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Soy Teresa de
Lisieux.
Mis bien amados
hermanas y hermanos, aquí me tenéis con vosotros, enviada por María. Como
portadora de la Estrella Profundidad, vengo a vosotros a petición suya. En este
período que se abre ante vosotros, vengo a hablaros de nuevo, no de la Vía de
la Infancia, ya hablé bastante de ello, sino mucho más acerca de la virtud que
llevo, es decir esta profundidad. Entonces, si así lo queréis, antes de que os
diga lo que tengo que deciros, tengamos un momento, todos juntos, de Paz y de
Felicidad en nuestros corazones.
…Silencio…
En primer lugar,
voy a tratar de transmitiros, por mis palabras y por mi Verbo, algunas ideas,
algunos conceptos y algunas vivencias tal vez, de lo que es la profundidad.
Entonces la profundidad, para el ego, es algo terrible, porque en las
profundidades moran las vicisitudes del alma, las zonas oscuras y lo que da
horriblemente miedo a la persona: el vacío, la negrura, y que sin embargo es la
base de toda Luz. Para algunos de vosotros, durante todos estos años, sean
cuales sean las vibraciones que habéis vivido, sean cuales sean las aperturas
que manifestáis, sabemos pertinentemente que para muchos de vosotros, este
Desconocido, que a la vez fascina y es temido por el ego, aunque no lo
confeséis, es sin embargo el mismísimo fundamento de la vida.
El período, que
va a ser privilegiado, que va a abrirse, tal y como lo comentamos desde ayer,
os dará un acceso mucho más fácil, sin que las reticencias de las costumbres de
vuestro ego, de vuestra persona en encarnación, puedan oponerse a ello. Gemma
os ha dado la primera llave: ir al corazón, permanecer en el corazón o dejar
emerger el corazón.
Cuando os he
hablado de la Vía de la Infancia que era la mía, “la pequeña Vía”, el elemento
predominante era la humildad y la desaparición de cualquier papel, de cualquier
función, en el seno de este mundo. Por supuesto, no es lo que se os pide, hasta
el momento oportuno, ya que tenéis, como mi bien amada hermana Gemma dijo, unas
responsabilidades, unas obligaciones que llevar. No se trata de apartarlas,
porque incluso las obligaciones más incomodas, son exactamente lo que os hace
falta en el seno de vuestra persona para descubrir esta profundidad, esta
Felicidad, esta Paz que es la fuente de todo, ahí donde nace el Amor, ahí donde
es concebido permanentemente el Amor que no depende de ninguna conciencia ni de
ninguna forma.
Entonces por
supuesto para el ego, hasta ahora, para aquellos que no lo han vivido, para el
orgullo espiritual, esto se llama la negrura, la oscuridad, que podría aparecer
como contrario a la Vida. Para aquel que ha vivido el Sí, esto también puede
representar algo opuesto a la Luz y entonces, según vuestra dualidad, que
vivimos cuando estamos encarnados, esto se llama la oscuridad, el adversario.
Debéis de sumergiros en esta profundidad, dejaros atravesar y atravesar con la
misma intensidad, por así decirlo, todo lo que podría aparecer o surgir, pero
recordad que todo lo que puede ser visible y percibido, sean cuales sean las
imágenes, sean cuales sean las emociones, sólo son unos obstáculos a vuestra
propia verdad que sólo se encuentra, como sabéis, en el Corazón del Corazón, en
el Corazón Ígneo al cual accedéis por la humildad, la simplicidad, por la
vibración, por nuestras Presencias también, y a partir de ahora por vosotros mismos,
en este cara a cara, a solas, por así decirlo.
Ir a las
profundidades, es volver a vuestro corazón y dejarlo aparecer, dejarlo emanar y
dejarlo irradiar en el mismísimo seno de este mundo. Las Teofanías, la apertura
de las Coronas, os han permitido acercaros y experimentar, en cierta medida,
esto.
Tal y como os
fue anunciado, entre el equinoccio de otoño y la fiesta de los Arcángeles del
año 2017, las condiciones de la conciencia, del mecanismo vibral, e incluso de
la energía vital, serán profundamente diferentes en ciertas ocasiones que os
son personales o colectivas. Habrá que aprovecharos de estas ocasiones para
recordar que tenéis que desaparecer a vosotros mismos, que no tenéis que
resistir, que tenéis que ser la confianza, la fe, de cara a lo que, tal vez, os
es todavía desconocido e invisible. Simplemente os hace falta, en los momentos
en que la Luz os llame de manera personal, cuando los acontecimientos de este
mundo puedan interpelaros, entrar en vuestra “Profundidad”.
