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miércoles, 23 de mayo de 2018

El Círculo Llaves de la Alquimia Ascensional (La Alquimia del Agua) 16 de Mayo de 2018


  



Saludos!

Participantes: ¡Saludos!

Nosotros somos el Círculo. Hablo como representante del equipo Moshán, un equipo solar de entre otros equipos solares que trabajan en medio del gran círculo multicolorido, multivibracional, cuyos eslabones vinieron de puntos distantes, próximos, algunos de ellos formados aquí mismo.

En este aquí los invito a la comunión en presencia, al reconocimiento en vibración. En este espacio común, acogedor, sanador que es el círculo que formamos en este momento, hecho de otros círculos que se entrelazan, que se interpenetran mutuamente, un círculo cuyos eslabones se encuentran en puntos diferentes de la malla de este círculo, que es nuestro hogar, nuestro sol, nuestra morada de las estrellas.

¡Dejen que el campo se expanda! Abandonen por un momento sus concepciones de lo posible y de lo imposible y dejen que la energía de Neptuno - de donde proviene este eslabón de nuestra corriente- impregne su campo, enseñándoles trascendencia desde cualquiera que sea el punto en que ustedes se encuentren. Abandonen por un momento sus concepciones limitantes sobre tiempo, sobre espacio, sobre ser, sobre no ser y simplemente disfruten, disfruten de sí mismos como un baile luminoso de frecuencias cristalinas. Aah!

Todas somos olas en un mismo lago, agitadas por el viento, sostenidas por la tierra, calentadas por el gran disco de la Vida ígnea. Aah!

Somos todas olas de este lago, cristalinas. Aah!
Todos somos olas de este lago, permeados por el espacio, simples destellos en el Éter inconmensurable que es el espacio de la propia conciencia. Aah!

Nosotros estamos muy felices de este contacto. Estamos muy alegres por poder, como olas, compartir este círculo con ustedes. Como olas debemos saber danzar al sabor de los vientos que nos tocan, pero hay una base en común. No importa que algunas olas se eleven más alto, no importa que otras olas estén lejos de la playa, al mismo tiempo que otras, en este mismo momento, en la playa se rompen y retornan al mar. Mar, lago, océano o río, no importa la extensión y el movimiento, somos Agua!

Somos el agua que fluye de la fuente hacia la fuente. Somos agua que corre desde lo alto de las montañas al útero de la tierra. Somos agua que se eleva a los cielos movida por el ardor del fuego, para entonces volver a la tierra seca como bendición. Somos olas destinadas a la muerte como un gran sacrificio, porque la ola debe transformarse en un puñado de neblina y entonces alimentar y nutrir la pequeña semilla que un día será árbol, que absorberá agua, que la devolverá a la fuente, para entonces reiniciar el ciclo.

Somos agua de varias formas: agua sólida, agua líquida, agua gaseosa, agua en un estado aún más sutil, un estado para el cual las palabras empiezan a faltar. Pero además de esos cuatro movimientos, somos agua que es conciencia. Somos agua en la conciencia que desea forma. Somos agua en la conciencia que genera la forma. Somos agua en la conciencia que anima la forma. Somos aguas flexibles, somos aguas maleables, somos agua que nutre, somos agua que impulsa el desarrollo, somos agua que se sacrifica para generar la vida.  

Es con un poco de poesía, tal vez, que yo comienzo esta enseñanza. Sin embargo, ¿cómo tocar el plano más allá de la superficie del agua sin danzar, sin transformarse, sin ser flexible, sin abandonar caminos otrora recorridos? Somos agua... Somos también agua.

Me fue pedido transmitirles algunas palabras acerca de la alquimia del agua. La alquimia del agua se procesa en todos los seres, de varias formas. Para la conciencia, es el deseo de asumir forma. Para la conciencia también, es la base de la ecuanimidad. Esta ecuanimidad es lo que permite que el agua asuma tan distintas formas sin apegarse a ninguna de ellas, sin combatir a ninguna de ellas. El agua, en su alquimia, debe sanar el conflicto. El conflicto es lo que surge en la experiencia onírica de la conciencia - sí, onírica! - por la distorsión de la sabiduría del agua.

Las Llaves de la Alquimia Ascensional componen un proceso que busca facilitar e impulsar el reequilibrio de los elementos en la constitución humana, para su forma física o sutil, para su conciencia, de modo a  facilitar el paso del estado fragmentado hacia el estado integral. El objetivo de estas enseñanzas, toda nuestra acción conjunta a lo largo de los tiempos junto a ustedes, se trata de impulsar al agua de un estado fragmentado hacia el estado integrado.

Sepan, esa transición no es la muerte de alguna cosa, comprendiendo  muerte como el fin definitivo. ¡Jamás en el universo se oyó hablar de un fin definitivo! Y miren que algunos eslabones de este Círculo pueden reclamar para sí una memoria muy, muy antigua, respecto de los movimientos de las olas en este gran lago, que es este universo.

En cuanto a eso aquieten su corazón, ningún fin es definitivo. Toda partida es la promesa del reencuentro. Todo adiós es la certeza de un hola. Todo aquel que se va debe retornar y quien regresa debe partir.

