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lunes, 9 de diciembre de 2019

EYNOLWADEN Quebec - 4 de Diciembre de 2019





Eynolwaden viene a bailar la Alegría, en el corazón de vuestro corazón, en vuestra conciencia y en vuestras células, vengo a celebrar en vosotros el canto de la Libertad, el canto de la Verdad, en el que la belleza gana siempre sobre toda otra consideración.  

Vengo de nuevo en este día, a invitarles a la Libertad y a  la Belleza, pero sobre todo a vuestro reencuentro y a vuestros esponsales con vosotros mismos.

Eynolwaden baila y canta en vosotros, viniendo a mejorar la luz sobre quienes sois, adentro de este cuerpo del sueño.

Vengo a celebrar la Ligereza en cada uno, vengo para estar allí, y estar presente al mismo tiempo que vuestro presente.

Vengo con vosotros en la morada de la Paz Eterna, en la morada de la Verdad, en la morada del Instante.

Vengo a celebrar, vengo a honrar y vengo a cantar la gran Alegría y el gran Silencio, los de la Belleza inefable donde nadie puede estar perdido, donde nada puede faltar.

Vengo a decirles de simplemente dejar abierto lo que se abre naturalmente.

He venido también para sentir la Verdad de vuestro Amor, la Verdad de vuestra Presencia, la Luz y la intensidad de la Verdad que vivís.

 Os invito a la misma Libertad que es miá y vuestra, que no depende de ninguna circunstancia, ni de ninguna forma, ni de  ningún espacio ni tiempo.

Así es el danza del Silencio, así es la Belleza que nunca se marchita ni se aleja, allí donde no hay ninguna distancia, allí donde no hay ningún velo.

Entonces vengo a decirte también; escucha y entiende, más allá de las palabras y de la vibración, lo que te dice el ritmo de tu corazón, el ritmo de la danza que es la de la Verdad.

Allí donde te reencuentras, más allá de toda pregunta y de toda visión, allí donde está el gran Silencio.

He venido a compartir, en cada uno de vosotros, el instante eterno, anterior a todo tiempo, allí donde eres contentado, allí donde eres reencontrado, allí donde estás, con certeza, en la completud de lo que siempre fuiste.

Vengo a elevar tu corazón, y te acojo con fervor e intensidad, yo que también soy como tú, en cada corazón como en cada forma, trascendiendo toda historia y todo futuro.

Vengo a cantar, más allá de las palabras que pronuncio, la ronda de la Luz, que nunca pudo ser modificada.

He venido a decirte; escucha y entiende lo que canta tu Corazón en cada momento, a través de los desengaños del sueño, a través de tus alegrías como de tus penas.

He venido a revelarte que allí está el bálsamo que pone punto final a toda ilusión de sufrimiento, a todo dolor y a toda separación.

Entonces tu Corazón se eleva al firmamento de tu conciencia, mostrándote entonces la vanidad de ésta, allí donde no hay nada a juzgar, sino simplemente a amar, porque el Amor consume, así como lo sabes y lo vives, todo lo que no es verdadero y todo lo que sólo pasa.

Entonces Sí, Eynolwaden, en cada hermano humano, canta la misma canción, la misma nota, la de la Verdad y del final del sueño.

No olvides que estás en todas partes, en lo que ves en el seno del sueño, como en lo que no ves, en lo que sientes como en lo que no sientes, en lo que vives o que aún no vives.

Como tú, siempre he estado allí, libre de toda contingencia, libre de todo tiempo y toda historia, allí donde no hay ni desafío ni experiencia, sino esta estabilidad de la belleza.

Vengo a elevar tu Corazón en su Morada de Eternidad que, cualesquiera que sean las apariencias y pienses sobre eso, nunca dejaste.

Vengo pues a invitarte de no creer más estar privado o separado de la Verdad, allí donde el Sí que es pronunciado, es el juramento de lo que ya está cumplido, y de lo que ya es comprobable, en cuanto diste lo que creíste ser, desde el momento en que te diste a ti-mismo como a cada uno, con la misma belleza, la misma igualdad y la misma intensidad.

