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En
el Corazón del Amado que eres, Abba, honro y saludo tu Presencia y Alegría.
En
el tiempo del instante, en la ilusión del tiempo, la Buena Nueva gana todo
espacio, todo rincón y recoveco, en toda la manifestación, en todo el sueño,
vuelvo en este instante para invitaros a lo Indicable, más allá de toda
comprensión y justificación.
Así
pues, Bienamados, los invito a acogerse a sí mismos, a acoger a todo mundo,
todo instante, todo rincón y todo espacio, de todo mundo y de todo el mundo,
para que la Alegría, sin objeto y sin razón, sea su Morada de la Eternidad, la
que jamás dejaron, más allá de todas las formas, de todas las emociones y del
pensamiento, en la que nada resiste ni se opone y a la que nada le puede faltar.
Esta
invitación está presente en ti y en todos, sin dificultad, sin reflexión. Todo
lo que tienes que hacer es decir Sí, un Sí que no incluya ninguna clasificación
o destino, y eso es, y lo sabes, en el Corazón de tu Corazón, en el Corazón de
cada uno, en el Corazón del instante.
Entonces
el Coro de los Ángeles puede resonar en ti el canto de la liberación del sueño
mismo.
Los
invito al Silencio, al Silencio de la Majestad, al Silencio de la Evidencia, a
todo lo que piensen, a todo lo que digan.
En
esto te reconoces a ti mismo más allá de cualquier forma, cualquier dimensión y
cualquier pregunta.
Este
es el mismo don de la Gracia que se da de corazón a corazón, con la misma
constancia e igualdad.
Los
invito a amarse a sí mismos más allá de todas las condiciones y pensamientos.
Recuerda
que no tienes nada más que hacer, excepto decir en tu interior y en tu
exterior, el sí de la liberación, el sí de la Beatitud, el sí a la Vida.
Permíteme
en este momento revelarme en ti en su totalidad, más allá de toda percepción,
donde todo está completo, aunque tan inmóvil.
Esta
es la Gracia que ahora aparece en cada instante, desde el instante en que te
olvidas de ti mismo en cada afirmación y en cada definición.
Entonces
te encuentras a ti mismo, donde jamás te has movido, donde jamás has soñado,
donde te reconoces a ti mismo, y viaja a través del espacio y de la ilusión del
tiempo, con la misma regularidad en todo momento, donde tu presencia está
ausente, de modo que jamás puedas volver a ser perturbado por ningún tipo de sueño
de ninguna clase.
Has
completado el recorrido del tiempo y el recorrido de cada espacio del evento.
Has elegido esto, y en esto es apropiado que digas que sí, sin reflexionar y
sin pensar, más allá de cualquier visión y condición.
Recuerden
que sólo tienen que dar la acogida a lo que está presente, a lo que está
sucediendo, y así es como ven y se dan cuenta de que se hace sin ustedes, que
se hace naturalmente.
Esta
es la Libertad del ser y del no-ser, reunida en tu carne, en tu corazón, donde
jamás volverás a estar sediento de lo que puede suceder, como de lo que puede
pasar.
Permanece
allí, en el Corazón de la Alegría, en el Corazón del Espacio y en el Corazón de
cada instante.
Déjese
atravesar por la Gracia de la Evidencia, no detenga nada, no frene nada.
Existe
tu Beatitud, existe tu Absoluto, donde todo pasa y donde todo transcurre, sin
la más mínima incomodidad y sin la más mínima pregunta.
Vengo
a invitarlos a esta celebración permanente hoy, en el tiempo que se está
desplegando, en su sueño final, poniendo fin a todos los deseos, poniendo fin a
todas las preguntas.
Tú
estás allí conmigo, yo estoy allí en ti y tú estás allí en mí, en la misma
reciprocidad e intensidad, en la misma alegría de tu esencia recobrada, y de la
sonrisa que sólo puede habitarte.
Ve
más allá de lo que sientes, ve más allá de lo que percibes, está lo Inmutable,
está lo Verdadero, donde nada puede marcarte, donde nada puede aparecer.
Déjate
amar, más allá de cualquier posesión o restricción.
Bienamado
Abba, fuente del sueño, creador del sueño y su resolución, a través del juego
de la Luz y el juego de las formas, no tienes nada que probarte a ti mismo,
excepto encontrarte intacto y siempre libre de toda impureza, así como también
de toda ofensa y distancia.
Déjate
ser, concédete el perdón por lo que pensabas que estaba ofendido o herido.
