Yo soy MARIA, Reina de los Cielos y de la Tierra. Yo soy el Átomo de Amor Divino que reside en cada uno de mis hijos. Hoy vengo a bendecirlos con mi Presencia, vuestra presencia, reconociéndolos como a Hijos Divinos, reconociendo en unos y otros su Filiación Divina, en la Raíz del Espíritu.
Hoy pues, como acompañante de la llegada del Fuego Micaélico, la polaridad del femenino de la Madre, que viene a confortar, viene a dar forma y calor en este Templo, haciéndolo permeable y aceptable para las vibraciones del Nuevo Fuego, de las nuevas frecuencias de la 5ª dimensión que ahora despiertan aquí en la superficie de la Tierra.
Vengo a llamarlos a la Redención del alma, les vengo a pedir la sinceridad y la honestidad total de su Amor hacia el Padre, hacia los hermanos, hacia toda la Creación. Vengo a llamarlos a este Abandono total de cualquier astucia, estrategia que podría significar o representar una oportunidad para ustedes.
Vengo a llamarlos pues, a la pequeñez y a la grandeza. A la pequeñez del yo, de la personalidad, a la desaparición de la ilusión de controlar su vida, de poner límites a su experiencia. A la grandeza de su Espíritu, a la grandeza de su Amor y a la expansión sin límites del Don de Gracia, que es cada Corazón abierto a su presencia y a mi Presencia, haciendo una sola Presencia. De madre a hijo, de hijo a madre, olvidando todos los conceptos familiares que tengan, pues esta es una filiación Divina del Espíritu incluyendo también al planeta Tierra donde están ahora encarnados.
La Tierra que es su cuerpo, y la Tierra, el planeta Tierra, están ahora recuperando en totalidad su filiación, su vínculo con los seres y creadores originales, con los Elohim que pusieron las bases Unitarias para esta experiencia en la Tierra, Gaia.
Así pues, vuestra Tierra y la Tierra, tienen todos los signos de lo que ahora está Resucitando, de lo que ahora se está liberando, de lo que está volviendo a la Fuente Padre, y de lo que está volviendo a la Madre Divina. Todo aquello de lo que se han apropiado, ahora es el momento de devolverlo a las Fuentes Infinitas, a las Fuentes Creadoras. Pues estas Fuentes son el Origen, y son a las que se debe la Gracia que se deposita en cada parcela, en cada chispa de Luz.
Es así, que regresarán a la Fuente Padre-Madre, a la Madre Divina Creadora, aquello de lo que se han apropiado, y que se han creído con derecho de distribuir o de controlar. Retornándolo a la Fuente para convertirse con toda naturalidad en canales, y la encarnación misma de éstos Liberados, liberados de nuevo como un regalo que se hace la creación en sí misma.
Acepten la llamada que les hago en lo más íntimo de su ser. Esta llamada es ahora un Grito, un grito que los lleva a mirar, observar y recuperar lo que es su estado natural, vuestro Femenino Sagrado, vuestra Tierra de Amor que permite acoger el Fuego del Espíritu, el Fuego de Cristo- Miguel.
Mi llamada resonará pues con más y más fuerza en estos tiempos, en estas semanas. Yo estoy y estaré en la medida que lo permitan, quienes acepten dar y volver a LA FUENTE abriendo su Corazón, derramado sobre ellos el Manto Azul de la Gracia, permitiendo la compañía de las Estrellas y otros hermanos que participan en este proceso aquí en Gaia.
Sean libres hijos, siempre lo han sido, sólo la apariencia de los intercambios aquí en esta dimensión, donde han experimentado la separación les ha hecho creer otra cosa; les ha hecho creer ser víctimas, les ha hecho creer ser los dominadores, pero nada de esto es real en el Espíritu.
Los llamo al Amor Divino que ahora y aquí, trasciende toda historia efímera. Toda situación por dolorosa que pueda parecerles corresponde exactamente a la proyección de separación, y la validez que han dado a sus creencias de separación.
Así pues, los Frutos que ahora se recogen son exactamente lo que han sembrado. Sin culpa, sin reserva recojan los frutos, pues yo Estoy en todos, poniendo la dulzura, la dulzura del Espíritu en estas cosechas que pueden llegar un poco amargas. Sabiendo que ustedes igualmente no son nada de todo esto
Recojan e integren todo lo que ahora se presente a ustedes, cada hermano y hermana a su alrededor no es más que una faceta del Uno, una faceta de ustedes mismos. Les pedimos que Unifiquen, que integren a cada uno en el Uno que son, en el Uno que Es cada uno de ustedes.
Con las Estrellas los invitamos a hacer unos instantes de comunión en el Manto Azul de la Gracia, en el Canto Cristalino de Sirio, activando y resucitando cada célula en la Luz del Padre.
...Acogida del Manto Azul de la Gracia y el Canto Cristalino de Sirio...
Queridos Hijos e Hijas, son bendecidos para toda la Eternidad. La grandeza del Espíritu, este Júbilo silencioso toma su Corazón, toma su Templo, a medida que dejen el espacio, a medida que el Espíritu toma todo el lugar, convirtiendo el Templo, al Fuego en un incendio, en una pasión serena y recta en el Amor del CRISTO.
Ábranse Hijos, más que nunca a la llamada de la Redención que resuena para toda la Humanidad. Los brazos están abiertos, nuestros brazos están totalmente abiertos para acoger allí donde cada uno de ustedes se permitirá situar en toda Libertad.
Yo soy MARIA, Reina de los Cielos y de la Tierra.
Traducido por: H. N.
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