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lunes, 4 de junio de 2018

MADRE DIVINA - RITUAL DEL DESPERTAR 5 (LA LEY DEL RITMO) 22 de Mayo de 2018





 Desde el centro, el centro secreto, la rueda que gira, mi  voz se eleva, despertando en cada cuerpo, despertando en cada sombra, despertando en cada imagen de luz moviente el don, la ley, el supremo principio.

Desde la rueda del sacro, el sagrado recinto, el recinto secreto, donde el flujo de la vida se transforma en fuerza y ​​poder, esta vez elevándose, animando el cuerpo, la sombra y la imagen de la Luz moviente. En este recinto mi voz resuena. En este recinto, yo soy en ustedes. Bendiciones y paz en sus corazones, hijas e hijos de la ley del ritmo.

En este día nuestros espíritus, un solo Espíritu, celebran el Ritual del Despertar. Este es el despertar de tu atención hacia la vida planetaria. Este es el despertar de tu conciencia hacia una vida universal. Este es el despertar de la Tierra misma a su dimensión más amplia de existencia. Este es el despertar de la visión, el despertar de la pureza, es el despertar de la trascendencia.

La ley del ritmo se manifiesta seguida a ley de la acción recta, como la  expresión propia de la imagen de luz moviente. Para comprender la ley del ritmo, se necesita entender que toda imagen percibida es en su naturaleza luz moviente. Al comprender el pulsar de la luz se comprende la ley del ritmo.

La ley del ritmo está en la base misma de experiencia, porque la ley del ritmo no es una ley extra - extraordinaria o externa a la experiencia universal, a la experiencia de la conciencia, y sí intrínseca a esa experiencia. Una vez que la base misma de esta experiencia carece de cualquier sustancialidad, de cualquier existencia propia e independiente, por consiguiente toda experiencia es por naturaleza impermanente.  La base de experiencia es impermanencia, es movimiento, luego la ley del ritmo se manifiesta como la armonía presente en él.
Hijos e hijas, la base de toda la experiencia en el espacio imperturbable, una paz suprema del Ser. Así como pueden percibir que la base de todos los fenómenos físicamente visibles es el espacio imperturbable, un espacio que no puede ser perturbado por nada que lo ocupe, un espacio que jamás es manchado por nada que en él exista, un espacio que permanece incondicionado a despecho de todas las cosas que surgen y en él se disipen.

Así también la base de toda experiencia es la mente pura e incondicionada, originalmente perfecta, luminosidad inconmensurable. La base de toda experiencia en el espacio puro de la mente, en este espacio puro de la mente la experiencia surge como el baile de la luz. Luz que es el propio resplandor, el brillo propio intrínseco e inseparable de este espacio.
Es necesario meditar y contemplar la naturaleza, para entonces  reposicionar la esencia, la visión y la percepción. Desde el momento en que la ley de la gracia es reconocida, activada y experimentada, llevando así a la entrega profunda, lo que entonces corrige vuestra acción en el mundo, desde el momento de reconocimiento de la gracia, la ley del ritmo comienza a ser percibida. La ley del ritmo que antes era experimentada como conflicto o combate, es reconocida  como fluidez y armonía. El resurgimiento del movimiento, duración y la disipación de todos los fenómenos, seres o situaciones obedecen a un impulso y un ritmo propio, ritmo que está en la medida de la interdependencia entre todos los elementos de la experiencia.
Comprender la ley del ritmo es comprender el carácter pasajero de toda experiencia. Pero al comprender la ley del ritmo, la experiencia recobra el sentido de lo sagrado. Que cada experiencia es pasajera, que hay en ella expresión de lo sagrado y de lo incognoscible en su base. Que en cada experiencia, al ser pasajera es posible vislumbrar en ella un reflejo de la Divinidad Misteriosa de la cual toda la experiencia surge y en la cual toda experiencia se resuelve.
Comprender la ley del ritmo, activarla y aplicarla en sus vidas mundanas y materiales es abrir espacio para relajar el apego a las convencionalismos, es abrir espacio para la relajación al apego, a verdades personales, condicionantes y limitantes de la experiencia y aceptar que todo lo que está, está ahí, para modificarse. Hay siempre espacio para lo nuevo, siempre hay espacio para acomodar otro elemento, espacio para la integración y para la correcta expresión de la vida.

A través de la entrega, la acción resta y pura se manifiesta en la expresión material y mundana. Esta acción recta y pura obedece a la ley del ritmo en su expresión. Hay momentos en que la acción es interna y otros en que la acción es externa. La acción interna y la acción externa cumplen un arco de expresión, partiendo del centro, yendo hasta la periferia y luego retornando al centro. Así todos los fenómenos surgen de su base y retornan a ella. La base es siempre paz, el suelo siempre es firme. El espacio es ese suelo, firme porque no puede ser otra cosa que sí mismo, indescriptible, completamente incondicionado, porque siempre es amplio, nunca obstruido.

Así, desde esta perspectiva todos los fenómenos son comprendidos en su correcta y exacta relación de interdependencia. Lo sagrado de esta interdependencia surge dando sentido a la experiencia por más caótica que pueda parecer a tus sentidos fragmentados y limitados.

Yo los invito, en esta oportunidad, en este ritual del despertar, a activar en ustedes, en su conciencia, en su experiencia, la ley del ritmo, no solamente como la expresión de la armonización y de la fluidez en su organismo y en su mundo, sino como una herramienta de corrección, de rectificación de su percepción distorsionada e ignorante. La ley del ritmo no debe ser activada solo como una modulación de la energía que apunta a alterar la experiencia. La ley del ritmo debe ser comprendida como un principio subyacente a la experiencia.

Cada una de las leyes siendo dinamizadas en cada uno de estos rituales del despertar, viene a su conciencia como una herramienta de ayuda y trabajo externos, pero especialmente como herramientas de la dinamización de su proceso interior. En cada una de estas enseñanzas y en cada una de las joyas que de mi corazón se transmiten a su corazón, hay allí la posibilidad y la potencialidad de reconocer el principio inseparable de la mente pura y perfecta. En la vastedad del no-concepto, la realidad es testimoniada en su inseparabilidad de la Gran Perfección primordial.
Yo los invito a mirar hacia dentro y luego cerrar toda visión fenoménica y experimentar el silencio profundo del Ser. En este silencio, fuente de todas las cualidades puras de la mente, la propia experiencia se percibe en su carácter puro también. Pero la ley del ritmo está ahí también como una herramienta para ser aplicada en su mundo, en su experiencia mundana, como forma de aportar la cura que mi corazón aspira a ver procesándose en ustedes, como la curación que mi espíritu ve a ustedes ejecutando en  su propio mundo. 

Sírvanse de estas virtudes, sírvanse de estas herramientas y procesen la transformación del mundo que ustedes aspiran a ver en sus vidas.

Yo les dejo mis bendiciones, y los envuelvo en mi manto. ¡Queden en paz! Sean la paz que es el ritmo, el luir de toda la Vida.

Mensaje canalizado por Shylton Dias. Transcripción hecha por colaboradores del Portal Aranduh - portalaranduh.blogspot.co
Traducción: H. N.