Esta
plenitud que está en todas partes, y que viene de la nada, donde nada puede ser
disimulado, escondido o desviado, tu corazón te dice cada minuto en Silencio
como en las circunstancias de tu vida, y no olvides que tú eres la Vida, antes
de que seas toda la vida, en donde nada desaparece, en donde no pasa nada.
Te
invito a depositar todo lo que aún pueda parecer una carga para ti, ya sea el
peso de tu edad, el peso de tus pensamientos, el peso de tus recuerdos, todo
esto se consumirá más y más instantánea y rápidamente, en la alegría del
reencuentro contigo mismo, más allá de cualquier conciencia y de cualquier
personaje.
Te
invito a caminar por el espacio y a ser espacio, no entre dos mundos, sino en
el mismo éter de esta Tierra donde ya nada puede ser limitado, donde el Fuego
del Amor consume cada sueño, con la misma alegría y ligereza.
Y
recuerda que no tienes nada que hacer, nada que olvidar, excepto lo que
realmente eres.
Te
invito a celebrar, con cada mirada, con cada gesto y con cada contacto, la
misma Verdad, que va sin palabras, y que nace en el Silencio de tu Presencia,
en cada circunstancia y en cada momento.
Dónde
estas tú y dónde estoy yo,
inmediatamente, sin demora, sin restricciones y sin ninguna duda posible.
Así
que hoy te digo, reconoce que no hay nada que ver, nada que percibir.
No
te detengas ante nada y encontrarás lo que siempre ha estado ahí, inmóvil,
inscrito en el curso y el transcurso de todo sueño, de toda vida y de todo
mundo.
Ve
más allá de la mirada y más allá de la historia, ve más allá de todo, no te
detengas, deja que lo que es, la simple idea, el simple pensamiento de decir sí
te revele a ti mismo, con majestad, con certeza.
Estás
ahí, en el corazón de tu corazón, desde todas partes del mundo que viajas,
estás ahí, donde nada puede detenerse, y estás ahí, contigo, como con todo el
mundo, ya no haciendo ninguna diferencia, ya no haciendo ningún juicio, porque
la celebración se lleva todo lo que puede hacer una diferencia, como todo lo
que puede parecer que falta.
Era
sólo una apariencia, era sólo una imagen distorsionada, para permitirte ser
eso, y vivir por ti mismo, más allá de cualquier discurso y enseñanza, así como
de cualquier religión o movimiento, la misma y única Verdad.
Donde
el Coro de los Ángeles sólo puede honrarte y celebrarte, eres tú, al principio
de tu sueño, el que has elegido en toda libertad, y está la verdadera Libertad,
que no tiene necesidad de elección ni de libre albedrío, sino que tiene que ver
con la Eternidad del instante presente.
Donde
el tiempo nunca puede ser removido, ni siquiera medido, donde se llena el
espacio de vacío y plenitud con la misma consistencia y regularidad.
Así
es lo Absoluto que eres.
Abba
es sólo el recuerdo de lo que habías escrito y que jamás podrías olvidar en
todos los sueños por los que habías pasado, en todas las formas que habías
tomado, en todas las dimensiones que habías experimentado.
Déjate
llevar.
Donde
el simulacro y lo sagrado son sólo las dos caras de la misma moneda, que no
existe.
Los
invito a ser, y no sólo a existir, a no permanecer más fuera de la Verdad de lo
Absoluto que es Ágape.
Déjate
amar, es lo único que jamás ha sido quitado o disminuido, a pesar de todas las
apariencias, como cualquier sufrimiento que dure sólo el instante del sueño.
Entonces
cada momento en ti será alegre, entonces cada momento en ti será único,
repitiéndose hasta el infinito de los tiempos y en el infinito de los días de
la creación misma.
Escucha,
más allá de mis palabras, hay Silencio, más allá de lo vibral, hay también Silencio,
donde todo es perfecto.
Donde
piensas que todo está cumplido, y sin embargo siempre se ha cumplido, desde el
instante inicial del sueño, desde el instante inicial de algún sufrimiento.
Así
que los invito a decir sí a todo lo que es y a todo lo que no es.
No
hagas más diferencia, no tienes nada que calcular, no tienes nada por lo que
responder, está tu autonomía, y está tu única responsabilidad.
Te
invito a regocijarte, sea lo que sea que tu historia te diga hoy, sea cual sea
la desestabilización de tus elementos internos o externos.
