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sábado, 30 de diciembre de 2017

MARIA 29 diciembre 2017


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Soy María, Reina de los Cielos y de la Gracia.

Queridos hijos, regreso de nuevo a vosotros, para transmitirles un cierto número de elementos, referentes al período que estáis viviendo.

En primer lugar, en lo que concierne a las Emanaciones del Fuego Ígneo, vertidas en vuestro Corazón y en cada punto de vuestro cuerpo desde ahora 15 días: este Fuego Ígneo, como dije, ha sido dirigido y enlazado hasta vosotros por las Estrellas, como por el conjunto de la Confederación y algunos Arcángeles.

A partir de hoy, un cierto número de modificaciones van a ocurrir. Las Emanaciones del Fuego Ígneo serán globales, es decir que, ya no necesitan desde ahora ser transmitidas por cualquier conciencia que sea, porque es en vuestro Corazón del Corazón que éstas se realizan desde ahora, no dependiendo más de cualquier horario o Presencia que sea, exterior a lo que Sois.

Y eso empieza a partir de hoy, y se cumplirá cada día, por diferentes lugares y distintos puntos para cada uno, sin depender de alguna circunstancia exterior, ni de ningún enlace, aunque sea el más elevado de todas las dimensiones.

El Fuego Ígneo se vuelve así un Fuego espontáneo, abrasando vuestro pecho, y que os da a ver los últimos elementos de este mundo que se resisten, en vosotros como a vuestro alrededor, de la Verdad que no es de este mundo.

El trabajo de revelación realizado por el Fuego Ígneo os ha llevado, de manera inconsciente, a situaros en el seno mismo de vuestra persona y vuestra vida, por distintos lugares, en el Corazón del Corazón, donde no puede haber la más mínima palabra, ni la menor reivindicación, ni afirmación o explicación, porque realmente habéis tocado la Verdad, que os muestra toda la ilusión de este mundo, confirmándoos así por vuestra propia vivencia, que no sois de este mundo, sino que estáis en este mundo.

Ha habido una serie de iluminaciones producidas por el Fuego Ígneo que, como he dicho de manera inconsciente, os han llevado a situaros fuera de todo juego, fuera de todo escenario, o bien a actuar como persona, tomando partido en este mundo.

…Silencio…


Desde ahora, las cosas se aclararán y estarán cada vez más nítidas, para todos vosotros, por vuestro propio Fuego Ígneo, lo que os permitirá, o bien mantener cualquier actividad llamada “espiritual” dentro de este mundo, o por el contrario estar en la Evidencia de la Alegría, de la Verdad que no es de este mundo y que por tanto está respaldada por el Fuego del Corazón, por el Fuego Ígneo y por vuestra indecible Presencia que no necesita ninguna reivindicación de vuestra persona dentro de una historia.

Desde ahora en adelante, para cada uno, las cosas se volverán cada vez más claras y más nítidas, por vuestro propio Fuego Ígneo, dándoos o bien a mantener alguna actividad llamada espiritual en este mundo, o bien a todo lo contrario, a estar en la Evidencia de la Dicha, de la Verdad que no es de este mundo, y que sin embargo es sostenido por el Fuego del Corazón, por el Fuego Ígneo y por vuestra inefable Presencia, que no necesita reivindicación alguna de cualquier naturaleza que sea, ni de vuestra persona en alguna historia, cualquiera que sea.

Así, de manera muy sencilla y evidente, y eso lo será cada vez más cada día, os será posible vivir la Vacuidad, donde ninguna reivindicación procedente de la persona, como en lo que podrías llamar todavía «espiritualidad».

De ahí surge la Evidencia de la Dicha, cuando bien al contrario, aquellos que persisten en querer mantener cualquier juego, algún rol o cualquier función, se verán afectados si puedo decir, por lo inverso de la Dicha, es decir de la exaltación, de la reivindicación, y sobre todo, de la Verdad no encontrada y la permanencia en el seno de una cierta forma de ilusión.