Soy la sonrisa y la lágrima de tu ojo, que se re-descubre virgen de toda ofensa y sufrimiento, todo esto sólo fue un sueño, todo esto sólo pasó.

Se cumplió el tiempo que debe fluir, es cumplido el tiempo de la medida de toda distancia, porque alcanzas la desmesura del Universo, la desmesura de la totalidad del sueño.

Recorriste cada senda, afrontaste cada espina como cada tormento, pero también como cada alegría.

Es así como habías decidido probarte en toda circunstancia, no tenías nada a probar, y sin embargo quisiste aportar la prueba de que nada puede tocar, que nada puede ofender, que nada puede alejar el Amor que eres, más allá de las palabras.

Entonces vengo a celebrar simplemente contigo, el tiempo de la Gracia y el tiempo del Despertar.

Estoy a tu lado, como soy tú, estoy delante de ti y sin embargo también detrás de ti, con el fin de recordarte que eres la misma sonrisa en todas partes, y para recordarte que eres anterior a todo lo que puedas imaginar, a todo lo que puedas creer, a todo lo que puedas sentir y probar.

He venido a abrazarte en los brazos de la Libertad, que no retiene nada y que da todo.

Tú que tanto amaste, a pesar de tu aparente ausencia.

Tú que has esperado tanto.

Tú que tal vez te pareció haber esperado o temido tanto.

Vengo a recordarte la sencillez del Amor, y la belleza de la Vida.

Vengo a recordarte que, por la gracia de la danza del Silencio y la Evidencia de nuestra presencia reunida y una, cualesquiera que sean las apariencias, los mundos y las formas siempre fuiste eso.

He venido a posarme en el corazón de tu pecho, a fin de que el ritmo de tu corazón nunca más sea dual, sino reúna la Trinidad de la Verdad.

He venido a invitarte, allí donde estás, en este momento como en tu vida, a fin de que te demuestres a ti mismo el valor de la Vida, que nunca igualará tu vida, y que sin embargo viene de ella.

He venido a cantar en tu conciencia, lo que ella había olvidado, lo que era sólo un medio de viajar,  un medio de experiencia a través del cual te expresaste, en múltiples mundos, en múltiples formas, en múltiples desafíos que tú mismo te has impuesto, a fin de verificar que sólo el Amor es verdadero y auténtico, por su privación, por su ausencia, por todo los medios posibles en el corazón del sueño, de la ilusión y de la creación.

Así es el canto de la Libertad, aquel que no juzga nada, aquel que acoge sin reticencia y sin pregunta a todo lo que pertenece a la vida, más allá de toda apariencia, de toda forma y toda situación.

He venido a decirte y hacerte vivir si lo deseas, que nunca te moviste, que nunca has nacido, y que nunca morirás, más allá de la forma, más allá de este mundo, como de todo mundo, porque reencontrándote en totalidad en el seno del Sí, que te dijiste: no hay más necesidad de experiencia, no hay más necesidad de sufrimiento, no hay más necesidad de distancia.

Hoy lo vives, hoy te reconociste en la desnudez del Amor, en tu ausencia como en tu presencia, allí donde la belleza no puede expresarse, a través de tu forma, cualquiera que sea tu edad, cualesquiera que sean tus arrugas, o cualesquiera que sean tus heridas, ellas no molestan en nada al verdadero ser.

Y hoy, lo vives, y mañana lo vivirás, cada día con más intensidad, cada día con más felicidad, viniendo a colmarte más allá de toda esperanza, de toda duda, como de todo miedo.

He venido para que me des tu bendición, y para que me ames a la altura de tu verdadero Amor.

Como sabes, no soy tributario de ninguna forma ni de  ningún mundo.

Mi nombre es vibración de Libertad, vibración de Luz, viniendo de todas partes y yendo a todas partes, sin desplazamiento ni movimiento, propagándose al infinito, al infinito de lo creado, al infinito del mundo, al infinito de los sueños como también de toda pesadilla.

Todo esto sólo tuvo un tiempo, el tiempo del relámpago inicial, aquel de tu experiencia y de tu manifestación, en el seno de todos los sueños de la creación.

