Soy Gemma Galgani. Hermanas y
hermanos en la Luz, en la Unidad y en Cristo, dignaos a acoger el don de la
Gracia e instalemos entre nosotros, la comunión y la Paz del Corazón.
…Silencio…
Me han pedido que venga hoy a
hablaros de lo que vivís en vuestra conciencia. No hablaré de vuestro cuerpo;
eso ya lo ha hecho el Comendador. Vengo a hablaros de los mecanismos que se producen
en vuestra conciencia en este período, ya estéis despiertos, dormidos o
liberados, porque es exactamente el mismo proceso el que debe llegaros para que
lo viváis por instantes, por momentos o de forma permanente.
Desde la realización de las
Teofanías, habéis podido vivir, a veces, cosas que podéis calificar en unos casos
de agradables y, en otros, de desagradables. No hay diferencia entre lo
agradable y lo desagradable porque eso concierne exclusivamente a vuestra
persona y a vuestro personaje. En un caso como en otro, hay sufrimiento, hay Alegría;
todo eso solo traduce esta fase particular de alquimia que vivís. No voy a
hablar de ello, pero os reenvío a dos o tres elementos que nosotras, hermanas
Estrellas os hemos dado primero al hablar de nuestras vidas como lo que os he
descrito sobre mí misma; después de la vida y lo que expresó hace algunos años
Hildegard de Bingen relativo a la tensión hacia el Abandono y también lo que ha
dicho nuestra hermana Estrella Teresa sobre la Vía de la Infancia.
A menudo se os ha repetido que
estáis en este mundo pero que no sois de este mundo, aunque el hábito de la
encarnación hace que os consideréis de este mundo como el lugar donde realizáis
la verdad de la Luz. Y os dais cuenta de que la verdad de la Luz, cuando os
toca, pone fin a todo lo que os es conocido. En cuanto a mí, para volver muy
brevemente sobre mi encarnación, yo no pude afrontar, como algunas de mis
hermanas o algunos de los Ancianos, la dualidad, porque estaba muy poco en este
mundo, y eso no era por propia voluntad sino por la voluntad de mi Ángel
Guardián, para que no fuera afectada por las reglas de este mundo. Visto desde
el exterior, eso mostró a mis padres y a mi entorno cuando era joven, un
aspecto irreal o, como vosotros diríais hoy, no encarnado. Ese no era el caso,
yo estaba plenamente consciente de lo que vivía, de la misma forma que hoy,
muchos de vosotros sois cada vez más conscientes de la Eternidad vivida desde
diferentes enfoques, no al nivel de la cabeza, sino al nivel de la vibración.
Y podéis ver a pesar de todo, estéis
liberados o no, que existe todavía una forma de dualidad, incluso dentro de
vuestra unidad vivida. Esta dualidad es simplemente la expresión de lo que es
efímero y de lo que es eterno, la iluminación de la Eternidad sobre lo efímero,
llevándoos no ya a lo que denominaba el Comendador “tournicoti-tournicota”
sino, a algunos de vosotros, a una dificultad de resolver los problemas de
vuestros cuerpos, de vuestras vidas, de vuestras relaciones, mientras que para
otros todo florece y se vuelve fluido.
En un caso como en el otro, no hay
diferencia, salvo sobre la persona, pero no hay ninguna diferencia para vuestra
eternidad porque es el medio que ha encontrado la Inteligencia de la Luz para
haceros tomar conciencia, como observador y como testigo, de lo que sois. Y,
por supuesto, notáis a veces un antagonismo y una oposición total entre vuestra
vida y vuestra eternidad. A veces, hay sincronicidad y adaptación total de
vuestro efímero con la eternidad; en otros casos, es justamente lo contrario,
pero en un caso como en el otro hay siempre la misma finalidad: reconoceros
vosotros mismos y asumir y aceptar sin condiciones lo que ha sido denominado,
el sacrificio y vuestra resurrección. Recordad que eso no cuenta con vuestros
recuerdos ni con vuestros linajes, sino simplemente con los hábitos de la
encarnación, los hábitos de la espiritualidad vividos dentro de esta matriz.
La Verdad no es de este mundo, de
ninguna manera. Algunos intervinientes os han dicho incluso que este mundo era
ilusorio, totalmente irreal. Ese es el punto de vista del Liberado, pero para
el que no está liberado, eso se traduce a veces en confrontaciones u
oposiciones en vosotros mismos, en vuestra pareja, en vuestro trabajo, con
vuestros hijos, con vuestros padres. Todos habéis vivido eso de una u otra
manera, más o menos importante y justamente por el hecho de vivir eso es como la
Alegría que permite colocarse, posicionarse de manera definitiva frente a la
elección entre el sufrimiento, el miedo y los hábitos por una parte y, por
otra, el Amor libre que no conoce las ansiedades de la persona y que, sin
embargo, sois.
Para algunos de vosotros, existe
todavía efectivamente, a pesar de los procesos vibratorios vividos, una forma
de asimilación de la conciencia, por la persistencia del mental o de ciertos
linajes, con la Ilusión de este mundo y las experiencias que habéis vivido y
que, hasta ahora, os han permitido acercaros a la Verdad. Hoy eso ya no es posible.