Suceda lo que suceda en la pantalla de vuestra vida, en cualquier elemento que sea, no os preocupéis, la Ley de Gracia y la Ley del Uno, vendrán a poner punto final, en los próximos días, a toda veleidad de dualidad aún manifestada en este mundo.

Esta nueva octava, si puedo decir, de la Emanación del Fuego Ígneo de vuestro propio Corazón, que os muestra lo que todavía pueda haber de ilusorio, en vuestros diversos posicionamientos y diferentes reivindicaciones, o bien al contrario de asentarse de manera definitiva en la Humildad y la Simplicidad, donde no hay nada a revindicar, sólo a ser la Conciencia pura, refinada y es tan alegre que no necesita ningún apoyo exterior, ni alguna identificación.

Es así como se prepara en vosotros de manera definitiva, los últimos elementos por resolver, a dejar evacuarse, por la Gracia de este Fuego Ígneo, y no por cualquier voluntad personal.

Así pues, muchos ya habéis vivido vuestra Resurrección. Esta Resurrección se traduce por una calma como ninguna otra, donde el silencio sustituye todas las palabras y donde ningún desorden puede incluso rozar vuestra conciencia.

La Ley de los Hijos de Uno, tal como se presenta en vuestra conciencia y en vuestra Presencia, os da o bien a vivir la Evidencia de lo que sois, o bien os proyecta si puedo decir, en las preguntas, ligadas, como lo percibiréis muy pronto, a nociones de dualidad, de bien y mal, que sólo existen, os lo recuerdo,  en este confinamiento y esta ilusión, de vuestro efímero de vuestra Presencia sobre esta Tierra.

Así, la Gracia del Fuego Ígneo que nace de vuestro propio Corazón, os permitirá ver, sin ninguna voluntad ni deseo, cómo se disuelven en vosotros, así como a vuestro alrededor los últimos juegos, los últimos roles y últimas ilusiones, para que sólo quede, efectivamente, la conciencia pura que no reclama nada, que se ha encontrado a sí-misma y no deja lugar a ninguna duda, ni a algún juego falsificado.

Cada uno Es, en lo sucesivo libre y autónomo. Y sólo depende de vosotros, de manera íntima e individual, de ver lo que se celebra: o mantenéis aún una historia en este mundo o bien la Dicha os lleva en los dominios del Coro de los Ángeles, donde nada puede ser más evidente que la desnudez de la Luz, sin acompañar alguna forma de este mundo, ni de ninguna historia.

Probablemente hoy, tenga la última oportunidad de expresarme entre vosotros antes de que mi Llamada surja de lo hondo de vuestro Corazón, guiado por los Signos celestiales, pero todo eso, ya lo sabéis.

En lo que se celebra desde hace 15 días, y que se van a celebrar en los días que vienen, sólo os muestra vuestro emplazamiento real, que nada tiene que ver con este mundo, pero que es precisamente la iluminación de vuestra Eternidad, de vuestra última Presencia y, en definitiva, de la única Verdad que no se acompaña de alguna historia, de ningún escenario ni evento, si no es el Evento final, anunciado desde hace mucho tiempo por todos los profetas.

Os incumbe de comprobar por vosotros, y en vosotros mismos, la estabilidad o la inestabilidad de vuestra Presencia. Mientras que os parezca depender de un atributo, de una función, de un rol o vibración, no sois aún totalmente libres, sino que todavía dependéis de alguna historia, y así os demostráis a vosotros mismos, aunque no lo veáis, que estáis inscritos en la dualidad de este mundo, y no en la Unidad, donde no hay nada que reivindicar, en el seno de este mundo.

