EN El FUEGO DEL AMOR
HILDEGARDA DE BINGEN: EL FUEGO DEL ESPÍRITU
Junio 2015
Soy Hildegarda de Bingen. Acompañada del Coro de los Ángeles y del Espíritu del Sol, hermanos y hermanas encarnados en este mundo, permitidme comulgar en vosotros como vosotros comulgáis en mí antes de comenzar a expresarme como Estrella incluida en el Triángulo de Fuego de vuestra cabeza. Juntos, acojamos el Coro de los Ángeles.
… Silencio…
Juntos, acojamos el Espíritu del Sol y comulguemos.
… Silencio…
Estoy entre vosotros a fin de daros unos elementos de comprensión y de vivido de lo que se celebra cuando el Fuego del Espíritu toca vuestra conciencia. Recordad mi posición en el seno del Triángulo elemental de la cabeza, en relación con el Fuego. Como sabéis, en el Fuego del Espíritu, hay un Fuego Elevado o Fuego vibral ligado a la Estrella AL, y hay por supuesto la Atracción y la Repulsión. La Repulsión no es solamente el mal sino es ante todo la capacidad, por el Fuego del Espíritu, de rechazar a lo lejos, de arder si prefieren, lo que es falso, lo que no es verdad y lo que no surge del Amor.
Cuando el Fuego del Espíritu no solamente penetra en vuestras Coronas radiantes, cuando el Fuego del Espíritu no solamente activa las diferentes estructuras vibrales de vuestro cuerpo, pero que comienza a tocar vuestras estructuras efímeras, en particular a nivel de vuestros miembros y también de vuestro tronco, pero no al nivel de las Puertas, pero en cualquiera lugar que sea, esto firma la mordedura del Amor y el despliegue del Fuego del Cielo, del Fuego del corazón, del Fuego vibral en el seno de vuestro efímero.
Ya tuve la oportunidad de expresar mi vivido del éxtasis, permitidme hoy de adaptar esto a vuestro vivido sobre esta tierra. Por supuesto, cada hermano y hermana posee sus propias características en encarnación y la respuesta al Fuego del Espíritu será evidentemente diferente según, yo diría, vuestra aptitud de borraros y a desaparecer. La Estrella Repulsión que llevo, corresponde realmente a lo que puede producirse cuando el Fuego del Espíritu os toca. Él implica en este momento, a nivel de vuestras células y también de vuestra conciencia ordinaria, todavía presente en la superficie de este mundo, de levantarse y de negar todo lo que tiene relación con la ilusión, con lo que es falso, a lo que esta alterado, a lo que es invertido y a lo que no está bajo el efecto del Amor verdadero.
Algunos de entre vosotros viven en este momento unos momentos de repulsión en relación a lo que es falso, en relación a lo que hasta ahora podía ser vuestros polos de interés en vuestra vida, que esto sea a nivel espiritual, que esto sea a nivel de vuestros compromisos o todavía vuestras responsabilidades en este mundo. Cuando el Fuego del Espíritu se despliega, cuando el fuego Mikaélico os toca por segunda vez, entonces esto va a implicar que vuestra conciencia ordinaria pueda reencontrarse en una forma de conflicto donde os es mostrado dos cosas: la vía del Amor y la vía de la ilusión, llevándoos a situaros o a re-posicionaros en función a este nuevo elemento. Aquel que vive el Fuego del Espíritu no puede más inducir ningún comprometimiento en él como en toda relación que se establece en este mundo y con nuestro mundo.
La superposición de las dimensiones así como la aproximación de la Confederación Intergaláctica, pero también de los diferentes Arcángeles en esta dimensión terrestre, puede hoy hacerse porque los tiempos llegaron. El Fuego del Espíritu implica pues un rechazo puro y simple de lo que no es verdad, de lo que no esta alumbrado, llevándoos a veces a resoluciones y a orientaciones extremadamente precisas de vuestra conciencia en el seno de la Eternidad, haciendo en cierto modo atenuar y luego desaparecer, para vosotros como para el conjunto de la tierra, lo que todavía pueda quedar de ilusión en el seno de las estructuras físicas, emocionales, mentales y causales de este mundo. Cuando esto se produce, cada conciencia puede decir que hay un antes y un después.
