Si lo quieren bien, voy a definir lo que es entendido por un término oriental que el Arcángel Anaël ha llamado Alegría. Esta palabra es la palabra “Samadhi”. Cuando recorren las etapas de vuestra conciencia encarnada (de la misma manera cuando despiertan vuestra dimensión espiritual en ustedes, a través del despertar del Espíritu Santo, del despertar de la Kundalini, del despertar de la conciencia), se manifiesta una serie de sonidos, precisos, a nivel de los oídos. Estos sonidos, conocidos y reconocidos, en las tradiciones orientales, como siendo los marcadores de la actividad del alma en vuestra realidad disociada, son 7. De la misma forma, la activación del corazón, en particular las 6 claves que les he comunicado, permiten vivir 7 estados, en relación directa con la apertura del corazón. Estos 7 estados no son necesariamente una gradación. Ellos pueden vivirse en secuencia lógica. En los tiempos antiguos, antes del período de mutación que viven, podía haber muchos años entre la experiencia de cada una de estas Alegrías interiores llamadas Samadhi. La Paz, de la cual tengo que hablarles hoy, es una forma de Samadhi, una forma de alegría interior que calificaría de silenciosa e inmóvil, un estado de vacuidad. Esta vacuidad precede lo que se llama el último Samadhi, el último, ya que es efectivamente el último a vivirse. Este último Samadhi del cual nada puede ser dicho, sino que el confiere la realización total de la Deidad en vosotros y hace de ustedes, en encarnación, un ser, no solamente despierto, no solamente realizado, sino en camino hacia la inmortalidad del cuerpo, del alma y del Espíritu. Muy pocos seres humanos han realizado esta última etapa. Ella confiere la inmortalidad. Ella confiere lo que ustedes llaman la Ascensión. Ella a concernido a los seres como Cristo, como a Enoc, como a Elie, como a la mayoría de seres viviendo hoy, y llamados Maestros Ascendidos, que viven en el Himalaya, en el eje del mundo.
La Paz de la cual voy a hablarles es una etapa mayor de la realización de la Alegría. La Alegría, tal como se los ha expresado Anaël, es una de las formas del Samadhi correspondiente a una saturación total del Ser que la vive, por la Gracia Divina. Cerca de ustedes en tiempo terrestre, muchos seres humanos, también muy numerosos, han realizado este estado. Cerca de ustedes se encuentras las gentes, hoy, fallecidas, participando hoy en la evolución de esta tierra. No les daré más que algunos nombres: Ma Ananda Moyi, el Padre Pío, el Maestro Omram Michaël Aïvanhov, por citar algunos de ellos. La Paz que de la quiero hablarles, es el momento donde la saturación de la Gracia, la saturación de la Alegría, de la que les habló Anaël, comienza a vivirse a nivel, no ya, del movimiento del centro sino a través de la inmovilidad del centro. Este es el momento donde la radiación, la irradiación y la potencia de la Gracia se vuelven de nuevo aún más hacia el interior. Esto da un estado importante en vuestro camino ya que comprendan bien que vuestro mundo exterior, el, es movible, fugaz y efímero, que esto sea incluso en vuestras relaciones donde nada es eterno, que esto sea en vuestras actividades profesionales o incluso en vuestras relaciones. El movimiento de estas relaciones, de estas actividades de vuestras vidas exteriores, son a menudo sinónimos de emociones, cualesquiera que ellas sean. Esto es el principio mismo de la vida efímera, de cosas que cambian y que se transforman en permanencia. Viviendo la saturación de la Gracia, la Alegría, tal como la ha definido el Arcángel Anaël, existe por lo tanto lo que he llamado un movimiento del centro. Esto no es aún la inmovilidad. Les recuerdo que el movimiento en el cual están enlazados, a través la recepción de las diferentes cualidades vibratorias y de conciencia emitidas por los Arcángeles, por La que llaman la Virgen María y por la vibración de la Fuente, contribuye a hacer nacer en vosotros esta Alegría interior de la que habló Anaël. Alegría interior que no puede ser obtenida que gracias al abandono a la Gracia.