Esto también nos enseña el agua: a fluir con ligereza, a recorrer nuestro curso con flexibilidad, sin dejar de ser lo que somos, aunque  adaptándonos a las circunstancias.

Incluso cuando el agua es sólida no pierde su calidad intrínseca de humedad. Incluso la conciencia fragmentada, componiendo lo que son llamados seres olvidados o ignorantes, no pierde su calidad innata de amplitud, vastedad, sabiduría e intrínseca perfección.

Pero el aspecto del conflicto de esta alquimia del agua que me gustaría tratar con ustedes hoy, no es tanto el conflicto horizontal. Sí, el conflicto horizontal es también un resultado de la distorsión de la alquimia del agua en su constitución y conciencia. Las luchas, las guerras, las discusiones entre seres humanos, de los seres humanos con las situaciones de su vida - pasadas, presentes o futuras. Estos conflictos horizontales también son el resultado de la distorsión del agua. Si bien a mí me gustaría tratar de un conflicto más fundamental, el conflicto entre las órdenes de vida, entre las formas que el agua asume en su curso. Ahora es agua, es hielo, o ella es río a fluir, o es neblina llevada por el viento, nube! Hay armonía entre estos estados, es posible la paz entre las diversas expresiones de la vida. Para ello hay que dar un paso hacia dentro y reconocer la Vida en todo.

Como seres humanos, su percepción tiende a estar limitada por referenciales muy mezquinos. Esto no es diferente para nadie. Todos los seres ignorantes, no importa la amplitud de sus cuerpos, la extensión de su experiencia, son al final limitados por la mezquindad de una visión fragmentada. No importa que el fragmento tenga el tamaño de un sistema solar, esto no se compara con la Vida.

Por la adhesión de la conciencia a una porción tan pequeña de sí misma, ella pasa a trabar conflictos que son horizontales, o sea, con aquellos elementos que están dentro de su orden de percepción, pero conflictos a veces completamente ignorados, conflictos que se traban con las órdenes de vida que están fuera de su capacidad de percepción. Esto porque la raíz del orgullo humano, la raíz de la arrogancia humana está en creerse el elemento más precioso de su orden de percepción.

No voy a hablar aquí de devas, no voy a hablar de animales, de fantasmas o de seres infernales. Voy a hablar aquí de seres humanos, como ustedes son, y como los conocen. Todas las formas de vida que ustedes perciben son expresión de la misma agua, están dotadas de la misma conciencia pura, son exhibiciones mágicas del mismo Fuego misterioso y divino. Y, sin embargo, al adherir a la forma que ustedes asumen, esta forma humana, inmediatamente se atribuye a ese estado una gran importancia en el orden de las cosas. Y no es que no tenga importancia, es sólo que esa importancia no es mayor que la de cualquier otra forma de vida.

Existen seres mucho más grandes que ustedes, cuyo hábitat de vida es este planeta. Hay seres que caminan entre planetas como ustedes caminan entre casas. Hay seres para los cuales ustedes, seres humanos en la superficie de esta Tierra, son tan pequeños y sin interés como son las hormigas para ustedes.

¿Al recorrer su camino diario cuántas hormigas saludan? ¿De cuántas de ellas saben su nombre, sus sueños, sus desesperaciones y las amarguras del día a día? ¿Cuántas madres? ¿Cuántos padres? ¿Cuántos hermanos, esos pequeños insectos con los que se cruzan durante el día, ustedes simplemente desconocen e ignoran? Y, sin embargo, con cuánta frecuencia vemos a la humanidad reclamar para sí la atención de Dios como si fuera ella el único elemento del cual la Gran Inteligencia debe ocuparse y preocuparse. Así como se necesitan corrientes muy fuertes de compasión y vientos kármicos favorables para voltear el corazón humano a ocuparse de las pequeñas hormigas, de la misma forma es necesario vientos fuertes y una intensa y acumulada compasión para mover el corazón de seres dévicos, a veces incomprensibles en su propia extensión de experiencia para la humanidad, y atraer su atención.

¡Mis pequeños hermanos, mis pequeñas hermanas, tan vasta es la vida, tan diversa y tan poco de ella conocen! ¿Cuántos desastres, cuántos dolores inexplicados asolan a la humanidad, sin que ella pueda dar una respuesta coherente y satisfactoria? Yo no me arrogo la responsabilidad de traerles una respuesta, sino simplemente de señalarles una vía de contemplación, y quien sabe con ello justificar las enseñanzas morales de sus tradiciones espirituales de tiempos inmemorables hasta el día de hoy.

Cuando la vida es comprendida como una tela inconmensurable, en la que cada punto no puede ser afectado sin que toda la tela lo sea en alguna medida, comprenderán el valor de cultivar la virtud y la compasión. Por minúsculo que sea el punto de esta malla, él es completamente importante, porque si él se rompe toda la malla se deshace.

Nada, nadie es excluido de la misericordia divina. Nada, ni nadie, es excluido de la atención personal del misterio del Misterio, porque cada punto, cada ser, cada expresión es animada por el Fuego misterioso de la pura y vasta conciencia.