Sabéis donde
están situadas la Estrella Profundidad, a nivel de vuestra cabeza, así como la
Puerta Profundidad a nivel de vuestro bajo vientre. Por supuesto podéis
ayudaros con esto, simplemente colocando vuestras manos de manera simultánea, o
un dedo, como sea lo más práctico para vosotros, con el fin de despertar
Profundidad. Os ayudará en este abandono a vosotros mismos, en este sacrificio
de vosotros mismos, para dejar por fin la Liberación alcanzar vuestro efímero,
y el Amor de Cristo, el Espíritu del Sol se desvelarán naturalmente.
Para esto, como
dijo Gemma, os hace falta mucha humildad, mucha inocencia, dejar de funcionar
como funcionáis habitualmente. Estar listo para este inesperado, es estar listo
para lo Inesperado, es no rechazar nada, no comprender nada, sólo interesarse
por el movimiento que os hace descender hacia lo más profundo de vosotros
mismos, no escuchar las costumbres, no escuchar vuestros conocimientos, ni
siquiera escuchar vuestras percepciones, aunque sean muy visuales.
Id más allá de
esto, id a lo más profundo del corazón donde no hay ninguna visión posible
excepto la percepción de esta magnificencia, de este Amor totalmente absoluto
que no está regido por ninguna experiencia de la conciencia, por ninguna forma,
como por ninguna dimensión y ningún mundo. Esto es la realización del Juramento
y de la Promesa para muchos de vosotros, incluso antes de la Llamada de María.
Es una oportunidad, una ocasión de ser ayudados por vosotros mismos, en el
interior de vosotros mismos, por las circunstancias ambientales y por las
circunstancias cósmicas y de la Tierra, de sumergiros sin resistencia y sin
aprensión en esta Vía de la Infancia y de la Humildad que lleva al sacrificio
definitivo de la atracción de este mundo, reemplazándolo por la elevación del
alma y su consumación en el Fuego del Espíritu, si no se ha hecho ya.
Entonces, ir a
las profundidades, es ignorar efectivamente todas las señales y todos los
síntomas de vuestro mental, de vuestra historia, de vuestras emociones, de
vuestros apegos, de vuestras obligaciones. Es atravesar las últimas zonas de
incomodidad, por así decirlo, para el ego, no hacerle ningún caso, no prestarle
ninguna atención, y averiguar por vosotros mismos que no sois ni este cuerpo ni
esta historia, y que ya sois perfectos, que ya sois enteros, que no hay nada
que buscar, nada que pedir, sólo ser lo que sois. Hace falta efectivamente una
gran humildad, no solamente apaciguar la mente, no solamente meditar, no
solamente rezar, sino, en todos los sentidos del término, desaparecer a
vosotros mismos, entregarse y abandonarse a la Luz, a Cristo, al Sol, poco
importa la representación.
Lo que va a
pasar os llevará a esta profundidad y en ciertos casos, hasta diría, que lo
hayáis pedido, deseado o temido, no cambiará nada. Entonces dejad que el
movimiento, por así decirlo, se haga, no resistáis a nada, no os enganchéis a
ninguna visión, a ninguna imagen, a ningún color. Usad simplemente, como dijo
Gemma, vuestro pensamiento para dirigir vuestra conciencia, ella misma se
dirigirá por sí sola en cuanto penséis en vuestro corazón. Aunque no sepáis lo
que es el Corazón del Corazón, todos tenemos en encarnación un corazón de carne
que palpita, que late. Es la referencia, el corazón órgano en medio de vuestro
pecho. Dejad que vuestra conciencia baje ahí, dejad que ocurra lo que tiene que
ocurrir, sin querer nada, abandonándoos. Ahí está el sacrificio a la Verdad.
Vuestro ego, vuestra persona, vuestra historia, vuestros deseos, vuestras
carencias, no representarán ni unas ventajas ni unos obstáculos, serán neutros
en cuanto dejéis de prestarles atención.