Son precisamente estas oscilaciones, o esta constancia, las que os hacen
descubrir, por el emplazamiento como observador, lo que es la persona, a través
de vuestros hábitos, de vuestros comportamientos, de algunas resistencias, de
ciertos trastornos corporales, o incluso en vuestra conciencia.
No veáis ningún daño en ello,
aunque vuestro cuerpo muestre sufrimientos. Es la mejor forma para vivir
vuestra liberación, vuestra libertad. Es ahí donde la Vía de la Infancia, de la
Inocencia, toma todo su valor que es no solo abandonarse a la Luz totalmente,
sino ver que no podéis dirigir vuestra vida sino que ser dirigidos por la Luz
-que sois. Por supuesto, eso os lleva a veces a conflictos en las relaciones. A
veces os lleva, en el interior de vosotros, a una forma de duda o de vacilación
en la que al final, en esos momentos, no sabéis dónde estáis y quiénes sois.
Puede ser por desapariciones o por sentimientos de confusión, de duda, de
tristeza; eso siembra la Alegría y nutre vuestra eternidad, aunque no os lo
parezca en el momento en que lo vivís.
Es ahí donde vuestra confianza,
vuestra fe en la Verdad está puesta a prueba.
¿Qué apegos tenéis todavía?,
¿estáis adheridos todavía a vuestra historia?, ¿a vuestras posesiones?, ¿a este
mundo?, ¿o tenéis verdaderamente sed de Libertad, de la Alegría? Es
precisamente a través de esas resistencias, de esos sufrimientos, de esos
conflictos, de esas vacilaciones en vuestro interior, para aquellos que lo
viven, como encontraréis la solución.
Recordad que la Luz no destruye
nunca. La Luz os propone y vosotros disponéis, o no, lo que se os ha propuesto.
Pero si veis todos los viejos patrones de funcionamiento, de vuestro cuerpo
como de vuestra persona, os daréis cuenta de que no pueden mantenerse. No
podéis ya mentiros a vosotros mismos, no podéis mentir a la Luz, no podéis
encontrar pretextos. Las excusas como, por ejemplo, las obligaciones de
cualquier naturaleza, conciernen al personaje efímero, os lleva a veces a
situaciones donde os parece imposible encontrar una solución, imposible
volveros como niños, imposible volveros como un ave que no se preocupa de lo
que va a comer mañana. Porque son así las leyes de este mundo a las cuales
efectivamente, estáis sometidos todavía de manera parcial.
Pero llega un momento que es
diferente para cada uno, previo a la Llamada de María, en el que muchos de
vosotros vais a ser obligados por vuestra propia conciencia a decidir
firmemente dónde estáis colocados. No podréis negociar más con vuestras
adquisiciones, no podréis negociar más con vuestra historia, no podréis
negociar más con lo que es falso. Y eso, desde luego, es a veces terrible en el
“statu quo” establecido dentro de ciertas relaciones, de ciertos afectos, de
ciertas ocupaciones dentro de lo efímero. Os corresponde a vosotros ver todo y
decidir en vuestra conciencia vuestra situación para no moveros de ahí.
Algunas elecciones pueden
pareceros, dentro de la persona, dolorosas e incluso imposibles. Eso indica que
estáis todavía en vuestro personaje, en vuestra historia. Aunque la Luz os ha
proporcionado señales evidentes a través de la vibración, a través de ciertas
experiencias o incluso ciertos estados de gracia, no es menos verdadero que el
presente período a veces, y para la mitad de vosotros, acarrea dificultades.
Las dificultades, por supuesto, no proceden de la Luz sino de una cierta forma
de falsedad y de ilusión de vuestra persona que no puede verse porque forma
parte de vuestros hábitos y que incluso el mejor de los observadores o testigos,
no puede resolver.
Es aquí donde interviene lo que os
dijo Hildegard de Bingen, es ahí donde interviene lo que os dijo Teresa, que os
permitirá, por los cuatro pilares del corazón, por la Vía de la Infancia y de
la Inocencia y de la espontaneidad, dar con facilidad este último paso sin
remordimientos, sin sufrimientos. Es abandonar los automatismos de vuestro
personaje, aceptar el sacrificio para resucitar al mismo tiempo. Por otra
parte, es la ayuda que os aportan los elfos, pero también toda relación,
incluso la más difícil, que está alrededor de vosotros. Tanto con la pareja,
como con una hermana o un hermano, como una relación estrictamente profesional,
el corazón puede ponerse delante o no. Y eso lo veis vosotros, no podéis
ocultaros a vosotros mismos, no podéis mentiros. Tal es el efecto de la Luz en
esta fase final de la Ascensión de la Tierra y de vuestra liberación.
Lo que se os ha dicho al nivel de
las líneas élficas, es de hecho, real; entonces, aprovechad esta ayuda, pero,
sobre todo, no olvidéis, aunque no lo viváis todavía, que la Luz no podrá nunca
dejar intacta vuestra persona, vuestras relaciones, vuestra vida. Lo sabéis ya,
desde hace muchos años en relación con los mecanismos colectivos, pero el
mecanismo individual se produce ahora y ya, antes incluso del momento
colectivo, para un número cada vez mayor de vosotros. Veis que tal vez lo experimentáis. Es precisamente en eso, en lo que
tenéis que vivir, donde se encuentra la solución, es decir, “dejar ir”, tener
confianza, tener fe, no reaccionar, aceptar la ira del otro, aceptar la
depredación del otro, para transmutar. Mientras que, si reaccionáis, mantenéis
la depredación, mantenéis el conflicto.
