domingo, 12 de noviembre de 2017

MARÍA HACE TIEMPO, ME APAREZCO Y ME MANIFIESTO




31 julio 2009


Soy María, reina de los Cielos y de la Tierra. Mis hijos, os transmito toda mi Paz y todo mi Amor. Vengo a vosotros, con mi Amor, para explicaros una serie de elementos que, hoy, al fin, pueden ser desvelados y transmitidos, porque los tiempos han llegado, Hijos míos. Hace muchos siglos, de vuestro tiempo terrestre, que me aparezco y me manifiesto, en muchos países, a muchas personas y de diferentes modos. Cada vez que aparezco, llevo un vestido, un traje de Luz que indica la función de esa Presencia y de esa aparición en vuestra densidad, a estos médiums, estos videntes, para explicar muchas cosas. Así, algunos de estos contactados pudieron describirme con diferentes mantos y diferentes vestidos. Esos mantos y esos vestidos indican la Vibración que aporto en el lugar y en el tiempo en que me manifiesto. La Vibración más común por la cual aparezco es el manto azul, el manto azul de Sirius del que soy originaria y de la que soy la gran Diosa. Hijos míos (así os llamo porque así sois, sois mis hijos, todos sin excepción), reino en vuestros Cielos y reino en vuestra Tierra porque soy la matriz original, dentro de esta dimensión como en otras dimensiones de vuestra propia alma.

Soy la Fuente de vuestro Espíritu y soy la Fuente. Mis bien amados, aparecí a esta Humanidad después de mi salida y mi vuelta al Cielo, tanto en revelaciones privadas como en revelaciones públicas. Pero, sin embargo, esto no tiene ninguna importancia. Lo importante es el mensaje de Amor que os di, desde la Eternidad, para invitaros a imitar a Cristo. Más allá del personaje que fue mi Divino Hijo, yo quería, por eso, pediros que améis y deis. Porque la llave del Cielo se encuentra sólo en el Amor, la llave del Cielo se encuentra sólo en la Vibración «compartir y dar» en la Alegría. Cosas que os faltan cruelmente, en este fin de los Tiempos. Porque habéis llegado realmente a este fin de los Tiempos anunciado y profetizado y esto debe de llenaros de Alegría y no de pavor; debe llenaros de Alegría y de gratitud porque la Fuente Una viene a revelaros a vosotros mismos, ella viene a revestiros de vuestra túnica inmortal, de vuestro Traje de Luz. Así, también llevaréis el manto de las Semillas de estrellas, vosotros decidisteis acompañarme en esta peregrinación en esta dimensión para hacerla despertar y revelarse. Hoy, estamos aquí, hijos míos. Vengo a anunciaros, muy pronto, lo que os había prometido desde la Eternidad.

De momento, dejo obrar al Arcángel Mikaël y al Cónclave que, os recuerdo, me entregaron los Sellos, las Llaves y las Vibraciones, dándome todo poder, sobre la Tierra y el Cielo, para revelaros, por la intervención de la Luz que os llega desde el fondo de las estrellas, para solucionar la Ilusión en la que debatís. Recordad las palabras de mi Hijo: «vuestro reino no es de este mundo» y, sin embargo, camináis sobre este mundo, para volver a ponerlo en la gloria de la Unidad y eso está en curso. Así como os decía Mikaël, no os intereséis por los Ángeles rebeldes que no quieren la Luz, de momento. Esa es su libertad y su elección, esa es su Verdad y en ningún caso los condenamos. Vosotros tampoco debéis juzgarlos, porque no tenéis los elementos del rompecabezas, en vuestra cabeza y en vuestro corazón, para poderlos juzgar sana y claramente.