Os será pues más
fácil ahí también dejar a Profundidad guiaros. Cuando pase, que esté ligado a
las radiaciones, que esté ligado a los Elementos, que esté ligado a los
acontecimientos humanos, es lo mismo, porque todo será pretexto, todo será
ocasión, en lo que tenéis que vivir, para encontraros de nuevo en vuestra
profundidad, en vuestra eternidad y en vuestra verdad.
Todos habéis
tenido la oportunidad, y sois cada vez más numerosos en constatar que el
emplazamiento del observador y del testigo, tal y como lo definió Bidi, están
cada vez más presentes. Pues es cada vez más posible y fácil de no estar
identificado a este cuerpo, a esta historia, y a lo que va a pasar durante este
período, es un empujón de la Luz lo que provocará este impulso, incluso a
través de los acontecimientos a priori contrarios, a nivel colectivo, para
permitiros despertaros definitivamente y vivir por fin la Verdad que sois, sin
ningún freno, sin ninguna condición y sin ninguna creencia, y sobre todo sin
ninguna proyección.
Acordaos que no
hay nada que preparar ni nada que temer, sólo hay que vivir normalmente y
pensar en vuestro corazón, ya que vuestra conciencia seguirá, pensar en
Profundidad porque Profundidad, en cierto modo, es el motor de la humildad y de
la Infancia. Entrar en sí, entrar en sí mismo, ahí donde nunca habéis sufrido,
ahí donde sois siempre, sean cuales sean las apariencias de vuestra vida, de
vuestro personaje, de vuestra historia.
Todo lo que
viene de vuestra persona no os será de ninguna utilidad, todos los procesos
incluso vibratorios no podrán serviros de apoyo porque serán tales, tan
intensos y tan percibidos de manera diferente, que la vibración actuará por sí
sola. Es por esto que os decimos, Gemma y yo, de sólo interesaros por vuestra
conciencia y por vuestro corazón, y pensar en vuestro corazón en cada ocasión,
aunque no sepáis lo que es, porque vuestra conciencia se dirigirá hacia ahí
también. Y para esto, hay que ser humilde, volver a ser como un niño, en esta
inocencia, en esta espontaneidad.
Vedlo como un
juego. Aunque no os parezca ser un juego, puedo aseguraros que si alcanzáis
vuestra Profundidad del Corazón del Corazón veréis realmente este juego,
entonces sonreiréis, os reiréis a carcajadas, realmente y concretamente. Ahí
está vuestra autonomía y ahí está también vuestra responsabilidad, pero esta
responsabilidad no debe volveros rígidos, no debe fijaros, al contrario. La
responsabilidad de la que hablo es una gran ligereza, una felicidad que nada de
este mundo puede esperar tocar, ni siquiera vivir.
Pues sí, es algo
inesperado, es algo desconocido para muchos de vosotros. Recordad simplemente
en alguna parte de vuestra cabeza, que no tenéis nada que entender, nada que
ver, nada que sentir, nada que explicar, nada que pedir, sólo debéis de “ser”.
Entonces, “sólo ser”, es el momento en que cualquier reivindicación del ego se
calla por sí sola, es el momento en que el ego, sin ningún esfuerzo, se aparta
ante la majestad de vuestra risa, ante vuestra resurrección. Y recordad
también, en alguna parte de vuestra cabeza, que aunque hoy si estáis afectados
por vuestro cuerpo, por vuestra vida, por alguna carencia, por una impresión de
no encontrar el corazón, es justamente gracias a esto que lo encontraréis.
Cuando os
dijimos que la Inteligencia de la Luz y la intensidad de la Luz hoy, no
permitían ningún error ni ningún travestismo, es la estricta verdad, incluso
para los que no han vivido nada e incluso para los que, por miedo, se oponen a
los acontecimientos colectivos que van a ocurrir. Estad en el instante
presente, pensad en vuestro corazón, activad Profundidad y ya está. Quizás haya
que hacerlo solo el primer día, y será suficiente. En otros casos, habrá que
esperar la Llamada de María o el último día de ese período, pero de todos modos
ya será una forma de aprendizaje. El camino, en cierto modo, estará balizado,
alumbrado, y llegado el momento, si no es vuestro momento, entonces no
tendréis ninguna dificultad y os deslizaréis, por así decirlo, dentro de
vuestro nuevo cuerpo, el de Eternidad, con facilidad y sin resistencia. Así
viviréis vuestra resurrección. Pues es en cierto modo, no un resumen o una
condición previa sino más bien una experiencia que os es ofrecida por la Vida,
la de vivir en cierto modo la Resurrección incluso antes de la Llamada de
María.
