Soy Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias
Celestes. Bien amados Hijos de la ley del Uno, que la Paz y el Fuego del Amor estén
en vosotros.
…Silencio…
Intervengo en este día de Pentecostés como tercer
componente de la nueva tri-Unidad. Tal y como os he anunciado, hace ya
numerosas semanas que las aguas de la Tierra están siendo sembradas y que la
Tierra misma está siendo arada. Hoy, en este día de Pentecostés, por la gracia
del Espíritu Santo, por la gracia del Paracleto, por la gracia de la nueva tri-Unidad,
siembro vuestros códigos vibrales en resonancia con la eternidad de vuestra
Presencia en este mundo.
Ha llegado el momento de dejar alejarse lo que
sólo pasa. Ha llegado el momento de acoger el Espíritu de la Verdad, acompañado
de mi espada, cortando y alumbrando lo que todavía podría necesitarlo en el
seno de vuestra Presencia.
Acojamos juntos, si queréis, al Espíritu de la
Verdad, generando entonces, en este día y en los días siguientes, una potencia sin
igual de la percepción del Fuego Ígneo en vuestro pecho y en el Espíritu de vuestra
cabeza, bajando al Corazón del Corazón, realizando la unión final del efímero y
del Eterno en vuestra Presencia.
Las reglas y la dualidad inherentes a este mundo,
se encuentran hoy en vías de transformación, por el hecho de la intensidad del
Espíritu presente en la tierra y de la intensidad de las partículas adamantinas
que han llevado, hasta vuestra intimidad, el Fuego del Espíritu.
La Unidad, principio de toda vida libre, se
manifiesta en el mismísimo seno de la dualidad residual de este mundo en
extinción, con el fin de dejar sitio a la verdadera Vida en la Eternidad. Lo
que sucede en vuestra tierra hoy, es decir en vuestro cuerpo físico, está
directamente ligado y unido a la acción de los cuatro Elementos ya presentes
desde hace muchos años en vosotros, a los cuales se ha añadido ahora el Éter
primordial, realizando la última etapa de la fusión de los Éteres en el mismísimo
seno de vuestro cuerpo de carne. Así, la transubstanciación celular, material,
ha empezado para muchos de vosotros, permitiendo a la Luz no estar frenada por
la existencia de vuestra materia, independientemente de cualquier noción ligada
a vuestras envolturas sutiles.
La perforación de las capas aislantes de vuestro
cuerpo finaliza hoy, dando a cada uno la libre posibilidad de entregarse al
Espíritu de la Verdad, con el fin de dejar que la Luz, en totalidad y en
exclusividad, guie vuestros pasos y vuestra vida.
En esta etapa, en este día y en los días
siguientes a la Pentecostés, se realiza en vosotros, por esta transubstanciación,
la emergencia de las nuevas leyes llamadas leyes del Uno, aquí mismo en este
mundo ahí donde estáis, dándoos a percibir, a vivir, a sentir, lo que ocurre en
este cuerpo de carne según si estáis alineados con el Espíritu de la Verdad o
alineados con vuestro personaje.
Esta especie de confrontación es una resolución
de los últimos antagonismos a veces presentes todavía en algunos de vosotros,
correspondiendo a la costumbre y a la adhesión a este mundo, de la manera que
sea. Esta nueva mirada, este estado último de la conciencia manifestada en este
mundo, viene literalmente para consumir los últimos obstáculos a la emergencia
de la Luz en el seno de vuestra carne, como de vuestro corazón.
Así se realiza la totalidad de la Nueva
Eucaristía, haciendo desaparecer una forma ilusoria, reemplazándola por la
forma eterna del cuerpo de Êtreté. Las manifestaciones ligadas a esta alquimia ocurren
en vuestro cuerpo con una intensidad jamás observada hasta la fecha. La
modificación de las necesidades ligadas a la corporeidad de la carne,
desaparecen unas tras otras, con el fin de permitir a vuestra Presencia tomar
todo el sitio y todo el espacio.
