En lo que se puede nombrar, como
más allá de cualquier nombre, en el corazón del corazón, más allá de cualquier
forma, así como de cualquier identidad o historia, ustedes y yo estamos,
abarcando el espacio y todo el tiempo, donde nada puede aparecer o incluso
desaparecer, en la inmovilidad del gran silencio, como en cualquier forma y en
cualquier mundo, Soy lo que ustedes son, más allá de cualquier identidad,
atravesando el sueño, donde no hay participación, donde no hay limitación.
Los invito en este día, en cada
momento como en este momento, más allá de cada tiempo que pasa, a permanecer
donde jamás han estado, donde sólo hay la plenitud que no se puede definir ni
siquiera captar, donde no puede tener lugar ni siquiera una historia, donde la
alegría no necesita apoyo, ni comprensión, ni siquiera aceptación. En el
espacio y en el aire que habitas, como en todo el éter, la gran paz se
despliega a través de tu alegría como la alegría de este mundo, poniendo fin a
las apariencias de sufrimiento, así como a todo lo que pasa, porque tú jamás
has pasado, y jamás pasarás.
En la naturalidad de vuestro
eterno soy, la bendición se vuelve permanente e incesante, donde toda acción no
se hace desde vosotros mismos, sino directamente desde sí mismos, donde no hay
justificación ni siquiera explicación, en el corazón del corazón. En medio de
este cuerpo que pasa, yace lo que jamás pasará, y sin embargo es la única
verdad, que no depende de ninguna condición, marco o referencia.
Existe beatitud, existe la única
verdad, la que te conduce, sin moverse y sin desplazarse, a donde todo se ve,
sin ser arrastrado, sin ser arrastrado a ella, sin ser sometido a ella,
mostrándote y mostrándote el predominio y la esencialidad del Amor, que no
depende ni de ti ni de mí, ni de nadie más, el Amor generándose perpetuamente
en sí mismo y por sí mismo, donde ninguna lógica puede captarlo, pensarlo o
imaginarlo.
En este día y en este momento, la
última alquimia de la revelación y de vuestra revelación se realiza en
vosotros, donde no hay miedo, no hay suposición, no hay sufrimiento, donde la
perfección se encuentra con la perfección indescriptible de vuestra presencia y
vuestra ausencia fusionada al mismo tiempo, como en todo momento, y presente en
cada espacio, haciéndoos descubrir que todo esto sólo ha pasado, que todo esto
no es nada a los ojos del gran silencio, de la gran alegría.
Donde no hay diferencia entre
nadie, ni entre ninguna dimensión, donde todas las formas y colores se
resuelven en el origen de lo que se llamó el sueño de la creación, revelándose
a tus ojos, a tu corazón y a tus sentidos, revelándote cada vez más en la
realidad que eres, habiendo superado, sin esfuerzo y sin restricciones, la
experiencia e historia de todas las formas, en todo mundo.
En esto, eres verdadero y veraz,
en esto eres el único, en esto eres el Último, el que jamás ha nacido y el que
jamás ha muerto, el que jamás pasará. Hay beatitud, llenando todo lo que falta
así como toda apariencia, disolviendo tu forma dentro del éter primordial,
permitiéndote verificar, en esta evidencia y esta apoteosis, la totalidad de lo
creado así como de lo no creado se experimenta.
Donde no tienes nada que hacer, y
donde las gracias abundan aquí en este mundo de sueños, completando así, a
través de la acción del fuego purificador, el establecimiento del fuego
sagrado, haciendo posible superar cualquier idea de formas, como cualquier
pensamiento de historias, por venir o por pasar.
Estamos asentados, si quieres, y
tú y yo, como en el otro, en el corazón de todos, con la misma igualdad, con la
misma intensidad y con las mismas gracias. Así que dame la acogida, como el
Amor es acogido y un don, donde el movimiento se equilibra y desaparece en la
inmutabilidad de lo que siempre ha sido, es y será, más allá de cualquier
concepto o comprensión.