Constataréis de
hecho que incluso un acontecimiento natural o artificial intenso, inédito, que
ataña a los Elementos, que atañe a lo que nombráis “guerra”, vosotros, no
estaréis en guerra, estaréis alegres y en la Felicidad de vuestro
corazón. Es esto lo que hay que recordar, y si debe de haber una esperanza, es
ésta, es decir estar listos para lo inesperado, para la espontaneidad, con el
fin de desaparecer de todo lo que puede resistir y que es dictado por el
efímero. Y viéndolo, al bajar hacia vuestras profundidades, sólo podréis estar
felices, más allá de toda palabra y de toda explicación, sólo podréis
experimentar y vivir la Verdad más allá de toda visión, de toda energía, de
toda persona, de toda forma y de toda conciencia, asistiendo al desarrollo de
lo que ocurre en vosotros como en el mundo, desde el mismo emplazamiento, en la
inmutabilidad. Esta inmutabilidad, es la eternidad de vuestro corazón, es la
danza de la Vida, es la danza del fin de esta ilusión, es la danza de cualquier
mundo.
Entonces, es
poco decir que durante ese período vuestro punto de vista cambiará mucho, y
para algunos de vosotros, de manera totalmente irreversible. Entonces, después
de ese período, miraréis de manera diferente. Cuando digo “mirar” es tanto
vuestra vida como lo que pasa a cada minuto. Constataréis también que todo lo
que constituía vuestras costumbres, como fue ampliamente explicado, no tendrán
razón de ser. Estaréis en cierto modo en la Felicidad, y dóciles con la
Inteligencia de la Luz, y seréis impermeables a lo que todavía existía antes en
el seno de la historia, de vuestro personaje. Viviréis este Amor desnudo, esta
alegría que no depende de nada y sobre todo de nada de vuestro personaje, que
ni siquiera depende de las circunstancias de este mundo, simplemente porque el
momento de la Eternidad ha llegado.
Muchos de
nosotros, en el seno de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres,
como de vosotros, hermanos y hermanas encarnados, habéis pasado y habéis
dedicado mucho tiempo a prepararos, para amar y servir, para reparar, para
encontrar. Aceptad ahora que haya que desaparecer a vosotros mismos, no por
voluntad propia sino por la acogida, por la ofrenda: “Padre”, como él decía,
«te doy mi vida, te doy mi Espíritu». Vosotros, de hecho, sólo os devolvéis a
vosotros mismos porque este Padre, esta Fuente, no está en otra parte, en una
lejana estrella que sea su representante, sino que está en el Corazón del
Corazón.
Tal vez tengáis
la ocasión, más allá de toda visión, de concientizar que el mundo está
realmente en vosotros y en ninguna otra parte, que María, Gemma, los
Arcángeles, son realmente vuestra verdad interior y que más allá de estas
formas, estos atributos, estas dimensiones, todo esto es la danza de la Vida en
la misma libertad de experiencia, la misma libertad de conciencia.
No os oculto que
pensamos, y hemos visto, que después de esta fecha, el desarrollo del efímero
para cada uno de vosotros será diferente. Será más humilde, más simple, girado
con más facilidad hacia el corazón, hacia el servicio, hacia la bondad y la
benevolencia, y esto de manera natural, sin ningún esfuerzo, sin buscar nada.
Descubriréis, si no se ha hecho ya, el niño interior, el que resulta de vuestra
resurrección, de la armonía entre vuestro Femenino Sagrado y vuestro Masculino
sagrado, creo que lo habéis llamado así, vuestras polaridades si preferís. La
ligereza será tal que incluso la más grande de las pérdidas os aparecerá como una
liberación y no como algo que añoráis. Seréis libres, en espíritu y en
conciencia, sea cual sea lo que puede quedar por hacer como actividad, como
ocupación, o como tiempo restante hasta el momento de la señal celeste.
Ya es hora de
volver a ser este niño y las circunstancias de la Tierra, por todas partes, lo
dije, que sean naturales o humanas, concurrirán a establecerlo del mismo modo,
sin ningún juicio.
