Soy María, Reina de los cielos y de la Tierra. Amados hijos,
vosotros que os unís a mí en este instante, así como el conjunto de mis hijos
ocupados en otras cosas, expreso todo mi Amor, y todas mis bendiciones, e
instalo en cada uno de vosotros, mi Teofanía.
Sois innumerables a haber vivido con distintas intensidades la claridad
de lo que Sois durante las Teofanías. La Teofanía como quizá lo habréis observado
fuera de nuestros encuentros, se produce en cada uno de vosotros, más allá
incluso de toda intención. Esa es la Teofanía perpetua.
Hoy cuando concluye el mes de mayo de vuestra tierra, os emprendo a
realizar esta Teofanía hacia el Espíritu, que está en vosotros y que no depende
de ninguna forma, ni de ninguna dimensión. La intensidad de la Gracia es tal
sobre este planeta, que el conjunto de mis hijos que vuelven la mirada hacia su
propio Corazón y hacia su Eternidad, ahí descubren la Verdad.
Este mecanismo último de vuestra conciencia, volcando en la
a-conciencia, como ha sido ampliamente explicado y que quizá lo hayan vivido,
se presenta hoy a vosotros por una Gracia especial, previa a mi Llamada.
Volcando la conciencia hacia vuestro Corazón en lo más hondo de vuestro Ser
donde se encuentra la única Verdad, es esta Teofanía del Espíritu la que pone
punto final a la Ilusión de este mundo, a sus tormentos, a sus mentiras, a sus
encierros.
He venido hoy a invitaros a que os volváis totalmente hacia lo que Sois,
a fin de demostraros que todo lo que sucede sobre la pantalla de vuestro
personaje y de este mundo, en cualquier apoyo o circunstancia que sea, sólo es
una vasta ilusión. Solo la inmersión en la Teofanía del Espíritu podrá para
muchos de entre vosotros y de manera rápida, poner fin a todo lo que resiste al
apego a vuestra historia, a vuestra forma, o a este mundo.
En unos instantes daré, y lo haré leer, las palabras que acompañan esta
Teofanía del Espíritu, no para daros una enésima oración de cualquier
naturaleza que sea, sino para daros unas palabras, que en cualquier idioma que
habléis, tiene la capacidad de detener todos los mecanismos ilusorios a los que
estáis todavía comprometidos y en los que aún participáis. La Eternidad es
vuestro salvoconducto.
En cuanto termine este mes de Mayo comenzará el mes de las
tribulaciones, las más intensas que la humanidad intentará desatar en su error
y su ceguera, se aparta del Corazón, tratará de sembrar el terror y el miedo.
Volverse hacia su Corazón, hacia vuestro Corazón, hacia mí, hacia el Espíritu,
os protege - sin buscar ninguna protección -, de toda acción de la Ilusión y de
las fuerzas ilusorias que entrarán en acción en muy pocos días.
La Teofanía del Espíritu os sitúa más allá del Sí y la Presencia Última
en vuestra inmortalidad, en vuestra Eternidad, más allá de toda noción estelar,
más allá de vuestros linajes, más allá de lo que se puede definir con palabras,
pero que únicamente se puede vivir. Estáis llamados a eso, unos tras otros como
en conjunto, en este difícil período para la persona.
Os atañe hoy de dar este último paso o bien de esperar a mi Llamada. Eso
se debe a vuestro posicionamiento en una historia y la persona, o bien en la
Eternidad. Habéis sido muy numerosos en percibir la diferencia de vuestro
estado de Ser, si puedo decir, según si vivís la Teofanía o que tengáis que
afrontar las circunstancias duales de este mundo en cualquier ocupación o
actividad que sea, dándoos a probar la dicha de la Verdad.
Hoy muchos están listos para soltar las últimas ataduras del apego a la
Ilusión, al desarrollo del escenario de este mundo. Aquellos de mis hijos que
han encontrado su Corazón, solo tienen a partir de ahora que instalarse de
manera cada vez más permanente y evidente. A través de los movimientos de
vuestra conciencia entre lo efímero y la Eternidad se juega en vosotros el
espacio de resolución de lo que puede todavía oponerse por miedo, por creencia
o por costumbre, a la Verdad que se despliega ahora en este mundo.