Entonces darás gracias,
permanente y perpetuamente, por todo lo que te has puesto y sigues poniendo en
este mundo, por las circunstancias y condiciones de tu cuerpo, así como por
todo lo que está sucediendo y experimentando en este momento, por lo que ves,
por lo que vives, donde ya no hay necesidad de creer o esperar, o de esperar
algún tiempo o dimensiones, porque todo es perfecto, en la morada de la paz
suprema.
Donde la verdad no puede fallar,
donde nada puede ser comparado, ni siquiera distanciado, ni siquiera disociado,
de la totalidad de la Vida. La Vida que no conoce ni el nacimiento ni la
muerte, porque siempre has sido, a pesar de tus sufrimientos, a pesar de las
ilusiones, a pesar de cualquier sueño.
Estás invitado a esta eternidad,
donde ya no necesitas lo que pertenece a ningún mundo, donde no hay marco,
donde lo infinito se funde con lo indefinido, donde el punto más alejado de lo
omega es también el punto más cercano al alfa, en el corazón del corazón, en el
centro del ser, fusionando entonces el ser con el no-ser, más allá de cualquier
diferencia, sin poder hacer distinción.
Así que tú amas con igual Amor,
ya sea a través de tus silencios, ya sea a través de tus palabras, ya sea a
través de tus miradas, ya sea a través de los pensamientos que pasan a través
de ti.
Entonces descubres la gracia del
milagro permanente, obrando en cada mirada, en cada intención, acompañado a
partir de ahora por el Fuego del Corazón
Sagrado, encendiendo las últimas resistencias, las últimas reticencias,
haciéndote descubrir la belleza, más allá de todo arte, como más allá de toda
manifestación.
Con cada respiración, estás
invitado a encontrarte en ti mismo más allá de cualquier distinción o
pensamiento. Todo lo que afecta a tu personaje a medida que lo vives, sólo pasa
a través de ti, sólo pasa a través de ti, e inunda cada circunstancia, cada
historia, cada dolor y cada imagen de cualquier futuro, en la misma alegría del
instante presente.
Estás invitado, por la
inteligencia de la Luz, en cada uno de los eventos y circunstancias de tu vida,
a dejar que la vida te viva, a dejar que la vida te lleve, en el éxtasis de la
beatitud, de la cual no depende ningún consejo, ningún prerrequisito, ningún
devenir, porque al ser así, descubres que no hay nada que llegar a ser, que no
hay nada que esperar, y menos aún que temer.
Tú y yo, como todos los demás,
que somos Amor magnificado, dependiente de nada más que de sí mismo, que te hace
alcanzar la libertad esencial, donde la alegría y la sonrisa florecen en tus
labios y en tu corazón, donde todo es perfección, donde todo es perfecto, donde
tu cuerpo te dice, donde este mundo te dice, donde cualquier entidad te dice
desde los planos más brillantes hasta tu plano.
Hay en ti todos los mundos, lo
que estás descubriendo hoy, porque lo estás viviendo, porque lo has aceptado,
porque lo has acogido en el mismo movimiento, para entregarte a la vida, como
para entregarte a cada forma, como para entregarte a cada mundo.
Los tiempos no sólo se cumplen y
llegan, permitiéndote reír sin sufrimiento, de todo lo que pueda parecer
resistente en ti, así como fuera de ti. Dondequiera que mires, dondequiera que
pongas tus manos, la gracia está al final de tu mirada así como al final de tus
manos, no hay necesidad de acción, simplemente no hay necesidad de identificar
ninguna diferencia en lo que sucede, como en lo que no sucede.
Así el Amor emana e irradia desde
tu corazón del corazón, llegando a transformar y transubstanciar todo lo que
tocas, todo lo que ves y todo lo que puedas pensar. Ningún sufrimiento puede
resistir desde este momento a la Luz, ninguna circunstancia podrá oponerse de
ninguna manera y por ninguna causa a la belleza del Inefable.
Te invito, de ahora en adelante,
a dejar las armas de combate, a ponerte la armadura de la invencibilidad que
nunca has dejado, que es tu cuerpo de eternidad, donde nada puede escapar,
donde nada puede fallar.