Por la gracia del Fuego Ígneo y por la gracia del
Paracleto, este proceso alquímico alcanza ahora la totalidad de vuestra vida
efímera, que sea en vuestro cuerpo, en vuestras envolturas sutiles como en vuestro
entorno.
Este cambio de reglas y de manifestaciones, en el
mismísimo seno del efímero y antes de la Llamada de María, os ofrece la
posibilidad de ver claro todo lo que no se había visto todavía para muchos de
vosotros. Se trata aquí también, como fue especificado durante las Teofanías,
de un ajuste extremadamente fino, permitiendo, lo esperamos, para un número muy
grande de vosotros presentes en la carne, de vivir este paso en las condiciones
más tranquilas, más ligeras y más felices posibles.
Acordaos que en estos tiempos de Gracia y de Teofanía,
ya no hay más tiempo de trabajar en la historia personal de ninguna manera, sino
de realizar vuestro corazón. Ya no hay más tiempo de buscar la menor causa para
la emergencia de lo nuevo, que no depende os lo recuerdo, de ninguna causa ni
de ninguna reacción, sino que es la expresión del libre juego de la conciencia,
aquí mismo en este mundo que vive, durante este mes, sus últimos sobresaltos de
resistencia de lo que es dual.
Estáis invitados en este día de Pentecostés y
durante todo el mes de junio de este año 2017, a dejar morir lo que se aleja de
vosotros. No hay nada que perder, sólo hay que ganar la verdad de la Eternidad,
sin esfuerzo, a partir del momento en que no existe en vosotros ninguna
pregunta, ni ninguna interrogación acerca de la realidad de la Luz o la verdad
de lo que vivís.
Encomendar el Espíritu en las manos de la
Eternidad, es aceptar, sin mirar atrás, lo nuevo y lo Desconocido, que no es ni
un anhelo, ni una esperanza sino que ya es, para muchos de vosotros desde hace
muchas semanas, una verdad inquebrantable e inalterable que se desvela a vuestro
ritmo. Este ritmo que habéis vivido, que es el vuestro durante las Teofanías y
hasta este jueves incluido, será reemplazado, progresivamente o brutalmente
según el avance y la sincronicidad del desarrollo de la escena final, con
respecto a las señales celestes, a las señales terrestres y a las señales humanas.
Os incumbe, en cuanto finalicen las Teofanías
programadas por la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres y por
María misma, de vivir en Teofanía permanente y perpetua. Constataréis, si
adoptáis esta regla de estar en Teofanía perpetua, que el aligeramiento, la
ligereza, la serenidad y la fluidez serán vuestro pan de cada día del que no
podréis despojaros, provocando que nada de lo que es pasado pueda atraer de
nuevo vuestra conciencia, de la misma manera que ninguna proyección en un
futuro hipotético pueda estorbar la realización de la Eternidad en el seno de vuestro
instante presente.
Si os parecen existir, a pesar de la presencia
del Manto Azul de la Gracia y de María en vuestro Canal Marial, unas resistencias
todavía presentes, que éstas se manifiesten al nivel del cuerpo de carne o se manifiesten
en el seno de vuestros pensamientos o emociones, os incumbe entonces de apelar
a mi ayuda así como a la del Arcángel Uriel, con el fin de aligerar lo que debe
ser aligerado.
Las Teofanías realizadas a petición vuestra con
el Arcángel Uriel o conmigo, tendrán, a partir del 10 de junio de este año, una
potencia que os ayudarán, por así decirlo, a dejar evacuar lo que está ya
muerto. Os ha sido especificado que el mecanismo final ascensional de la Tierra
ha empezado hace ya algunos meses, al principio de marzo. Las Teofanías realizadas
desde hace nueve semanas, y finalizando dentro de pocos días, señalan la
instalación espontánea, en cada uno de vosotros, de la posibilidad de girarse
hacia vuestro corazón sin ser retenido por ningún sufrimiento, ninguna creencia
o ninguna ilusión que sea.