Como sabéis, el conjunto de las naves de la Confederación Intergaláctica
se manifiestan de forma cada vez más evidente en vuestra dimensión, dejándose
ver; pero eso no es un espectáculo y lo sabéis. Muchos de nuestros hermanos
intergalácticos están situados tanto en los volcanes, como sobre vuestras
ciudades o en diferentes lugares, para actuar llegado el momento cuando mi
Llamada suene, cuando las señales del cielo y de la Tierra se manifiesten en su
totalidad, cuando vuestros ojos se abran y vean lo que hay que ver en el cielo.
Entonces nadie podrá decir que no sabía. Es en ese momento el choque de la
humanidad, que para muchos de vosotros se realizará antes de mi Llamada. Es a
través de este choque y la estupefacción de la conciencia que la Eternidad
puede emerger y se presentará a vosotros.
La Teofanía del Espíritu resonando en las palabras que serán dadas
dentro de un momento, os permitirá de consolidar vuestra Eternidad y de
observar por vosotros mismos que no existe ninguna dependencia, ninguna
atracción al mundo de la Ilusión. Todo lo que estaba oculto se desvela ante
vuestros ojos desde el instante en que no entréis en reacción frente a quien
quiera o ante vosotros mismos, pero dejad vivir lo que está por vivir, en la
paz del Corazón, más allá de toda persona y de toda voluntad.
Es además a través de los vaivenes entre la Teofanía y el estado del
Corazón libre y vuestro estado de persona que se manifiestan a vosotros, de
manera íntima, las últimas disparidades respecto a la Verdad. Así
independientemente de la intensidad de vuestras Teofanías, si regresando en la
persona ella toma las riendas, por vuestros comportamientos, recriminaciones o
palabras, entonces necesitáis adentraros más en la Eternidad, a fin de que esta
sea reflejada y actúe directamente en lo que pueda quedar de la persona.
Lo que quiero decir es que no es más tiempo de nutrirse de la Luz y
ejercer cualquier poder personal o poner en acción algo de vuestra persona.
Cualquiera que sea la vivencia en estado vibratorio, o vuestra asignación
vibral, o revelación de vuestros linajes y origen estelar, cualesquiera que
sean los mecanismos, incluso del Canal Marial activo en vosotros, hoy os será
posible de ver si existe todavía alguna distancia entre lo que representáis en
el mundo y lo que Sois en verdad.
Así la iluminación eterna de la Luz os dará a ver las últimas cosas de
la persona que se resisten y se oponen a la Luz. Bien sea a través de un simple
dolor que se manifiesta en vuestro cuerpo, en función de la localización de
este dolor, eso os conducirá hacia un centro de conciencia que aún no está
alineado a la Luz. Numerosos elementos han sido comunicados, tanto por el
Comendador de los Ancianos como por las hermanas de Luz y por otros pueblos de
la naturaleza.
Hoy ya no os podéis ocultar más a vosotros mismos. En cuanto que una
riña, una recriminación o una tristeza aparece sobre la pantalla de vuestra
vida, entonces no estáis en el Corazón sino en la persona.
La Luz hoy se instala íntegramente. Ella no puede acomodarse a cualquier
resistencia de la Ilusión, a cualquier persistencia del apego que sea o de una
manifestación de la personalidad que llama a una reacción, estando en reacción
donde se sitúan todavía por vuestros orígenes o linajes, en alguna forma de
predación, ciertamente atenuada, pero que no es conforme a la Luz.
El recordatorio al orden de la Luz, como sabéis, se traducirá en vuestro
cuerpo, pero es ahora sobre todo el recordatorio al orden de vuestro Corazón;
vuestro Corazón se va encoger y cerrar o bien permanecer abierto. Os atañe
ahora por la Teofanía del Espíritu de no dejar pasar el tiempo permaneciendo en
la persona que reacciona, que se opone, que manifiesta un deseo o una voluntad
que no puede estar de ninguna manera en conformidad con la Luz, sino únicamente
con lo que quede de persona. El dolor de vuestro cuerpo como el dolor de la
conciencia serán una realidad para muchos de entre vosotros. No se trata de un
castigo, sino más bien de un ajuste extremadamente fino de la Eternidad a este
mundo. Os queda poco tiempo, lo sabéis, hasta mi Llamada. Todas las señales
profetizadas están presentes ante vuestros ojos, miréis donde miréis. El amo de
los guiñoles, como lo llama el Comendador, interpreta su película y cree haber
ganado, se pavonea en la proyección ilusoria de este mundo.
