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Bueno, Bidi está aquí. Instalemos la
Acogida y el Silencio antes de continuar.
…Silencio…
Os escucho.
Pregunta: Me gustaría, simplemente,
testimoniar una alegría y una intensa ligereza en el silencio del corazón y con
todo, sin pedir nada especial.
Entonces, acojamos tu testimonio. Solo
tienes que mantenerte así todo el tiempo, permanentemente. Aprovecha esta
oportunidad que se te ofrece para darte cuenta de que lo que sucede en mi
presencia es exactamente lo mismo que lo que ocurre también en tu presencia. No tienes nada que retener, ninguna
regla que observar, sino solo dejar que se despliegue una y otra vez lo que
está sucediendo ahora y lo que se producirá en un número cada vez mayor de
vosotros. Cualesquiera que sean las vicisitudes de vuestra vida, los problemas,
las obligaciones, todo desaparecerá frente a este gozo, sin esfuerzo, con evidencia
y diría incluso -por una vez que estoy en vuestro tiempo-, que cada día que
pase veréis entre muchos de vosotros, esta ligereza, esta Alegría como ninguna
otra, tomar la delantera y dar las órdenes.
Abandonaos a eso. No lo expliquéis,
no lo comprendáis, pero vividlo con intensidad, con verdad, con humildad; no
necesitáis nada más. Ni siquiera para saber lo que vais a hacer mañana o en el
instante siguiente. No necesitáis ningún punto de apoyo o de referencia al
pasado en vuestra historia, ni a ningún modelo. Despojaos. Desnudad esta joya, no por un acto, sino por la evidencia que está
ahí. Ahí está la Verdad, la que os sitúa en la Alegría permanente, en la
permanencia del corazón y de la Eternidad. No se requiere ningún esfuerzo, todo
lo contrario; lo vivís ya algunos de vosotros. Y aunque la experiencia la
hayáis vivido antes o si todavía no la habéis vivido, ahí está la Verdad, ahí
sois simples y verdaderos.
Ved la diferencia, incluso pensando
en esos recuerdos felices; no hay comparación posible. Esta Alegría sin objeto,
esta ligereza, esta evidencia, es independiente de cualquier circunstancia de
vuestra vida, de vuestra edad, tanto de vuestras miserias como de vuestras
alegrías efímeras. No hay nada más porque lo que queda es pasajero. Y lo que
está ahí, incluso por experiencia, o quien esté ahí, es el Único, el Último, el
testigo indirecto de lo que se vuelve a diseñar, de lo que se ha encontrado. Y
cuando estás en este lugar que es el más justo, no necesitáis palabras, no
necesitáis proyecciones, no necesitáis conciencia, irradiáis hasta el infinito,
superando el marco de la tierra donde estáis ubicados.
Bienvenidos a vuestra casa, y esto
es contagioso; veréis que es más contagioso que el peor de los virus. Todo
fluye desde ahí, todo está incluido. Es vuestra naturaleza, es nuestra
naturaleza Una. Sobre todo, no tratéis de retener o de reproducirlo en la
memoria porque está ahí. Y allí, tú eres la Vida y no tu vida estrecha con todo
lo pasajero, que aparece y desaparece.
…Silencio…
¿Quién habla ahora?
Pregunta: Gracias por la fuerza que
irradia y la alegría que nos aporta. No tengo ninguna pregunta, pero acepto lo
que pueda decirme.
Te responderé a ti, en vista de lo
que dices y de lo que vives; según lo que veo solo tengo que decirte que tienes
que vivirlo en cada respiración, en cada ocasión. Depende de todos vosotros, a
partir de ahora, que nunca se apague, que nunca desaparezca, pase lo que pase,
porque en este caso ya no sois vuestra vida, sino la Vida. Todo lo demás se
hace de forma natural, sin esfuerzo, repito, con evidencia y con facilidad. Os
encontráis y os reconocéis. Y si no es hoy, será en otro momento, está en
curso. Entonces, ¿qué importa el final del Kali Yuga?, ¿qué importa que toméis
la iniciativa en relación con lo que es verdadero, lo que es único? Ahí está la
única espiritualidad; todo lo demás no son más que habladurías, ilusiones que
pasan.
No necesitáis ropa especial, no
precisáis palabras especiales a partir de ahora; no necesitáis nada. Dejaos
vivir, dejaos que la Vida os viva. Además, constataréis que, si queréis volver
atrás, lo que dudo, se desencadenará un tipo de sufrimiento que no es físico,
sino un sentimiento de pérdida porque ya no podéis perderos a vosotros mismos.