Dicho de otra forma, debéis amar
por encima de todo, incluso al peor de vuestros enemigos, incluso la peor de
vuestras relaciones, más que con el que es dulce, más que con el que todo pasa
con normalidad. Ahí está vuestro don de la Gracia, ahí está la verdad de la Luz
y que no es, ciertamente, la verdad de vuestra persona. Es así como se
resuelven los últimos antagonismos, las últimas confrontaciones, como se ha
llamado: el “cara a cara” entre lo efímero y lo Eterno. Recordad que es este
último paso que solo vosotros podéis dar en este acto denominado: “sacrificio y
resurrección”.
Desde luego, el ego hará todo,
aunque estéis en la Infinita Presencia, para llevaros al orden, para recordaros
vuestras obligaciones, para recordaros vuestra moral presente dentro de este
mundo. La Luz no tiene nada que ver con la moral, ella no organiza nada, es
inteligente por naturaleza, es espontánea, es Evidencia. Así que, si vuestra
vida no es Evidencia, incluso dentro del personaje, es que no habéis dado ese
paso, es que dudáis, es que tenéis miedo. Sea cual sea la dosis del Amor que
habéis vivido, aceptad eso y eso pasará, pero si lucháis, el combate se volverá
cada vez más terrible y se expresará en vuestro cuerpo, en vuestras emociones,
en vuestra conciencia.
No olvidéis, los que habéis
recibido la bendición de la Luz -que se traduce por la activación de una de
vuestras Coronas, aunque sea intermitente-, que tenéis una responsabilidad. A
los que mucho se les ha dado, mucho les será demandado, y ese momento ha
llegado. No podéis mantener ya algo de la personalidad, lo aceptéis o no. La
consecuencia, si estáis en la negación, será por supuesto sobre los eventos
desagradables y cada vez más desagradables para vuestra persona, pero que no
toca en nada a la integridad de vuestra eternidad, aunque no lo veáis.
La Luz, efectivamente, os empuja en
vuestros últimos atrincheramientos, en vuestras últimas adhesiones a la
Ilusión, en vuestras últimas certezas relativas a lo que llamáis
espiritualidad, que como sabéis, no representa absolutamente nada si no es
engañar a la persona que sois, seduciros, llevaros a vías muertas, impediros
encontrar y vivir a Cristo,
a vuestra eternidad. Entonces, os atañe a vosotros elegir. Sabéis que tenéis
total flexibilidad y libertad para decidir. No podemos decidir por vosotros,
sobre todo si estáis despiertos.
La Llamada de María, ciertamente,
cambiará la situación, pero repito, que muchos de vosotros, despiertos,
comenzáis a vivir eso. Vosotros anticipáis el momento colectivo porque se
necesita vuestra Luz, vuestra Presencia allí donde estéis. Es ahí donde
demostraréis, de alguna manera, la verdad de vuestro abandono a la Luz, desde
el momento en que no pueda derivar ningún beneficio para la persona,
llevándoos, a veces de forma brutal, a los que os alimentáis de la Luz de afuera,
porque no os habéis encontrado.
No se trata de que os juzguéis ni de
que se os juzgue desde el exterior, es cuestión de aceptarlo, de verlo, porque
desde el momento en que vosotros lo aceptáis, aunque lo veáis de forma
incompleta, la Gracia actuará y el sacrificio y vuestra resurrección, sucederán
de manera casi simultánea, como en la Llamada de María. Hay un antes y un
después, como ha habido un antes y un después para los que han sido liberados
por la Onda de Vida, por el -canal Marial o por las Teofanías.
Pero debo deciros que, mientras
exista sufrimiento en vosotros, no sois libres. El sufrimiento os lleva a la
Libertad, pero si sois libres, aunque tengáis una enfermedad, vosotros no
sufrís. Si sois libres, aunque haya un conflicto en vuestra relación, vosotros
no sufrís. ¿Cómo puede sufrir el corazón? Es la persona la que sufre. Y el
juego de la Luz os muestra eso en este mismo momento, con los seres queridos,
con toda relación. Así que no vayáis a diseccionar el porqué de vuestra
situación actual diciendo que eso no es justo en relación a lo que habéis
vivido, porque la Luz os invita a más humildad, a más trasparencia, a más
certeza también. No hay ninguna certeza en vuestra persona porque después de la
Llamada de María, no seréis ya los mismos, estéis en este cuerpo o en vuestro cuerpo
de Eternidad.
Ningún recuerdo podrá mantenerse.
Al final de los 132 días, independientemente de vuestra situación, aunque
estéis presentes en la Tierra, sucederá un fenómeno, denominado “asa planeta”
en el que nada de lo que se ha conocido os será de ninguna utilidad y
desaparecerá entera y totalmente. Entonces, ¿estáis listos hoy, como os pide la
Luz, para hacer duelo de toda historia, de toda forma carbonada, de todo
sufrimiento?, ¿estáis listos para soltar todo lo que creéis tener todavía?,
¿estáis listos para volveros como un niño? Eso es lo que os pide la Luz a
través de los trastornos de vuestro cuerpo, de vuestros linajes, así como los
inconvenientes de vuestra conciencia.