La paz de la que les hable está más allá del movimiento del centro. Es el momento donde la Gracia va a concentrarse, retractarse literalmente hasta devenir un punto en el centro de vuestro chakra del corazón. La vibración incluso del chakra del corazón parece detenerse y sin embargo esto no es una vuelta a bajar a nivel del ego, a nivel del plexo solar sino más bien una transmutación importante. El momento donde la Gracia se revela en vuestra densidad, en vuestra encarnación, hace, ella misma, reingreso al centro, confiriendo entonces, un estado de Paz. Este estado de Paz está más allá de la paz que puede ser obtenida cuando las circunstancias de vuestras vidas hacen que todo esté tranquilo, que todo esté apacible, que ningún elemento anormal viene a perturbar este equilibrio. Esta Paz del Samadhi o esta paz de la Alegría confieren un alineamiento total con la Fuente de las Fuentes. Este alineamiento total con la Fuente de las Fuentes que se expresa, lo sé, ya entre vosotros, permite, por la radiación de la Fuente inundar de Gracia no ya a ustedes mismos sino a los Seres que están alrededor de ustedes. Vuestro rol, así como el Arcángel Miguel lo ha definido llamándoles Portadores de Luz y Transmisores de Luz es, a este nivel, muy importante. Deben, en efecto, acercarse de este estado de paz de la Alegría, a medida que vuestro tiempo transcurra, a fin de poder irradiar y transmitir de la mejor manera la Luz que han revelado. Se trata de una propagación, de prójimo en prójimo, para las personas que viven alrededor de ustedes: padres, ascendientes, descendientes, relaciones, cualesquiera que ellas sean. Este proceso, es la manera conforme y auténtica de que obra lo Divino, en vosotros y a su alrededor. Esta verdad de la transmisión de la paz, de la gracia y de la paz de la Alegría corresponde a algo capital y fundamental porque es por esta energía que son capaces (por lo que es llamado el ejemplo y el silencio) de despertar a los demás a su dimensión eterna.
Cuando los Maestros estaban encarnados, en Oriente como en Occidente, ellos realizaron durante toda su vida, una serie de ceremonias donde fueron capaces de difundir e irradiar esta conciencia. Poco importa el nombre oriental. Se trata de lo que, llamaron el darshan. Esto es lo que debería de ser realizado durante la misa, en vuestro occidente, si realmente el que oficia fuera capaz de conectar su Presencia a la Presencia del Cristo, permitiendo realmente hacer descender esta paz en la hostia durante la celebración. Pero, obviamente, y lo saben, la mayoría de las ceremonias han sido descaminadas por la ausencia incluso de conciencia elevada de aquellos que las practican. Hoy, todos ustedes que trabajan en la liberación de la Luz, devienen los Maestros de ceremonia. Devenir Maestros de ceremonia significa que en el momento mismo de la ceremonia, deben ser capaces de hacer abstracción de vuestro ego, de vuestros problemas, de vuestra personalidad, a fin de entrar nuevamente en comunión, la más intima posible con la Fuente. Esto es posible cultivando la Paz. La paz interior no necesita, para cultivarse, de ser vivida en la paz exterior. Sería falso creer que viviendo la paz al exterior, esta será la paz al interior. Por el contrario, si viven la paz al interior, el exterior devendrá pacífico, esto es una evidencia. La mirada interior es por lo tanto la que va a permitirles realizar, totalmente y en Unidad, el estado de paz. Es esto lo que se les pide hoy realizar. Acercarse de la paz necesita, en vuestra vida ordinaria, una actitud y un comportamiento preciso que llamaría la benevolencia y el servicio, que los orientales han llamado, para aquellos que esto interesa, el Bhakti yoga. Esto consiste en rendir servicio, a estar atento a los demás, a ayudarles, a nunca medir y, como el Arcángel Anaël les ha dicho, a no juzgar. La devoción, el servicio hacia la humanidad, hacia aquellos que están próximos y aquellos que están lejanos, es el camino real que les permitirá entrar en la paz y la Alegría. No basta acoger la Luz por los chakras superiores. No basta despertar los múltiples sonidos que el ser humano ha enterrado en él, no es suficiente pensar en salvarse a sí mismo sino que deben cultivar, en vosotros, por una actitud mental justa, la benevolencia y el servicio.