Donde
vives, así es como decidiste vivirlo, para restaurar toda la Verdad de lo que
eres, más allá de ser y más allá de todos los sentimientos.
Pase
lo que pase en este cuerpo, pase lo que pase a tu alrededor, descubrirás si no
está ya hecho, que es la mejor oportunidad, es la mejor condición del sueño
para encontrarte a ti mismo más allá de cualquier condición.
Así
que no duden en decir que sí, y la última renuencia se disolverá en la alegría
de lo que son.
No
cuestionen nada, no pidan nada, sólo acepten el sí, acepten lo indecible que
son, donde no es necesaria ninguna forma, donde no tiene que haber historia.
Confía
tu sufrimiento y tu pesadez a tu propio corazón, sin pensar en ello, sin
comprender nada, porque así es como te entregas por completo a lo que eres en
la Verdad.
Porque
así es como se sirven unos a otros con la misma consistencia y regularidad.
Me
entrego a ti en la medida en que te entregues a este extraño que eres.
Me
entrego en ti, sin secarme jamás, y sin extrañarte jamás.
Entonces
entrégate con la misma intensidad, dándote, dándote la acogida, aceptándote tal
como eres, te encontrarás a ti mismo, y no serás capaz de desviarte, y no serás
capaz de apartarte de lo que siempre ha estado ahí, en las profundidades de la
carne de tu sueño de este cuerpo, en las profundidades de todos los
pensamientos, emociones e ideas.
Es
una restitución a la autenticidad, al niño que siempre has sido.
Así
la Vida desplegará una alfombra de rosas en todas las circunstancias de su
vida, donde el pasado ya no tiene ninguna necesidad, y donde el futuro ya no
representa nada.
Entonces
su corazón se elevará al ritmo de la Verdad, entonces será testigo del
sublevación y despertar de los elementos y conciencias de este mundo.
Así
serán la Luz del mundo.
Así
son la Luz Original, donde la creación y la destrucción son la misma historia,
el mismo momento, y abarca todos los espacios y dimensiones.
Acepta
el sí y tu aceptación te hará feliz instantáneamente, y tu aceptación te traerá
de regreso a la Libertad que jamás has dejado, todo está ahí.
Este
es el bálsamo universal para todo lo que todavía puedes experimentar, ya sea el
peso de los años, ya sea el peso de lo que llamas sociedad, o lo que llamas tu
vida.
En
la autenticidad de su sí, no puede haber reticencias o cuestionamientos.
Soy
tú, en todo tiempo, en todo espacio y desde toda la eternidad, no hay
diferencia, excepto en las apariencias, en lo que sientes o no sientes, pero
todo esto pertenece a lo que pasa, y no tiene nada que ver con lo que no pasa,
con lo que eres, donde no se puede definir nada, donde no se puede entender
nada sino con la aceptación y el sí.
Es
algo infantil, es algo de lo que todo el mundo, sea cual sea su resistencia,
sea cual sea su miedo, sea cual sea su sufrimiento, no puede escapar y no
querrá escapar de ello.
Apenas
estés allí, donde te has colocado, no juzgues nada sobre ti mismo, no midas
nada sobre ti mismo, sólo permanece allí, en este instante cuando me escuches.
Entonces
te entenderás más allá de toda duda y problema.
...Silencio...
Mi
Amigo, mi Amado, honrándote a ti mismo, despierta, peregrino de la Eternidad,
ya que algunas mañanas puedes salir de un largo sueño, no tienes que recobrar
la compostura de ninguna manera, y bajo ninguna circunstancia.
Déjate
atravesar por el don de la Gracia y el don de la Vida, por tu capacidad de
acoger sin detenerte, sin querer nada, te despiertas y te revelas, y te
encuentras a ti mismo, porque jamás, en ninguna apariencia, podrías perderte a
ti mismo.
Así
que si hay lágrimas, serán secadas por la Alegría de tu reencuentro contigo
mismo, y por la consumación del Amor, que sólo es mordido al principio, para
poner fin al tiempo.
Escúchate
a ti mismo, no con tus palabras, sino en lo que el Silencio te dice, en la
intimidad de tu corazón, y así es como difundes la Buena Nueva, que no necesita
ni palabras ni pruebas, sino simplemente a ti mismo, tal como eres, en el
momento y lugar en que te encuentras.
Son
la danza y son la Vida, son el Silencio como son el bullicio, y es en este
bullicio de la confusión de estos tiempos de este mundo, que han elegido
encontrarse a sí mismos, que han elegido despertarse.