Hoy, no hay otra posibilidad que
sufrir en cualquier nivel o estar en la Alegría. No puede haber ningún
sufrimiento en la Alegría, no puede haber la menor duda sobre la veracidad de
la eternidad, en la Paz del corazón.
Las Teofanías han permitido, a
muchos de vosotros, vivirlo, realizarlo. Las nuevas Teofanías que hemos creado
hace pocos días, serán también para vosotros el medio de recargaros, de
realinearos y resolver lo que hay que solucionar, de la misma forma que bajo
las cúpulas de Luz de las afueras de los pueblos élficos. Os corresponde a
vosotros saber si tenéis necesidad de comprender y, sobre todo, de mdecidir. La
Luz no puede ir más lejos porque debe respetar vuestro libre albedrío, si os
adherís todavía a eso. Y, si para vosotros, la Libertad está evolucionando, si
para vosotros la Libertad es estar en la materia, entonces se os hará según
vuestra fe. La Luz no puede desviarse un ápice de lo que vuestra conciencia
considera. Esta conciencia de la que hablo, no es ni la conciencia ordinaria ni
la supraconciencia, sino la conciencia Una, que resulta de la alquimia que se
vive ya desde hace muchos meses.
Vosotros no podéis dar como excusa
que vivís los fenómenos vibratorios, que experimentáis realmente, y después caer
en la persona, porque eso os hará sufrir sin lugar a dudas. Es vuestro
posicionamiento el que os hace sufrir, no la Luz. Por eso las Teofanías han
mejorado el proceso de observador y de testigo en muchos de vosotros. Eso es
una prueba para vosotros y debe convertirse en una evidencia, si vuestra
elección es la Libertad.
Sabéis que la Libertad no se acomoda
a ninguna dimensión, a ninguna materia y, en definitiva, a ninguna forma.
Entonces os incumbe comprobar si estáis todavía en este mundo o si estáis
solamente en este mundo de manera muy concreta, palpable y física. Y recordad
que no hay nada que buscar si no es la iluminación de esta alquimia que se
produce por el posicionamiento del observador que os hace ver y experimentar
eso. Pero si hay sufrimiento, tanto en el cuerpo como en la conciencia, no
podéis culpar a nadie más que a vosotros mismos. No sirve de nada culpar a otro
o buscar un fallo. No hay ningún fallo, ni siquiera en vosotros mismos, solo hay
un ajuste de la conciencia libre y encerrada que choca de manera definitiva.
Porque entráis, en este mes de julio, no solamente en la Ascensión de la Tierra,
sino en el proceso resolutorio de vuestra liberación, independientemente de la
Ascensión de la Tierra, independientemente de la visibilidad de los signos
celestiales.
Eso es también una gracia. La
lentitud de vuestra liberación con referencia a los ciclos previsibles desde
hace mucho tiempo, tal y como lo han previsto los Nefilim, sabíamos desde hace
mucho tiempo, que necesita siempre de ajustes muy finos en este juego estéril
de sombra y luz que toca a su fin y que toca a su fin también en vosotros. En
un momento dado veréis que lo que le queda a vuestra persona, no es más que
sombra, no es más que sufrimiento, como lo vivís aquellos de vosotros que habéis
tenido la posibilidad, de forma accidental, de salir de vuestro cuerpo durante
los mecanismos de comunión, fusión y disolución de la conciencia y que, al
regresar a este cuerpo, entráis en un cadáver. Es así como la Luz siente este
cuerpo, porque la materia, incluso iluminada al nivel del corazón, no presenta
ninguna función si no es este juego de conciencia que, como sabéis, ha sido
profundamente alterado en este mundo.
He venido, de alguna manera, para
alentaros, sobre todo a aquellos de vosotros que vivís momentos difíciles. Recordad
que los que habéis experimentado la vibración del corazón, la vibración de una
Corona, no para revivir el pasado, a través de esos sufrimientos, la Luz está
todavía más presente. Admitidlo, reconocedlo y os reconoceréis. Os recuerdo que
cualquiera que sea el estado de sufrimiento que mis hermanas hayan podido vivir
en su camino, o los ataques que hayan podido experimentar algunas de mis
hermanas o algunos Ancianos cuando vivían, pueden parecer terribles para el que
busca, pero para el que lo vivía, no era nada, porque hay un equilibrio total
dentro de la Eternidad, entre el sufrimiento y el Amor. Eso no puede concebirse
ni explicarse en vuestra persona.
Así pues, considerad todo lo que
hay que sufrir hoy, como un trampolín inestimable para ser liberado de lo que
creéis ser todavía. Justamente lo que creéis ser es lo que os hace sufrir, a la
edad que sea. Cuando habéis encontrado totalmente la Eternidad, cuando sois
Liberados vivientes, sea cual sea vuestra edad, seáis jóvenes o mayores, no hay
ninguna diferencia. Porque lo que os nutre, lo que os anima, no es ya la energía
vital sino la energía vibral que no es una energía, que es la información, la
información-Luz que vuestras células reconocen y que pone fin definitivamente a
toda atracción a este mundo, como expliqué, como Hildegard de Bingen os ha especificado
y como Teresa os ha dicho.