Si esto no os resulta fácil, o evidente, os
incumbe poneros bajo la protección de vuestra Madre, os incumbe llamar a María,
y os incumbe realizar una Teofanía con Cristo y también con el Arcángel Uriel y
yo mismo. Es con estas llamadas y con estas peticiones, más allá incluso de las
Teofanías espontáneas, que viviréis este aligeramiento con la más grande de las
sonrisas y la más grande de las felicidades.
Os incumbe, a cada uno de vosotros, averiguar mis
palabras, averiguar la acción del Espíritu en vosotros, averiguar la transubstanciación
de vuestro cuerpo de carne. Tal y como lo constataréis fácilmente, no habrán
más excusas que valgan, sea lo sea lo que todavía tengáis que llevar a cabo en
el seno de este mundo, según tengáis una profesión, una familia, unas obligaciones.
Estas obligaciones, y a veces los pesos que todavía podáis llevar, se
aligerarán ante la evidencia de estas Teofanías, ante la evidencia de la
instalación de la Eternidad, y esto, independientemente de los acontecimientos
ligados a las tribulaciones humanas.
Así que os invito, a partir del 10 de junio, a
comprometeros firmemente con lo que os es ofrecido y con lo que vosotros mismos
os habéis ofrecido: la capacidad de vivir la Eternidad cuando todavía estáis en
un cuerpo efímero. No olvidéis que el cuerpo de Êtreté está presente ahora, que
lo percibáis o no, que lo viváis o no. Os incumbe entonces, en cierto modo, si
no vivís nada de esto, de adoptar a nivel personal una actitud de espíritu
donde la única obsesión, por así decirlo, presente en vuestra conciencia, es la
Luz, el Corazón, y el Amor, más allá incluso de las representaciones que
asumimos como nueva tri-Unidad.
Vais entonces a descubrir, a veces con
estupefacción, a veces con felicidad, pero siempre asintiendo, la verdad de la
Eternidad, para aquellos que todavía no hayan tenido acceso a ello. De vuestra
capacidad a girar vuestra conciencia y vuestros pensamientos hacia la
permanencia de la Luz en vosotros, supondrá una facilidad más o menos grande para
vivir este período del mes de junio. Viváis en el país que viváis, estéis donde
estéis en el planeta, hay que aceptar que las tribulaciones humanas conciernen
a la totalidad de la humanidad, aunque el territorio donde estáis no se vea
afectado directamente en su materialidad.
Esta transubstanciación atañe al conjunto del
colectivo humano, como al conjunto de la Tierra. No hay ningún lugar, ningún
espacio donde refugiaros para intentar escapar de lo inevitable que es, os lo
recuerdo, la alegría y la felicidad de la Eternidad.
En cuanto hayáis entrevisto el Corazón del
Corazón, incluso sin haber vivido nunca la totalidad de las Teofanías
propuestas y realizadas por vosotros mismos, no hará ninguna diferencia,
ilustrando una vez más lo que dijo Cristo en el momento de su venida: «Los
últimos serán los primeros» en apresurarse hacia la Eternidad. Efectivamente,
algunos seres humanos encarnados en la carne estaban dormidos hasta ahora.
Siempre os dijimos, nosotros los Arcángeles, así como las Estrellas y los
Ancianos, que aunque nunca habíais vivido los procesos de subida vibratoria,
esto iba a cambiar, y ha llegado el momento de vivirlo.
Así que alegraos, los que hasta ahora a pesar de
su fe, a pesar de su certeza, nunca han tenido acceso a la verdad del corazón,
de poder descubrirlo por fin e instalarse sin problema y con facilidad. Sólo es
necesario e indispensable girar simplemente lo más a menudo posible, a partir
del 10 de junio de 2017, vuestros pensamientos hacia la Luz. Pensad en la Luz
no quiere decir comprender o explicar algo, es simplemente un acto de reconocimiento
a la Verdad, de reconocimiento a la Luz y de reconocimiento a vuestra
eternidad.