Independientemente de vuestro nivel de apertura, de vuestra intuición, de vuestra transparencia de alma, nunca tendréis en esta densidad todos los elementos del rompecabezas. No podéis juzgar, no podéis comprender, no podéis captar la totalidad del Plan de su Divina Majestad; no obstante, sabéis dónde se encuentra la puerta de salida de esta Ilusión. Para esto, debéis desembarazaros de todos vuestros bagajes, de todo lo que no es Unidad, de todo lo que es dualidad, en vosotros. Las sombras, las manchas de sombra dentro de vuestras estructuras físicas y sutiles, serán lavadas por la túnica inmortal, la de vuestro cuerpo llamado “cuerpo de "Êtreté", de Eternalidad o Cuerpo de Luz, que viene a vosotros, para haceros vivir, no las Bodas Celestiales, sino las “Bodas Místicas”, las de la reunión de las aguas de Arriba y de las aguas de Abajo, las de la reunión, dentro de vuestra personalidad, del Êtreté, de la Eternalidad, para que reintegréis la Alegría eterna, los dominios sin límites de la Verdad y el Amor del Padre / Madre.

Entonces, debéis aceptar y estar conforme con lo que viene que es para vuestro bien y para vuestra revelación. No creáis que la Luz viene de un lugar inexistente dentro de su espacio y dentro de su ser. La Luz nace y viene del Corazón, del Corazón de vuestro ser y del Corazón de las galaxias. Ella viene, acompañada de Ángeles. Los Ángeles son muchos, hoy; se preparan para interceder dentro de vuestra dimensión, se presentan a vosotros, ya, en forma de sueños, en forma de presencias que sentís durante vuestras noches y vuestros días. No os inquietéis, porque me manifestaré a algunos de vosotros, de forma anticipada con relación a mi Anuncio. Algunos de mis hijos me percibís en mis diversos vestidos. A unos os hablo; a otros, os comunico mi Vibración, para que os hagáis primero Semillas de estrellas, Semillas de Verdad y semillas de Eternidad para los tiempos que vienen, para iluminar a vuestros hermanos que buscan y que no saben dónde buscar y que enloquecerán por los signos en el Cielo y en la Tierra. Y, sin embargo, como os dijo Mikaël, esto no es una destrucción sino más bien deconstrucción de la Ilusión y el acceso a la Verdad.

Debéis estar ligeros, no debéis cargaros de posesiones, las que sean, por su relación con comportamientos procedentes de vuestro pasado. La Gracia viene, la Gracia borra la acción/reacción y el karma. Vuestros planetas (que son, Arriba, la exacta reproducción de lo que está en vosotros), vuestras lámparas, se transforman. ¿Veis como vuestros cuerpos se transforman? ¿Veis como vuestras conciencias se transforman y se preparan para acoger la vuelta de la Luz? Evidentemente, muchos seres querrán haceros creer que es vuestra cabeza y no vuestro corazón, que son Ilusiones y no la Verdad, pero sois la Verdad, no sois la Ilusión. Lo que edificasteis dentro de esta densidad, ciertamente, fue muy bello, pero, sin embargo, no es el paraíso, no es la nueva Tierra. Y ya viene la nueva Tierra, la que habéis edificado por vuestras Vibraciones y por el Amor y ella (la Tierra) también, desea acceder a la nueva dimensión. La hora de la Ascensión, la hora de la Asunción, para algunos, llega a grandes pasos. Debéis prepararos. La preparación es interior. Requiere que os miréis cara a cara, tal como sois y no tal como interpretáis vuestro papel en esta dimensión dentro de los roles sociales y afectivos. Estáis más allá de vuestros roles, más allá de lo que creéis y de lo que interpretáis. Debéis atreveros a entrar en vuestro corazón, allí donde no hay ninguna Ilusión, ningún engaño. Porque, allí, vibra el Corazón del universo, allí, vibra la Fuente.