He venido a fin de que honres la Libertad que soy, porque para mí, esto es hoy un honor, acoger al humano en totalidad, porque él se reencontró a pesar de todo, porque hoy para ti todo es facilitado, porque hoy para ti es el momento de la Verdad, el momento de la Unidad, el momento de la Belleza.

Entonces bailo y canto en tus células, como en el éter del espacio, allí donde el tiempo no puede pasar más, ni estar en bucle.

He venido a fin de vivir en ti mi Libertad, que es la tuya reencontrada.

Porque hoy veo a través de tus ojos el decorado de tu sueño, el decorado de tu vida.

Porque hoy veo las innumerables cicatrices de tus múltiples sueños.

Porque hoy veo que te libraste de toda quimera, y que cada día te redescubres un poco más, con cada vez más certeza y sobre todo con más ligereza.

Y allí, me acogiste en el Silencio y la ligereza, porque soy más ligero que un soplo de aire, sin estar en ninguna forma precisa, ni conocer ninguna barrera, entre los diferentes sueños del mito de la creación.

Allí donde sólo queda el Amor, que sin embargo está en todas partes y que siempre estuvo presente, cualesquiera que sean las apariencias, cualesquiera que sean tus cicatrices, cualesquiera que sean tus heridas, sólo tuvieron el tiempo de un sueño, aquel inscrito entre lo que llamaste nacimiento y muerte.

Allí donde nada de todo esto puede mantenerse, ante la potencia del Sí a Ágape.

He venido a invitarte a la ligereza como dije, pero también a la tranquilidad, la tranquilidad de aquel que sabe y que vive que es la auténtica Luz del sueño, más allá de toda imagen y más allá de toda desviación.

Estoy también en cada mirada amorosa que pones en un humano, en un animal, en un vegetal o en el cielo estrellado.

Escucha y percibe el ritmo de tu Corazón.

La Luz te eleva en tu trono de Eternidad, allí donde rodeado de los cuatro vivientes, generaste el regreso de la Verdad para el conjunto de lo Creado, como de lo Increado.

Y tu Corazón te habla en este momento en el silencio de tus pensamientos, él sólo te dice una cosa, responde a tu Si, diciéndote: Si, eres eso, y esto pone punto final a todo sueño. Tu Corazón te lo dice en este mismo momento.

Hoy, te has aceptado, haciendo caso omiso a todo acondicionamiento y a los últimos miedos de lo desconocido.

Entonces desde tu corazón, el de tu carne, que ha escondido el Corazón de tu Corazón, me instalé en la Libertad y en la Verdad, a fin de que el perfume de la Libertad nunca te deje, a fin de que el veneno de la duda, nunca te sea instilado.

Vine también a asistir a tu consumación, en el corazón de la alegría y de la Dicha.

Ya te lo dije, estoy a tu disposición en cada instante. Te basta con pronunciar mi nombre, te basta con evocarme y  decir Si.

Entonces elevaré siempre más tu Corazón en su morada de Eternidad.

Entonces cantaré en el Silencio de éste, el canto de tus re-encuentros.

He venido a amar lo que eres en Verdad.

Entonces si, consúmete de esta Dicha y esta Belleza, porque esta consumación es semejante a un éxtasis, a un gozo, a fin de que nada opaco, ni nada reticente pueda permanecer.

...Silencio …

Y allí, en el Silencio de tu corazón, en la danza del Silencio, somos un único Corazón, porque ya nada puede estar dividido, ni puede ser distinguido.

La Luz, no más polaridad, la Luz, no más sueño, y todo está colmado y donde todo es perfecto.

...Silencio …

Y allí, en el acogimiento de cada uno, en cada otro, el milagro de la Vida se despliega, acompañado por la melodía de la Unidad, que no necesita ninguna palabra, ni  ningún discurso.

Porque hoy, no necesitas más prueba de lo que que sea.

Porque hoy, sólo tienes que reconocerte, en lo que a veces te parece ser desconocido, y que sin embargo es tan conocido.

Vengo a invitarte a estar allí, en el Aquí y Ahora del presente.