Aparte del corazón, lo sabéis, no hay
ninguna salvación. Pero no hablo del corazón que podéis conocer con el amor de
este mundo, ni siquiera hablo de algunos encuentros que habéis podido tener,
porque hay que realizar una reversión. Si sufrís hoy, es que tomáis vuestra luz
del exterior. No habéis concientizado que sois la Luz, si no, no habría ningún
sufrimiento, de ningún tipo, ni físico, ni mental, ni emocional, ni en la
conciencia. Aceptadlo, observadlo, no para buscar unas causas o una salida que
no existe. La salida, sólo hay una, es el corazón, es lo Desconocido, el Amor
incondicionado, el Paracleto, el Impersonal, todos esos jalones que hemos
puesto, unos y otros, para vuestro conocimiento, con el fin de ayudaros durante
este momento que se ha abierto desde el 7 de junio.
Por supuesto, puedo tomar algunos
ejemplos. Si estabais a la espera del acontecimiento celeste, podéis empezar a
dudar. No hay nada en el cielo, aunque por supuesto muchas cosas son ya
observables con vuestros ojos de carne, que sean los Elementos, las nubes,
vuestros cielos son diferentes, pero todavía no hay ningún elemento exterior.
En vosotros, por supuesto, es diferente,
y cada día la vida os lo enseña. No apartéis vuestra mirada, no busquéis una
explicación en el pasado o una solución en algún futuro o en una ayuda
exterior. Sigue siendo posible, e incluso deseable en ciertos casos, pero la
solución última, sois vosotros. Y cuando digo “vosotros”, no me dirijo a
vuestra persona sino que a vuestro corazón, a la Verdad. Ya es hora de poner
fin a todo a lo que os adherís, ya es hora de poner fin a todo lo adquirido,
sobre todo a nivel espiritual. Acordaos, el Espíritu no tiene que ser
organizado. No es tributario de ningún karma, de ninguna evolución, de ninguna
transformación. Es esto lo que hay que vivir, que aceptar. Sólo vosotros podéis
hacerlo. Sobre todo ahora.
Desde hace algunos meses, trabajamos, en
cierto modo, a marchas forzadas para daros unos elementos útiles, no para todo
el mundo, por supuesto, sino que para algunos de vosotros, para ayudaros en
este proceso de cara a cara, de confrontación. Pero recordad lo que acabo de
decir, es muy importante. No hay corazón sin Felicidad. Si estáis en el
corazón, no puede existir el menor sufrimiento. ¿Qué quiere decir esto? Quiere
decir que si sufrís, al nivel que sea, no estáis en el corazón, todavía estáis
en la persona. No os juzguéis, no os condenéis. Sed verdaderos, ya no podéis
hacer trampas, ya no podéis jugar el juego de la apariencia. Constataréis
rápidamente, si no se ha hecho ya, los desórdenes y las confusiones en vuestro
cuerpo, en vuestra conciencia, en vuestro mental, en vuestras emociones, y
sobre todo no me pidáis cómo encontrar el corazón. Os digo que os hemos dado,
no yo sino que algunos Ancianos os han dado algunas técnicas, para afinar
todavía más lo que tenéis que ver.
La Paz es natural para el Liberado. Lo
sabéis, no depende de ninguna causa, de ninguna circunstancia, de nada
adquirido, sino todo lo contrario. La Felicidad depende realmente de vuestra
capacidad, sean cuales sean vuestros allegados, sea cual sea vuestra familia,
sean cuales sean vuestros bienes, a ser independientes de todo esto. Pues no es
una cuestión de abundancia o de facilidad en el seno de la persona, es
únicamente una cuestión de resistencias, de cosas que no han sido vistas o que
no podían ser vistas hasta ahora. Esto ya fue explicado, creo, en estos días
que acaban de pasar. Entonces aprovechad de lo que la Luz os da para daros
vosotros mismos. No hay que aferrarse a nada, no hay que guardar nada. Todo lo
que creéis mantener y guardar sólo son unas ilusiones de la persona y que, lo
sabéis, desaparecerán muy pronto, que lo queráis o no.
Entonces si habéis sido llamados por la
Luz, por una de las Coronas, se os ha dado mucho; hoy, se os pide mucho. Esto
es enorme para la persona, pero os aseguro que una vez franqueado este umbral
que no existe, esta puerta, ilustrada por la Puerta OD, encontraréis la Puerta
ER, la Felicidad espontánea, sin objeto, sin razón, ahí donde no hay ningún
espacio posible para la duda, para el sufrimiento, venga de donde venga, donde
todo es Evidencia.
Resumiendo, ¿vivís la evidencia de la
Luz o vivís la evidencia de vuestro personaje? No hay medias tintas posibles, y
lo sabéis. Las últimas técnicas que os fueron dadas y lo que acaba de
anunciaros Eriane, referente a los pueblos élficos, son las últimas ayudas, así
como las nuevas Teofanías, que podemos aportaros. Más allá de esto, no puede
haber más porque todo depende de vosotros, y únicamente de vosotros, y no de
vuestras circunstancias de vida, y no de vuestros límites ni de vuestros
sufrimientos.
