31 julio 2009
Soy María,
reina de los Cielos y de la Tierra. Mis hijos, os transmito toda mi Paz y todo
mi Amor. Vengo a vosotros, con mi Amor, para explicaros una serie de elementos
que, hoy, al fin, pueden ser desvelados y transmitidos, porque los tiempos han
llegado, Hijos míos. Hace muchos siglos, de vuestro tiempo terrestre, que me aparezco
y me manifiesto, en muchos países, a muchas personas y de diferentes modos.
Cada vez que aparezco, llevo un vestido, un traje de Luz que indica la función
de esa Presencia y de esa aparición en vuestra densidad, a estos médiums, estos
videntes, para explicar muchas cosas. Así, algunos de estos contactados
pudieron describirme con diferentes mantos y diferentes vestidos. Esos mantos y
esos vestidos indican la Vibración que aporto en el lugar y en el tiempo en que
me manifiesto.
La Vibración más común por la cual aparezco es el manto azul, el manto azul de
Sirius del que soy originaria y de la que soy la gran Diosa. Hijos míos
(así os llamo porque así sois, sois mis hijos, todos sin excepción), reino en vuestros
Cielos y reino en vuestra Tierra porque soy la matriz original, dentro de esta
dimensión como en otras dimensiones de vuestra propia alma.
Soy la
Fuente de vuestro Espíritu y soy la Fuente. Mis bien amados, aparecí a esta
Humanidad después de mi salida y mi vuelta al Cielo, tanto en revelaciones
privadas como en revelaciones públicas. Pero, sin embargo, esto no tiene ninguna
importancia. Lo importante es el mensaje de Amor que os di, desde la Eternidad,
para invitaros a imitar a Cristo. Más allá del personaje que fue mi Divino Hijo,
yo quería, por eso, pediros que améis y deis. Porque la llave del Cielo se
encuentra sólo en el Amor, la llave del Cielo se encuentra sólo en la Vibración
«compartir y dar» en la Alegría. Cosas que os faltan cruelmente, en este fin de
los Tiempos. Porque habéis llegado realmente a este fin de los Tiempos
anunciado y profetizado y esto debe de llenaros de Alegría y no de pavor; debe
llenaros de Alegría y de gratitud porque la Fuente Una viene a revelaros a vosotros mismos,
ella viene a revestiros de vuestra túnica inmortal, de vuestro Traje de Luz. Así,
también llevaréis el manto de las Semillas de estrellas, vosotros decidisteis
acompañarme en esta peregrinación en esta dimensión para hacerla despertar y
revelarse. Hoy, estamos aquí, hijos míos. Vengo a anunciaros, muy pronto, lo
que os había prometido desde la Eternidad.
De momento,
dejo obrar al Arcángel Mikaël y al Cónclave que, os recuerdo, me entregaron los
Sellos, las Llaves y las Vibraciones, dándome todo poder, sobre la Tierra y el
Cielo, para revelaros, por la intervención de la Luz que os llega desde el
fondo de las estrellas, para solucionar la Ilusión en la que debatís. Recordad
las palabras de mi Hijo: «vuestro reino no es de este mundo» y, sin embargo,
camináis sobre este mundo, para volver a ponerlo en la gloria de la Unidad y eso
está en curso. Así como os decía Mikaël, no os intereséis por los Ángeles
rebeldes que no quieren la Luz, de momento. Esa es su libertad y su elección,
esa es su Verdad y en ningún caso los condenamos. Vosotros tampoco debéis
juzgarlos, porque no tenéis los elementos del rompecabezas, en vuestra cabeza y
en vuestro corazón, para poderlos juzgar sana y claramente.