Esto es tu don, esto es tú debido, esto es la única Verdad, que nunca podrá estar separada o dividida.

Y así, de Corazón a Corazón, la sinfonía de la belleza se despliega, en cada fibra de tu cuerpo, en cada rincón de tu conciencia, como en cada momento de tu vida.

Reconócete.

Escucha lo que dice la Danza de tu Corazón, en el Corazón de cada uno.

Escucha, de allí donde descubres que eres cada otro, y que estas en todas partes, porque viniendo de ninguna parte, más allá de tus orígenes, de la primera forma.

Así fue el sueño de la conciencia, así fue el sueño de la forma.

En este Fuego del Amor, que se despliega cada vez más desde ahora, cuando estás disponible, en el momento en que acoges, y el Amor sólo puede acoger, porque nunca puede excluir ni rechazar, como el Sol que alumbra del mismo modo al sabio y al loco, según las definiciones en este mundo.

Porque el Amor no es razonable, porque el Amor no puede ser medido, porque está en todas partes, hasta cuando piensas alejarlo, o bien ausente, sólo tu mirada alteró la realidad, pero sin que esto nunca dure más allá de un soplo, más allá de la forma.

He venido también a invitarte a la tranquilidad, y a la paz del Amor.

Allí donde ningún conflicto de ninguna clase puede emerger o manifestarse.

Te invito a esta ligereza, que cada día se vuelve más intensa, a medida de la intensidad, con la cual te das cada día, al don de la Gracia y a la Vida Una.

...Silencio …

Deja la sonrisa de tu Corazón florecer en tus ojos, como en tus palabras, en la poesía y en la magia de la vida.

Así te aliviarás, así te elevarás, en la morada de Eternidad.

Allí donde no hay pared ni ventana, porque tu morada está en todas partes, en cada sueño y cada rincón del espacio, pero también en el seno de la Verdad absoluta.

...Silencio …

Escucha, en el intervalo de mis palabras, lo que te dice tu Corazón. Él no habla con palabras, no habla con imágenes, habla el Silencio de la Verdad, te habla de intensidad, te habla de Unidad, te habla de Belleza, te habla de los innumerables colores de la Vida, de los innumerables mundos que recorriste.

Él te dice que el tiempo se ha cumplido.

Él te dice que la ronda que llevaste, te lleva hoy a esta Paz suprema y absoluta.

Permitiéndote entonces atravesar, con elegancia y facilidad los últimos elementos del sueño, aportándote siempre más, y cada día una comprensión silenciosa, más allá de toda reflexión, como de todo sentimiento.

Allí donde se sitúa la única certeza del no-ser y del ser.

Allí donde ya no se necesita más discursos, allí donde no hay nada a demostrar, ni incluso a mostrar.

Allí donde no hay nada a pesar, a sopesar o a medir.

Allí donde ninguna sombra puede ser llevada.

Allí donde nada puede estar limitado.

...Silencio...

Y el ritmo mismo de tu aliento acompaña el ritmo de tu Corazón.

Allí donde todo es apacible, allí donde todo es verdadero.

Entonces en ti canta Eynolwaden el canto del Silencio, el canto de la Belleza, el canto del sueño y el canto de la Vida.

Nada más puede estar separado, nada más puede ser contado.

Allí donde incluso el tiempo no puede ser descontado, allí donde el espacio no tiene más distancia.

...Silencio...

Y el conjunto de tus células vive la Danza de tu Corazón, el del vals a mi tiempo, y estás allí, en el Corazón de cada uno.

Allí donde no hay ni amigo, ni enemigo, sino simplemente el otro que eres tú.

Regocíjate.

Así cumples lo que decidiste cumplir, bien antes de sentir la forma, bien antes de toda manifestación.

Eynolwaden te abraza y agradece.

Eynolwaden se ríe contigo.

Eynolwaden canta contigo, en el corazón de cada uno, que es el corazón del Único.

Eres la Alegría indecible, digas lo que digas de eso.

Eres la Verdad sin falla, cualesquiera que hayan sido tus faltas, ellas sólo representan nada más que el juego de la experiencia que tú mismo elegiste.