El Fuego del Espíritu tiene pues una capacidad innata a regresar, a poner en orden, a hacer desaparecer lo que es falso. El Fuego del Espíritu, el Fuego vibral, el Fuego del corazón corresponden a acciones idénticas pero cuya manifestación en vuestro mundo es diferente. Más allá del aspecto vibral, el Fuego del Espíritu os restituye el Espíritu, os hace descubrir con agudeza, si aún no esta hecho, lo que es la Unidad, lo que es la Fuente y lo que es lo que sois, el Absoluto. Hay pues en cierto modo una forma de inmediatez que resulta de la acción del Fuego del Espíritu cuando éste comienza a fusionar, si puedo decir, el conjunto de las estructuras que existen en el seno de este mundo como de vuestra conciencia ordinaria. Por supuesto, esto puede acompañarse por momentos de resistencias, incluso de oposición, ligados al miedo de lo desconocido, ligados al miedo de la desaparición de ciertos elementos a los cuales la atención, la afección, el amor fueron llevados en el seno de este mundo. Pero el Fuego del Espíritu, como el Fuego del corazón, os forja en la incorruptibilidad del Amor eterno y de la Verdad de la Luz.
Así, el bautismo del Espíritu no es solamente el bautismo del Espíritu Santo. Os recuerdo que es el Fuego del Espíritu, es el componente que os conduce directamente al Fuego de Éter, al Éter unificado al campo de conciencia donde nada es separado, donde nada está dividido, donde nada falta y donde nada puede desaparecer. El Fuego del Espíritu puede arrastrar en vosotros momentos de aprehensión pero si confías en este Fuego del Espíritu, en lo que se manifiesta en el seno de vuestra conciencia, de manera despierta o de manera imaginada en vuestros sueños, en vuestras relaciones y en vuestras interacciones cualesquiera que sean en el seno de este mundo, vais a descubrir, si aún no está hecho, una nueva fuerza que vive en ustedes, una fuerza que nunca puede agotarse porque esta apoyada en la verdad del Amor y en la Verdad eterna que no sufren ninguna discusión, ningún compromiso ni alguna negociación. No porque esto podría ser autoritario o impuesto pero más bien porque esto es la evidencia de la Vida, la evidencia del Amor, la evidencia de la conciencia y la evidencia de vuestra verdad.
… Silencio…
Juntos, acojamos el Espíritu del Sol y comulguemos.
… Silencio…
Estoy entre vosotros a fin de daros unos elementos de comprensión y de vivido de lo que se celebra cuando el Fuego del Espíritu toca vuestra conciencia. Recordad mi posición en el seno del Triángulo elemental de la cabeza, en relación con el Fuego. Como sabéis, en el Fuego del Espíritu, hay un Fuego Elevado o Fuego vibral ligado a la Estrella AL, y hay por supuesto la Atracción y la Repulsión. La Repulsión no es solamente el mal sino es ante todo la capacidad, por el Fuego del Espíritu, de rechazar a lo lejos, de arder si prefieren, lo que es falso, lo que no es verdad y lo que no surge del Amor.
Cuando el Fuego del Espíritu no solamente penetra en vuestras Coronas radiantes, cuando el Fuego del Espíritu no solamente activa las diferentes estructuras vibrales de vuestro cuerpo, pero que comienza a tocar vuestras estructuras efímeras, en particular a nivel de vuestros miembros y también de vuestro tronco, pero no al nivel de las Puertas, pero en cualquiera lugar que sea, esto firma la mordedura del Amor y el despliegue del Fuego del Cielo, del Fuego del corazón, del Fuego vibral en el seno de vuestro efímero.