Quiero que recordéis, aunque los tiempos sean muy diferentes, los testimonios que os han aportado mis Hermanas Estrellas encarnadas, cada una a su turno, dándoos a ver, no la negación de este mundo, sino la trascendencia de este mundo, que sea a través de experiencias místicas auténticas, o también por ejemplo, la Vía de la Infancia y de la Inocencia, donde no puede existir, en este Final de los Tiempos, en esta dimensión, ninguna ilusión que pueda sostenerse, donde no hay nada que hacer, que de estar en la intimidad de vuestro Corazón, donde no hay lugar para la más mínima vacilación o duda, ni para la menor reivindicación.

Es así cómo se descubren si puedo decir, las últimas trampas de este mundo concerniendo a la personalidad. Que llaméis eso el ego, que lo llaméis Satán, que lo llaméis la Luz, poco importa, la Luz verdadera sólo os puede llevar al Silencio de vuestro Corazón, mientras que la luz aún desviada, para muchos de entre vosotros, buscará a través de los mecanismos de visión o identificación en algunos roles, a querer desempeñar un papel en lo que se vive de manera natural desde ahora, y que ya no depende de nosotros, ni incluso del colectivo la Humanidad, lo que no era el caso en las dos últimas semanas.

Así vengo hoy, a animaros a deponer todas las armas de vuestros combates, del tipo que sean, para que os rindáis a la evidencia de vuestra infinita Presencia y de la beatitud que surge de ella. Esta beatitud no necesita ni escenario, ni alguna historia, ni alguna prueba porque dicha prueba es interior, y no corresponde con ninguna circunstancia de este mundo. Es así como se demuestra en vosotros la Verdad de vuestra Presencia, o la Verdad de la ilusión que vivís todavía.

Así, las últimas Asignaciones vibrales os son dadas a vivir a veces de manera intensa, que sea a través de dudas, reivindicaciones o denuncias de algún elemento de este mundo, os prueba a vosotros mismos, y os lo probará de manera indudable, que todavía no estáis en la Verdad.

La Verdad os lo recuerdo, es Evidencia y Simplicidad; ella no necesita ni escenario, ni reivindicación de ningún tipo ni de ninguna manera, porque se vive en lo íntimo de vuestro Corazón, y no le hace falta aportar el menor testimonio de la ilusión de este mundo.

Así como comprendéis, el tiempo de los juegos y de las ilusiones llega a su final, en todas las interacciones personales y colectivas, despojándoos, allí donde no hacen falta ni palabras, ni conceptos ni demostración porque la Evidencia de vuestro Corazón se vuelve tal que todo lo demás no puede excluido, ni discutido o incluso explicado.

Es en eso, cualquiera sea lo que el Fuego Ígneo haya provocado en vosotros, que os es dado, desde hoy, la posibilidad de proceder, si puedo decir, a los ajustes finales, que no dependen de ninguna manera de vosotros, sino simplemente de vuestra capacidad a permanecer en Silencio y en la Evidencia de vuestra Presencia.

Solo el que vive el Corazón del Corazón puede comprender y entender, de momento, lo que os digo porque eso, por supuesto, es independiente de todo mecanismo energético, vibratorio o de cualquier anterioridad.

Recordad lo que siempre hemos dicho: «Los primeros serán los últimos». Pero hoy los últimos y los primeros son sólo Uno, a fin de vivir la misma Verdad. Y en el Corazón no hay ni demostración ni explicación, hay tal evidencia que todo lo demás no puede manifestarse.

Así, cada uno en sí mismo, como en cualquier relación, como en toda comunión o Teofanía, como en todo Corazón del Corazón, como en el seno de las Radiancias Ígneas, en lo sucesivo espontáneas, finalmente sólo pueden haber dos posturas: la del Sacrificio real que acompaña vuestra Resurrección, o mantener la ilusión y dualidad.