No se trata de rezar, no se trata de repetir unas
letanías, sino realmente y concretamente que vuestra conciencia, vuestros
pensamientos, vuestra tensión hacia el Abandono, estén únicamente dirigidos
hacia la Luz auténtica y verdadera, la que nunca es visible en la pantalla
interior, salvo a veces por el Blanco. La que nunca, para muchos de vosotros,
nunca fue vivido, se revelará como una verdad inquebrantable en cuanto finalicen
las Teofanías de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.
Acordaos que a partir del 10 de junio, la finalización
de mi misión y de mi papel es también, os lo recuerdo, de ceder el sitio, en
esta última reversión, al Arcángel Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de
la Reversión. Soy en cierto modo, a partir del 10 de junio, el que os facilitará
la obra de abandonaros en totalidad a vuestra eternidad. Poco importa el modo de proceder, no necesitáis
unas invocaciones, no necesitáis unas letanías, no necesitáis otra cosa que vuestra
propia conciencia girada hacia la Luz y hacia nosotros, sin pedir nada, sin
esperar nada, simplemente dirigir vuestro pensamiento y vuestra conciencia lo
más a menudo posible a lo largo de vuestros días, de vuestras noches, durante
vuestras noches si os despertáis, lo que será el caso para muchos de vosotros,
ilustrando entonces a la perfección la frase de Cristo: «Velad y rezad.»
Algunos de vosotros, desde hace ya muchas
semanas, viven con certeza estos procesos de transubstanciación. La transubstanciación
ocurre a partir del momento en que la Lemniscata sagrada, por medio de las Teofanías,
realiza la emergencia del corazón, por así decirlo, al nivel de la cabeza, en
el seno de la pequeña Corona donde se realizan la fusión de los Éteres y la
fusión del Éter.
En el momento en que vuestro corazón se conecte
de manera permanente a vuestra cabeza, por la percepción esta vez – incluso
para aquellos que nunca han vibrado –, de la pequeña Corona de la cabeza, o de
un dolor en la punta del cráneo, acoplada a alguna sensación, la que sea, en vuestro
pecho, señala para vosotros, en ese momento, la obligación de estableceros en
esta Eternidad. Y de hecho constataréis, desde ese momento, si no se ha hecho
ya, que cualquier interés que concierne a este mundo desaparecerá
instantáneamente ante la felicidad del corazón reencontrado, alejando de vosotros
las preocupaciones cotidianas, las obligaciones cotidianas, las creencias habituales
y alejando también de vosotros las últimas resistencias, las últimas ilusiones.
Esto no es reemplazado por la nada, sino más bien
por una plenitud y una felicidad de vuestra Presencia, y esto, lo repito, sean
cuales sean las contingencias de vuestro efímero, que pasarán de manera muy natural
a segundo plano, y después a último plano. La Luz, lo habéis entendido, toma
todo su sitio dentro de vuestros cuerpos de carne. No hay ninguna escapatoria.
No sirve de nada agarraros a nada conocido, no sirve de nada querer preservar
la ilusión que sea, porque ninguna ilusión podrá sostenerse en el campo de vuestra
conciencia una vez finalizada la última Teofanía programada. Algunos de vosotros
ya han vivido las primicias de ello, despiertos, liberados o dormidos.
Así que hay un real alivio de lo que es efímero
con respecto a vuestra conciencia efímera, ante la intensidad de la Luz y la
revelación vivida en cada fibra de vuestra conciencia, en cada fibra de vuestros
cuerpos físicos y sutiles, no dejando ningún lugar a la duda, ni a ninguna interrogación.