Ya tuve la oportunidad de expresar mi vivido del éxtasis, permitidme hoy de adaptar esto a vuestro vivido sobre esta tierra. Por supuesto, cada hermano y hermana posee sus propias características en encarnación y la respuesta al Fuego del Espíritu será evidentemente diferente según, yo diría, vuestra aptitud de borraros y a desaparecer. La Estrella Repulsión que llevo, corresponde realmente a lo que puede producirse cuando el Fuego del Espíritu os toca. Él implica en este momento, a nivel de vuestras células y también de vuestra conciencia ordinaria, todavía presente en la superficie de este mundo, de levantarse y de negar todo lo que tiene relación con la ilusión, con lo que es falso, a lo que esta alterado, a lo que es invertido y a lo que no está bajo el efecto del Amor verdadero.
Algunos de entre vosotros viven en este momento unos momentos de repulsión en relación a lo que es falso, en relación a lo que hasta ahora podía ser vuestros polos de interés en vuestra vida, que esto sea a nivel espiritual, que esto sea a nivel de vuestros compromisos o todavía vuestras responsabilidades en este mundo. Cuando el Fuego del Espíritu se despliega, cuando el fuego Mikaélico os toca por segunda vez, entonces esto va a implicar que vuestra conciencia ordinaria pueda reencontrarse en una forma de conflicto donde os es mostrado dos cosas: la vía del Amor y la vía de la ilusión, llevándoos a situaros o a re-posicionaros en función a este nuevo elemento. Aquel que vive el Fuego del Espíritu no puede más inducir ningún comprometimiento en él como en toda relación que se establece en este mundo y con nuestro mundo.
La superposición de las dimensiones así como la aproximación de la Confederación Intergaláctica, pero también de los diferentes Arcángeles en esta dimensión terrestre, puede hoy hacerse porque los tiempos llegaron. El Fuego del Espíritu implica pues un rechazo puro y simple de lo que no es verdad, de lo que no esta alumbrado, llevándoos a veces a resoluciones y a orientaciones extremadamente precisas de vuestra conciencia en el seno de la Eternidad, haciendo en cierto modo atenuar y luego desaparecer, para vosotros como para el conjunto de la tierra, lo que todavía pueda quedar de ilusión en el seno de las estructuras físicas, emocionales, mentales y causales de este mundo. Cuando esto se produce, cada conciencia puede decir que hay un antes y un después.
El Fuego del Espíritu tiene pues una capacidad innata a regresar, a poner en orden, a hacer desaparecer lo que es falso. El Fuego del Espíritu, el Fuego vibral, el Fuego del corazón corresponden a acciones idénticas pero cuya manifestación en vuestro mundo es diferente. Más allá del aspecto vibral, el Fuego del Espíritu os restituye el Espíritu, os hace descubrir con agudeza, si aún no esta hecho, lo que es la Unidad, lo que es la Fuente y lo que es lo que sois, el Absoluto. Hay pues en cierto modo una forma de inmediatez que resulta de la acción del Fuego del Espíritu cuando éste comienza a fusionar, si puedo decir, el conjunto de las estructuras que existen en el seno de este mundo como de vuestra conciencia ordinaria. Por supuesto, esto puede acompañarse por momentos de resistencias, incluso de oposición, ligados al miedo de lo desconocido, ligados al miedo de la desaparición de ciertos elementos a los cuales la atención, la afección, el amor fueron llevados en el seno de este mundo. Pero el Fuego del Espíritu, como el Fuego del corazón, os forja en la incorruptibilidad del Amor eterno y de la Verdad de la Luz.
Así, el bautismo del Espíritu no es solamente el bautismo del Espíritu Santo. Os recuerdo que es el Fuego del Espíritu, es el componente que os conduce directamente al Fuego de Éter, al Éter unificado al campo de conciencia donde nada es separado, donde nada está dividido, donde nada falta y donde nada puede desaparecer. El Fuego del Espíritu puede arrastrar en vosotros momentos de aprehensión pero si confías en este Fuego del Espíritu, en lo que se manifiesta en el seno de vuestra conciencia, de manera despierta o de manera imaginada en vuestros sueños, en vuestras relaciones y en vuestras interacciones cualesquiera que sean en el seno de este mundo, vais a descubrir, si aún no está hecho, una nueva fuerza que vive en ustedes, una fuerza que nunca puede agotarse porque esta apoyada en la verdad del Amor y en la Verdad eterna que no sufren ninguna discusión, ningún compromiso ni alguna negociación. No porque esto podría ser autoritario o impuesto pero más bien porque esto es la evidencia de la Vida, la evidencia del Amor, la evidencia de la conciencia y la evidencia de vuestra verdad.