Mientras no hayáis concienciado en vosotros, al igual que el Comendador de los Ancianos lo ha repetido en innumerables ocasiones que, todo está en vosotros y que, todo lo que aparece sobre la pantalla de este mundo sólo es interacción, proyección y efímero. La verdadera Eternidad no depende de ninguna historia, ni de ninguna postura, sino simplemente de la Evidencia reencontrada, allí no hay necesidad de palabras, ni de explicaciones, ni incluso de buscar la menor vibración, porque la Dicha toma todo el lugar, todo el espacio y todos los tiempos.

Así, independientemente de lo que tengáis que llevar a cabo todavía, como persona en este mundo, lo comprobáis con facilidad, o bien todo se celebra con evidencia, o bien hay aun problemas, si puedo decir, respeto tanto a vuestra persona y lo que vivís interiormente. No hay medias tintas, y eso será cada vez más sensible y más palpable. Entonces, cualesquiera que hayan sido los juegos durante las semanas de Radiancias del Fuego Ígneo.

Invito hoy a cada uno de vosotros, al Silencio interior y a la beatitud que os han transmitido en los últimos encuentros mis Hermanas Estrellas, respecto a lo que está por vivir, y lo vivido. Os remito también a los encuentros del Hermano K y de Sri Aurobindo, donde con precisión han descrito lo que se celebra, las últimas trampas de la personalidad y lo que queda en vosotros de dualidad o como oposición entre el bien y el mal.

La Luz auténtica y verídica que no es de este mundo, y que sin embargo trasluce a partir de ahora en este mundo de manera cada vez más palpable, ofrece únicamente dos opciones: la de permanecer en el seno de la dualidad en cualquier combate que sea, o el de permanecer en la Dicha eterna de vuestro Corazón, donde nada puede venir a perturbar, engañar o proyectaros en cualquier función que sea.

Así que, todo va a poder resumirse finalmente en estas dos palabras, que esto sea en vosotros mismos, como para cada hermano y hermana, y en cada interacción que lleváis a cabo en el seno de este mundo, que esto sea a título personal, o bien sea en el seno de la fraternidad de Corazón, sólo veréis dos posicionamientos posibles: la Evidencia o la duda, la Paz o la lucha, la Dicha o la no Dicha.

La intensidad que muchos de entre vosotros ya vivís, será tal que no podrá haber duda de vuestro emplazamiento, dándoos, no a juzgar ni a condenaros en cualquier postura que sea, sino ajustaros, a fin de que vosotros también podáis decir: «Padre, en tus manos vuelvo a poner mi Espíritu», para así vivir vuestra Resurrección, antes incluso de mi Llamada.

Sólo depende de vosotros, no existe ninguna autoridad exterior… ciertamente, os hemos dicho y pedido unos y otros, durante el período de los 15 días que han transcurrido, que estuvierais lo más posible en estado del Corazón, y en esa Dicha porque la Gracia del Fuego Ígneo y de la Luz, no requiere ninguna intervención personal. De la misma forma que, hoy la Gracia y el Fuego Ígneo no necesitan de ninguna intervención celestial, desde nuestros Planos, para realizarse en vosotros. Es en vosotros mismos, que se celebra el último combate, entre aquel que mantiene todavía un juego, un rol o una función cualquiera que sea, en este mundo, y aquel que, realmente, ha aceptado su sacrificio total, a fin de renacer en el seno de la Dicha eterna.

No hay otras posiciones posibles, y habrá cada vez menos posibilidades, el Fuego Ígneo espontáneo emergiendo desde vuestro Corazón, y también desde el Cubo Metatrónico desplegado sobre vuestra cabeza, así como los sonidos percibidos en vuestros oídos.

El sonido cristalino escuchado por muchos de entre vosotros, será en lo sucesivo, reemplazado por el Coro de los Ángeles. Y viviendo el Coro de los Ángeles, no hay lugar para la persona ni para la menor historia; reencontraréis la Eternidad.

No se puede mantener un combate en el interior ni al exterior, ni nada que denunciar en ese mundo, porque cada cosa, cada ser, está exactamente en su lugar. Ni hay combate que llevar, ni al interior ni al exterior, ni nada a denunciar de este mundo, porque cada cosa y cada ser, están muy exactamente en su más justo lugar.