El Sol, Fuente de Luz en vuestra densidad, se os manifiesta en su esplendor. Los planetas volantes se manifiestan a vosotros, también en su esplendor. Y la Luz viene y es visible, desde ahora, para los que saben ver más allá de la vista. Los que vibran, en su interioridad y en su Eternidad, han presentido la Llamada de la Luz; ellos viven las primicias, los sobresaltos del Amor. Pero el día en que la Alegría llegue, totalmente a vuestra dimensión, entonces seréis lavados por la Luz. Así, el bien amado Juan[1] vino para insistiros en la lectura, no con la cabeza, sino con el Corazón, el “Apocalipsis de San Juan” que fue dictado, palabra por palabra, por mi Divino Hijo.

Soy la que os acompaña, individual y colectivamente, en vuestra vuelta a la Gracia, en vuestra vuelta a la Eternidad. Soy vuestra Madre benévola. No puede haber engaño conmigo. ¿Cómo una madre real podría perjudicar a su hijo o a sus hijos? La que perjudica no es la Madre. La Madre eterna no puede querer jamás, que os toquen uno solo de vuestros cabellos. Para mí, sois muy valiosos, porque sois la Eternidad, en retorno a vuestro Unidad. La Esencia misma de vuestra presencia en la Tierra se os revela por la Alegría, por la Verdad, por la necesidad de aliviaros y de purificaros, por la necesidad de no creer más a vuestra cabeza, sino únicamente a vuestro corazón y en lo que él os dice en la Vibración. Muy a menudo, en mis apariciones, muestro mi Corazón, lo mismo que mi Divino Hijo porque esta es la meta, reencontrar el corazón, para vivir y palpitar una Alegría eterna y sin fin, recorriendo las estrellas, las dimensiones, libres y no encerrados ya dentro de esta Ilusión, de esta materialidad que, sin embargo, mis bien amados hijos, os ha permitido crecer en Esperanza, en Verdad y en Luz. Así que no debéis juzgar. En fin, toda experiencia tiene algo bueno porque a pesar de los rechazos vividos a lo largo de la experiencia y la dureza de algunas, os conducen a reforzar el establecimiento de la Luz en vosotros. La Luz es Vibración, antes de ser visión. La Luz es Amor, antes de ser efecto y es esto lo que viene a vosotros.

Hoy, os pido que seáis ligeros, que volváis a tener una mirada nueva, como un niño que se maravilla, que no trata de comparar nada con una experiencia pasada. Porque lo que viene no tiene nada que ver con el pasado; lo que viene es la nueva Ley y la nueva Vida y no puede ser, de ninguna manera vinculada a una sucesión que venga de vuestro pasado. Esto fue anunciado por mi Divino Hijo, en su paso sobre la Tierra y esto es ahora. Muchos profetas, en el pasado, anticiparon esta época y estos momentos benditos que viven. Ellos os lo describieron, bajo forma de aforismos, en forma de imágenes veladas y a veces de manera más directa. Pero la revelación más directa es la del bien amado Juan, el que vino, en su última encarnación, a señalaros la llegada de la Luz que percibió. Esta Luz de la Verdad, esta Luz eternal que la Fuente misma, el Padre, manifestó en su última toma de cuerpo. Estáis rodeados como nunca. Sois Amados como nunca. El Cónclave Arcangélico, los 24 Ancianos, los Jinetes del Apocalipsis vigilan y velan. Las 4 Vivientes también están allí y preparan vuestro nacimiento.

Este nacimiento es un verdadero nacimiento, es un nacimiento en el Amor y en la Verdad, en el mundo de la no separación y de la Unidad. Pronto vais a entrar, de lleno, previamente de manera vibratoria e interior, dentro de esta Verdad. No debéis estar apegados a nada de este mundo porque simplemente nada de este mundo, existirá más; y no por la destrucción, sino por la disolución. La Ilusión regresa a la Ilusión, la Verdad regresa a la Verdad y tiene que ser así. Debéis franquear el umbral, como dijo el bien amado Juan, la franja de la interferencia de este mundo donde se sitúan vuestros miedos, vuestro mental y vuestras emociones, que os impiden, a pesar de la Vibración, percibir claramente la Verdad. Sin embargo, cada día que pasa, a partir de ahora, os acerca, de manera inexorable, dentro de un tiempo humano establecido y, por tanto, definido, y no en un hipotético día siguiente, sino ahora.