Cuando el Fuego del Espíritu os toca, vuestra conciencia ordinaria se descubre al unísono de vuestra supra-consciencia, haciéndoos rechazar lejos todo lo que pueda venir a frenar, disminuir o contradecir la manifestación de la Verdad. El Fuego del Espíritu no necesita de ira, el Fuego del Espíritu no necesita de que manifiesten un desacuerdo otro que el de manifestar la totalidad de vuestro Fuego del corazón, de vuestro Fuego vibral y del Fuego del Espíritu en todas las relaciones. Esto es mucho más que la Inteligencia de la Luz, esto es la primera fuerza de los universos, la primera fuerza de las dimensiones, la primera fuerza de la Fuente.
En esto la Espada de Mikael, como la Espada del Cristo, viene a cortar lo que no es verdad, lo que es superfluo, lo que os obstruye y todavía puede obstruir vuestra Liberación. El Fuego del Espíritu os recarga, el Fuego del Espíritu os da a ver sin pasar por la herramienta del ego que es el mental. El Fuego del Espíritu implica una más grande evidencia en vuestras relaciones, en vuestra presencia a vosotros mismos y en vuestra misma presencia en el mundo. El Fuego del Espíritu os trae a la Claridad, a la Precisión, os lleva a no estar más sometidos a los efectos del tiempo, a los efectos del karma, a los efectos de la ley de acción/reacción que prevalecen, por poco tiempo todavía, en el seno de este mundo.
El Fuego del Espíritu os da la fuerza apacible de aquel que esta anclado en su corazón y afirmado en la voluntad del Padre. El Fuego del Espíritu forja también en vosotros la incorruptibilidad del Amor, en toda relación, en toda mirada que lleváis, y en vosotros mismos, no permitiendo más a la menor sombra venir a obstaculizaros, a la menor distorsión de afectar lo que veis, lo que percibís y el modo en el que actuáis.
El Fuego del Espíritu es mucho más que el bautismo del Espíritu Santo activado durante las Bodas Celestes. El Fuego del Espíritu es en cierto modo el acto final de la separación porque este Fuego del Espíritu viene a regenerar toda cosa, no en el seno de una misma dimensión sino en la dimensión de la Libertad que os fue anunciada desde hace tantos años y que ya vivís, para algunos de entre vosotros en totalidad y por lo menos, en parte.
El Fuego del Espíritu os hace apartar, independientemente de vuestra propia voluntad (si existe todavía una), de todo lo que no es luminoso, de todo lo que no es justo, de todo lo que no está verificado por la conciencia ella-misma. El Fuego del Espíritu hace que no dependáis más de ninguna declaración, de ninguna historia, de ningún acondicionamiento. El Fuego del Espíritu os hace descubrir, en el seno de este mundo mismo, la realidad de la Libertad del Espíritu, la realidad de la Liberación. El Fuego del Espíritu acompaña por supuesto también el Coro de los Ángeles, el Espíritu del Sol y el conjunto de las manifestaciones que se presentaron a vosotros, en conciencia, durante todos estos años.
Así se acaba el ciclo de la Liberación, en el jubilo, jubilo que cubrirá los gritos de la conciencia de los que no saben y de los que tienen miedo. Hoy está allí vuestra función y el sentido de vuestra presencia sobre este mundo, no solamente para hacer lo mejor que pueden en el seno de su vuestra vida pero más bien, hoy, ser realmente lo que sois, pase lo que pase, que se manifieste lo que se manifieste.
Pues la supervivencia, no la del cuerpo, no de las estructuras efímeras pero la supervivencia de la Alegría en el seno de lo que se celebra sobre la tierra es primordial, no para vosotros pero para el conjunto de la humanidad porque allí, no solamente después de haber sido tal vez ancladores y sembradores de Luz, os hacéis los pilares de la manifestación de la Luz, no para la tierra, porque esto ha sido cumplido, pero más bien para el conjunto de los hermanos y hermanas humanos encarnados que se presentarán sobre vuestro camino.