No participéis para nada en eso, y permaneced firmemente establecidos en
la verdad de vuestro Corazón, diga lo que diga vuestro cuerpo y personalidad a
través de sus sufrimientos y recuerdos, o bien lo repito; de lo que pueda
quedar de costumbres y ataduras a este mundo. De ese modo seréis libres
definitivamente, no estando ya sometidos a ningún dictado de este mundo, ni
dictadura de vuestro cuerpo, respecto a la conservación de su supuesta
inmortalidad.
No es más tiempo en lo sucesivo de interpretar. La Teofanía del Espíritu
es un Fuego de Amor, consumiendo desde vosotros-mismos hacia vosotros-mismos.
Solo la resistencia a eso, solo la presencia del ego y del mental os hará
sufrir.
En el Amor no puede haber ningún dolor ni del cuerpo, ni de la persona,
ni en cualquier aspecto relacional que sea; sino eso demuestra que cualesquiera
que sean vuestras vibraciones, queda todavía por soltar algunos elementos de la
persona que no se han visto, aparte que no es más tiempo de ver, sino
simplemente de entregaros a vuestra Eternidad, a vuestro Corazón y en el gozo.
Como ya he tenido la oportunidad de hablaros progresivamente y ahora muy
rápidamente, ya ningún elemento de vuestra defensa como persona, ninguna
certeza como persona - que esté vinculada al amor entre vosotros, que sea
vinculada a una propiedad, a una casa, a cualquier objeto, a cualquier
responsabilidad familiar - se podrá mantener. No sirve de nada negarse, no
sirve de nada mantener algo de lo efímero; el Espíritu os quiere en totalidad,
el Cristo está ahí en vosotros y os espera, antes de que se manifieste a su
justo momento después de mi Llamada.
Así mis queridos hijos, os pido de ejercer la mayor responsabilidad que
sea frente vuestra Eternidad que emerge en lo efímero. Es en estos juegos
finales, si puedo decir, que cada uno de entre vosotros tiene la posibilidad de
ponerse en la dicha del Amor, en vez de la resistencia o en la expresión de una
persona con sus fallos, sus memorias y sus costumbres, así como sus esperanzas
y sus proyecciones.
No es el momento de observar vuestra vida, ni incluso de observar la
escena del mundo. Sabéis perfectamente que la Verdad no es de este mundo, solo
está en vuestro Corazón y en ninguna otra parte. Entonces ya no podréis jugar
el menor juego como persona; sino soportaréis y asumiréis las consecuencias en
el seno de la persona. No es ni un castigo ni una retribución, sino simplemente
un requerimiento de la Luz que alcanza tal intensidad ahora que no puede
permitir la menor falsedad en la expresión exterior como interior de vuestro
Ser.
El recordatorio al orden será cada vez más fulminante, lo mismo que la
sanación que será ella también, cada vez más fulminante y evidente, desde el
momento en que soltéis vuestro personaje, vuestros juegos de escena, vuestras
funciones y temores, aceptando jugar únicamente el juego del Amor, aparezca lo
que aparezca sobre la pantalla de este mundo. Si no, no seréis libres hasta el
final de estos tiempos de la Tierra que como sabéis, sucederá 132 días después
de mi Llamada, ni un minuto más, ni un minuto menos.
Así os invito a través de la Teofanía del Espíritu a encontraros en
totalidad, más allá de toda creencia, de toda condición, de toda suposición o
proyección en un futuro o en cualquier esperanza respecto a una fecha que sea.