Cada día que pasa, os lleva más a la coincidencia del tiempo Terrestre con el tiempo Celestial, la franja de interferencia desaparece. El supramental ya no está alejado, como escribió San Juan, el supramental está a vuestras puertas. Ciertas lámparas (vuestras lámparas son los planetas, como sabéis) ya sienten las primicias y las manifestaciones. Ellas como vosotros, sois golpeados, no por el estupor, sino por el estallido del despertar, por la transformación misma inherente a esta revelación. ¿Entonces, cómo prepararos? Lo más importante no es el conocimiento, aunque os sea desvelado necesariamente por la Luz. Lo importante es quedarse centrado en vuestro corazón y vivir allí la Vibración, vivir allí el instante, cada minuto y cada soplo como algo único. Porque cada respiración y cada soplo es único en los Tiempos que vivís. Esto os ha sido anunciado en todos los tiempos y de múltiples maneras: “los que tienen ojos para ver, que vean”, “los que tienen oídos para escuchar, que escuchen” y los que tienen la Vibración (“felices los Simples de Espíritu”), que vibren ante lo que viene.

Y, mis queridos hijos, ninguna Sombra puede resistir a lo que viene. La Sombra ha dominado suficientemente la Ilusión; os ha dominado y dirigido por terrenos que os apartaban de la Luz. Hoy, debéis ser simples, debéis volver a ser simples. En este sentido, os pedimos una gran humildad porque nadie puede vanagloriarse de la Luz. Basta simplemente con vivirla, integrarla, acogerla, aceptarla, transmutarla, trascenderla y revelarla al mundo. Eso se basta a sí mismo, esto basta para vuestro destino y para vuestro camino. No tenéis otra alternativa que aceptar o rechazar la Luz. Todo lo que tenéis, os será quitado, excepto la Vida, excepto la Verdad, excepto la Luz porque sois la Vida, la Verdad y la Luz. Todo lo demás, sólo es Ilusión, edificada por proyecciones deliberadas, por cierto, necesarias durante un tiempo, pero el tiempo que viene no es ya el tiempo pasado. El tiempo que viene, llega para cumplir las Leyes, no las leyes de los hombres, sino las Leyes de la Luz. La Ley de la Luz es libertad, la Eternidad, la Verdad y la Gloria. Gloria de la Gracia y Gracia de la Gloria. Vosotros sois esto.

He aquí bien amados niños de la Luz, mis hijos, lo que yo quería transmitiros. Ahora si tenéis alguna pregunta relacionada con esto quiero responderlas, en la medida en que eso me sea permitido y sea posible.


Sí; y eso debe ser anunciado por todo el mundo. Durante mi venida a Garabandal, anuncié muchas cosas, La primera que anuncié era una Aviso. El Aviso era sobre la “venida de Mikaël” por la Vibración de las palabras, por la Vibración de su Esencia y por la Vibración de su materia, que es un cuerpo celeste, así como la interrupción de una serie de fenómenos relacionados con la Ilusión que os han conducido ahí donde estáis hoy. La venida de Mikaël, en su presencia manifestada en cuerpos celestes, que pronto recibiréis, es la Advertencia. La Advertencia será un choque y el ser humano tendrá que volverse hacia la Verdad, a la Unidad y a la Luz. Y entonces, como he dicho una y otra vez en Garabandal, tendrá lugar el Aviso. El Anuncio que yo haré será en vuestro interior al nivel del Corazón (esté abierto o cerrado, nadie podrá resistirse a mi Anuncio y a mi llamada, pero pocos responderán a él).