Así que he venido a invitaros, en nombre de la Luz, en nombre del Fuego Ígneo, a permanecer lo más posible, según los requerimientos de la Luz, en este Fuego Ígneo, y en esta Dicha eterna que no depende de ninguna causa, de alguna vibración y sobre todo, de ningún requisito. Esta es la única verdad, no hay otra y no habrá más posibilidades de ser engañado, abusado por vuestra persona, o por cualquier visión de este mundo, cualquiera que sea. Eso corresponde a la conciencia pura. Y en esta Conciencia desnuda, no puede haber la más mínima perturbación, ni la menor duda.

Esta Paz, sin igual, será entonces vuestro cotidiano, en cuanto no jugáis más a ningún juego, ni tratéis de demostrar algo, estando simplemente en la evidencia de vuestra Presencia, en el silencio de las palabras y de todo escenario, demostrándoos a vosotros mismos, que no puede haber allí más que el caos interior, o bien la Dicha.

Y lo repito; Sólo depende de vosotros y únicamente de vosotros, y no de algún elemento exterior. Recordad; lo único que hay por reconocer es vuestro Corazón.

Recordad que, no hay salvador, ni liberador, sino simplemente la intensidad y la realidad de vuestra Resurrección, cuyo único testimonio es la Dicha, que de ninguna manera tiene que ser buscada, sino que es el resultado de vuestra propia desaparición, de todo escenario como de toda reivindicación en cualquier historia que sea.

De ahí, por supuesto, surgirá vuestro devenir si puedo decir, más allá de la Ascensión de la Tierra y de lo que se ha llamado; Asa planeta final de la Tierra. Es a cada uno de vosotros que le incumbe, en lo sucesivo, la responsabilidad de estar en lo Verdadero, o de mantener cualquier escenario que sea.

Así, permaneciendo en Silencio y en alineamiento al Corazón del Corazón, en ese estado de Resurrección, constataréis fácilmente por vosotros mismos, que no puede haber el menor fallo ni el menor elemento opuesto a la Verdad.

Será muy diferente en los casos donde haya resistencias, a fin simplemente, de iluminar las últimas trampas. Esas trampas no son más que aquellas construidas por vuestras creencias, por vuestras encarnaciones en este mundo.

Ahí tampoco hay alguna culpabilidad que tener o a mantener, sino simplemente a liberarse de las últimas cargas para así ser Libres. Mis Hermanas Estrellas os han mostrado y explicado extensa y ampliamente, más allá de sus palabras por la cualidad de su Presencia en sus intervenciones, donde ninguna trampa ni alguna mentira puede seguir.

El amor no es una palabra vacía. El Amor no está en las palabras, ni en las declaraciones de ningún tipo, sino simplemente en la Evidencia de vuestro Corazón. 

He aquí lo que os tenía que decir, para los días que van a transcurrir, en los que no necesitáis otra cosa que permanecer en la Infinita Presencia, allí donde no hay nada a demostrar, nada que pedir, ni nada que comprender, ni incluso a contemplar. Entonces estaréis instalados, cualquiera que sea el día de mi Llamada, en vuestra Eternidad, y ya nada os podrá engañar más, así venga de vosotros, como de la pantalla de este mundo, porque permaneceréis en la Dicha eterna.

El Fuego Ígneo él también evolucionará en vosotros, proporcionando cada vez más dulzura. Cualquiera que sea la intensidad de este Fuego inextinguible que os consume continuamente, sólo tendréis en la cabeza, si puedo decir, y también en el Corazón, ningún otro objetivo que el de desaparecer, en definitiva, de este mundo, para establecerse en dicha Eternidad. Os daréis cuenta que realmente las palabras no son más que coartadas, las peticiones no son más que disfraces; el Corazón no requiere historias, aunque se tomaran muchas antes de llegar a este punto de Resiliencia y Resurrección

He aquí mi mensaje muy simple, que quería entregar hoy.