No olvidéis que el Fuego del Espíritu tiene en él todas las soluciones, mucho más incluso que lo que vuestra conciencia abierta podría percibir. Dejar actuar el Fuego del Espíritu, es permanecer en el Silencio, el silencio de la vibración, el silencio de las palabras, el silencio de los sentidos, penetrar en la danza de la Evidencia, penetrar en la relación justa, aquella que no conoce ni límites, ni barreras, ni contradicciones.
El bautismo del fuego del Espíritu viene para regenerar toda cosa, no para restituirlas a su integridad en el seno de este mundo pero para regenerarla en el seno de la integridad eterna de lo que sois. Acoger el Fuego del Espíritu es en cierto modo el último sacrificio del Sí, permitiendo de verificar por vosotros mismos vuestra confianza, vuestra conciencia y vuestra relación a la Eternidad. El Fuego del Espíritu puede también venir a estremecer lo que todavía duerme en vosotros, lo que no fue visto, lo que no fue integrado o lo que podía aún ocultaros la totalidad de la Eternidad.
Hoy, todos sois llamados a tomar los pasos de Cristo, los pasos de todos los místicos, dondequiera que esto sea sobre este mundo, en cualquiera época que sea, a fin de cantar las alabanzas de la Libertad, las alabanzas del Amor, no por unas palabras, no por notas de música sino por vuestra amorosa presencia, por la presencia en vosotros, en vuestros corazón, en cada una de vuestras células, del Fuego vibral, del Fuego del corazón y del Fuego del Espíritu.
En este espacio, no hay ningún lugar para cualquier rechazo que sea, porque el corazón verdadero acoge todo corazón, incluso y sobre todo aquel que está afligido o el que no se reconoce. La fuerza del Espíritu reside en la capacidad de regeneración del Fuego del Espíritu. Éste mismo, de la misma manera que el Fuego vibral y el Fuego del corazón, se auto-mantiene, viniendo allí también a consumir, sobre todo a nivel de la conciencia ordinaria, lo que puede ser todavía un obstáculo o una resistencia, de la misma manera que esté ligado a vuestra historia, que esté ligado a los obstáculos de este mundo de cualquier naturaleza que sea. Hoy, el Fuego del Espíritu viene a mostraros la vanidad de cualquier mejoramiento en el seno de este mundo porque este mundo que es falso, evoluciona sobre arenas movedizas desde mucho mucho tiempo.
El despertar de la tierra a nivel de sus elementos, el despertar de vuestro sol, la presencia de Mikael y del conjunto de la Confederación Intergaláctica que se acercan desde ahora a vosotros y que se estacionan sólo por momentos alrededor del sol, vienen a vuestro encuentro de manera visible, de manera evidente, a fin de que nadie pueda decir que no sabía. Esto será concomitante a la Llamada de María, a los signos del cielo, a los signos de la tierra. Esto, como tal vez lo observáis y lo sabéis, la tierra se despierta, el núcleo cristalino de la tierra entró en una fase de expansión, traduciéndose para vosotros en una expansión, en una materialización si puedo decir, de vuestra supra-consciencia. No solamente al interior de vuestro corazón, no solamente en momentos privilegiados, pero de manera consciente, permanente y natural, sin esfuerzo, porque esto va a volverse efectivamente cada vez más evidente, cada vez más flagrante y cada vez más sensible.
El Fuego del Espíritu corresponde por supuesto también al nivel visible y exterior a vuestra estructura, al Fuego del Cielo, llamado hace tiempo el «asa-planeta» por el Comendador. Por supuesto, existen diversos mecanismos que os anuncian esto. Esto está presente desde hace muchos años sobre vuestra tierra, como fue explicado hace diez años por nuestro Comendador, el de los Ancianos y que vela por el buen funcionamiento del plan de la Libertad.
