Soy Rafael, Arcángel de los curadores y sanadores. Mi
Rayo verde lleva la Luz, e inunda vuestras células del aliento de Vida. Él os
conduce hacia la sanación.
Vuestro cuerpo de Luz posee dos propiedades que podéis
utilizar para establecer el tratamiento y después a su sanación, que se trate
de auto-curación, o de cuidados para otro ser.
La primera de estas propiedades es su elasticidad que
da forma al Cuerpo de Luz adaptable a las circunstancias que encontráis durante
vuestro viaje en el éter. Tenéis la posibilidad de estirar en conciencia el
conjunto de vuestro Cuerpo de Êtreté, o por separado uno de vuestros miembros:
brazos, manos o dedos.
La segunda propiedad de vuestro Cuerpo de luz que
podéis poner en provecho del cuidado es su capacidad de penetrar la materia.
Podéis fácilmente utilizar esta propiedad para penetrar vuestra propia materia
o el cuerpo de las criaturas enfermas y corregir o quitar un órgano, un músculo
un tendón o un hueso dañado.
Las intervenciones etéricas se hacen en vibraciones
muy altas de la Séptima Dimensión. En esta dimensión, el tiempo y el espacio
desaparecen, y vuestra conciencia puede desplazarse libremente, más allá de la
materia.
La operación éterica sólo dura un instante de
Eternidad.
Por supuesto, para acceder al tratamiento de Luz
debéis manejar bien los viajes en la Merkabah, ya aprendieron a parar el tiempo
y a replegar el espacio; subiendo más en vibración, accedéis a los cuidados de
Luz.
Las operaciones etéricas se hacen siempre en estado de
consciencia modificada, entre la víspera y el sueño, son sin dolor, y la
recuperación es muy rápida, si no obstante, confías en vuestras células.
Los tejidos vivos tienen que ser manipulados con
dulzura y benevolencia. Es vuestro anclaje a la vibración del Amor
incondicional que os permitirá llevar a cabo estas intervenciones. Como cada
experiencia nueva, la primera cura de Luz es sorprendente y desestabilizante.
Una vez la vía tomada, podéis fácilmente regresar y es
incluso deseable. Debéis comprender bien que no existen varitas mágicas para
acceder al estado de sanación. Es la repetición que hace que las curas de Luz
funcionen. Cuando más la alteración de vuestros organismos es importante, más
la repetición es necesaria.
Vuestros chakras son como ruedas que giran para
abrirse. Ellas son las puertas de entradas más accesibles para penetrar vuestra
encarnación. Después en consciencia, sigan los caminos naturales; venosos,
musculares y tendinosos para desplazaros hasta la zona deseada.
Queridos hijos de Gaïa, debéis entender bien que, los
cuidados de la Luz no tratan los síntomas que sufren vuestra encarnación. El
cuidado en las dimensiones sutiles del Ser, alimenta vuestras células de
Energía y de Amor. Vuestro cuerpo es un universo, un sistema en permanente y
cambiante equilibrio.
Las intervenciones etéricas permiten desabrochar de
este sistema las células enfermas o muertas; la luz favorece la regeneración de
las células alimentándolas de Energía.
La vía de la auto-curación descansa sobre la confianza
en vosotros, en la capacidad de regeneración de vuestras células.
Para cada uno de vuestros viajes interiores, pidan ser
acompañados. Estoy a vuestra disposición, he aquí una forma de llamarme:
«Arcángel Rafael, me vuelvo hacia ti en el Amor y en la Luz, te pido Rafael de
asistirme en esta operación etérica.»
Humildad, Gratitud.
He aquí tres herramientas que pueden utilizar durante
vuestras intervenciones etéricas.
La simple circulación de vuestro Cuerpo de Luz en
vuestros tejidos, ya constituye un primer modo de dinamización de vuestras
células. En efecto, vuestro Cuerpo de Luz o de Êtreté es consciencia; él vibra
la Energía del Amor incondicional. Circulando en consciencia por vuestra carne,
distribuyen a vuestras células esta energía, las alimentáis de Amor y de Luz.
Circulando así por vuestros tejidos, abrís la vía, lo que favorecerá la
circulación de la Energía en vuestros cuerpos.
El desenganche; es la segunda técnica que permite
quitar de vuestra encarnación todas las células muertas o indeseables. El
desenganche por la Luz, permite en particular quitar del organismo todas las
toxinas acumuladas a lo largo del tiempo; estas toxinas enganchadas a vuestras
células agravan y cansan a vuestro cuerpo.
El alisado de Luz es un masaje interno que estimula y
dinamiza las células de vuestros órganos. El alisado permite restablecer o bien
corregir un movimiento energético en alguna zona de vuestro cuerpo que lo
necesita. Para realizar el alisado; debéis hacer circular varias veces en un
mismo tejido, o en una célula cuando presionando un poco eso os proporciona un
alivio.
Les propongo 3 ejemplos de intervención, en función a
contusiones muy corrientes entre vosotros.
Tomemos el ejemplo de una inflamación del tendón en el
pie derecho.
