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Desde el Corazón Cristalino de la Tierra, Mi voz se eleva, Mi voz se expande. Mi voz inunda y fecunda vuestros Corazones. Amados niños, hijos e hijas de Mi Espíritu eternamente Vivo. Yo soy vuestra Madre Divina.
En este espacio que se abre, fecundo de la Gracia y del Amor. Nuestros corazones resuenan en un mismo canto, nuestros corazones se regocijen en una misma Verdad: la única Verdad, somos Uno, uno solo somos.
Amados hijos e hijas, puertas de la redención sobre esta Tierra, el Don de Mi Corazón se desvela, el Don de Mi Corazón brota por medio de sus labios, por medio de sus manos, irradiado por su sagrado Corazón de Fuego. Este es el don, el don del reconocimiento, este es el don de la Fusión.
Esta Tierra, este planeta, envuelto en el Don de la Gracia, ve nacer, ve resurgir su fase original. Este planeta que los acoge, ve resurgir en el pecho, en la carne la Verdad primordial y que jamás puede ser completamente suprimida.
A medida que los velos son retirados, a medida que los bloqueos son deshechos, un reconocimiento despierta e inunda los cuerpos y mentes. Este es el reconocimiento de nuestra naturaleza común, hijos e hijas. A medida que los velos son destruidos, por el ardor de Mi Presencia, como por el ardor de vuestro Corazón, de entrega y devoción, un reconocimiento se instala. No un reconocimiento con base en la memoria, tampoco un reconocimiento con base en las historias construidas y tejidas en este mundo aparente, sino verdaderamente un reconocimiento, de Corazón a Corazón, un reconocimiento en la Eterna Esencia Una.
Yo vengo a invitarlos, hijos e hijas, a abrir espacio para este reconocimiento, porque este reconocimiento viene acompañado de Mi éxtasis. Este reconocimiento viene acompañado de Mi júbilo. Este reconocimiento viene acompañado de la verdadera Alegría.
Este planeta vive un parto, este planeta vive un renacimiento. Es comprensible que el dolor aun haga parte de su experiencia. Es compresible que un luto a veces revele su rostro ahí. Pero, hijos míos, yo les pido en este momento compartir Mi visión gloriosa, pues Yo veo un mundo glorioso, yo veo chispas gloriosas. Yo los invito a compartir Mi visión gloriosa, mis pequeños.
El llanto es solo el agua que yo derramo con mi jarro, para lavar ahí aquello que ya no es más necesario, aquello que ya es viejo, aquello que debe ser disuelto para dar lugar a una nueva manifestación. La tristeza se instala ahí a veces, como resultado de este baño, pero en un primer momento la Gracia de esta Agua de lo Alto no es percibida. Se percibe la falta, se percibe la pérdida. Pero yo les digo, hijos míos, en el Reino de lo ilimitado no hay carencias o pérdidas y para ustedes gloriosas chispas del Espíritu Uno, jamás hubo o habrá falta o perdida. Y para ustedes gloriosas centellas del Espíritu Uno, jamás hubo o habrá carencias o perdidas. En esta Esencia Una somos completos. En esta Esencia Una, somos completos. En esta Esencia Una, somos la propia Gracia, somos el Universo regocijándose en éxtasis.
Reconozcan, hijos e hijas, que los velos que los mantenían adheridos, conectados o envueltos con una vida aparente y efímera, comenzaron a caer, y en verdad la caída de estos velos ya están en una etapa muy avanzada. Sin embargo, niños míos, no miren hacia aquello que se va, porque el paso del tiempo y de las formas es también una apariencia de Mi cuerpo. Manténganse atentos Aquí y Ahora, porque de mi jarro se vierte el Agua de la Gracia, y esta agua viene a lavar su estructura de expresión, ya sea su cuerpo o el mundo que ustedes manifiestan.
Es necesario que ciertos elementos, es preciso que estas construcciones sean disgregadas, sean desconstruídas, para que estos mismos elementos sean reorganizados, realineados y resonando con la verdad de su Corazón, dé expresión al verdadero rostro de un Mundo Sagrado.
Lo Sagrado de esta Tierra, pulsa. Lo Sagrado de esta Tierra canta. Lo Sagrado de su corazón resuena y vibra. Reconozcan esta música, entren en esta canción, transformen su cuerpo en esta sinfonía, no por un esfuerzo, no por un acto, solo por la aceptación en este momento, de esta única Verdad: somos Uno, Uno solo somos.
Mis Ángeles sin alas no danzan más en pequeños grupos.
Mis Ángeles sin alas se unen hoy para entonar una misma canción.
Mis Ángeles sin alas oyeron mi llamado, oyeron mi voz.
Mis Ángeles sin alas manifiestan el cielo en la Tierra.
Ustedes son Mis ángeles, abran espacio para que Mi Reino se revele a partir de su corazón por toda esta Tierra, de arriba a abajo, del centro a la superficie, lo Sagrado canta, resuena y vibra.
Mi voz se eleva, desde el Corazón Cristalino de la Tierra y encuentra respuesta en vuestro corazón.
Yo los honro, hijos e hijas, porque hoy, en este hoy, un velo más se disipa. Hoy, en este hoy, una ilusión más se deshace, y Mi presencia será percibida aun más íntimamente, y cercanamente en ustedes. Y vuestra Presencia, despierta, canta y danza en Mi cuerpo.
Los invito en estos próximos 12 días, a reavivar, vivificar e impulsar esta única Verdad y atravesar o rasgar más este velo para que, cara a cara, vuestra visión contemple con más Claridad y Precisión, Mi visión gloriosa.
Yo bendigo a cada corazón aquí presente, en este lugar, como en este planeta. Los bendigo en este Amor.