Nada
más puede contar desde el momento en que dijiste que sí, desde el momento en
que te aceptaste a ti mismo.
Entonces
te darás cuenta de que todos los demás, viviendo su propio sueño, están
simplemente ahí para ese momento en el que te despiertas y te revelas.
No
te proyectes en nada, ni en el mañana ni en el próximo instante, y además ya no
podrás hacerlo.
No
te dejes afectar en nada, por ninguna historia que hayas vivido, esta historia
que se derrite como la nieve al sol, para ir allí también a ti mismo, donde
jamás te has movido, donde nunca has existido.
Escucha
y oye, más allá de todos los sonidos y percepciones, lo que tu corazón te dice,
Abba está allí, grabado en letras de fuego, testigo de la consumación del Amor,
de la consumación del sueño.
Ha
llegado el momento de dejar que la reticencia y los hábitos se alejen de ti,
sin arrepentimientos, sin carencias ni preguntas.
La
creación en su totalidad está en el corazón de tu ser, porque tú eres todos sus
entresijos, todos los sueños que has vivido o proyectado, para redescubrirte a
ti mismo en este momento de alegría del tiempo cero de todo el sueño, en todo mundo,
en todas las dimensiones.
Recuerda
la simplicidad y la humildad que eres, para descubrir que has poblado y colmado
todo, cada esquina y rincón de todo sueño, eras sólo tú, y siempre eres sólo
tú.
En
el Ser Eterno de tu Presencia Indecible se vive la Verdad, donde no hay nada
que ver o percibir, donde no hay nada que cambiar, donde no hay nada que
adquirir, nada que desarrollar o transformar.
Escuchen,
en su última reticencia, al Fuego del Corazón Sagrado, que enciende su ser con
estas reuniones místicas, que es el estado natural, lo que sea que su corazón
les diga, por su calidez o irregularidades, por su constancia o inconstancia,
esto es simplemente lo que han escrito, para estar seguros de encontrarse a sí
mismos.
Sí,
tú eres Abba grabado en letras de Fuego, en el instante inicial del primer
sueño.
El
pueblo del Agua vino a cantarte, a decírtelo, en el lenguaje originario, primer
Verbo y primer aliento, que no es otra cosa que el último Verbo y el último
aliento. Jamás han sido separados, jamás han sido divididos, jamás han sido
encubiertos.
Pero
es el olvido lo que ha hecho posible que te encuentres donde estás, muy
exactamente y muy precisamente, cualquier cosa que tu persona diga al respecto,
cualquier cosa que tu conciencia diga al respecto, ya no se opone a la evidencia
de la gracia y de tu morada.
Tú
estás allí, Yo estoy allí, cada uno está allí, celebrando a su manera el fin
del aparente olvido, el fin de la distancia, el fin de cualquier separación
que, en la Verdad, jamás ha existido, más allá de la proyección de ustedes
mismos en cada parcela de cada uno de ustedes y en cada mundo.
El
tiempo es para la Verdad, la cual no sufre discusión. Ni la oposición ni la
contradicción pueden levantar el más mínimo velo, la más mínima distancia o la
más mínima dimensión.
Y
el Fuego del Amor chisporrotea desde todas partes dentro de su envoltura
corporal, dentro de la ilusión de la conciencia, donde no queda nadie, donde no
hay forma.
Y
en este momento, la Buena Nueva se está difundiendo, tocando a todos, donde
deben ser tocados, a fin de lograr el fin del velo del olvido, así como el fin
de todo sufrimiento.
Donde
jamás naciste y donde jamás pasarás.
Aprende
a sonreír de nuevo, sin razón alguna, porque eres la sonrisa de la Vida, que
pone fin a todas las lágrimas y a todos los arrepentimientos, porque no hay
nada que lamentar, cuando la Verdad está ahí.
Tampoco
hay nada que proyectar porque el futuro está también ahí, en el instante de tu
presencia, en el corazón de mi corazón que es tu corazón, como en el corazón de
cada uno.
Donde
el sueño termina en una apoteosis de Luz, en una apoteosis de Alegría, que no
puede ser frenada, que no puede ser desviada, porque todo contribuye a la misma
Alegría, en cualquier apariencia.
Así
pues, dense la acogida, como yo doy la acogida a todos, con la misma rapidez,
con la misma precisión.
Tú
eres eso, antes de ser quien eres en esta forma como en cualquier otra.