Independientemente
de vuestro nivel de apertura, de vuestra intuición, de vuestra transparencia de
alma, nunca tendréis en esta densidad todos los elementos del rompecabezas. No
podéis juzgar, no podéis comprender, no podéis captar la totalidad del Plan de
su Divina Majestad; no obstante, sabéis dónde se encuentra la puerta de salida
de esta Ilusión. Para esto, debéis desembarazaros de todos vuestros bagajes, de
todo lo que no es Unidad, de todo lo que es dualidad, en vosotros. Las sombras,
las manchas de sombra dentro de vuestras estructuras físicas y sutiles, serán
lavadas por la túnica inmortal, la de vuestro cuerpo llamado “cuerpo de "Êtreté",
de Eternalidad o Cuerpo de Luz, que viene a vosotros, para haceros vivir, no
las Bodas Celestiales, sino las “Bodas Místicas”, las de la reunión de las aguas
de Arriba y de las aguas de Abajo, las de la reunión, dentro de vuestra
personalidad, del Êtreté, de la Eternalidad, para que reintegréis la Alegría
eterna, los dominios sin límites de la Verdad y el Amor del Padre / Madre.
Entonces, debéis aceptar y estar
conforme con lo que viene que es para vuestro bien y para vuestra revelación. No creáis
que la Luz viene de un lugar inexistente dentro de su espacio y dentro de su
ser. La Luz nace y viene del Corazón, del Corazón de vuestro ser y del Corazón
de las galaxias. Ella viene, acompañada de Ángeles. Los Ángeles son muchos, hoy;
se preparan para interceder dentro de vuestra dimensión, se presentan a
vosotros, ya, en forma de sueños, en forma de presencias que sentís durante
vuestras noches y vuestros días. No os inquietéis, porque me manifestaré a
algunos de vosotros, de forma anticipada con relación a mi Anuncio. Algunos de
mis hijos me percibís en mis diversos vestidos. A unos os hablo; a otros, os comunico
mi Vibración, para que os hagáis primero Semillas de estrellas, Semillas de
Verdad y semillas de Eternidad para los tiempos que vienen, para iluminar a
vuestros hermanos que buscan y que no saben dónde buscar y que enloquecerán por
los signos en el Cielo y en la Tierra. Y, sin embargo, como os dijo Mikaël,
esto no es una destrucción sino más bien deconstrucción de la Ilusión y el
acceso a la Verdad.
Debéis estar
ligeros, no debéis cargaros de posesiones, las que sean, por su relación con comportamientos
procedentes de vuestro pasado. La Gracia viene, la Gracia borra la
acción/reacción y el karma. Vuestros planetas (que son, Arriba, la exacta
reproducción de lo que está en vosotros), vuestras lámparas, se transforman.
¿Veis como vuestros cuerpos se transforman? ¿Veis como vuestras conciencias se
transforman y se preparan para acoger la vuelta de la Luz? Evidentemente, muchos
seres querrán haceros creer que es vuestra cabeza y no vuestro corazón, que son
Ilusiones y no la Verdad, pero sois la Verdad, no sois la Ilusión. Lo que
edificasteis dentro de esta densidad, ciertamente, fue muy bello, pero, sin
embargo, no es el paraíso, no es la nueva Tierra. Y ya viene la nueva Tierra, la que habéis
edificado por vuestras Vibraciones y por el Amor y ella (la Tierra) también,
desea acceder a la nueva dimensión. La hora de la Ascensión, la hora de la Asunción,
para algunos, llega a grandes pasos. Debéis prepararos. La preparación es interior.
Requiere que os miréis cara a cara, tal como sois y no tal como interpretáis
vuestro papel en esta dimensión dentro de los roles sociales y afectivos. Estáis
más allá de vuestros roles, más allá de lo que creéis y de lo que interpretáis.
Debéis atreveros a entrar en vuestro corazón, allí donde no hay ninguna Ilusión,
ningún engaño. Porque, allí, vibra el Corazón del universo, allí, vibra la
Fuente.
El Sol, Fuente de Luz
en vuestra densidad, se os manifiesta en su esplendor. Los planetas volantes se
manifiestan a vosotros, también en su esplendor. Y la Luz viene y es visible,
desde ahora, para los que saben ver más allá de la vista. Los que vibran, en su
interioridad y en su Eternidad, han presentido la Llamada de la Luz; ellos
viven las primicias, los sobresaltos del Amor. Pero el día en que la Alegría
llegue, totalmente a vuestra dimensión, entonces seréis lavados por la Luz.