Transcripción hecha por colaboradores del blog.
www.escoladaluzviva.com
Traducción: H. N.
En este espacio que se abre, fecundo de la Gracia y del Amor. Nuestros corazones resuenan en un mismo canto, nuestros corazones se regocijen en una misma Verdad: la única Verdad, somos Uno, uno solo somos.
Amados hijos e hijas, puertas de la redención sobre esta Tierra, el Don de Mi Corazón se desvela, el Don de Mi Corazón brota por medio de sus labios, por medio de sus manos, irradiado por su sagrado Corazón de Fuego. Este es el don, el don del reconocimiento, este es el don de la Fusión.
Esta Tierra, este planeta, envuelto en el Don de la Gracia, ve nacer, ve resurgir su fase original. Este planeta que los acoge, ve resurgir en el pecho, en la carne la Verdad primordial y que jamás puede ser completamente suprimida.
A medida que los velos son retirados, a medida que los bloqueos son deshechos, un reconocimiento despierta e inunda los cuerpos y mentes. Este es el reconocimiento de nuestra naturaleza común, hijos e hijas. A medida que los velos son destruidos, por el ardor de Mi Presencia, como por el ardor de vuestro Corazón, de entrega y devoción, un reconocimiento se instala. No un reconocimiento con base en la memoria, tampoco un reconocimiento con base en las historias construidas y tejidas en este mundo aparente, sino verdaderamente un reconocimiento, de Corazón a Corazón, un reconocimiento en la Eterna Esencia Una.
Yo vengo a invitarlos, hijos e hijas, a abrir espacio para este reconocimiento, porque este reconocimiento viene acompañado de Mi éxtasis. Este reconocimiento viene acompañado de Mi júbilo. Este reconocimiento viene acompañado de la verdadera Alegría.
Este planeta vive un parto, este planeta vive un renacimiento. Es comprensible que el dolor aun haga parte de su experiencia. Es compresible que un luto a veces revele su rostro ahí. Pero, hijos míos, yo les pido en este momento compartir Mi visión gloriosa, pues Yo veo un mundo glorioso, yo veo chispas gloriosas. Yo los invito a compartir Mi visión gloriosa, mis pequeños.
El llanto es solo el agua que yo derramo con mi jarro, para lavar ahí aquello que ya no es más necesario, aquello que ya es viejo, aquello que debe ser disuelto para dar lugar a una nueva manifestación. La tristeza se instala ahí a veces, como resultado de este baño, pero en un primer momento la Gracia de esta Agua de lo Alto no es percibida. Se percibe la falta, se percibe la pérdida. Pero yo les digo, hijos míos, en el Reino de lo ilimitado no hay carencias o pérdidas y para ustedes gloriosas chispas del Espíritu Uno, jamás hubo o habrá falta o perdida. Y para ustedes gloriosas centellas del Espíritu Uno, jamás hubo o habrá carencias o perdidas. En esta Esencia Una somos completos. En esta Esencia Una, somos completos. En esta Esencia Una, somos la propia Gracia, somos el Universo regocijándose en éxtasis.
Reconozcan, hijos e hijas, que los velos que los mantenían adheridos, conectados o envueltos con una vida aparente y efímera, comenzaron a caer, y en verdad la caída de estos velos ya están en una etapa muy avanzada. Sin embargo, niños míos, no miren hacia aquello que se va, porque el paso del tiempo y de las formas es también una apariencia de Mi cuerpo. Manténganse atentos Aquí y Ahora, porque de mi jarro se vierte el Agua de la Gracia, y esta agua viene a lavar su estructura de expresión, ya sea su cuerpo o el mundo que ustedes manifiestan.
Es necesario que ciertos elementos, es preciso que estas construcciones sean disgregadas, sean desconstruídas, para que estos mismos elementos sean reorganizados, realineados y resonando con la verdad de su Corazón, dé expresión al verdadero rostro de un Mundo Sagrado.
Lo Sagrado de esta Tierra, pulsa. Lo Sagrado de esta Tierra canta. Lo Sagrado de su corazón resuena y vibra. Reconozcan esta música, entren en esta canción, transformen su cuerpo en esta sinfonía, no por un esfuerzo, no por un acto, solo por la aceptación en este momento, de esta única Verdad: somos Uno, Uno solo somos.
Mis Ángeles sin alas no danzan más en pequeños grupos.
Mis Ángeles sin alas se unen hoy para entonar una misma canción.
Mis Ángeles sin alas oyeron mi llamado, oyeron mi voz.
Mis Ángeles sin alas manifiestan el cielo en la Tierra.
Ustedes son Mis ángeles, abran espacio para que Mi Reino se revele a partir de su corazón por toda esta Tierra, de arriba a abajo, del centro a la superficie, lo Sagrado canta, resuena y vibra.
Mi voz se eleva, desde el Corazón Cristalino de la Tierra y encuentra respuesta en vuestro corazón.
Yo los honro, hijos e hijas, porque hoy, en este hoy, un velo más se disipa. Hoy, en este hoy, una ilusión más se deshace, y Mi presencia será percibida aun más íntimamente, y cercanamente en ustedes. Y vuestra Presencia, despierta, canta y danza en Mi cuerpo.
Los invito en estos próximos 12 días, a reavivar, vivificar e impulsar esta única Verdad y atravesar o rasgar más este velo para que, cara a cara, vuestra visión contemple con más Claridad y Precisión, Mi visión gloriosa.
Yo bendigo a cada corazón aquí presente, en este lugar, como en este planeta. Los bendigo en este Amor.
Transcripción hecha por colaboradores del blog.
www.escoladaluzviva.com
Traducción: H. N.
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