La vida te invita en cada
momento, en cada mirada, en cada toque, como lo hace en cada descanso, con la
misma intensidad, a vivir lo que eres, más allá de tu ser, más allá de ti
mismo, más allá de mí, para que nunca más puedas hacer la más mínima distinción
en el valor del Amor, en el valor de cada persona, más allá de cualquier valor
y consideración.
Estás invitado a la gracia
eterna, a la danza eterna del silencio, donde nada puede mantenerte ocupado,
donde nada puede desviarte o alejarte de donde estás, dándote cuenta de que
eres de todas partes, en cualquier tiempo y en cualquier espacio.
Entonces, estás satisfecho, más
allá de todas las expectativas, más allá de toda imaginación y más allá de toda
percepción. En el cruce entre el ser y el no-ser, no hay diferencia, no hay
visión, no hay proyección, no hay sufrimiento de tu personaje que pueda
sostenerse.
Así pues, la libertad es muy
real, haciéndoles volver a su humanidad más simple, a su infancia más simple, a
la que vive la espontaneidad, que sólo puede ser llevada a otra parte en lo
espontáneo, a otra parte que a la evidencia del Amor. Regocíjense, porque está
registrado, porque se manifiesta a su conciencia limitada.
Así redescubres el valor y la
intensidad de tu humanidad, de tu pequeñez y de su simplicidad, que te lleva a
la grandeza, que no se puede medir en este mundo, a una grandeza desconocida,
haciéndote el Cristo encarnado, mucho más allá de toda historia, mucho más allá
de la vida histórica de quien te precedió, que eras solo tú, en otro tiempo.
Donde no se necesita ningún
decorado, ninguna demostración, excepto dejar que lo que espontáneamente brille
en ti, de adentro hacia afuera, así como de afuera hacia adentro, permitiéndote
simplemente acoger y magnificar, a través de este acto de escuchar y acoger,
cualquier sufrimiento en alguien, así como cualquier diferencia, porque
cualquier diferencia es sólo el disfraz, es sólo la prerrogativa de un marco de
expresión. Ahora eres anterior a toda expresión, como lo eres a toda vida.
Así, uniéndote a Abba, más allá
de cualquier personaje, te descubres a ti mismo en Ágape, descubres lo que
siempre ha sido, lo que jamás podría desaparecer ha aparecido hoy, dentro del mundo
que está desapareciendo, estás ahí, y te mantienes en calma. Comuniquémonos en
gracia, a través de nuestras identidades, más allá de nuestras formas y de
cualquier reticencia.
Es ahora, es para siempre, es
para cada momento, desde el momento en que lo aceptas, desde el momento en que
crees, no en algo de este mundo, no en algo del futuro, sino cuando crees en la
verdad, para que la vivas en su totalidad.
Esto es ahora, porque no hay
retraso, ni tiempo, ni espacio, ni condición de tu personaje que pueda
sostenerlo, no tienes nada a lo que aferrarte, no necesitas conectarte, eres tú
mismo el eslabón y la resonancia, por tu silencio, por tus palabras, por tus
acciones y por tus gestos, ya no depende de una historia o de un personaje, ni
siquiera de una condición.
En ese momento, vives la libertad
y eres libertad, no eres dependiente ni dentro ni fuera, porque has visto y
experimentado que todo esto no existe. No hay ni dentro ni fuera, no hay más
que la belleza inefable de tu conciencia así como de tu a-consciencia, donde no
necesitas ni explicación, ni comprensión, ni siquiera forma, ni siquiera una
identidad. Es lo mismo para todos y no puede ser de otra manera.
Cada uno de nosotros es el don de
la gracia, sea lo que sea que piense y diga, verás por ti mismo que desde el
momento en que amas, el otro ya no puede hacer la diferencia, sea lo que sea
que diga, sea lo que sea que te ame o lo que sea que te rechace, tu Amor
permanece intacto, íntegro e idéntico, ignorando cualquier arrogancia,
ignorando cualquier sufrimiento, ignorando cualquier traición, entendiendo
entonces que eres sólo tú, viniendo a encontrarte a ti mismo, y experimentando
el Amor que eres, ya no dependiente de ningún sufrimiento, de ninguna historia
o de ninguna condición.