Si, no obstante existiesen todavía unas dudas o el
sentimiento de tener que elegir algo, es durante esos momentos que es conveniente
que vuestro pensamiento y vuestra conciencia se giren de la manera más precisa
y más directa hacia vuestro corazón, hacia la Eternidad, porque en ese momento,
a partir del 10 de junio, la Luz seguirá el hilo de vuestros pensamientos y el hilo
de vuestra conciencia. Se trata aquí de la actualización del Masculino y del
Femenino sagrados, conectándoos de manera evidente, más allá de la vibración
percibida por algunos de vosotros al nivel de lo que fue nombrado el 12º cuerpo
o Andrógino Primordial… esa evidencia pondrá fin, como dije, a cualquier
interrogación y a cualquier duda.
Si os parece no vivirlo después del 10 de junio,
y de estar todavía en interrogación y en cuestionamiento, no olvidéis llamarme,
no olvidéis llamar a María, y no olvidéis girar, ante todo, vuestros
pensamientos y vuestra conciencia hacia la Luz, aunque no la conozcáis, aunque no
la hayáis vivido hasta ahora. Para aquellos de vosotros que viven,
recientemente o desde hace ya tiempo, los procesos y los mecanismos vibrales
correspondientes a la bajada de la Eternidad al seno de este mundo, vosotros
mismos constataréis que independientemente del lugar donde todavía os
encontráis hoy, que algo habrá cambiado el 10 de junio por la mañana.
Este regalo está destinado ante todo a permitiros
vivir la tribulación humana colectiva sin estar afectados por ella de ninguna
manera al nivel de vuestra eternidad. Constataréis de hecho con facilidad, que
cuanto más se incrementen los desórdenes de la tierra, más estaréis en paz y
más estaréis en felicidad, no la felicidad del que ve la destrucción de algo, sino
que una felicidad sana, mostrándoos la verdad de vuestro corazón, prevaleciendo
y borrando todas las ilusiones todavía presentes en este mundo.
La Luz va a exigiros, que sea por un sueño, que sea
por una intuición fulgurante, que sea por la vía exterior de un amigo, de un
hermano o de un ser de Luz, de decidiros, porque muy pronto no podréis llevar de
frente y al mismo tiempo las actividades efímeras y el estado de Eternidad. Os corresponde
ver, os corresponde decidir, os corresponde elegir dónde está la verdad para vosotros.
¿Está en la Verdad inmutable del corazón o está en la atracción de la materia y
la vida en el seno de esta dimensión?
Tenéis, lo sabéis, una libertad total de
establecimiento en lo que os parece ser vuestra verdad. Sin embargo, y lo
sabéis, la Llamada de María vendrá necesariamente para poner fin a todo lo que es
efímero de manera temporal, realizando realmente y concretamente lo que fue
nombrada la estasis, y que es en realidad una verdadera muerte seguida de una
verdadera resurrección, o bien acompañada de vuestro cuerpo de carne transmutado,
o bien directamente en el seno de vuestro cuerpo de Êtreté, o bien en el seno
del Absoluto, sin dependencia entonces de ningún mundo, de ninguna forma ni de
ninguna dimensión.
Ahí está vuestra libertad, pero como para
cualquier paso, que sea en el seno de los mundos encerrados, el nacimiento como
la muerte son tan difíciles el uno como el otro. No se trata ni de un
nacimiento ni de una muerte, sino más bien de una resurrección, es decir que no
hay nada nuevo, propiamente dicho, para descubrir, sino sólo lo que podría llamar,
sin ninguna noción temporal, lo que siempre ha estado ahí, el Anciano, este
Anciano de los Días y este Anciano de las Noches, que de hecho sólo son vuestra
eternidad que no está ni vejada, ni oprimida por ninguna servidumbre ni ningún límite.
Como ya sabéis, por haberlo experimentado muchos
de vosotros desde hace algunos años, la naturaleza, los pueblos de la
naturaleza, la Confederación Intergaláctica ahora, los Arcángeles, son unas
ayudas inestimables para mantener y alimentar, por así decirlo, esta Eternidad,
sin apelar a ningún elemento personal o conocido.