Como seres humanos que aspiran a expandir su diapasón de percepción y de interacción con la vida, ustedes necesitan atender los códigos de comportamiento y de interacción entre esos diferentes planos. Todo lo que entra en su campo de percepción es atraído y determinado grandemente por la calidad de los impulsos emitidos en el presente y en el pasado. Nada, ni nadie está dentro de su campo de percepción sin que una conexión más o menos fuerte lo haya atraído hasta ahí. Ni siquiera el viento sopla con fuerza y destecha su casa sin que una conexión con los devas del viento no haya sido establecida en otro momento. Porque sepan que este viento es el movimiento del aire creado por la pasada de un gigante. ¿Y cuántas casitas de pequeños seres ustedes deshacen cada día caminando tan desatentos?

Yo no quiero con ello llenar su corazón de preocupaciones que pueden parecer innecesarias, pero me gustaría verlos un poco más atentos a lo sagrado de la vida que a todo impregna. Me gustaría verles menos auto centrados, menos preocupados consigo y con su propio bienestar; más sensibles al dolor y a la belleza que los rodea continuamente, compartidas por incontables seres en tantas formas diversas que el agua toma y que concede a la conciencia como parque de expresión. Es un parque, donde un placer temporal puede ser experimentado, pero en que cada juguete es también potencial de lágrimas y de heridas en el cuerpo.

Pequeñas hermanas, pequeños hermanos míos, rectificar la alquimia del agua es despertar a la diversidad de la vida, es romper los muros del prejuicio, estos muros que limitan la comprensión de vida en las formas que les son semejantes. ¡Todo es vivo! Todas las formas son formas del agua y son parques de juegos de la conciencia.

Para purificar el conflicto establecido entre órdenes de vida, las grandes y las pequeñas - tomando a ustedes como referencia – es necesario  purificar la relación con su entorno, hay que restablecer el sentido de lo sagrado, hay que sanar el conflicto. Para ello, entonces, yo los oriento como forma de práctica, durante los días que seguirán después de nuestra conversación, a llevar su conciencia hacia el punto del agua en su cuerpo, en este mandala, en el pentagrama de las frecuencias cristalinas. Ese punto que está en su cuerpo situado en la región del abdomen, del lado izquierdo, debajo de la costilla. Este punto ligado a las dinámicas de la frecuencia cristalina del agua es hacia donde debe ir su atención. Es el punto donde la rigidez de la tierra se transforma en impulso del embate y del conflicto, porque de la perturbación del agua surge la pérdida de  flexibilidad, es la pérdida de maleabilidad tan propia del agua, de esa capacidad de adaptación, de transformación, de esa capacidad de dulzura y de envolver cada obstáculo.

Lleven su atención a este punto en su cuerpo, ese punto del pentagrama. Invoquen las frecuencias cristalinas porque la naturaleza real de su forma es pura Luz. En las profundidades de su ser, los elementos jamás fueron perturbados y permanecen siendo el resplandor, la luminosidad de la sabiduría primordial. Aquí y ahora, nunca, nunca nadie se alejó de la perfección. Aquí y ahora sólo la percepción ignora la perfección y se pierde continuamente en el baile de las formas por la fuerza de la ignorancia y de la identificación. Pero aquí y ahora su naturaleza es pura, pura, puro éxtasis, pura sabiduría y amplitud.

Invoquen de su naturaleza este Fuego, invoquen de su naturaleza esta Luz, esta frecuencia cristalina, entonces dejen que ella brote, que ella fluya, saliendo de sus poros, que se derrame hacia los lados, hacia arriba y hacia abajo y dediquen esta frecuencia cristalina húmeda, nutritiva, como una ofrenda de reconciliación y de pacificación para todas las formas de vida, aquellas que ustedes logran percibir y aquellas que les pasan desapercibidas.

Al curar el conflicto, grandemente ignorado por ustedes, con las formas de vida que se encuentran en planos distintos, en estados distintos de consciencias, ustedes permiten que lo sagrado recobre su posición en su perfección y entonces sea percibido conscientemente en la realidad horizontal por la cual ustedes continuamente pasean en la duración de una encarnación.

Recubren el sentido de lo sagrado, reconcíliense con la vida en sus diversas formas, abandonen la soberbia y la prepotencia, reconózcanse más allá de la forma, pero reconozcan la posición ocupada por la forma, relativa a su importancia, importante en su relatividad.

Mi invitación es para sensibilizar su corazón. Mi invitación es para que su corazón se abra, acoja y deje correr, deje fluir la belleza inherente a su naturaleza. A través de este pequeño ejercicio, deseo que ustedes restablezcan el sentido de lo sagrado en sus vidas.

Las aguas de Neptuno los bañan siempre que ustedes me oigan y cuando no me oyeran, que siempre su corazón recuerde un planeta que es tan azul como el suyo. ¡Queden en paz!

Mensaje canalizado por Shylton Días.
Transcripción hecha por colaboradores del Portal Aranduh - portalaranduh.blogspot.com

Traducción: H. N.