Esto sucederá dentro de muy poco tiempo, en tiempo terrestre, porque vosotros estáis en el tiempo. Voy a venir en un día de aniversario muy importante, relacionado con Garabandal. A partir de ese día, las señales que he mostrado en mi aparición en Fátima, y también en Egipto, donde me mostraba sobre el sol, corresponden a la realidad de lo que vosotros observáis en el cielo. En ese punto, estaréis listos en Verdad, para vivir la Eternidad. Aquellos de mis hijos que acepten mi Presencia, vivirán entonces un fenómeno especial, un fenómeno en que vuestra Conciencia vagará entre dos mundos, entre este mundo de Ilusión y el mundo de la Verdad, durante tres días y tres noches, así como se ha anunciado. Todo lo que he manifestado, aunque las palabras de algunos médiums lo hayan desvirtuado, no importa. Lo que viene es lo importante. Así que, el milagro del Sol, la Advertencia y el Anuncio que os haré, llega a grandes pasos ahora. Por consiguiente, os conviene ir a lo esencial, ir a vuestra Esencia en vuestro Corazón. Eso debe ocupar vuestros días, vuestras noches, vuestras respiraciones, con objeto de prepararos y estar listos para acoger lo que viene. Todavía no me corresponde, revelar las etapas posteriores.

Lo que más interesa es el “ahora”. Los pasos siguientes no son más que las terminaciones. Lo más importante es la Advertencia, el Anuncio de la Luz y el Anuncio de mi Retorno, no en una revelación privada o pública, sino a toda la humanidad sin excepción. Preciso, las razas humanas y no humanas. La Tierra entera con todas sus vidas, el sistema solar entero con todas sus vidas y dimensiones, vivirán el Anuncio para que nadie pueda decir que no sabía. Nada podrá ser cambiado en todos los tiempos.

Pregunta: ¿Qué diferencia establece entre “desaparición” y “disolución” de este mundo?

Eso es muy simple, mi hijo. La desaparición estará relacionada con una destrucción y, por tanto, a un sufrimiento. La disolución es una desaparición pura y simple, una trasmutación de la Luz y, por tanto, con ausencia de sufrimientos. Incluso para aquellos que no quieren la Luz.

Pregunta: ¿A qué llama los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis” en el contexto actual?

Eso corresponde, en parte, al efecto viciado y alterado, dentro de esta dimensión alterada que es la Tercera dimensión en la que estáis, sobre los Cuatro Vivientes. Así pues, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, son si queréis, la resonancia infernal e inferior de lo que se llama “los Cuatro Vivientes” que se sientan alrededor del trono de la Fuente Una. Esos Cuatro Jinetes debe lavar sus ropas en la sangre del Cordero para ser trasmutados. Algunos de los signos de la deconstrucción, como os ha mencionado el bien amado Arcángel Mikaël, forman parte de la revelación de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y corresponden a los Cuatro Elementos desatados que comienzan a vivir su plena manifestación.

Esto no es una decisión de la Fuente; es sólo la ilustración del principio de resonancia y atracción que habéis creado dentro de esta densidad. No hay ninguna culpa con relación a esto, sólo hay que ver cómo desaparecen las ilusiones sin asociarlas a ninguna energía, a ninguna conciencia ni a ningún deseo de quedarse aquí. Por tanto, los que han acogido la totalidad de la Luz y mi Anuncio, no tienen nada que temer por lo que viene.

No tenemos más preguntas. Gracias.

Mis hijos bien amados, entonces, voy a pediros ahora que acojáis el Manto Azul de la Gracia. Para eso, os pido que os pongáis en posición de acogida y preparéis vuestro Corazón para recibir este Manto, aquí, ahora, todos juntos. Este Manto es una Gracia y os confiere la mirada de la Verdad, os confiere la comprensión y la sanación; este es mi regalo ahora.

Acojamos

…Efusión de energía…

Os amo y os digo hasta pronto, mis hijos.



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Canalizado: Jean Luc Ayoun/Transcripción: Véronique Loriot






[1] Sri Aurobindo