En cualquier acontecimiento que tengáis que vivir, íntimamente o
colectivamente, os devuelve a lo que sois. Todo lo demás es pasajero, todo lo
demás pasa y vosotros permanecéis, sea cual sea vuestro cuerpo, vuestra
historia, vuestro mundo. Eso no importa. Todo es relativo a lo pasajero.
Lo que vivís algunos o muchos, aquí
o en otra parte, es la única Verdad. Podría decir que es la única llave que
puede ser útil, la única puerta que no existe. Es el único lugar correcto,
totalmente verdadero, absolutamente verdadero. Olvidad incluso las nociones de
Absoluto, del Último y de todo lo que queráis, porque ahí donde estáis es
precisamente la antesala. Estáis en buen lugar. No os pido que me creáis, pero
comprobadlo por vosotros mismos. La única solidez, solo puede venir de ahí, la
única certeza allí donde las incertidumbres de vuestra vida, de vuestro mundo,
están relegadas al olvido, como una gran farsa -que es. Aquí, no necesitáis
nada más.
El Espíritu se vuelve a encontrar,
la Verdad se hace a la luz. Sumergíos en eso por completo. Y si eso no lo
percibís, no os preocupéis, también caerá en vosotros, es inevitable. No puede
haber otra salida posible que la Alegría, ese santo de los santos, y observad
muchos de vosotros, aquí y en otras partes, que, hasta las etapas intermedias, en
que se han sentido las vibraciones, los circuitos, los chakras y demás, son
relativas.
Diría incluso, que hay más certeza
en la ligereza y en esta Alegría que en el hecho de sentir y vivir ciertas
sensaciones, ciertos sentimientos, ciertas experiencias. Aquí, ya no estáis en
la experiencia, estáis en un estado más allá de todo estado, diga lo que diga
vuestra persona, vuestro mental, vuestras vibraciones. Así de simple. Comprobad, constatad, no
os detengáis. Y todos los que os encontráis, permitís a otros muchos hermanos y
hermanas que se encuentren. Es fácil. No es un trabajo, no es un ejercicio, es
el “sí” total a la Eternidad y a la Vida, no a la parodia. Todo está ahí.
…Silencio…
¿Quién quiere hablar, expresar,
preguntar, decir?
Pregunta: No tengo pregunta; acojo con
infinita gratitud, su respuesta.
…Silencio…
Así que es esto lo que te digo, que
no es una respuesta, propiamente hablando, a una pregunta que no existe, pero
sí una resonancia que va a producirse en el momento o más tarde, no importa.
Nuevamente, no trates de comprender, acepta. El valor que das a cualquier
elemento de este mundo, a cualquier aspecto de este mundo, nunca podrá
aproximarse al valor que tú eres. Entonces, vuélvete hacia ti con toda
sinceridad, con toda verdad, en este valor que nunca puede disminuir, nunca
puede medirse o pesarse. Así que lo que queda de cargas no podrá ya estar
presente. No te preocupes por la carga, sino por el valor, el valor de los que
eres. No hay nada más estimable, es el oro más puro, es el único tesoro y es lo
que eres; eso no tiene precio. Es un bálsamo. Y así, ninguna carencia puede
haber si no es en lo que aparentemente falta en la persona. Pero la sensibilidad
a la apariencia, el “yo”, también desaparece para ti.
…Silencio…
Escucha el silencio, él dice la verdad. Habla
con él, aliméntalo con tu sonrisa. Necesitas, como cada uno de nosotros, vivir esto, esta exclusividad del Amor,
de la Alegría, de la ligereza que incluye lo demás en la misma frescura, en la
misma liviandad, en la misma evidencia. Ahí está la verdadera humildad, para
reconocer este tesoro, para reconocer la Verdad que nunca se ha movido y lo
demás se ilumina. No en el sentido mental, como comprensión o explicación; se
ilumina porque eso es la Verdad. Y esa Verdad es una certeza inquebrantable que
no sufre ni discusión ni cuestionamiento. Como sabéis, es lo que sois sin
ninguna excepción, cualquiera que sea vuestra ubicación actual.