Tal vez experimentareis a veces un rechazo, incluso un asco respeto a vosotros-mismos en lo que pudieron establecer de falsificado en el seno de este mundo. En relación a ésto, no se juzguen, no le condenen, no os culpabilicéis sino aceptad ver simplemente lo que os muestra el Fuego del Espíritu. El Fuego del Cielo solo viene a destruir lo que es ilusorio y lo que es falso y viene a afirmar y desplegar lo que es verdad. Así desaparecerá, en convulsiones, lo que fue alterado desde tanto tiempo, lo que frenó el acceso a lo que sois.
Los cuerpos de etreté que no pudieron llegar hasta sus destinatarios por múltiples razones, acabarán ellos también su viaje interior y emergerán para estos seres, hermanos y hermanas, en el seno de su estructura ordinaria.
Es allí dónde vuestra presencia, y solamente vuestra presencia, será útil porque como portadores del Fuego del Espíritu, apaciguareis lo que puede dar miedo para los que todavía no lo viven, en el logro del cielo y de la tierra, revelando la Verdad.
No hay más necesidad de dirigir lo que sea, no hay más necesidad de encontrar las causas, no hay más necesidad de querer ayudar porque vuestra única presencia sobre este mundo, asintiendo al Fuego del Espíritu, es la mejor ayuda que podéis proporcionar a los que dudan, a los que tienen miedo. Esto no podrá hacerse ni por las palabras ni por la mirada ni por el tacto pero simplemente por la intención de la conciencia. Constatareis además muy fácilmente, y cada vez más a menudo, que desde el momento en que pensáis en alguien, éste lo percibirá y os llamará, o os dará señales. Del mismo modo, desde el momento en que una ayuda es pedida, donde una ayuda parece conveniente, salid de la noción de la ayuda e instalaos todavía más en el Fuego de la beatitud, en el Fuego del Espíritu, y simplemente así, aquel que necesita este Fuego para quemar todavía más lo que es ilusorio, lo recibirá.
El Fuego del Espíritu os lleva a vivir momentos específicos en el curso de vuestras noches como en el curso de vuestros días, lo que fue nombrado he aquí numerosos años por el Arcángel Anael el acceso a la ultra-temporalidad, haciéndoos salir de la linealidad del tiempo, dándoos a ver concretamente y realmente que los instantes siguientes os reservan en el seno de esta tierra, permitiéndoos entonces de ajustaros con lucidez, no tanto porque hay algo que salvar o para preservar sino porque vuestra situación en el seno de la Eternidad permitirá, en cierto modo, de desvelar y de desplegar del Fuego del Espíritu con más facilidad, que esto sea en algunos lugares, en algunas personas, sin pedir nada, solo estando allí, solo estando presentes, solo viviendo el Fuego del Espíritu.
Por supuesto, el Fuego del Espíritu sólo es una de las manifestaciones produciéndose antes y después de la Llamada de María, acompañada de una comitiva de otros signos de los cuales no es necesario interesarse por ahora, mientras éstos no son vividos. Algunos de entre vosotros también percibís la aproximación del Fuego del Espíritu como un sentimiento de no estar más en el seno de este cuerpo, no como una huida sino más bien como un descubrimiento, en el seno de la conciencia ordinaria esta vez, de lo que es la Verdad, poniendo fin justamente a susodicha conciencia ordinaria. El supra-mental entonces será totalmente activo en el seno mismo de esta dimensión y es justamente este supra-mental de cada uno de entre vosotros, reunidos en la misma potencia del Cristo, que permitirá finalmente resolver la fase final.
Mis palabras serán desde ahora menos numerosas, como cada uno de mis hermanos y hermanas de nuestros planos, porque lo importante es justamente lo que se celebra y se despliega en el Silencio, en el intervalo entre mis palabras, en el intervalo de vuestra escucha, a fin de no estar más solamente en la escucha de mis palabras o de mi vibración sino de la que es emitida directamente en vosotros por nuestra reunión, por nuestra Presencia y sobre todo por el Espíritu del Sol y el Coro de los Ángeles.