Se os permite hoy por la Gracia de la Luz, como durante la Liberación de la
Tierra por la Onda de Vida y más allá de todo mecanismo vibratorio, por el
mecanismo último de la conciencia, de pasar de la Infinita Presencia, si puedo
decir, al Absoluto, que es la única Verdad.
Si permanecen en la pantalla de vuestra vida zonas dolorosas a nivel del
cuerpo, en vuestras relaciones, en vuestros amores o antipatías, entonces os
invito a que os veáis bien, porque entonces no sois verdaderos e interpretáis
aun un rol.
Os remito a lo que han expresado algunas de mis hermanas hace unos años
respeto a la experiencia de su matrimonio místico con el Cristo o bien conmigo,
de su estado de Paz, de su estado de serenidad, de su estado de Amor. Ya no es
reservado para algunos santos, pero cada uno de mis hijos tiene ahora la
posibilidad de vivirlo y diría incluso que para cada uno se trata de una
elección que debe hacer, a fin de comprender que solo hay que dejar al Amor ser
lo que Sois, para ser vosotros mismos en Amor y no estar ya en la lucha de cualquier
territorio o encerramiento que sea.
Por tanto el requerimiento de la Luz, del Espíritu de Verdad, os sitúa
ahora frente a eso; ser el Amor o estar fuera del Amor. No puede haber
coartada, ni representación o algo que preservar; no hay más que los defectos
inherentes a vuestra persona. Independientemente de lo que hayáis experimentado
como vibración, no hay más culpable que la persona misma; Vosotros no tenéis
ninguna culpa. Os incumbe de elegir entre estar en la Teofanía del Espíritu de
manera perpetua, o bien posicionaros aún y siempre en las dudas de la persona,
en las proyecciones del mental o en las costumbres que vienen de vuestro
pasado, o de este mundo.
Llego la hora de algún modo, lo habéis comprendido, de dar el gran
salto, para aquellos de entre vosotros que aún no lo han dado, con la mayor
evidencia y la mayor soltura posible, sólo depende de vosotros. Nadie puede ser
responsable o culpable, excepto vosotros-mismos. Ahí está vuestra
responsabilidad, la de estableceros en la sonrisa perpetua de la Dicha, en la
beatitud manifestada a la faz de este mundo, independientemente de vuestra
persona y diría incluso, independientemente de los encuentros que nos quedan
hasta finalizar la semana después de Pentecostés. Os queda pues un tiempo muy
limitado para estar en la Gracia y no estar en la persona en sus zonas de
resistencia, que sean corporales o impresas en las emociones o en el mental.
El Arcángel Uriel, como he dicho, ahora os acompaña, que sea en el
transcurso de las Teofanías del Espíritu que se establecerán espontáneamente en
vosotros y sobre todo espontáneamente hacia vosotros, en cuanto soltéis el
sufrimiento de vuestro cuerpo o cualquier ilusión que pertenece a lo efímero.
Es viendo ese nuevo enfoque que ahora cada uno de mis hijos puede verse
realmente, sin evasivas y sin falsas apariencias. No os podéis mentir más a
vosotros mismos, ni podréis mentir al mundo sobre lo que Sois. En este mundo
sólo podéis ser una representación, esconder y engañar sobre lo que
representáis a los demás. Ahora eso ya no es posible.
Es así que observáis que el caos crece en este mundo, por aquellos de
mis hijos que se han desviados con violencia de la verdad del Amor. Por tanto
os lo ruego por la gracia del Amor y en nombre de la Verdad y en nombre de lo
que Sois más allá de este mundo y de toda apariencia, de permanecer centrados
en el Corazón del Corazón en la Teofanía del Espíritu, sea cual sea el elemento
o la situación que pueda venir a vuestro encuentro. Si eso sucede, no es más
que porque no habéis dejado ir lo que teníais que soltar de lo efímero,
cualesquiera que sean vuestras vibraciones, o el estado de vuestro vehículo
ascensional.
Lo sabéis, finalmente no hace ninguna diferencia, pero el período que
viene y que está por atravesar de manera formal, durante los meses que se van a
celebrar, os pondrán ante la Verdad, la vuestra, queráis o no, la que habéis
representado sobre este mundo en la época que sea y la que representáis hoy
finalmente. Se trata de un balance de toda cuenta; os atañe de ver y decidir lo
que queréis guardar en vosotros o lo que dais sin restricción ni condición a la
Eternidad que Sois.