Así, el bien amado Juan[1] vino para insistiros en la lectura, no con la cabeza, sino con el Corazón,
el “Apocalipsis de San Juan” que fue dictado, palabra por palabra, por mi
Divino Hijo.
Soy la que os
acompaña, individual y colectivamente, en vuestra vuelta a la Gracia, en
vuestra vuelta a la Eternidad. Soy vuestra Madre benévola. No puede haber
engaño conmigo. ¿Cómo una madre real podría perjudicar a su hijo o a sus hijos?
La que perjudica no es la Madre. La Madre eterna no puede querer jamás, que os
toquen uno solo de vuestros cabellos. Para mí, sois muy valiosos, porque sois
la Eternidad, en retorno a vuestro Unidad. La Esencia misma de vuestra
presencia en la Tierra se os revela por la Alegría, por la Verdad, por la
necesidad de aliviaros y de purificaros, por la necesidad de no creer más a
vuestra cabeza, sino únicamente a vuestro corazón y en lo que él os dice en la
Vibración. Muy a menudo, en mis apariciones, muestro mi Corazón, lo mismo que
mi Divino Hijo porque esta es la meta, reencontrar el corazón, para vivir y
palpitar una Alegría eterna y sin fin, recorriendo las estrellas, las
dimensiones, libres y no encerrados ya dentro de esta Ilusión, de esta
materialidad que, sin embargo, mis bien amados hijos, os ha permitido crecer en
Esperanza, en Verdad y en Luz. Así que no debéis juzgar. En fin, toda
experiencia tiene algo bueno porque a pesar de los rechazos vividos a lo largo
de la experiencia y la dureza de algunas, os conducen a reforzar el establecimiento
de la Luz en vosotros. La Luz es Vibración, antes de ser visión. La Luz es
Amor, antes de ser efecto y es esto lo que viene a vosotros.
Hoy, os pido que seáis ligeros,
que volváis a tener una mirada nueva, como un niño que se maravilla, que no trata
de comparar nada con una experiencia pasada. Porque lo que viene no tiene nada
que ver con el pasado; lo que viene es la nueva Ley y la nueva Vida y no puede
ser, de ninguna manera vinculada a una sucesión que venga de vuestro pasado.
Esto fue anunciado por mi Divino Hijo, en su paso sobre la Tierra y esto es
ahora. Muchos profetas, en el pasado, anticiparon esta época y estos momentos
benditos que viven. Ellos os lo describieron, bajo forma de aforismos, en forma
de imágenes veladas y a veces de manera más directa. Pero la revelación más
directa es la del bien amado Juan, el que vino, en su última encarnación, a señalaros
la llegada de la Luz que percibió. Esta Luz de la Verdad, esta Luz eternal que
la Fuente misma, el Padre, manifestó en su última toma de cuerpo. Estáis
rodeados como nunca. Sois Amados como nunca. El Cónclave Arcangélico, los 24
Ancianos, los Jinetes del Apocalipsis vigilan y velan. Las 4 Vivientes también
están allí y preparan vuestro nacimiento.
Este
nacimiento es un verdadero nacimiento, es un nacimiento en el Amor y en la
Verdad, en el mundo de la no separación y de la Unidad. Pronto vais a entrar,
de lleno, previamente de manera vibratoria e interior, dentro de esta Verdad.
No debéis estar apegados a nada de este mundo porque simplemente nada de este
mundo, existirá más; y no por la destrucción, sino por la disolución. La
Ilusión regresa a la Ilusión, la Verdad regresa a la Verdad y tiene que ser así.
Debéis franquear el umbral, como dijo el bien amado Juan, la franja de la
interferencia de este mundo donde se sitúan vuestros miedos, vuestro mental y
vuestras emociones, que os impiden, a pesar de la Vibración, percibir
claramente la Verdad. Sin embargo, cada día que pasa, a partir de ahora, os
acerca, de manera inexorable, dentro de un tiempo humano establecido y, por
tanto, definido, y no en un hipotético día siguiente, sino ahora.