Allí donde ninguna creencia, allí donde ninguna idea, ni  ningún pensamiento, puede modificar lo que siempre fue, y que siempre será, llevándote al término de tu propia resurrección, regeneración, más allá de toda forma como de todo mundo, en la Libertad total que confiere Ágape.

Así el Fuego del Amor, abraza tu conciencia, porque no necesitas más de este vehículo, como no necesitas más ninguna forma.

Allí donde no necesitas ninguna enseñanza, ni  ningunaautoridad otra, que la autoridad de tu Corazón, que es dulzura, y que es belleza.

...Silencio...

Eynolwaden contigo, en éxtasis y en éntasis, y tu corazón danza de alegría de su propia danza y de su propia elevación.

...Silencio...

Eres la única certeza en este mundo del sueño.

Eres la Libertad, no la de la conciencia, no la del ser, sino la Libertad del Absoluto.

Estas en todas partes, como te dice el ser, tú mismo.

Hay simplemente esto a dejar florecer, a dejar crecer, a dejar aparecer, porque allí está el bálsamo, que pone final a toda ilusión de carencia, que pone fina a la duda y al cuestionamiento.

...Silencio...

Tú, que estás en este cuerpo tan perecedero y tan limitado, eres lo imperecedero e ilimitado.

Nada puede contenerte realmente, porque contienes toda cosa, nada puede poseerte, porque posees todo, en el mismo don de la Gracia, en el mismo don del Amor.

Allí está la Verdad, que no sufre ninguna argumentación, ni ninguna justificación.

...Silencio...

Y sí, tal es la Libertad, donde todo se ha cumplido, porque finalmente comprendiste que no tenías que cumplir nada de otro que de reencontrarte, sin esfuerzo ni mirada pasada, ni proyección futura, simplemente en el instante presente .

...Silencio...

Eynolwaden, en el Corazón de cada uno.

Eynolwaden acoge todos los Corazones.

Son sólo uno, en innumerables sueños, de aquí o de otra parte, en innumerables circunstancias, felices como desgraciadas, esto no hace diferencia.

Más allá del instante vivido, esto es el presente de tu presencia y de tu ausencia reunidas, en el corazón de tu Corazón.

Tal es el Amor, que no conoce ninguna contingencia y ningún límite.

Tal es el Amor que eres, más allá de toda circunstancia de tu efímero.

Tal es el Amor que eres, más allá de todo mundo, y presente en todo mundo, como en toda forma, desde la piedra hasta el Ángel, y mucho más allá todavía.

...Silencio...

Eynolwaden, el soplo de la Libertad, el perfume de la Verdad.

Allí donde nada puede ser visto, porque no hay nada a ver, porque ya viviste todo.

...Silencio...

Eynolwaden se regocija en cada Corazón.

Eynolwaden es colmado por lo que eres, colmándote así a tu vez, con el mismo don y la misma gracia, tú, a quien me dirijo más allá de tu forma, en el Corazón de tu Corazón.

...Silencio...

Tal es el perfume de la vida, tal es el perfume del Amor, que contiene todos los perfumes de la creación, desde lo más sutil a lo más grosero.

...Silencio...

Entonces Eynolwaden, ahora, permanece.

Como te lo dije, puedes llamarme, simplemente nombrándome, tu corazón se elevará en los dominios de la Gracia, en los perfumes más puros.

Tal es tu Libertad, tal es la Libertad de la Vida y del sueño, que te permitieron estar allí hoy.

...Silencio...

Eynolwaden.

Sala: Eynolwaden.

...Silencio...

En el Amor de la Libertad y la Libertad del Amor, te abrazo y te arropo, en el aliento de la Libertad y de la Verdad.

Ahora te dejo recogerte, en lo íntimo de tu Corazón, y te digo a cada aliento, a cada latido de corazón, en cada mirada, en cada abrazo, estoy aquí, como tú estás aquí.

...Silencio...

Eynolwaden.

Sala: Eynolwaden.

...Silencio...

Te amo.

Hasta la vista.

Sala: Hasta la vista. Gracias.

Transcripción :  transcription.fr
Traducción  Pierre Díaz