Una vez que hayan desarrollado las 6 claves del corazón, obviamente percibirán, de manera más o menos intensa, las vibraciones, las rotaciones de este chakra del corazón, sin embargo, esto no bastará para hacerlos entrar en gracia, y aún menos en la paz de la Alegría. Para esto, es necesario abandonar los modos de funcionamiento de vuestro mental y del ego, los modos separando, dividiendo, juzgando, emitiendo opiniones, sobre los unos, sobre los otros y sobre las cosas. Deben entrar en neutralidad. Deben entrar en el que observa, sin emitir juicio, incluso de opinión sobre lo que es observado, simplemente vivir el instante, vivir el instante presente, desarrollar el sentido del servicio, el sentido del don. ¿Por qué creen que la mayoría de los grandes Maestros, en toda tradición y en todos los tiempos, han insistido sobre esta noción de servicio a los demás? Porque a este nivel, la clave la más fundamental sobreviniendo después de la apertura de los chakras, después de la apertura de la shakti, después de la ascensión de la Kundalini, después de la activación de lo que llaman nuevos cuerpos espirituales. Solo hay este significado, sentido del servicio, que permitirá de llevar a bien la totalidad de vuestra elevación. El servicio, el significado de la dedicación, es la última escalera a subir ya que esta última escalera les muestra, y muestra a los demás, pero también a la Luz, el grado último y la etapa última de vuestro abandono a Dios.
De este modo, entrar en la paz consiste en trabajar en el servicio a la humanidad. No hay necesidad de ser conocido o reconocido, para hacer esto. Cada uno de ustedes que viven las efusiones de la radiación del ultravioleta, las efusiones del Espíritu Santo, la efusión de la Fuente, es capaz de lograr esto, cada minuto de su vida. La mejor manera de lograrlo, antes de llegar al servicio total es cultivar, más allá y después del no juicio, el principio de benevolencia. El principio de benevolencia consiste en posar una mirada, posar una energía, posar una atención, un gesto un comportamiento de naturaleza amigable, hacia cada hermano y cada hermana que encuentren. Si les es difícil manifestar esta benevolencia cara a ciertas almas, esto significa que vuestro desafío se sitúa en este nivel particular. El desafío pone el énfasis en ustedes, y no en el otro, sobre lo que no ha superado la integración de las energías divinas en vosotros. Este desafío es para ustedes la ocasión de revelar aún más y de crear aún más este estado de paz interior, de paz de la Alegría. No pueden acceder a la paz interior, a la paz de la Alegría, incluso estando saturados de gracia, si no pueden servir al conjunto de la humanidad. Esto no es complicado, esto no es insuperable. Esto es extremadamente simple. Solo vuestro mental y el ego, aún existentes, pueden hacerles creer lo contrario. No hay nada de lo que den o de lo que darán que sea perdido.
Lo que parecerá perdido, en vuestra dimensión, solo es una ilusión. Todo don que emiten, a partir del momento donde han recibido la gracia, incluso si no es reconocido, incluso si es negado, les será, como el lo dijo, devuelto al céntuplo, no en una vida futura sino en el instante y en la eternidad. Es así como se desarrolla la vida en Dios. Es así como se desarrolla la vida en Unidad y en Verdad. Si lo quieren bien, les expreso esto ahora por la Vibración.
...Efusión de energía...
Aquí ahora, la misma cosa por la Luz.
...Efusión de energía...
Terminaré por estas palabras: La benevolencia y el servicio conducen a la paz. La paz interior es una de las formas de la Alegría interior. El servicio, la benevolencia, son las acciones que concurren a la paz interior y a la ausencia de movimiento. La gracia, vinculada a la apertura del corazón, debe acompañares de la cultura, en el sentido, de la dirección del servicio. Es por el servicio a los demás, unos a otros, que desembocarán realmente sobre el Amor, unos por otros y unos a otros. Mientras que no pasen por el servicio, incluso habiendo recibido la gracia, no pueden pretender amar.
Esto solo quedará siendo solo conceptos y palabras.
Amar es servir. La Luz ama. La Luz es servicio. Transmitir la luz, portar la Luz y servir la Luz es la etapa capital engendrando la paz que, en este mundo y en esta dimensión, les permitirá realizar, llegado el momento, la translación dimensional que llaman ustedes ascensión. Deben ejercer, deben dar lugar a esto en todas las circunstancias de su vida. Esto es ciertamente la cosa más importante, después de la activación de la vibración del corazón, después de la recepción de las radiaciones del ultravioleta, después de la recepción de la energía de la Fuente y del Espíritu Santo. Este es vuestro camino y vuestro estado. Resonancia de esto por la Luz y la Vibración.
...Efusión de energía...
Los saludo, los amo, y los bendigo. Reciban mi paz.
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Canalización Jean-Luc Ayoun
Transcripción : Veronique Loriot
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