. Ahora no hay más sillas, no hay incluso más trasero que sentar. Esto vuelve también a deciros, y esto ha sido dicho y repetido, que todas las referencias que os confortaban en una seguridad cualquiera, material, afectiva, alimentaria, térmica u otra, no valdrá realmente nada más y no tendrá ningún efecto. Es entonces efectivamente, en este período de transición, un cambio total de paradigma que desemboca en la Eternidad, donde nada de lo que es antiguo puede quedar, porque lo que es antiguo no existe en el seno de la Luz, que esto sea vuestra historia o karma.
Los últimos elementos que os aparecieron, para la mayoría, durante este año, la visión de los orígenes estelares o linajes estelares, a vosotros como para cada hermano y hermana, aunque sea por pizcas, es hoy incluso superfluo, o en todo caso se hará extremadamente rápido. Sólo quedará la Verdad y la Luz.
Hay realmente un final. Pero realmente, al mismo tiempo, una Resurrección, una transustanciación. El paso de un modelo cerrado a un modelo abierto donde sólo el Amor y la co-creación consciente se expresan. Estáis todos convidados a esto y es incluso más que ser convidado, es uno imperiosa necesidad de la Luz hacia ella misma. Los defectos, las taras, las memorias que puedan quedar, serán barridas por el Acontecimiento, liberándoos concretamente y no solamente interiormente, es decir en la carne y en la materia, de todo encierro y de toda ilusión de ser una persona. Este es el papel de la Estrella KI-RIS-TI, de intervenir sobre la materia mientras que el ángel Uriel, el ángel del Último Retorno, realiza en vosotros la Unidad primordial de la Vida, la Unidad del Amor, la Unidad de la Luz.
Muchos de entre vosotros se van a ver decepcionados en su proyección de un mundo mejor en el seno de la materia. Muchos no tendrán la posibilidad de vivir esto durante la estasis, pero lo vivirán con más posibilidades después de la estasis. Recuerden que cada cosa está exactamente en el lugar justo; no puede ser de otro modo, porque la Luz está en todas partes. Aliméntense de Luz. Aliméntense de vuestra Luz. Aliméntense de la relación-Luz entre cada hermano y hermana, y entre vosotros y los pueblos de la naturaleza pero también con los Elementos. Las otras vías de alimento se cierran ellas mismas con la preeminencia del Fuego vibral sobre el fuego vital y eso, a nivel colectivo.
Entonces por supuesto hay palabras terribles en este mundo, y estoy bien situada por haberlo vivido en mi última encarnación, durante la segunda guerra mundial. Las palabras “guerra” y “terror” cuajan al hombre. Hoy, esto será profundamente diferente porque hay realmente superposición de estos dos modos de manifestación: la guerra y el terror, y el Amor incondicional, al mismo tiempo, en el mismo espacio, depende de que vosotros mismos seáis el Cristo.
Esto será evidentemente mucho más fácil para los de entre vosotros que ya son liberados vivientes, para aquellos que han vivido el Sí, y tanto más fácil ahora en el proceso de Transito y de Resurrección ilustrado por vuestras nuevas capacidades de auto-curarse y a entrar en Eternidad, ahí donde todo es ligero, evidente y todo es Amor. Sois quienes viven estas experiencias y estos estados. Ellos no están ahí para reducir o forzaros, sino que están ahí para afirmaros en la Luz.
El sufrimiento solo será una oportunidad más de instalarse en Cristo. Mi vida fue un ejemplo. No busqué el sufrimiento, se impuso a mí. No procuré sobrevivir ni de curarme. Sólo tenía una palabra en la boca y en el espíritu: el Cristo. Y vais a descubrir, cada uno de entre vosotros, que podéis vivir exactamente la misma cosa.
Lo que puede oponerse, es simplemente lo que pueda quedar de adhesión en vosotros, a vuestra persona, a lo efímero, a las circunstancias de la edad o de las enfermedades. Pero todo esto sólo os pertenece a vosotros y no a cualquier encierro colectivo, ya que las líneas de Liberación se reemplazan ahora íntegramente, y de manera cada vez más evidente, a las líneas de predación y a todo lo que es resistente. Hay también, por supuesto, un peso de las costumbres, el peso de los condicionamientos y el peso también de las necesidades de la vida en este mundo. Pero incluso estos pesos desaparecen porque la Luz hace desaparecer todo lo que es oposición y contradicción.
La Luz os insta a vivirlo y a demostrároslo a vosotros mismos, no es que necesitéis de pruebas, sino que ver la manifestación de esto es mucho más gratificante y os aporta aún más estabilidad, si puedo decir, en la transición en curso.
No os voy remitir a las frases de Cristo que ya han sido pronunciadas innumerables veces, respecto al hecho de salvar o perder, porque en definitiva no hay nada que salvar y nada que perder. Es la ilusión de la persona.
Todo lo que le dije en este lapso de tiempo ahora va a desembocar en vosotros, en el silencio de mis palabras, por la Gracia de María y por el Coro de los Ángeles, en presencia del Cristo.
A los que me leyeron hasta aquí, que me escuchan o me escucharán, olviden todo lo que acabo de decir. Cierren los ojos y déjense llevar por la Verdad de Cristo.
... Silencio...
Soy hermana Yvonne Aimée, Estrella KI-RIS-TI. Rindo gracia a vuestra Luz, a vuestra acogida y os digo a cada uno, soy un otro “tú”.
Tú y nuestro Padre sois Uno, Tú y Cristo sois Uno, porque el Verbo se hace carne de nuevo en cada uno de vosotros, Hijos Ardientes del Sol, hijos del hombre.
Hermana Yvonne Aimée os saluda.
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