En resumen, en
el proceso que fue descrito acerca del Choque de la humanidad, muchos de
vosotros van a poder entrar en la aceptación, después de haber pasado durante
muchos años, no por la negación o la ira, aquellos que son vibrantes y
despiertos, sino más bien por las interrogaciones y las negociaciones. Habrá
pues una aceptación y entonces podréis decir, vosotros también, en vuestro
interior, que todo se ha cumplido, realmente y concretamente. La sonrisa será
espontánea, el brillo de vuestra mirada, sea cual sea vuestra edad, ya no podrá
desaparecer, el Fuego de vuestro corazón crecerá cada día hasta consumir por
completo todo lo que todavía puede quedar presente en el seno del efímero.
El corazón
tomará el relevo, más allá incluso de los procesos de Teofanía o de
vibraciones, una claridad interior aparecerá, en el estado en el cual
probablemente estaréis no habrá ningún juicio. No podréis juzgar nada ni
condenar nada, diréis Sí a la Vida, diréis Sí a las apariencias, y diréis
todavía más Sí a la verdad de vuestro corazón que tomará el sitio con todo lo
demás.
Entonces, que
sea por experiencia, que lo viváis sólo una vez o que lo viváis de manera
definitiva, despertará en vosotros el sentido mismo de lo que es ser vuestra
eternidad, vuestro Êtreté, vuestro cuerpo de gloria. Es este Manto azul de la
Gracia que recubrirá vuestro cuerpo de gloria, que hará que seáis libres, sin
interrogaciones, sin preguntas, sin visiones, sumergidos en la felicidad, y
como dijo mi hermana Gemma, las alegrías van a ser cada vez más intensas para
algunos de vosotros. En ese momento constataréis, como de hecho algunos de
vosotros ya han constatado, que ya no podréis llevar, en esos momentos o de
manera permanente, ninguna actividad mundana y efímera, y constataréis de
hecho, para aquellos que lo vivan, que cuanto más el cuerpo os suelta, más sois
felices. No es ningún masoquismo, es la verdadera Profundidad y es la auténtica
verdad del corazón.
No tendréis otra
aspiración que la de vivir esta eternidad y estar con vuestra eternidad de
manera definitiva, obviando todo lo que pueda ocurrir en la pantalla de vuestro
mundo, en la pantalla de vuestro efímero. Esto es la verdad, todo lo demás sólo
son unas apariencias, incluso vuestro personaje. Descubriréis entonces que no
tenéis, en el seno de este personaje, ninguna sustancia, ninguna realidad, y
sobre todo ningún amor, penséis lo que penséis y sea cual sea el amor que
hayáis vivido.
De hecho Cristo,
tal vez os acordáis, en el momento de su resurrección, no podía ser tocado.
María, en el momento de su asunción, tampoco podía ser tocada. Enoc, Eli,
tampoco podían ser tocados, porque el cuerpo de Êtreté es un cuerpo de Fuego
Ígneo que consume realmente y concretamente el mundo disociado y la ilusión de
la materia carbonada encerrada.
A la imagen de
los Elementos en la tierra, este Fuego es una hoguera de felicidad, no es un
fuego de destrucción, aunque algunas armas utilizadas en esta tierra querrán
imitarlo, pero sólo es una falsificación, unas gesticulaciones para arrastraros
hacia el miedo. Pero, habiendo descubierto vuestro corazón y esta Felicidad,
¿cómo queréis que el menor miedo, viniendo del exterior o de vosotros mismos,
pueda seguir bloqueando o frenando algo?
Algunos de
vosotros descubriréis la libertad interior, la que fue nombrada por Bidi, creo,
el Jnani o el Liberado viviente, sin por eso haber pasado por el proceso de la
Onda de Vida, por la Corona radiante ascensional del corazón o incluso por el
Canal Marial. Estaréis directamente conectados a lo que fue nombrado la Fuente
de Cristal, la rectificación de la luz oblicua ligada al eje de la
falsificación a nivel de vuestra cabeza – veis, también he aprendido cosas – os
aparecerá claramente. Vuestro eje será rectificado como el eje de la Tierra en
el momento de su ascensión. Esta rectificación del eje de la Tierra ya ha
empezado de manera física, informaos.
Antes, y tengo
que agradecer a algunos Ancianos por habérmelo explicado y os lo transmito tal
cual, antes teníais a los polos magnéticos que se desplazaban, ahora es el polo
Norte geográfico el que se ha desplazado cientos de kilómetros; esto señala
efectivamente la inminencia del vuelco y de la reversión final de este mundo,
como de vuestra conciencia. Es justamente gracias a esto que la intensidad de
la Luz se ha decuplicado y gracias a la acción de las Teofanías y del conjunto
de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres ‒ que está, os lo
recuerdo, posicionada alrededor de la Tierra y ya no alrededor del Sol ‒, que
vamos a poder juntos finalizar este proceso por la desaparición del miedo, por
el descubrimiento de la felicidad.