Esta capacidad de contagio de la
que hablé, no es lineal ni aritmética, es exponencial, tanto para vosotros como
para los que os rodean. El movimiento está bloqueado, la inmutabilidad aparece,
barre todo lo que no tiene lugar de estar, dentro como fuera. Mirad a vuestro
alrededor. Y cuanto más os adentréis y más miréis dentro, más inmutables seréis,
más ligeros y más espacio y tiempo tomará la Alegría. Ya no hay lugar para la
persona, no hay espacio para ningún galimatías espiritual.
Vosotros ya no estáis en estado de
Gracia, sois la Gracia. No necesitáis el “estado” que solo es una experiencia. Aunque
eso os parezca que ha pasado, nunca pasará. Y ahí dentro, no hay lugar para el
sufrimiento, para los arrepentimientos, para las proyecciones, para las
expectativas, para las esperas ni para la desesperación; ahí podéis decir: “sí;
todo se ha cumplido”. Y eso os saca del tiempo, no estáis afectados por tiempo
alguno que espera o que pasa.
…Silencio…
¿Quién habla?
Pregunta: No tengo ninguna
pregunta, pero acepto con alegría y gratitud, lo que pueda decirme.
Habéis encontrado la fórmula, ¿eh?
Pero está bien; es simple. Y, ¿qué me puedes decir de lo que eres?
Pregunta: Que todo está cumplido.
¿Y…?
Pregunta: Y que es simple.
¿Y…?
Pregunta: Y que la Alegría perpetua
ha comenzado.
Entonces, no solo es contagioso, no
solo es exponencial, sino que va a ser cada vez más intensa, esta alegría, esta
ligereza, esta densidad. No pongáis barreras. Llevad la buena nueva, no
hablando, sino siendo lo que sois; eso es ampliamente suficiente. Y, repito
para ti como para cada uno, que eso proviene del santo de los santos. No hay
necesidad de historia, ni de un templo, ni de un cuerpo, ni de una conciencia,
aunque lo viva vuestra conciencia. Sois la Vida. Es cierto, y todo lo que os
parecía verdadero antes, no puede seguir siendo verdadero frente a eso. Así que
compartid, y la mejor manera de compartir es dejar ser lo que es. Como decía
uno de los Ancianos, sed perezosos.
Guardad vuestras fuerzas para lo
que tiene que hacer vuestra persona, pero esa fuerza que aparece, se refleja o
se encuentra en vuestros alimentos. Alimentaos de vosotros mismos y ese
alimento será sobreabundante, nunca puede faltar, es perpetuo, permanente,
irreparable. Y eso no es un estado, no puede desaparecer, solo puede crecer o,
en todo caso, dar la impresión de que crece, porque eso siempre ha estado ahí,
intacto, simplemente toma todo el espacio y todo el tiempo.
…Silencio…
¿Quién habla?
Pregunta: le agradezco por todo lo que
me ha enseñado, mi corazón está feliz ahora con un reconocimiento infinito, y
está abierto de par en par para oír lo que tiene que decirme.
Tampoco olvides el reconocimiento para
ti. Sé agradecida hacia lo que eres, es decir el Todo, en todas partes, y la
nada aquí, juegues lo que juegues como papel y que sin embargo tienes que
cumplir. Pero rectifico una palabra, no te he enseñado nada si no es a desaprender.
Como mucho, acepto ser el olvido de lo que es conocido pero nunca os he
enseñado nada si no es, como acabo de decirlo, desaprender, deshaceros de lo
superfluo, de lo que os estorba. Y no puedo reivindicar nada, esto viene de
vosotros, realmente y concretamente. De alguna manera habéis aceptado dejar de
hacer esfuerzos, averiguarlo por vosotros mismos, olvidar todos los discursos,
todas las experiencias pasadas. Os habéis atrevido a estar desnudos, simples,
verdaderos. Aunque dure sólo cinco minutos, eso basta. Todo cambia, todo es
reencontrado.
Y ahí estáis en el verdadero servicio,
en el verdadero don, el que no espera nada a cambio, ni recompensa, ni
agradecimientos, ni gratitud, porque es Evidencia. Soy cada uno de vosotros,
sois cada uno de mí, en vosotros y en mí. La Fuente lo dijo, el Salvador está
en vosotros, reveladle. Siempre os hemos dicho que erais vosotros quienes
dabais este último paso. Por supuesto, está lo que había antes, pero os diré
sinceramente, incluso lo que había antes, con relación a esto, no representa
nada. Os ha permitido simplemente aligerar los pesos más pesados. Los pesos del
miedo, los pesos del supuesto karma, los pesos del mental, de vuestras
historias, de vuestras costumbres. Pero la Felicidad no está ahí, está en lo
que sucede ahora. Que estéis liberados, que estéis despiertos, que estéis
vibrando, que no sintáis nada, ya no hace ninguna diferencia hoy. Es esto lo
que está pasando. Cuando digo que volvéis a encontrar lo que siempre ha estado
ahí, cuando hay esta Felicidad, sabéis automáticamente que es la Verdad, que no
puede haber ninguna otra. Todo lo demás es fútil, vosotros mismos lo estáis
constatando.