No os podréis engañar más a vosotros o a cualquier hermano o hermana, ni
incluso con las naves de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.
Que sea en las estructuras que pertenecen a la 3ª dimensión o de las
estructuras mucho más etéreas y más elevadas sobre el plano vibratorio,
recordad que lo que nosotros vemos es únicamente vuestra Luz, todo lo demás no
aparece.
Entonces si permanecéis ocultos por la sombra de vuestra persona, no
podremos ver vuestro Corazón y tampoco la Confederación Intergaláctica. Eso
quiere decir que debéis apaciguar y afinar lo que os queda a ajustar para
reencontrar vuestra libertad.
Habéis tenido, y nosotros con vosotros, numerosos años en comparación a
los plazos cronométricos y cronológicos para permitiros ajustaros. Eso como he
dicho, ha representado una Gracia infinita de poder ser la Paz, la Alegría, la
sonrisa y la beatitud. Todo lo que no es sonrisa pertenece a la sombra, todo lo
que no sea el brillo de vuestra mirada en cada mirada puesta a este mundo, no
es más que una distorsión de la Luz. Ahora es el momento de verlo con la
claridad más total y más cruda, a fin de haceros aceptar vuestra Eternidad.
…Silencio…
Os recuerdo que es el momento de dar la palabra a uno de entre vosotros
para que lea las pocas palabras que representan una oración, no una oración en
palabras, no una oración de súplica, sino una oración a vosotros mismos en el
Corazón del Corazón, para permitir a la Teofanía del Espíritu cubrir y
transmutar lo que pueda quedar de ilusorio, en cualquier esquema de vida que
tengáis a vivir en este período.
Entonces amados hijos, os doy la palabra para transmitir esas pocas
palabras que os doy y que os permitirán, si no está hecho, de vivir esta
Teofanía del Espíritu como evidencia, con facilidad, sin ser retenidos o
frenados por algún elemento de vuestra historia personal.
La Luz en lo sucesivo, os quiere completos e íntegros, sin ninguna zona
de sombra. Sois la dicha, el Camino, la Verdad y la Vida; no podéis más
traicionar el compromiso que tenéis, de ninguna manera, incluso en lo más
corriente o inconsciente. Es eso lo que tenéis a ver para ser perfectos, como
aquel que ha dicho; “lo que hagáis al más pequeño de entre vosotros, es a Mí, a
quien lo hacéis”. Hay responsabilidad, autonomía y poder en esas palabras.
Os pido simplemente que no hagáis una exégesis, o virtudes teologales,
de no hacer una oración como las hay en todas las religiones, y que de hecho no
os hacen más que encerrar, Simplemente pronunciad esas pocas palabras, tanto al
exterior como al interior vuestro, y vivid esta Teofanía. No olvidéis que la
Teofanía del Espíritu no podrá acomodarse con cualquier manifestación personal
que sea; además como dije, que vuestro cuerpo lo reflejará inmediatamente con
una llamada al orden.
Entonces hijos míos, escucho las pocas palabras que he dado hace algunos
días, a fin de que la mayor cantidad posible sea informada.
Te escuchamos:
"Yo te saludo
María, que eres Gracia.
Eres bendita como
todas las mujeres,
Y Jesús, el fruto
de tu Corazón, nos bendice.
Santa María,
Corazón de la Fuente,
Oremos juntos, ahora y siempre, en la
Eternidad"
Rindo gracia a tus palabras. Que estas palabras no sean un lamento en
vosotros sino una salvaguardia al mantenimiento de vuestra éxtasis, para no ser
desviados por cualquier circunstancia de vuestra vida o de vuestro mundo de
este Corazón del Corazón.
Así esta Teofanía del Espíritu se realizará a su hora, cada jueves de
mis últimas Teofanías. Os dejo el lugar como forma y como Madre, al Espíritu de
Verdad, al Coro de los Ángeles, al Espíritu del Sol, al Impersonal, y todo lo
que no pueda ser contenido por alguna forma.