Acostaos cómodamente sobre la espalda, utilizad una de
vuestras técnicas de meditación o relajación para instalarse en un estado de
consciencia modificado entre la víspera y el sueño. Colocad la extremidad de
vuestro dedo medio sobre vuestro chakra raíz y visualicen vuestra envoltura de
Luz penetrando en vuestro cuerpo físico.
Vuestra consciencia se desplaza con vuestro Cuerpo de
Luz; ella circula a lo largo de vuestros tendones por vuestra pierna derecha.
Llegando a la altura del pie, seguid el camino del tendón dolorido masajeándolo
con vuestra Luz, en el sentido que más alivie. Repetid la operación varias
veces hasta que el dolor se transforme en un simple gen. Dejad vuestras células
descansar y regenerarse unas horas, luego haced un masaje, esta vez externo con
un aceite esencial y enviando Amor a vuestro tendón.
Vuestro modo de vida, todo lo que ingerís, pero
también el exceso de estrés y de ansiedad genera para muchos de entre vosotros
trastornos digestivos: úlceras gástricas y otros. Acostaos tranquilamente sobre
la espalda, tomad consciencia de vuestra respiración, suavemente regular.
Apaciguad vuestro mental, vuestro mundo emocional. Dejad vuestra conciencia
deslizar entre la vigilia y el sueño, contactad vuestra envoltura de Luz.
Presencia a vosotros mismos. Poned una mano sobre vuestro Plexo solar.
Suavemente penetrad vuestra carne y entrad en vuestro
estómago. Contemplad su volumen, sus paredes con las mucosas que secretan
ácidos benéficos para el proceso de digestión. La melaza alimenticia que se
encamina hacia la tapa intestinal. Ved la belleza de este órgano vivo;
acariciad con la Luz sus paredes y separad a su paso todo los artificios
inútiles. Si en algún lugar percibís el fuego, de un suave soplo de dulzura
apaciguadlo.
Sentid los movimientos del diafragma que sube y
desciende a cada una de vuestras respiraciones, ejerciendo así un masaje
natural y permanente de vuestro sistema digestivo. Introducidos ahora en vuestro
intestino grueso. Descubrid este órgano inteligente; las neuronas presentes en
vuestro intestino analiza la situación de lo que se presenta en vuestro sistema
digestivo y comunican permanentemente con las células de vuestro cerebro.
Aprovechad la visita interior digestiva para desprender toda materia indeseable
presente en los escondrijos de vuestro intestino. Id ahora a vuestro intestino
delgado. Seguid los meandros de la tripa en permanente movimiento. El paso en
consciencia de vuestro cuerpo de Luz relaja este órgano y favorece la
circulación.
Aprovechad a vuestro paso para empujar hacia la salida
las materias descompuestas y descolgar los eventuales diversos, pólipos y otros
ex-crecimiento inapropiados.
El tercer cuidado de la Luz que deseamos presentaros
aquí, os concierne a todos. Se trata de la limpieza de vuestra glándula pineal.
Esta pequeña gandula en forma de piña está situada en el centro de vuestro
cerebro; ella es el asiento de vuestra visión interior y de vuestra intuición.
Es también esta pequeña glándula, la que ajusta vuestro reloj interno y secreta
la melatonina, la hormona del sueño. Todo lo que ingeris, en particular el
exceso de flúor, ensucia y cristaliza vuestra glándula pineal que con el tiempo
ya no puede funcionar más. Una cáscara mineral blanquecina y ligeramente rosada
la recubre, y obstruye su funcionamiento. Podéis fácilmente visualizar esta
glándula y en una cura de la Luz, despacio deshacer la cascara mineral no
deseable.
Podéis realizar esta operación etérica en una fase de
medio-despertar nocturno, cuando estáis en estado de consciencia modificada
entre vigilia y sueño. Poneos en contacto con vuestro cuerpo de Luz, sintiendo
su vibración sutil y alto. Colocad la punta del dedo medio sobre vuestro punto
Feng Fu, en la base del cráneo, arriba de la nuca. Vuestra mano de Luz penetra
vuestro cráneo, atraviesa vuestro cerebelo.
De paso, contemplad vuestra actividad neuronal, tanto
como una galaxia estelar, tanto como una inflorescencia coloreada cuando las
neuronas están activas. Contornead vuestro bulbo raquídeo y descubrís vuestra
glándula pineal. Muy suavemente, descolgad las calcificaciones adheridas sobre
la glándula pineal. Limpiadla de los cristales de fluorina que obstruyen su
funcionamiento.
Sois por naturaleza Seres multidimensionales; os
invitamos a ayudar a la intervención de
la Luz, con varios otros aspectos. Del lado de la alimentación, el cilantro fresco facilita la
desincrustación de la glándula pineal.
Podéis llevar consigo Lapizlazuli, esta piedra
favorece la apertura del Tercer ojo, este centro energético está relacionado a
la glándula pineal. Finalmente, para consolidar este movimiento podéis utilizar
un masaje con un aceite vegetal, los aceites esenciales de Palma-rosa y de
Incienso.
Cuando vuestra glándula pineal se desincrusta, la
visión interior se ilumina, la intuición se desarrolla, y entráis en
Clarividencia.