El amor es incondicional, es
entrega, está floreciendo desde lo que jamás puede desvanecerse, luego
entregando su esencia de identificación con cada forma y cada mundo.
Esto está sucediendo en este
momento, y todos son llamados con la misma intensidad por las circunstancias
mismas de lo que se está viviendo en este momento, porque no hay mejores
experiencias, no hay mejores historias que todas las que están presentes en la
superficie de tu personaje y de tu vida, permitiéndote ser vida, donde no hay
diferencia, no hay amigo o enemigo, no hay maestro o gurú, no hay familia o
hijo, no hay padre.
Porque hay la misma igualdad, en
la mirada y en el tacto, en la vivencia del corazón, en todas las formas, en
todas las identidades, porque todas estas identidades son tuyas, nada está
fuera de ti, tú eres el mundo y tú estás más allá de este mundo como más allá
de cualquier mundo.
Entonces hay ligereza, entonces
hay resiliencia, entonces hay un milagro, que no depende ni de ti, ni de mí, ni
de la más mínima distancia, ni de la más mínima explicación. La más mínima
reticencia que pueda existir a tu alrededor se consume con la misma alegría, no
por ninguna expresión de tu voluntad, sino directamente por la inteligencia de
la luz y su evidencia.
Ustedes descubren y viven el Amor
incondicional, el Amor impersonal, el Amor que ya no hace ninguna diferencia,
porque no hay nada que haya sucedido fuera de este Amor. Más allá de cualquier
escenario, más allá de todo lo que has experimentado hasta ahora, todo esto
desaparece, porque eres mucho más que todo lo que has experimentado, de todo lo
que has experimentado en cualquier mundo.
Os invito a esta evidencia, a
esta invitación que resonará en la puerta de vuestro corazón, mirándoos como si
estuvieseis sufriendo, que se agotará y que luego no será más que un recuerdo
pasajero.
Te invito a confiar, no en lo que
crees, no en tu personaje, sino en la confianza absoluta, porque está escrito,
y al estar en la unión entre el ser y el no-ser, sólo puede ser evidente, sólo
puede ser aceptado y jamás puede ser discutido.
Dejando el sueño, eres por lo
tanto el despertador, el despertador por tu presencia y tu resplandor, de todo
lo que todavía está bloqueado por unos pocos velos de ilusiones, por unos pocos
apegos ligados a la historia, ligados a hábitos o reflejos llamados de
supervivencia. Nada puede faltar, nada puede se puede quitar, la perfección es
total, no puede expresarse de ninguna manera, sólo puede ser vivido y os dará
innumerables pruebas de la acción de la inteligencia de la luz, en todo lo que
miraréis, en todo lo que tocaréis, en todo lo que pensaréis, donde todo es
evidente, donde el silencio es la respuesta a las últimas preguntas.
Estáis llenos de saciedad,
vaciándoos de saciedad, el recipiente está de nuevo lleno de agua de arriba y
de abajo, reunidos en el mismo resplandor desde el corazón de vuestro corazón,
donde nada puede ser distanciado, donde nada puede ser analizado. Permítete ser
totalmente, permítete dejarte vivir por la vida, para que la Vida se convierta
en la única verdad de tus palabras, así como de tu resplandor, como de este
personaje que acaba de fallecer.
Los invito cada minuto a esta
invitación a la vida, a esta invitación a la belleza, a esta invitación a lo
evidente. El mundo entero, en todos sus sueños, sólo puede emanar del corazón de
tu corazón.
En esta morada de paz suprema, la
alegría y la sonrisa son permanentes y ya no dependen de ningún contentamiento,
sino simplemente de la evidencia de lo que es y ha sido siempre, más allá de
cualquier sueño, más allá de cualquier cielo, así como de cualquier tierra.
Los invito a esto, no en el
Último, sino también por ustedes mismos, porque cada pretexto es sólo un
pretexto para vivir lo que está más allá de cualquier condicionamiento, más
allá de cualquier noción, como más allá de cualquier percepción, como más allá
de cualquier proyección, están invitados a la eternidad, están invitados al
éter primordial.