Y
mis palabras marcan la Verdad del Silencio, danzando y cantando el canto de la
Libertad y la danza del Silencio.
...Silencio...
Son
la Luz de los mundos, son la Luz del sueño, pero son mucho más viejos que eso,
porque están en todas partes al mismo tiempo, y en todos los tiempos.
Jamás
ha habido una distancia, sino la ilusión de ella.
En
esta humildad, en este gran Sí, nace la aceptación, donde no se puede decir
nada, donde sólo se puede estar totalmente de acuerdo.
Abba
está en el espacio de la Buena Nueva.
Tú
eres eso, y eres todas las demás cosas, y estás por encima de todo eso.
Que
el Fuego del Amor bendiga sus lámparas, bendiga su presencia y su ausencia
juntos en su persona, en el corazón de la intimidad de su corazón.
No
te muevas, no preguntes más, y ya está ahí.
Permanece
inmóvil, en aceptación incondicional de lo que está allí.
Su
carne así como su historia han sido sólo pretextos, su conciencia ha sido la
herramienta, actuando y reflejando al infinito la Buena Nueva que está
instalada en cada morada y en cada corazón.
El
lugar donde te sientas, donde me escuchas, va más allá de mis palabras con un
gran Sí.
Son
la Libertad, nada puede detenerlos, y nada puede detenerlos aún si lo han
creído y vivido.
Escúchate,
óyete a ti mismo, en este Silencio están todas las majestades y todas las
gracias.
No
tienes nada que pedir que no esté ya presente en la intimidad de tu corazón, no
tienes nada que esperar que no haya sucedido ya, porque jamás te fuiste y jamás
te alejaste.
Este
es el anuncio que haré a partir de ahora en cada momento, en cada aliento de tu
vida, de todas las maneras posibles, imaginables como inimaginables.
Acéptalo,
totalmente, sin restricciones de ningún tipo, porque el Amor jamás puede ser
restringido, porque el Amor jamás puede ser amputado en ninguna apariencia.
La
vida te invita a celebrar estos momentos únicos dentro del final del sueño de
la creación, y eso es ahora, en este lugar donde estás.
Donde
ya no necesitas soñar y donde nada puede faltarte, porque todo es dado en
abundancia, más allá de toda medida, porque eres el don de la Vida y de la
Gracia, porque eres todo sueño, porque eres todo tiempo, todo espacio y toda
dimensión, siempre con la misma reciprocidad, en el corazón de Abba.
Y
deja que crezca, recorriendo la aparente distancia entre tú y yo, deja que te
sea restituida.
Tú
eres eso, el don y la restitución, más allá del ser y del no-ser, más allá de
cualquier forma, de cualquier marco y de cualquier contingencia.
Escuchen
y oigan lo que su corazón les dice, es la Palabra de Verdad, es el Verbo de la
Eternidad, y ha acompañado cada uno de sus sueños, sin fallar jamás.
Acéptense
a sí mismos, como ha sido, como es, y como será, en el calendario de su tiempo
terrestre.
El
sueño se extingue, la Verdad no es un sueño, es la Eternidad antes de la forma
y antes de la manifestación.
Tú
eres de todas partes, de todos y entre todos, en cada parte del sueño, en todos
los sufrimientos y en toda la Alegría.
No
te restrinjas, no tienes límites.
Abba,
la Palabra y el Verbo de la Eternidad, habiendo sido inscritos en el primer
tiempo del sueño, dentro del Agua de lo alto y del Agua de abajo de toda la
creación, todo esto son ustedes, sin ninguna excepción y sin ninguna discusión.
Permitan
que su pecho se eleve y cante Abba en el Silencio de su corazón, donde jamás se
han distanciado, ni separado, ni siquiera dividido.
Donde
está el Sí.
...Silencio...
Deja
que tus labios se abran a la sonrisa de la Felicidad sin objeto y sin sujeto.
...Silencio...
Escuchen
y oigan el ritmo de su corazón que late el recordatorio de su presencia y
ausencia conjugado, en el corazón de su pecho.
Escúchate
y óyete a ti mismo, más allá de todo sonido, más allá de toda división, no
detengas nada, no congeles nada, en lo que crees que está sucediendo ahora
mismo. Es el don que te diste a ti mismo desde el primer sueño, desde la
primera forma, que también has estado en el despliegue de la ilusión del
tiempo, así como del espacio.