¿Quién quiere decir algo o hablar?
Pregunta: no tengo tampoco ninguna
pregunta, pero escucho con gracia lo que tiene que decirme.
...Silencio...
Escucha el Verbo de Amor que se esparce
en tu ser. Canta la Resurrección, canta la Evidencia. De momento, sólo es un
susurro, pero este susurro se convertirá en un rugido, un estallido de
Felicidad, de claridad. Usa tu gratitud sobre ti misma, aunque sea sólo un susurro.
Anímalo. En esto no hay ni preguntas ni explicaciones, en esto sólo hay lo que
es verdad.
Lo que nombráis Teofanía, hoy, la vivís
con vosotros mismos. Sólo soy un catalizador, no actúo, no hago nada. Lo que
percibís y sentís es vuestra resonancia eterna. El susurro se vuelve rugido, el
rugido se vuelve el Coro de los Ángeles, el Coro de los Ángeles os lleva al
Paracleto, el Impersonal es vivido, Cristo es encontrado, se vive la Libertad.
No dejes más los pensamientos ordinarios contrariar este rugido que viene. No
te preocupes ni de mañana ni de ayer, deja que este niño interior venga a
ti.
...Silencio...
¿Quién quiere hablar o decir algo?
Pregunta: no tengo ninguna pregunta.
Acojo su Luz en la Felicidad y le escucho.
...Silencio...
Mi Luz, como dices, es tu Luz. La Luz es
infinita, no puede ser la propiedad de nadie porque es la misma para cada uno,
sea cual sea el papel, sea cual sea la escena del teatro que se esté jugando.
En esta Felicidad y en esta Luz que eres, no hay ni bien ni mal, está el Todo,
la plenitud, la alegría, donde el bien y el mal ni siquiera pueden ser
concebidos ni imaginados. Lo que está ahí entierra, de manera definitiva, lo
que podía parecer estorbaros, limitaros, restringiros. Eres mucho más vasta de
lo que puedas imaginar, anticipar o soñar. Es tan vasto que nada puede
escaparse a ello.
Así, todo lo que tienes que vivir, aquí
o en otra parte, se hace en la misma ligereza, en la misma evidencia, en el
acto más preciso, material, como en el acto más sutil, más invisible.
Hace mucho tiempo, hace algunos años
creo, utilizabais la respuesta del corazón para elegir, para decidir lo que
sea. Hoy, y cada día, el corazón tiene la respuesta para todo. Porque hay
Evidencia y la respuesta es el Silencio, entonces la Felicidad se expande
siempre más. Es un júbilo, tal y como se ha dicho, es una alegría. No podréis
encontrar ningún calificativo satisfactorio, es por esto que el silencio es
importante. No para guardarlo en un joyero sino al contrario para dejarlo
emerger y aparecer siempre más.
Nada puede rivalizar o confrontarse a
esto. Todo lo que quisiera oponerse en vosotros, en vuestro personaje, en
vuestra vida, a esto, sólo puede ser consumido por el Fuego del Amor. Este
Fuego del Amor actúa, aunque no sea inmediatamente, constataréis rápidamente
que estas palabras no son unas palabras baladíes sino que son unas verdaderas
palabras. Cuando se os dice, por numerosos intervinientes, que el Amor es la
fuerza más poderosa, vais a averiguar la exactitud de esta afirmación. También
vais a averiguar que ningún miedo puede instalarse, es quemado, que ningún
sufrimiento puede perdurar, se disuelve.
Si tuviese que encontrar una imagen
sería que estáis en vías de identificación con vosotros mismos. Como dije, os
reencontráis. No es algo que encontráis, porque lo que era desconocido en el
seno de la persona, el seno de lo que sois es algo conocido, que no deja
ninguna sombra, ni nada en suspenso, todo está claro y límpido. Entonces sólo
queda ir en paz y vivir lo que la vida te ofrece vivir. Nada puede estar
perdido o estar oculto. Es la Libertad. Todas las demás verdades sólo pueden
salir de ahí.