Cada día que
pasa, os lleva más a la coincidencia del tiempo Terrestre con el tiempo Celestial,
la franja de interferencia desaparece. El supramental ya no está alejado, como escribió
San Juan, el supramental está a vuestras puertas. Ciertas lámparas (vuestras
lámparas son los planetas, como sabéis) ya sienten las primicias y las manifestaciones.
Ellas como vosotros, sois golpeados, no por el estupor, sino por el estallido
del despertar, por la transformación misma inherente a esta revelación.
¿Entonces, cómo prepararos? Lo más importante no es el conocimiento, aunque os
sea desvelado necesariamente por la Luz. Lo importante es quedarse centrado en
vuestro corazón y vivir allí la Vibración, vivir allí el instante, cada minuto
y cada soplo como algo único. Porque cada respiración y cada soplo es único en
los Tiempos que vivís. Esto os ha sido anunciado en todos los tiempos y de
múltiples maneras:
“los que tienen ojos para ver, que vean”, “los que tienen oídos para escuchar,
que escuchen” y los que tienen la Vibración (“felices los Simples de Espíritu”),
que vibren ante lo que viene.
Y, mis
queridos hijos, ninguna Sombra puede resistir a lo que viene. La Sombra ha
dominado suficientemente la Ilusión; os ha dominado y dirigido por terrenos que
os apartaban de la Luz. Hoy, debéis ser simples, debéis volver a ser simples.
En este sentido, os pedimos una gran humildad porque nadie puede vanagloriarse
de la Luz. Basta simplemente con vivirla, integrarla, acogerla, aceptarla,
transmutarla, trascenderla y revelarla al mundo. Eso se basta a sí mismo, esto
basta para vuestro destino y para vuestro camino. No tenéis otra alternativa
que aceptar o rechazar la Luz. Todo lo que tenéis, os será quitado, excepto la
Vida, excepto la Verdad, excepto la Luz porque sois la Vida, la Verdad y la
Luz. Todo lo demás, sólo es Ilusión, edificada por proyecciones deliberadas,
por cierto, necesarias durante un tiempo, pero el tiempo que viene no es ya el
tiempo pasado. El tiempo que viene, llega para cumplir las Leyes, no las leyes
de los hombres, sino las Leyes de la Luz. La Ley de la Luz es libertad, la Eternidad,
la Verdad y la Gloria. Gloria de la Gracia y Gracia de la Gloria. Vosotros sois
esto.
He aquí bien
amados niños de la Luz, mis hijos, lo que yo quería transmitiros. Ahora si
tenéis alguna pregunta relacionada con esto quiero responderlas, en la medida
en que eso me sea permitido y sea posible.
Sí; y eso debe ser anunciado por todo el mundo.
Durante mi venida a Garabandal, anuncié muchas cosas, La primera que anuncié era
una Aviso. El Aviso era sobre la “venida de Mikaël” por la Vibración de las
palabras, por la Vibración de su Esencia y por la Vibración de su materia, que
es un cuerpo celeste, así como la interrupción de una serie de fenómenos
relacionados con la Ilusión que os han conducido ahí donde estáis hoy. La
venida de Mikaël, en su presencia manifestada en cuerpos celestes, que pronto
recibiréis, es la Advertencia. La Advertencia será un choque y el ser humano
tendrá que volverse hacia la Verdad, a la Unidad y a la Luz. Y entonces, como
he dicho una y otra vez en Garabandal, tendrá lugar el Aviso. El Anuncio que yo
haré será en vuestro interior al nivel del Corazón (esté abierto o cerrado,
nadie podrá resistirse a mi Anuncio y a mi llamada, pero pocos responderán a
él).