Entonces por supuesto, en este juego de
la conciencia, en este cara a cara, en esta confrontación, sea cual sea la
apariencia, sólo os atañe a vosotros mismos porque el otro, incluso el más
opuesto a la Luz, incluso el más próximo a vosotros en la Luz, no existe, no
más que vosotros. Son unos juegos, es esto lo que se ve por el emplazamiento
del observador. Vedlo y acceded a vuestra libertad, pero no podéis llevaros
nada, debéis de estar desnudos. Ahí está la Infancia y la espontaneidad.
Entonces, ¿estáis listos para volver a ser este niño interior? ¿Estáis listos a
perderlo todo para encontrarlo todo? ¿O todavía os aferráis a lo que tenéis, a
lo que creéis ser?
Veréis claramente, y ya es el caso para
muchos de vosotros, sin ninguna dificultad, lo que es del orden de la facilidad
del corazón y lo que es del orden de la dificultad y de la persona. Es así como
se os ha dicho, muchísimas veces durante esas últimas semanas, esos últimos meses,
que nadie podrá decir que no sabía. En todo caso para todos los despiertos. Las
cosas son un poco diferentes para aquellos que no han vivido ninguna llamada,
que estén en la negación o que estén instalados en la comodidad de su vida.
Ellos no lo necesitan. Son los últimos, serán los primeros.
Pero para todos vosotros que habéis
buscado la Luz, que sea en unos conocimientos, en unas experiencias, en unos
karmas, en el exterior de vosotros, a través de lo que os decimos, y era normal
alimentaros con la Luz que os llevábamos, con el fin de reencontraros; hoy, ya
no es normal. ¿Necesitáis alimentaros de Luz o vivís que sois la Luz? Es
profundamente diferente. Lo veis y lo vivís. Ya no es una cuestión de miedo, ya
no es una cuestión de memorias, de heridas, ya ha sido explicado, me parece.
Entonces hoy, ya no es el miedo o el Amor, es el sufrimiento o el Amor, no hay
otra alternativa.
Diría que es el último acto de la Luz en
el seno de este mundo antes de la Llamada de María, entonces aprovechad de
estos días, de estas semanas, de estos meses tal vez, nadie lo sabe, para
ajustar lo que hay que ajustar. Y lo que hay que ajustar no está en las
circunstancias de vuestras vidas. No es haciendo la maleta, dimitiendo, o
dejando el marido o la mujer, que vais a cambiar algo, al contrario, es
asumiendo, por el Amor, lo que tenéis que vivir. Por supuesto, si es el cuerpo,
hay que tratarlo, pero sed muy conscientes de lo que esto significa.
Los convenios sociales, morales,
afectivos, ya no tienen que estar delante de la escena. Lo que tiene que estar
delante de la escena, el Comendador os lo repite cada vez, es el Amor. El Amor
delante, el Amor detrás, el Amor a la izquierda, el Amor a la derecha, el Amor
arriba y el Amor abajo. Las experiencias de vibraciones que habéis vivido,
incluso para aquellos que tienen la permanencia de las Coronas y que son pues
liberables y liberados, deben también dejar la Luz obrar. Dejar de tomar en
cuenta las costumbres, sobre todo cuando están ligadas a unos linajes, esto fue
explicado. No tendréis más elección que el Amor o el sufrimiento. Y cada vez
más la persona se aleja, cada vez más el cuerpo de Êtreté se instala y la
conciencia de Eternidad se instala, para aquellos que están despiertos.
Pues hoy vuestra única responsabilidad es
ser verdaderos, de no buscar nada en el exterior de vosotros, de giraros hacia
vosotros y dejar a Cristo llamar a vuestra puerta y dejarle aparecer. Pero la
persona nunca se llevará bien con Cristo. El tiempo de la ilusión ha acabado,
de creer que Cristo es un salvador, que le podéis rezar y que va a venir a
salvaros de lo que sea – sobre todo de vosotros mismos. Ya es hora de
reconoceros como Cristo, como Hijo Ardiente del Sol, como la propia fuente de
vuestra propia Luz.
Lo que ocurre desde ya el 7 de junio, e
incluso un poco antes, desde las Teofanías, es exactamente lo que se produce.
Lo habéis visto. O bien todo se ha transformado en vosotros, y constatáis que
tanto al nivel del cuerpo como de vuestra conciencia, diría que todo es más
fresco, más joven, más vivo, o es lo contrario. Si miráis a vuestro alrededor,
veis a unos hermanos y a unas hermanas que tenían unas enfermedades muy
invalidantes que han desaparecido, y otros que vivían algunos estados de
corazón, donde unos problemas han aparecido. Unos y otros no tienen que ser
juzgados, pero esto traduce directamente vuestro emplazamiento, en la Felicidad
o en el sufrimiento.
No podéis estar impacientes con el fin
del mundo y ser verdaderos, es la persona quien dice esto. No podéis estar
buscando unas justificaciones o unas explicaciones a todo lo que os pasa, todo
lo que os alcanza. Ya no hay tiempo para esto, y de hecho lo constatáis, tenéis
cada vez menos la oportunidad y la posibilidad de funcionar así. Lo sabéis, el
funcionamiento de vuestro cuerpo de Êtreté no tiene nada que ver con la forma
que conocéis, en la cual estáis hoy.