Estad simplemente
presentes a vosotros mismos y desapareced de todo lo que aparece, que sean las
vibraciones, que sea el terror de ver vuestras zonas oscuras o de lo que sea.
Atravesadlo, nada puede pararos.
Recordad, como
dijo Gemma, vuestra conciencia seguirá vuestro pensamiento en esos momentos,
así que no alimentéis ningún miedo, ninguna historia, ninguna visión, sed
verdaderos y espontáneos y dejaos llevar por la Inteligencia de la Luz, por la
desaparición de vuestros deseos, de vuestros pensamientos, ahí donde está
vuestra eternidad, en el centro de vuestro pecho. La Profundidad se volverá
mucho más accesible, y de hecho no será posible reemerger cuando esas
experiencias se vivan. Que sea por el cosmos, por la Tierra o por la locura
humana, en definitiva no hay ninguna diferencia, y tened por seguro que muchos
de vosotros, más allá de los pensamientos de angustia que pueden surgir,
viviréis esta Felicidad que os confirmará la Verdad, vuestra belleza y vuestra
perfección.
Entonces en ese
momento, sí, hay juego y ligereza y sonreiréis. Os reiréis tal vez de vosotros
mismos pero no habrá ninguna lágrima por una pérdida, sino tal vez unas
lágrimas de Felicidad, unas lágrimas de alegría.
No tenéis que
preparar nada, tampoco tenéis que esperar nada, sólo acoger, sin prejuicios, y
sobre todo ser como un niño, no saber el regalo que vais a recibir, como un
niño que está impaciente de descubrir sus regalos debajo del árbol. Pero no
sirve de nada interrogaros, usad vuestra madurez, usad la inocencia de la
Infancia, dirigid vuestro pensamiento hacia el corazón, hacia la profundidad,
todo lo demás se hará, independientemente de vosotros e independientemente de
nosotros, e independientemente de la naturaleza misma de los acontecimientos
que sobrevendrán a vuestra realidad.
El mejor
servicio que podéis proporcionaros a vosotros mismos y al conjunto de las
hermanas y de los hermanos de la tierra, es vivirlo con naturalidad, no es
intentando avisar a alguien, no es intentando preservar a unos padres o a unos
hijos de lo que sea. Devolved la libertad a cada uno de vivir lo que tiene que
vivir, y no lo que proyectáis sobre él, aunque seáis unos padres, aunque seáis
responsables de algunas personas, de la familia. Recordad, la mejor ayuda es la
que podéis prodigar cuando no hacéis nada y permanecéis en la profundidad de
vuestro corazón; de hecho veréis los efectos extremadamente rápido, no habrá
que esperar mucho para ver los efectos de vuestra felicidad a vuestro
alrededor.
No utilicéis
ninguna palabra, no busquéis avisar a más personas que los que lo enterrarán
por costumbre, o por casualidad. Existen bastantes elementos dados por diversas
voces, como dijo María, pero que insisten sobre todo acerca de un particular
día que no corresponde a nada cósmico y a nada terrestre, sino que corresponde
simplemente, diría yo, a la última pataleta de los que se oponen a la Verdad y
a la belleza, expresando así su miedo, pero ellos son también, que lo queramos
o no, nuestros hermanos y nuestras hermanas, aunque estén, como decís,
poseídos, aunque estén en el error.
Acordaos, Cristo
dijo: «Padre, perdónales, ellos no saben lo que hacen». Entonces, dejadles
vivir su choque, dejadles vivir y acceder a su propia felicidad, por ellos
mismos. De hecho, estos hermanos y estas hermanas que están en el miedo, en el
control, en el poder, no aceptarán ningún consejo, y hay un riesgo a que se
pongan furiosos y no sólo enfadados, porque están en la negación y en la ira,
no olvidéis, una negación y una ira sostenidas por el miedo visceral a la
muerte. Ellos no conocen la Luz, entonces, como el Padre hizo, vosotros también
haced ahora lo mismo, perdonadles porque no saben lo que hacen. Tened el mismo
amor para todos, no hagáis ninguna diferencia.