Esto sucederá dentro de muy
poco tiempo, en tiempo terrestre, porque vosotros estáis en el tiempo. Voy a
venir en un día de aniversario muy importante, relacionado con Garabandal. A
partir de ese día, las señales que he mostrado en mi aparición en Fátima, y
también en Egipto, donde me mostraba sobre el sol, corresponden a la realidad
de lo que vosotros observáis en el cielo. En ese punto, estaréis listos en
Verdad, para vivir la Eternidad. Aquellos de mis hijos que acepten mi
Presencia, vivirán entonces un fenómeno especial, un fenómeno en que vuestra
Conciencia vagará entre dos mundos, entre este mundo de Ilusión y el mundo de
la Verdad, durante tres días y tres noches, así como se ha anunciado. Todo lo
que he manifestado, aunque las palabras de algunos médiums lo hayan
desvirtuado, no importa. Lo que viene es lo importante. Así que, el milagro del
Sol, la Advertencia y el Anuncio que os haré, llega a grandes pasos ahora. Por
consiguiente, os conviene ir a lo esencial, ir a vuestra Esencia en vuestro
Corazón. Eso debe ocupar vuestros días, vuestras noches, vuestras
respiraciones, con objeto de prepararos y estar listos para acoger lo que
viene. Todavía no me corresponde, revelar las etapas posteriores.
Lo que más interesa es el
“ahora”. Los pasos siguientes no son más que las terminaciones. Lo más
importante es la Advertencia, el Anuncio de la Luz y el Anuncio de mi Retorno,
no en una revelación privada o pública, sino a toda la humanidad sin excepción.
Preciso, las razas humanas y no humanas. La Tierra entera con todas sus vidas,
el sistema solar entero con todas sus vidas y dimensiones, vivirán el Anuncio
para que nadie pueda decir que no sabía. Nada podrá ser cambiado en todos los
tiempos.
Pregunta: ¿Qué diferencia
establece entre “desaparición” y “disolución” de este mundo?
Eso es muy
simple, mi hijo. La desaparición estará relacionada con una destrucción y, por
tanto, a un sufrimiento. La disolución es una desaparición pura y simple, una
trasmutación de la Luz y, por tanto, con ausencia de sufrimientos. Incluso para
aquellos que no quieren la Luz.
Pregunta: ¿A qué llama los “Cuatro
Jinetes del Apocalipsis” en el contexto actual?
Eso
corresponde, en parte, al efecto viciado y alterado, dentro de esta dimensión
alterada que es la Tercera dimensión en la que estáis, sobre los Cuatro
Vivientes. Así pues, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, son si queréis, la
resonancia infernal e inferior de lo que se llama “los Cuatro Vivientes” que se
sientan alrededor del trono de la Fuente Una. Esos Cuatro Jinetes debe lavar
sus ropas en la sangre del Cordero para ser trasmutados. Algunos de los signos
de la deconstrucción, como os ha mencionado el bien amado Arcángel Mikaël,
forman parte de la revelación de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y
corresponden a los Cuatro Elementos desatados que comienzan a vivir su plena
manifestación.
Esto no es
una decisión de la Fuente; es sólo la ilustración del principio de resonancia y
atracción que habéis creado dentro de esta densidad. No hay ninguna culpa con
relación a esto, sólo hay que ver cómo desaparecen las ilusiones sin asociarlas
a ninguna energía, a ninguna conciencia ni a ningún deseo de quedarse aquí. Por
tanto, los que han acogido la totalidad de la Luz y mi Anuncio, no tienen nada
que temer por lo que viene.
No tenemos más preguntas.
Gracias.
Mis hijos
bien amados, entonces, voy a pediros ahora que acojáis el Manto Azul de la
Gracia. Para eso, os pido que os pongáis en posición de acogida y preparéis
vuestro Corazón para recibir este Manto, aquí, ahora, todos juntos. Este Manto
es una Gracia y os confiere la mirada de la Verdad, os confiere la comprensión
y la sanación; este es mi regalo ahora.
Acojamos
…Efusión de energía…
Os amo y os
digo hasta pronto, mis hijos.
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun/Transcripción: Véronique Loriot
Canalizado: Jean Luc Ayoun/Transcripción: Véronique Loriot