Reconócete
a ti mismo, eres el Uno, reconócete a ti mismo, eres todo sueño, todos los soles,
todos los universos y multiversos,
todas las vidas y todos los reinos.
Consúmase
en la alegría y el gozo de lo que jamás ha dejado, de lo que nunca ha sido
capaz de quitarse.
Como
se ha dicho,
AMATCHI
ABBA
BRÉMIS
KA
ATOUNCE
MA KAYA
ABBA
BRÉMIS
KAYA
Esta
es la consumación del Amor, que sólo consume ilusión y consume todo sufrimiento
con la misma rapidez e intensidad para cada Abba que se ha dicho a sí mismo que
sí.
Entonces
tu corazón danzará la danza del Amor, agitando el Fuego de la consumación,
dondequiera que tu vida te lleve, dondequiera que tus ojos giren, dondequiera
que tu conciencia mire, regocíjate.
...Silencio...
Que
este fuego comience por todos lados y especialmente desde tu cabeza, llega
hasta el corazón.
No
observes nada, cualesquiera que sean tus sentimientos o percepciones, déjalos
estar sin ti, pues ni siquiera eres eso, pertenece al sueño y eres mucho más
que la suma de todos los sueños y todos los mundos, pero no puedes contarte a
ti mismo, porque eres infinito en todas las formas y en todos los mundos.
Ahora
será el momento de dejarte hablar, de dejarte expresar, como quieras y como
desees, no reprimas nada de lo que emana de tu Silencio, para que resuene con
todos los que escuchan y oyen tu Sí, de la manera en que lo expresas, y de
alguna manera, todo será acogido, con la misma celeridad y reciprocidad.
Entonces
Abba escucha y resonará en ti en la expresión de tu sí, de tu vivencia, tanto
en este instante como en cualquier instante, en el que te pueda parecer que no
estás suficientemente iluminado y vivo en este espacio y en este tiempo.
Todo
lo que tienes que hacer es decirlo para verlo arder de la misma manera, con la
misma Verdad;
Entonces
tú que eres amado, déjate amar por otros que te aman con la misma intensidad.
No
retengan nada, porque el Amor no puede retener nada.
También
lo es Abba que tú eres.
Todos
aquí como en todas partes, te acogerán en el momento de su escucha, de la
declamación de Abba de ese día.
No
estás solo y sin embargo estás solo, porque sólo estás tú.
...Silencio...
No
te limites, atrévete, porque el Amor lo desafía todo. No se puede restringir,
no se puede esconder, no se puede reducir.
...Silencio...
Todo
no es más que regocijo, cualquier cosa que tengas que decir o incluso si te
parece que no tienes nada que decir, las cartas de Abba en llamas son tu propio
Fuego.
-Hermana:
Cuando digo que sí.
Amada,
-Hermana:
Cuando digo que sí, que me deje amar, sólo puedo amarte, y dejarme quemar.
Así
son las cosas ahora. Es el Sí al Amor, pero no necesitas especificarlo ni
nombrarlo.
Un
simple Sí, hoy es suficiente para ser consumido con el Amor que tú eres, y por
el Amor que tú eres.
¿Quién
puede decir, quién quiere decir?
-
Hermana: Digo Sí, acepto este Amor del Otro que está en mí, y acepto este Amor
que soy.
Y
el Sí se multiplica hasta el número infinito de tus presencias aquí, que son sólo
tú. A pesar de todas las apariencias, no hay más distancia, no hay más demora,
no hay más espacio para mantener este Sí allí y que lo vives.
-Hermana
- Sí, sí, sí. Ágape, Ágape, Ágape. Yo digo que sí.
...Silencio...
La
celebración del Sí es el regocijo final que contiene a todos los demás, en su reconocimiento
final e inicial.
...Silencio...
Así
termina lo que jamás ha comenzado.
Así
termina la ilusión del sueño de la creación.
AMATCHI
ABBA EN TODOS
ATOUNCE
KAMA KAYA
...Silencio...
Así
se realiza la Alianza del Fuego.
Soy
Tú, Soy Abba, y me inclino y honro ante tu Divina Presencia y Ausencia.
ÁGAPE
ABBA, ÁGAPE ABBA, ÁGAPE ABBA
ATOUNCE
MA KAYA
ENOHA,
ENOHA, ENOHA
A
través de Jean Luc Ayoun
Les
Transformations.
Transcripción
del francés:
https://www.facebook.com/Transcriptionsfr
Traducción al español: LMF
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