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martes, 2 de abril de 2019

EN ESTE MOMENTO DE LA TIERRA 1 ABRIL 2019

Sois la Conciencia pura, como sois A-Conciencia. Sois el Mundo, sois el Amor, sois el niño que llora y el niño que ríe; sois el anciano que se apaga en la paz o en el sufrimiento.
Pero todo esto sólo son juegos, en verdad sólo sois el Amor que abarca todo lo demás. Es a eso a lo que os invito ahora, a posaros, a deponer las cargas, que sea la del cuerpo como la de la vida en el seno de este mundo.
Os invito a deponer los pesos, sólo tenéis que soltar para eso. No necesitáis comprender, sólo necesitáis reconoceros. No hay más velos, sólo tenéis que volveros y el Silencio estará allí, y la Paz estará allí, y yo estaré allí y vosotros estaréis allí, no a través de cualquier máscara, no a través de cualquier pensamiento que sea, sino como la única Verdad inefable que no puede sufrir ninguna oposición ni ninguna contestación porque esto es evidente.
Entonces si en vosotros hoy esta evidencia no está presente, no os culpabilicéis, no os preocupéis de eso. Volvéos y os tiendo los brazos y os aprieto sobre mi Corazón, recubriéndoos entonces del Manto Azul de la Gracia, a fin de que descubráis vuestra Libertad, la que no puede ser trabada por vuestra historia, por vuestras alegrías, por vuestras penas.
Este momento, es el momento importante, más allá incluso de mi Presencia, puesto que se trata de vuestro reconocimiento. En aquel momento diréis: como es de sencillo. Y más sentís que es complicado, entonces llegado el momento esto os parecerá como terriblemente sencillo, tremendamente evidente, y veréis entonces las últimas pizcas de las estrategias de defensa de la historia de la persona desmoronarse como un castillo de naipes, no pudiendo más mantenerse ante vosotros, no pudiendo más emerger en el seno de vuestra vida en esta carne.
Allí está la Libertad, no está en ninguna otra parte. Esta Libertad que os da también el consuelo, la fe, la esperanza y sobre todo la caridad de ser lo que Sois. Entonces todos los problemas, las vicisitudes de la vida que tendrán que ser resueltas, en cualquier situación que sea, os aparecerán por los que son, una responsabilidad que cumplir, pero esto no tendrá ningún peso ni ningún efecto sobre vuestra paz y vuestra alegría; esto es muy concreto.
Os diré yo también lo diría: «No me crean, os pido de ir y de vivirlo.», como cuando una madre empuja al niño hacia su libertad, el momento en que el pájaro empuja su polluelo fuera del nido, sabiendo que necesariamente va a volar, aunque él no lo sabe. Es la misma cosa.
Vengo a deciros de ser libres, libres de todo, pero simplemente de asumir vuestra corporeidad, vuestro efímero, hasta el final, pero con ligereza y gracia. En el momento de mi Llamada, entonces, esto será la Dicha. En cuanto escuchéis los sonidos del Cielo y de la Tierra, entonces todo se borrará: la historia, las pesadeces se borrarán.
Os acostaréis entonces con confianza, reencontraréis lo que Sois, como cuando vais a dormir. No os preocupéis de nada,ni de vuestro cuerpo, ni de vuestros hermanos y hermanas en otra parte sobre la tierra, ni de vuestros animales cualesquiera que sean, todo acontecerá a las mil maravillas.
Y hoy probáis en vosotros-mismos, en vuestra vida efímera, como se celebrarán para vosotros los tres días.  Entonces si existe un sufrimiento, sobre todo no busquéis nada, si no es que por supuesto sanar este sufrimiento, pero no busquéis explicaciones, os ruego, en el seno de la Luz, o de la culpabilidad, o bien la falta de otro.
Todo esto sólo son interacciones que no tienen lugar de ser ante la majestad del Amor.
Sino que amaos íntegramente. No hablo de vuestra forma o vuestra historia, sino que hablo de los que sois y también de lo que no sois, es decir el Todo, el gran Todo, comprendiendo todos los tiempos, todos los espacios, todos los mundos, absolutamente todo lo que puede un día ser manifestado, o que ha sido manifestado.
Recordad que la historia de vuestra vida necesita complejidad, porque si fuera simple y evidente, no habríais visto que estabais vivos. Entonces hoy, y sobre todo si para vosotros esto es duro, no hablo a mis niños aquí presentes, que estáis despiertos, hablo sobre todo para todos aquellos de entre vosotros que me ignoran, para aquellos que no quieren el Corazón.
Sólo el miedo hace pantalla, y vuestro Corazón es aún mucho más grande – si es que puedo hablar así, porque es el mismo Corazón – que lo que pudisteis imaginar o temer.-
Como sabéis, las palabras tienen menos importancia que antes, solo cuentan vuestra Presencia y mi Presencia, sólo cuenta lo que Sois, más allá de todo ser, más allá de todo Sí, más allá incluso de toda Luz, y sobre todo muy lejos de cualquier historia que sea.
...Silencio…