Vais a ser cada vez más numerosos en ver
y en vivir que la cabeza no os sirve de nada, que simplemente ha servido para
mantener una historia, lo falso, para interactuar unos con otros. Estando
compartimentados y separados aparentemente, hicieron falta unos medios para
comunicar, para contar cada uno su historia, pero ahora, con lo que vivís, sólo
hay una única historia, es común a cada uno, sólo hay unas diferencias de
formas y unas historias anexas. Esto no os limita en nada, esto derrumba todos
los límites, incluso los de vuestro cuerpo.
...Silencio...
¿Quién quiere hablar?
Pregunta: muchísimas gracias por todos
estos momentos compartidos de Felicidad y de Verdad. No tengo ninguna pregunta
y soy todo oídos y muy feliz de ser.
Entonces, ¿cómo debo entender el todo
oídos, “todo oídos” o “toda Sí”?
Pregunta: soy toda oídos.
Pero, yo te prefiero “toda Sí”. Entonces
escucha, hermana mía, escucha lo que digo a tu corazón.
...Silencio...
Lo que tengo que decirte cabe en tu
sonrisa y en mi sonrisa. Entonces te digo, ahora que has dicho “sí” y que eres
todo oído, sonríe, porque la sonrisa es la muralla inviolable ante las
ilusiones de este mundo, sea cual sea la circunstancia o el acontecimiento, y
la sonrisa de tus labios es la sonrisa de tu corazón. Entonces el brillo del
ojo se convierte en la radiación del corazón, entonces, en el silencio de las
palabras, el Ángel de la Presencia canta tu resurrección. ¿Quién podría tener
el orgullo o la vanidad de oponerse a esto? Incluso lo que fue llamado creo,
por el Comendador, los chicos malos o los guiñoles, sólo son unos fantasmas
mientras siguen jugando a este juego. No pueden hacer nada contra la sonrisa,
no pueden hacer nada contra la Libertad. De hecho para ellos, esto es una gran
lección, con el fin de ayudarles a reencontrarse ellos también. Nada es grave
en el Amor, todo es justo. Habiéndose reencontrado, todo es perfecto,
integralmente y totalmente.
...Silencio...
¿Quién desea hablar?
Estamos llegando al final del tiempo
concedido, pero puede haber una última pregunta. Todavía hay más preguntas.
Pues si queréis, estaré a vuestra
disposición en otro momento.
¿Hay una última pregunta?
Pregunta: con cada una de sus presencias
entre nosotros, estoy en una felicidad inconmensurable y tengo una gratitud
profunda por la ayuda que me aportó hace unos meses.
Pues desearía decirte una única cosa:
estoy siempre ahí, como estás siempre ahí, nunca lo olvides. Lo que percibes no
viene de mí sino de ti, es lo que eres. Incluso esto, tienes que girarlo hacia
ti. Soy totalmente tú, no en una forma sino que en la joya. Siempre estoy ahí
como siempre has estado ahí, sean cuales sean las apariencias y las vicisitudes
de esta Ilusión. Acéptalo, y sobre todo experiméntalo, vívelo. No necesitas
ningún objeto, ninguna foto mía ni nada más. No necesitas pensar en mí. El
pensamiento está en la cabeza, estoy en tu corazón. Soy tu corazón, todo el
tiempo, en cualquier cosa que pase.
...Silencio...
Entonces ha llegado tal vez el momento
de dejar descansar vuestros oídos. Y como hay más peticiones ‒ de hecho no
tengo que negociar nada ‒, vuelvo cuando quiero. Ah, me dicen que efectivamente
tenéis que escuchar una historia importante mañana, volveré después. Mientras
tanto, incluso en el silencio no puedo desaparecer. He desaparecido totalmente
y la desaparición os hace aparecer por todas partes.
Entonces, si tuviese que formular un
deseo, no es una petición sino un deseo que os parecerá evidente. No os
apartéis de esto, pase lo que pase esto no puede dejaros; sea cual sea la pena,
el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, o la felicidad, siempre está ahí.
Eh bien Bidi os saluda, y Bidi volverá.
En cada uno de vosotros, la Paz, la
ligereza, y como decía alguien, creo, en vuestra literatura: «Uno para todos, y
todos para Uno.»
Hasta pronto.
***