La Luz os llamará cada vez más precisamente. Esto
no será simplemente una orden de la Luz, sino la evidencia de la Luz y de la
Gracia, a partir del momento en que vuestro pensamiento, vuestra conciencia se giren
hacia ella. Basta simplemente con tener un pensamiento para la Luz auténtica y
verdadera, un pensamiento hacia mí, un pensamiento hacia María, un pensamiento
hacia Uriel, para constatar, más allá de todo protocolo y de toda subida
vibratoria, la realidad de nuestra Presencia y la realidad de vuestra eternidad.
Por supuesto, durante este mes de junio, salvo si
la Llamada de María sobreviniera antes del final de este mes, vosotros mismos
tendréis la posibilidad de constatar los diferentes emplazamientos de vuestra
conciencia, de vuestras ideas y de vuestros pensamientos. En un caso, sentiréis
la felicidad y la ligereza. En otros casos, sentiréis la gravedad, el malestar
y el dolor. Os corresponderá entonces muy naturalmente de decidir dónde estáis
mejor, más allá de cualquier entidad. Es un problema íntimo que hay que
resolver a solas, aunque estemos ahí, a vuestros lados. Porque una vez más, y
de manera muy actual hoy, sólo vosotros podéis realizarlo. Ni Cristo, ni la
Fuente, ni ningún Arcángel, ni siquiera María, pueden hacerlo en vuestro lugar.
Os corresponde constatar y vivir lo que ocurre
cuando pensáis en la Luz. Os corresponde constatar y vivir lo que ocurre cuando
recaéis en el funcionamiento habitual de la persona y de vuestra historia. Para
cada uno de vosotros, incluso los instalados en la Libertad total del Liberado
Viviente, como para el que duerme del mismo modo, tendréis la posibilidad de constatar
con una evidencia formal, la diferencia entre el corazón y lo que no es el
corazón, entre la Eternidad y lo efímero. No necesitáis interrogar ni a vuestra
mente, ni a las cartas, ni a un péndulo, ni a un hermano, ni a una hermana. Lo
que será importante en ese momento, es justamente esta noción de evidencia.
Así, por así decirlo, tendréis en vuestras manos
durante este mes de junio, todas las cartas que es posible tener. Os
corresponde ver si queréis estar en la Fluidez de la Unidad, en la Evidencia de
la Eternidad o en la resistencia personal, que desencadenará necesariamente la
negación y la ira a un nivel jamás vivido hasta la fecha. Será posible
entonces, pensamos, para la mayoría de los seres humanos encarnados, despiertos
o dormidos, de elegir lo que les corresponde.
Así que os queda, en términos terrestres, un
máximo de tres semanas a partir del 9 de junio o del 10 de junio, para
establecer la verdad que sois. Es durante este período, durante las
tribulaciones, que efectivamente se producirán las gracias más grandes, porque
no habrá nada más con lo que aferrarse a este mundo. No estoy anunciando con
esto unos mecanismos catastróficos de disolución. Si éstos ocurriesen, la
instalación de vuestra conciencia en vuestro Corazón de manera perpetua hará
que nada pueda afectaros, con respecto a cualquier pérdida aparente, con
respecto a cualquier situación aparente.
Acordaos de esto, y es efectivamente lo más
importante: si vuestros pensamientos, vuestras ideas, vuestros actos están girados
hacia la Luz, entonces la Luz os colmará; si vuestros pensamientos, vuestras ideas
y vuestra conciencia están girados hacia vuestra persona, entonces la Luz os
parecerá como ausente y esto se traducirá, como dije, por unos dolores, una resistencia,
una ira o una negación.
No permanezcáis en la negación, sino que poneos a
prueba vosotros mismos, realmente y concretamente, incluso el hecho de
intentar, para aquellos que están despiertos, de salir de la Luz y de volver a
entrar en el personaje, y veréis. Vosotros mismos constataréis donde está la
evidencia, donde está vuestra verdad. No os contentéis con lo que digo, no os
contentéis con creer o no creer en esto, os invito, como María lo hizo, a averiguarlo
por vosotros mismos, porque sólo vosotros podréis saberlo y vivirlo, y asentaros.