Os invito a la comunión eterna en el Amor; os invito a la oración
silenciosa perpetua, la del Corazón que es acción de Gracia y que rinde gracia.
Sois la dicha, sois el Camino, la Verdad y la Vida. Nada más, salvo vosotros
mismos, no os podéis desviar de lo que Sois.
Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra. En la Teofanía del
Espíritu, acojámonos los unos a los otros, más allá de toda forma.
…Silencio…
Esta primera Teofanía del Espíritu que vivimos ahora, aunque muchos de
entre vosotros ya han tenido la ocasión de vivirla sin poder poner palabras,
será realizada en unos minutos, todos juntos, cada uno de vosotros donde quiera
que estéis, conmigo, con los Arcángeles, con la Flota Intergaláctica de los
Mundos Libres y eso se reproducirá en los próximos dos jueves, antes de las
Emanaciones Arcangélicas. Y no olvidéis que esta Teofanía del Espíritu, tenéis
también el deber, en vuestra condición de Seres eternos, de realizarla y, dejarla
vivirse.
Vuestro cuerpo es testigo, vuestra conciencia lo testifica. Pues ya no
podéis servir a dos amos: a bien sois testigo de la Eternidad, o sois testigo
del miedo.
Bendigo a cada uno de vosotros, en su Verdad, en su Luz y en su Belleza.
…Silencio…
Os hemos acompañado en este importante mes llamado, mes de Mayo; nuestra
presencia os es adquirida a cada minuto. Los últimos velos de este mundo que os
ocultaban la Verdad, están desapareciendo definitivamente.
Cualesquiera que sea lo que hayáis a atravesar según vuestro
emplazamiento, no olvidéis nunca ahora, que vuestro salvoconducto es el Corazón
y que no hay ningún otro salvoconducto, no hay ningún conocimiento, ninguna
postura, ninguna vibración, ni conciencia incluso expandida que pueda oponerse
a la Verdad.
Sois el Camino, la Verdad y la Vida, sois mis hijos, sois los hijos de
la Ley de Uno, sois la Verdad en acción. Entonces os bendigo en la Teofanía del
Espíritu, entonces os bendigo en el Cristo resucitado en vosotros.
…Silencio…
Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra.
…Silencio…
Nací en el espíritu de cada uno de vosotros, me hayáis reconocido o no.
…Silencio…
Como portavoz de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres,
os invito a no desviaros de ninguna manera de vuestra Eternidad.
Dentro de muy poco tiempo no habrá ninguna necesidad que no pueda ser
satisfecha por el Corazón eterno, por vuestra Eternidad; todo lo demás no os
será de ninguna ayuda, ni utilidad.
Es en eso que comprobáis vosotros mismos, si estáis en vuestra Eternidad
o no en una postura o en cualquier estado de vuestra conciencia, incluso la más
expandida.
…Silencio…
Soy María la Reina de los Cielos y de la Tierra…
…Silencio…
… y bendigo el Amor que sois.
…Silencio…
Os digo ahora y siempre, en la Eternidad del Corazón. Cada uno de
vosotros es bendecido desde las Eternidad.
…Silencio…
Soy María y os amo. Entro ahora en silencio en vuestro Corazón para
cubriros con mi Manto Azul de la Gracia.
Es la hora de detener mis palabras.
No volveré tan a menudo como lo he hecho durante el mes transcurrido;
pero no obstante, volveré en ciertas fechas importantes del calendario. Sabéis
que en el mes de junio hay una fecha denominada “Pentecostés”; es también el
mes sagrado para otros de mis hijos; tenemos también el “solsticio de verano”.
En este período os pido de dejar emerger el Amor más que a nada; es en
ese período que el Amor debe estar por delante, delante de vuestra persona. Es
en ese período que, lo que debe ser enfocado lo será con certeza y con
evidencia. Como he dicho: “nadie podrá decir, que él no sabía”.
Rindo gracia por vuestra escucha, rindo gracia a nuestra comunión y
rindo Gracia a la Luz.
Os quiero...
***
Nuevo grupo de Google https://groups.google.com/forum/#!forum/ha-llegado-la-luz-ii