Os pertenece a cada uno de vosotros, porque es de vuestra responsabilidad de ver donde estáis, en que postura os encontráis y que reivindicación mantenéis, o hay la Evidencia del Silencio, porque en cuanto se vive realmente el Corazón del Corazón, más allá de toda creencia, de toda reivindicación, os dais cuenta que real y concretamente las palabras cualesquiera que sean, sólo son excusas, las reivindicaciones sólo son disfraces; el Corazón no necesita, efectivamente, historia alguna, aunque hubo que pasar por muchas historias antes de llegar a este punto de resiliencia y Resurrección. 

El juego ha terminado. Independientemente de la fecha de mi Llamada que, hoy ha sido considerablemente acortada como espacio, por la vivencia de vuestro Fuego Ígneo, enlazado por diferentes ámbitos de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.

Hoy descubrís la verdadera Libertad, aquella que no precisa ninguna anterioridad, ni ninguna proyección en algún futuro, ni incluso alguna lucha, cualquiera que sea. Y cada uno de vosotros, haya sido la que haya sido su anterioridad, estás perfectamente en condiciones de verlo, y de iluminarlo desde adentro, porque es así como el Fuego Ígneo actúa desde ahora.

No hay nada a denunciar ni nada a aceptar, no hay nada más que a permanecer en Silencio, y dejar actuar en vosotros al Fuego del Amor, para establecer su majestad, su reino y eso no depende ni de mí, ni de la confederación Intergaláctica, ni de algún salvador, ni de ningún hermano o hermana. Es a través de lo que se celebrará en los próximos días, para cada uno de vosotros, como veréis cada vez con mayor evidencia y certeza, si estáis todavía inscritos en una función a nivel espiritual, o si aceptáis que no sois ningún rol, ninguna función y que en realidad sois el Espíritu regenerado y resucitado de la pura Verdad, de la pura Luz y de la pura Felicidad.

Silencio…



Rindo gracia a vuestra escucha, por vuestra lectura y por todo lo que se va a celebrar en vosotros, llevándoos a la Vacuidad definitiva o a la persistencia de un escenario; únicamente depende de vosotros, y de ninguna opinión externa, ni de alguna autoridad exterior.

El cara a cara último concluye, como lo habréis comprendido, y debéis resolverlo a solas. No necesitáis ya de apoyaros en algún elemento conocido. Ni necesitáis confiar en alguna historia que sea, para encontrar la desnudez de la verdad, y sobre todo, como lo anuncié, esta Dicha absoluta y total, que nada puede venir a perturbar.

Bien amados, si entre los aquí presentes,  tenéis alguna pregunta, entonces la responderé simplemente, antes de dejaros, de alguna manera en vuestra Eternidad, en vuestro a solas, y en vuestro cara a cara.

- No hay preguntas.

Entonces, a cada uno de vosotros, sólo os puedo decir: Ama, y no hagas ninguna diferencia. Descúbrete y no permitas que nadie te lleve a un lugar distinto que en tu Corazón, allí donde no se precisan palabras, allí donde no se requiere ninguna demostración, allí donde no hay necesidad de aclarar algún símbolo que sea, sino simplemente de mantenerte en esta Verdad.

Permitidme, antes de dejaros en ese a solas, de irradiar el Fuego Ígneo de mi Corazón, a cada uno de vosotros, aquí como en cualquier lugar. Eso será, de alguna manera, mi palabra final, que confina al Silencio, allí donde no se necesita nada.

Allí está la Felicidad; allí está el Amor que no es de este mundo. Allí está lo que sois, para que cada uno pueda decir en su intimidad: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.

Silencio…



Que la Paz, la Alegría, el Amor y la Felicidad, se revelen a vosotros.

Silencio…



Y os digo: hasta siempre en la Eternidad.






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