Entonces la Luz viene a pediros, incluso
antes de que Cristo llame a vuestra puerta: « ¿Estás listo? ¿Quieres dejar a
los muertos enterrar a los muertos y volverte viviente? ¿Qué es lo que te lo
impide? » Así hablaba Jesús. Ocurre lo mismo hoy, no a través de un personaje
exterior o de algún maestro, ni siquiera una Estrella, un Anciano o un
Arcángel, sino que con vosotros mismos, en el cara a cara, a solas,
independientes de toda opinión exterior y de toda situación exterior. Entonces
mirad, miraos. ¿Estáis en la felicidad? ¿Estáis en paz? ¿Integralmente, en el
cuerpo como en la cabeza, como en el corazón? ¿O no? Es esto lo que la Luz os
permite ver. Todo lo demás sólo son unas ilusiones, sólo son unos pretextos que
construyen vuestra persona, vuestro mental, vuestras costumbres, para alejaros
de la Verdad.
No olvidéis que no hay ningún castigo en
el seno de la Luz, sólo hay Felicidad. Si sois Luz, estáis en la Felicidad. Si
sois Luz, vuestro cuerpo no puede alteraros, aunque esté enfermo, al contrario.
Vedlo sin evasivas, sin falsas apariencias, sin necesidad de justificar nada o
de explicar nada. Sed cada vez más verdaderos y realizad estas palabras: «
Estáis en este mundo pero no sois de este mundo », aunque efectivamente, a
veces, la nueva tierra, en 5ª dimensión, sea vuestra casa.
Penséis lo que penséis, y todos lo
sabíamos cuando estábamos encarnados, no nos llevamos nada en el momento de la
muerte, ni marido, ni mujer, ni hijo, ni dinero, ni casa. Y sabéis muy bien,
incluso sin hablar de lo que os decimos, ya que nunca hablé de tiempos, pero
hoy es hora de hablar de ello. Basta con mirar a vuestro alrededor. Que miréis
la sociedad, que miréis el clima, que miréis los volcanes, la mismísima
organización social, y de vuestra vida, veis bien que reina la confusión. Y sin
embargo sólo es el principio, nunca lo ocultamos.
Entonces os corresponde decidir, la
Felicidad o el sufrimiento. Ya ni siquiera es una cuestión de miedo, porque el
miedo se transforma en sufrimiento, os retrae, sea cual sea el miedo. No sirve
de nada el querer comprender el origen de este miedo porque la encarnación en
este mundo ya es la muerte. Entonces, daos cuenta. La mayoría de mis hermanos y
hermanas en este planeta cree que la muerte es el fin, cuando la muerte es sólo
el principio de la Libertad. Por supuesto que tal vez sea profundamente
diferente de las enseñanzas que habéis seguido, de las religiones a las cuales
os habéis adherido, pero os corresponde averiguar lo que es verdadero. No
podemos hacerlo por vosotros, ni Cristo, ni María, ni vuestra mujer, ni
vuestros hijos, ni vuestros padres. Ninguna abundancia, como ninguna
restricción, puede decidir por vosotros.
Ha llegado el momento de ser libres,
totalmente libres. No sólo en el interior, como los Liberados vivientes desde
2012 o desde las Teofanías, sino también en el exterior. Y no entendáis, con
esta noción de Libertad, de dejar a vuestro marido, a vuestros hijos, a vuestra
profesión, sino de realizar lo que sois, simplemente esto. Y si lo realizáis,
vosotros mismos constataréis que no puede existir ningún antagonismo con
ninguna persona, con ningún hermano, con ninguna hermana, con ninguna
situación, que sea en la carencia o en la abundancia. Ninguno de los dos puede
afectar la Felicidad. Si todavía sois tributarios de esto, entonces no sois lo
que sois, sois lo que creéis ser en el seno de la persona. No hay, lo repito,
otra puerta de salida que el Amor. Ya es hora de demostrarlo a vosotros mismos,
de probároslo, si no es el caso ya.
Una vez el último velo o la última
puerta os parecen haber sido franqueados, no sólo la Felicidad está presente
sino que la totalidad de los mundos os aparecen. Y sobre todo veis claramente
la falsedad de este mundo, todos esos preceptos, que sean sociales o
espirituales, todos esos falsos maestros, todas esas religiones que os han
encerrado, todo aquello a lo que os habéis adherido para premuniros, para
preservaros del miedo de vuestra propia desaparición. Es esto la espiritualidad
en este mundo. No tiene nada que ver con el corazón, nunca permite encontrar el
corazón. Sólo el Amor os colma y os hace libres, es lo que sois.
Si realizáis esto, aceptándolo como
principio, como una creencia incluso si queréis, o de total fe, la Luz seguirá
vuestra fe. Pero si intentáis resolver algún karma o alguna situación, salvo
para ocuparos de vuestro cuerpo, perdéis el tiempo y gastáis vuestras
oportunidades de vivir la Verdad antes de la Llamada de María. Lo importante,
no para vosotros porque en definitiva, también lo sabéis desde siempre, es que
al final todo el mundo es liberado, pero es inútil meteros en unas vías de
resistencia a la Luz. Y es el caso cuando tomáis vuestro alimento de Luz en el
exterior en lugar de tomarlo en lo que sois, en vuestro corazón. Es la única
manera de disolver las costumbres, vuestras creencias, vuestras vivencias
espirituales, para ser verdaderos.