Nadie podrá hacerlo por vosotros, y tampoco podréis hacerlo por nadie, ni
siquiera para los más próximos a vosotros.
No se trata de un momento de soledad sino
realmente de unos momentos de plenitud, sobre todo para aquellos de vosotros
que hasta ahora se lamentaban de no haber vivido los procesos vibratorios,
porque para ellos esto representará el fin de la espera, el fin de la creencia
y la vivencia en directo de la Luz.
Acordaos también de que si hay una “persona” y un
“personaje”, hay, de una manera u otra, sufrimiento y no estáis completos. Tan
pronto haya Eternidad, hay Felicidad, Ligereza y alegría. No es un concepto, no
basta con decir «estoy en el corazón», porque no quiere decir nada, son unas estratagemas
del ego. Hay que averiguarlo, y habrá que averiguarlo, en vuestra conciencia y
en vuestra carne, os diga lo que os diga vuestra mente y os diga lo que os diga
vuestro personaje, si la felicidad realmente está ahí o no está ahí, y habrá
que ajustaros en consecuencia.
Tampoco olvidéis que podemos impulsar la ayuda
inicial, pero que una vez esta ayuda inicial de nuestras Presencias a vuestros
lados, sólo y únicamente vosotros hacéis, en cierto modo, que esta experiencia sea
mucho más que una experiencia, es realmente y concretamente la finalidad de la
comprensión íntima, más allá de cualquier mente, de lo que es la Eternidad y de
lo que es el efímero. No estamos solamente, ahora y a partir de ahora, en unos
procesos de Despertar, de vibración, de expansión de conciencia, sino que aquí tocamos,
con vosotros, a partir del 10 de junio, la parte más íntima y verídica de lo
que es la Vida y de lo que no lo es.
Aprovechad también, por supuesto, las Teofanías
espontáneas, que sean raras o que sean permanentes, para girar –durante esas Teofanías
espontáneas, e incluso las programadas – vuestra conciencia, no hacia la
percepción de la Luz por la vibración, sino directamente hacia esta palabra: «Luz».
Si esta palabra os molesta porque no os evoca nada, aparte de la Luz del día,
entonces pensad simplemente en «Luz-Amor». No busquéis entender nada, no busquéis
dirigir nada. Acordaos de lo que dije: la Luz sigue el pensamiento y sigue la
conciencia. Es así como os demostráis a vosotros mismos, en cierto modo, lo que
es la Verdad y lo que no lo es, más allá de cualquier concepto, de cualquier creencia,
de cualquier percepción, de cualquier visión.
Este mecanismo participa en cierto modo, ya no
solamente en el establecimiento del Último o de la Infinita Presencia, sino
directamente a la desaparición del Sí y a la vivencia de lo que sois, es decir
el Absoluto.
…Silencio…
Bien amados Hijos de la ley del Uno, en este día
de Pentecostés, en esta semana de Pentecostés, sea cual sea el momento en el
cual oiréis o leeréis estas palabras, os invito ahora a dejar el Paracleto
bendecir la punta de vuestro cráneo y expandirse en vuestro Corazón del
Corazón, y a dejar la Luz y la Felicidad tomar todo el sitio.
…Silencio…
Soy el Arcángel Mikaël, Príncipe y Regente de las
Milicias Celestes. Que el Paracleto y la fusión de los Éteres sean mi bendición
en vosotros.
…Silencio…
Soy Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias
Celestes. Bien amados Hijos de la ley del Uno, id en Paz en vuestra Eternidad. Sois
benditos, estamos con vosotros, y afirmad y demostrad, por vuestra simple Presencia,
vuestra Autonomía y vuestra Libertad.
Rindo gracia a vuestra escucha, rindo gracia a vuestra
acogida, rindo gracia a la belleza de la Luz.
Hasta muy pronto.
…Silencio…
***