No olvidéis tampoco, para ayudaros en lo que se celebra, no olvidéis de hacer silencio a veces, el silencio de vuestras miradas, el silencio de vuestras palabras, que esto sea en vuestra vida o en la naturaleza, que sea con los pueblos de la naturaleza, que sea con vosotros mismos, que sea con el otro, vuestro amor, vuestro niño, vuestro pariente o aquel que resiste.
No olvidéis que el silencio pone fin automáticamente a la expresión de la persona – el silencio de las palabras, el silencio de la mirada también. Ver más allá de la apariencia de la forma, en estos momentos de la Tierra que vivís, necesitáis a veces cerrar los ojos para no estar más confundidos por la apariencia, o por lo que es dicho.
Cuando tengáis la oportunidad, poneos en este silencio y en la ausencia de mirada.
Volved vuestra mirada hacia vosotros, y recordad que no hay nada a ver, que sólo hay a vivirlo, a sentirlo.
Pensad en mí como un último socorro en los momentos en que sintáis que el silencio se hizo, que nada se imprime sobre vuestra pantalla mental, que los pensamientos se enrarecen, y que la Paz se instala. Y retened que no tenéis nada que hacer, sólo manifestar este silencio y toda expresión de vosotros mismos.
No os pido retiraros, sino simplemente de pensar en eso varias veces al día. Y si pensad en eso, veréis por vosotros-mismos que todas las dificultades de vuestro cuerpo, como de vuestra vida se apagarán por si-mismas ante la majestad del Amor.
Pero no olvidéis que en aquel momento, precisamente no tenéis que hacer nada sino cerrar vuestros ojos y cerrar vuestra boca, de velar y orar, y comprobaréis no las manifestaciones sino más bien el efecto directo sobre la paz interior, que no depende de vosotros. Allí está el más grande regalo de la Vida a si-misma: su restitución a su Libertad.
…Silencio …

Encontrad como esto os ha sido dicho, el Instante Presente. Encontrarlo no es buscarlo, sino instalarse allí, allí donde no hay ningún espacio para el pensamiento, para la persona, para la historia, para el sentimiento.
Acercándose a esta Paz, a esta vacuidad si puedo decir, a medida que esto crecerá, la Evidencia aparecerá en su desnudez, más allá de mi Presencia y de la vuestra. Entonces encontraréis realmente, por su vivencia, esta Ausencia, este Absoluto, este Último, poco importan las palabras.
Si esto os molesta, entonces viviréis que vosotros y vuestro Padre sois Uno, que vosotros y el mundo sois Uno, que vosotros y las dimensiones sois Uno y que más allá del Uno, hay aquello en lo que se apoya toda vida, y que está más allá de la Luz, que está en la fuente del Amor, pero que no es la Fuente.
Mi hijo, mi niño, eres la Vía, la Verdad y la Vida, en esta forma como en toda forma, como en el Sin-Forma y el No-Nacido. En todas partes, te quiero. En todas partes, eres el Amor.
Entonces te digo, hasta cuando quieras. Tan pronto como lo desees, en cuanto te sientas preparado, aunque no te sientes preparado, atrévete.
...Silencio…

Soy María..
Soy el Corazón de tu Corazón, y te bendigo.

Transmitido por; Philippe François
Traducción Pierre Díaz