Si no podéis
amar, como os dijo la Fuente, seguid vuestro camino y no os ocupéis de eso,
ocupaos de vosotros mismos y, si os ocupáis de vosotros mismos, entonces la Luz
se ocupará de vuestro entorno. No podéis decidir nada y todo lo que todavía
podríais decidir, será bien evidentemente una circunstancia favorable a la Luz,
aunque en un primer momento sea contrario a la Luz. ¿Veis? No hay ninguna
elección posible si no es la de la Verdad, si no es la del Amor, penséis lo que
penséis, viváis lo que viváis, sean cuales sean las resistencias de este mundo,
sea cual sea el inconsciente colectivo que subsiste, sea cual sea vuestro
inconsciente, sean cuales sean vuestras experiencias pasadas.
Entonces no
olvidéis mi pequeña Vía, no olvidéis la Humildad y la Infancia, no olvidéis que
la conciencia seguirá el pensamiento como nunca hasta ahora, y no olvidéis
sobre todo que cada cosa está exactamente en el sitio exacto para vivir ese
período, ese período que no es solamente esa semana, sino sobre todo el último
trimestre de este año 2017.
Vivid vuestra
vida, vivid vuestra eternidad y observad cómo la Inteligencia y la Gracia
actúan de manera cada vez más palpable en vuestra vida. Si no lo veis, es
porque todavía habéis puesto unos miedos inconscientes, el miedo a la muerte
ante todo, el miedo a fracasar, cuando esto no puede fracasar; acordaos, estáis
todos liberados. La asignación vibral os conduce naturalmente al sitio que es
el vuestro.
Si tenéis
presentes en vosotros estos modestos consejos que os hemos prodigado, entonces
constataréis muy rápidamente que todo es tan simple, tan evidente, y que no
había más obstáculo, en ese período, que vuestro propio personaje, que vuestros
propios apegos y vuestros propios condicionamientos, incluso habiendo vivido lo
que nombráis el Sí.
La única
pregunta que podéis haceros ahora, es: «¿queréis realmente vivir y ser libres?»
¿Estáis listos? Estar listo, no son las condiciones previas, estar listo, es
vivir en totalidad el sacrificio, vivir la Resurrección. Que sea en este cuerpo
o en otro cuerpo, que sea en el Absoluto, no hace ninguna diferencia porque es
lo que habéis elegido; no hay nada mejor que lo que habéis decidido, no en el
seno de la persona sino lo que habéis decidido en eternidad. Es el Juramento y
la Promesa, y esto es ahora.
Tampoco os
dejéis abusar por una forma de entusiasmo del ego. No hay ninguna gravedad, hay
un juego pero el juego es pausado, es la sonrisa, no es la exaltación, no es dejarse
llevar por alguna visión, aunque fuese la más extraordinaria. Permaneced
humildes, aunque veáis todos los detalles de la Vida, de la Creación y de las
de-creaciones, o las particularidades de este encierro, permaneced humildes y
ligeros, la sonrisa en los labios y los ojos llenos de vida.
Es lo que Teresa
tenía que deciros, lo que tenía que compartir. Ahora voy a dejaros descansar, a
vuestro ritmo, para que el Fuego Ígneo no sea demasiado intenso no os invito a
permanecer inmóviles sino más bien de realizar, como decís, una parada, un
break, antes de oír a mi hermana Yvonne-Aimée que, os lo recuerdo, es portadora
de Ki-Ris-Ti.
Con todo mi amor
os deseo unas innumerables gracias, os deseo un despertar definitivo y eterno.
Os amo. Hasta siempre.
Y acordaos que
la vida es Felicidad, que la experiencia de la conciencia es una Felicidad
total e ilimitada, que es exactamente lo contrario de lo que todos nosotros
hemos podido vivir aquí, incluso en la vida más perfecta: el sufrimiento, la
enfermedad, las emociones, en fin, la sed de verdad. Mi reino no es
definitivamente de este mundo, el vuestro tampoco. Dije, en encarnación, que
pasaría mi Cielo en hacer el bien en la tierra. Muchos hermanos y hermanas que
me han contactado podrían atestiguarlo, pero el bien que llega ahora no es
solamente un bien, es ante todo la Verdad y la belleza, más allá incluso de los
ideales que podríais formular.
Soy Teresa. Os
amo y os dejo ahora. Estoy con vosotros para siempre. Hasta luego.
***