También, diferentes pueblos inéditos para vosotros presentes en la superficie de este mundo, van a comenzar pronto a intercambiar, a comunicar con vosotros. Los primeros de entre ellos, y algunos de entre vosotros ya lo experimentaron desde hace algunos años, viviréis un acercamiento, si puedo decir, con los elfos que representan en cierto modo la libertad del Aire, la libertad de consciencia y la libertad del Amor. Para esto, hay solo a estar presente, no hay ningún esfuerzo que hacer sino todo lo contrario, a soltarse totalmente a fin de que la relación entre esta dimensión particular y la vuestra pueda manifestarse sin trabas, en la alegría del Amor y en la alegría de la Verdad.
Percibiréis entonces que en el Fuego del Espíritu y más allá de todas vuestras estructuras vibrales que pudieron ser activadas hasta ahora, la conciencia no será más no solamente des-localizada sino más bien presente por todas partes. Veréis que es vuestra conciencia que está también presente en el árbol, en la flor, en el hermano que sufre o en el hermano que os ama; hay la misma intensidad de Amor, la misma cualidad de Amor. Esto os será revelado por la gracia del Espíritu y del Fuego del Espíritu.
Entonces juntos y en el silencio de mis palabras, en el silencio de nuestras Presencias unidas, por el Espíritu del Sol, por el Coro de los Ángeles, el Fuego del Amor y el Fuego del Cielo se depositan en vuestro Templo. Más allá del sello de Mikael se despliega la Verdad que es una sinfonía donde ninguna mala nota puede venir a enturbiar la beatitud del Fuego del corazón, la beatitud del Fuego vibral.
Sea lo que sea y bien antes de la Llamada de María, os es propuesto entonces de vivir – ya lo vivieron en parte en los momentos de éstasis que os son propuestos o impuestos, más o menos largos, dándoos a recargaros en otra parte que en este mundo, en otra parte que en la ilusión, en otra parte que en vuestras relaciones afectivas o amorosos, bien más allá de los lazos sociales o de amistad – los mecanismos místicos, en obra de todo tiempo y en toda tradición entre los seres que habiendo trascendido la ilusión de este mundo, se os presentarán. Innumerables carismas se manifestarán espontáneamente, sin intervención alguna de vuestra parte, aportando allí también el bálsamo necesario para los hermanos y hermanas, en las situaciones que lo exigen y lo piden.
El Amor se volverá fácil porque se evidencia y porque es manifestado, y cada vez más tangible. Esto se verá en vuestros actos, esto se verá en vuestros ojos, esto se verá en todos vuestros intercambios porque no podréis hacer más hacer trampas, no podréis establecer más el menor comprometimiento con la ilusión, o bien exactamente como una repulsión en relación a lo que es falso, en relación a lo que es alterado o desviado. Esto no planteará ningún problema ni alguna vacilación sino esto se impondrá como una evidencia, como algo que siempre estuvo allí y que allí también no sufre ninguna especie de desviación o falsificación. En el Fuego del Espíritu, no hay ninguna falla ni alguna posibilidad, para lo que sea o quienquiera que sea, de interferir con lo que se levantó en vosotros.
… Silencio …
Permitidme llevar hasta vuestra carne, en lo más íntimo de vuestras estructuras, efímeras como eternas, la Gracia del Padre, el Fuego del Amor, y el Beso de María que algunos de entre vosotros ya percibís en forma de caricia sobre vuestra mejilla izquierda. Sí, María está allí, preparada para hablar, preparada a expresarse. Nunca estuvo tan cerca a vosotros, lo mismo que nosotros todos nunca estuvimos tan cerca de vosotros porque estamos en vosotros, y esto se revela con cada vez más de agudeza y cada vez más holgura y facilidad.
Entonces, en nombre del Fuego del Espíritu y en la gracia del Padre, en simbiosis con el Coro de los Ángeles y el Espíritu del Sol, deposito en vosotros el Bautismo del fuego del Espíritu.
… Silencio …
Que la Paz, el Amor y la Luz sean. Y esto sea.
Soy Hildegarda de Bingen y rindo gracia a nuestra unión y a nuestra Verdad una.
… Silencio …
Hasta pronto.
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