Por supuesto, en este período, se
produce, ya no como fue el caso hace algunos años de manera individual, sino
que de manera cada vez más colectiva, por grupos, por país, por región, por
familia, un poco por todas partes en la tierra, el vivir individualmente esta
resurrección, esta crucifixión. La Luz os llama a esto. Pero daos cuenta, sois
la Luz, y si hay un sufrimiento, lucháis con vosotros mismos, únicamente con vosotros
mismos, porque no habéis visto, porque no habéis devuelto las armas de la
personalidad, de la historia, de la Ilusión, cuando todo es cada vez más
simple, os lo aseguro.
Mirad vuestros hermanos y vuestras
hermanas que viven esta Felicidad permanente, sin engaños, sin vibraciones, sin
nada más que la plenitud de esta Felicidad. Veis bien. No son ni unos
ermitaños, no han dejado ni a la mujer, ni a los hijos, no han dejado su
trabajo, verdaderamente son ellos mismos. Ya no están sometidos, sea cual sea
el entorno, sea cual sea el factor medioambiental, porque la Paz está instalada
de manera definitiva, la Felicidad también. Y esto es posible para cada uno
porque son los tiempos de la Gracia. Las gracias de las Teofanías, las gracias
realizadas por los elfos y por vosotros mismos.
Dejad de luchar contra unas quimeras,
sean cuales sean las certezas que esas quimeras os hayan dado hasta ahora, que
sea a través de la estabilidad afectiva, la estabilidad profesional, la
estabilidad financiera o social. Buscad el Reino de los Cielos, está dentro de
vosotros, sólo os espera a vosotros. Todo lo demás es un juego. Todo lo demás,
lo sabéis, pasa, y pasará cada vez más rápidamente.
La Unidad, que represento, forma parte
de la nueva tri-Unidad. Ella es la Libertad, ella es esta Felicidad, y ella es
esta Paz.
Daos cuenta, no podéis pretender estar
en el Sí o estar liberados y maltratar a alguien o a algo, porque es a
vosotros, como Cristo decía: « Lo que hacéis al más pequeño de vosotros, es a
mí a quien lo hacéis. » Entonces, lo que hacéis al más pequeño de vosotros o al
más grande de los enemigos, es a vosotros a quien lo hacéis. Tomad conciencia
de esto. El Amor lo aguanta todo, el Amor lo espera todo, el Amor desplaza las
montañas, el Amor cambia la Ilusión, la echa abajo, pero no podéis encontrar el
Amor verdadero en ninguna circunstancia de vuestra persona. Incluso diría que
la persona se vuelve un obstáculo, un peso que estorba cuando la Verdad se
revela, cuando la reveláis en vosotros.
Entonces por supuesto, existen también
unos mecanismos más precisos del alma que ocurren en vosotros, pero dejaré a mi
hermana Estrella Ma Ananda, portadora del Fuego, hablaros de esto y hacéroslo
vivir.
No es necesario para mí, el abrir un
espacio de preguntas. Es lo que tenía que deciros: hoy, hay Felicidad o hay
sufrimiento, hay Paz o hay desorden, hay carencia o hay plenitud, y esto no
atañe a vuestro personaje y a vuestra vida sino a la verdad de vuestro corazón,
sólo esto. Todo lo demás sólo son unas nimiedades y unas excusas. No podéis
estar en la verdadera Felicidad y agredir a quien sea. No podéis estar en la
verdadera Felicidad y poner caras. No podéis estar en la Felicidad y sufrir. No
es posible.
Muchos de vosotros de hecho lo viven,
con unos momentos muy intensos de liberación y otros momentos que os devuelven,
desgraciadamente, a la realidad a la cual todavía os adherís. Es así como veis
la Verdad. No de otra manera. De un modo cada vez más impactante y a veces
difícil para la persona. Esto demuestra simplemente que todavía sois una
persona. Pero es justamente la iluminación que os permite dejar de ser esta
persona, para ser el hombre regenerado o la mujer regenerada, resucitado en su
carne, como en su manifestación, como en sus emociones y como en cualquier
actividad intelectual o mental.
En la Felicidad, nada de lo antiguo
puede subsistir, ni siquiera las fuerzas inconscientes de depredación de
vuestros linajes, de vuestros orígenes, si existen. No hay ningún esfuerzo que
hacer, sólo hay que reconocer que no estáis ahí. No para condenaros, juzgaros o
castigaros, porque reconocerlo os llevará a vivir un don total de la Gracia a
medida que os dais a la Luz que sois.
Estéis donde estéis, aquí presentes, en
lectura o en escucha, os pido ahora compartir conmigo la Teofanía del corazón, la
Teofanía del Espíritu.
…Silencio…
Que podáis ser alumbrados
definitivamente y ser finalmente lo que sois.
…Silencio…
Soy Gemma Galgani y estoy con vosotros,
sobre todos aquellos de vosotros que viven algunos sufrimientos. Mi simple
presencia a vuestro lado, delante de vosotros o en vuestro Canal Marial es un
reconfortante bálsamo que calma. Llamadme. De hecho os haré una visita en los
domos de los pueblos elficos, no hay ningún problema para mí. Sed verdaderos,
sed auténticos, no en el seno de la persona, de lo que creéis o vivís, sino en
la verdad del corazón. Soy Gemma Galgani, os amo. Y hasta muy pronto pues.
***