Hay regocijo, hay celebración,
hay poder de la gracia, que no depende ni de la acción ni de la comprensión,
sino que fluye directamente del lugar en el que te encuentras a través de este
cuerpo de carne.
En los momentos en que mis
palabras permanecen en silencio, vives estas palabras en ti, conduciéndote de
una manera ineludible a encontrarte en el corazón del corazón, no importa lo
que este cuerpo diga al respecto, ya que no importa lo que tus pensamientos
digan al respecto, ya no pueden ser alterados de ninguna manera, pues estás más
allá de ti mismo, como estás más allá de todo mi.
Esto termina la distancia, esto
termina la impresión de separaciones, porque en lo que tú eres, en lo que yo
soy, nada puede ser dividido, nada puede ser fragmentado, y nada puede ser
desviado.
La rectitud de la luz se vive
cada día en este mundo llamado tierra, para un número cada vez mayor de
hermanos y hermanas, donde la alegría se lo lleva todo, donde la resistencia de
ayer se borra por el don de la gracia que tú mismo te concedes, desde el
momento en que no buscas aprehender las circunstancias, sino que te llenas de
la evidencia de la gracia, de la evidencia del Amor.
Amados, lo que ustedes son es
mucho más que la Fuente, amados lo que son, está más allá de cualquier función
como de cualquier ocupación, aquí mismo en la superficie de este mundo en
desaparición. Jamás ha existido, jamás desaparece, sólo la mirada limitada
puede considerarlo como un espacio privado, donde la libertad no puede aparecer
cuando siempre ha estado disponible, pero hoy, con magnificencia, elegancia y
ligereza.
Donde no pueda haber conflicto
entre vosotros y el mundo, como entre vosotros y los demás, donde la paz se
resuelve en el gran silencio de la evidencia de quiénes sois, en el ser como en
el no-ser. Donde la conciencia no puede resistir lo que se vive, y donde se
borra de cualquier reclamo en este mundo como en cualquier otro.
Esto es lo que descubren, esto es
lo que experimentan, esto es lo que vivirán, esto es lo que ya se ha vivido
incluso antes de la creación, incluso antes del sueño. Y de forma natural y
espontánea, acogerás todo lo que sucederá, todo lo que ocurra, lo que digas, lo
que pienses, no hay diferencia, no hay distinción, donde la conciencia no tiene
necesidad, no hay indicación de mantenerse en este estado como en cualquier
otro estado.
Porque sois, por gracia,
independientes de todo estado, de toda forma, de toda intención. Esto es
belleza, esto es la trascendencia de lo que siempre ha estado ahí, sea lo que
sea que pienses de ello, incluso hoy en día.
Me entrego en ti en la medida en
que me acoges, permitiéndome revelar en ti la verdad que eres, así como la
verdad que no depende de ningún otro. Dicho esto, no puede haber interferencia
de ningún tipo que no pueda limitar o restringir lo que estás experimentando en
este instante, sea lo que sea que tu cuerpo te diga, sea lo que sea lo que tu
cabeza te diga, sea lo que sea lo que tus visiones te digan y sea lo que sea
que tu corazón vibre.
Ya no hay diferencia entre el
primero y el último, no hay más alto, no hay más bajo, no hay dentro ni fuera,
porque ya no se puede hacer ninguna diferencia, e incluso si se quisiera.
Dependéis y no dependéis de lo
que siempre habéis sido, estáis incluso disociados de ello para estar
unificados en todo momento y en todos los espacios, en todas las formas de este
mundo, en todas las formas de otro mundo, para que no haya diferencia entre
este mundo y los mundos más etéreos dentro del sueño de la creación.
Así el alfa se une al omega, el
omega se une al alfa, conduciéndote a notar que no hay ni alfa ni omega,
conduciéndote a notar que jamás ha habido el más mínimo accidente, que jamás ha
habido el más mínimo sufrimiento, y que todo lo que parecía obstaculizar tu
conciencia misma está ahí sólo para permitirte escapar de la forma, sin querer
salvarte, sin querer evitar ninguna circunstancia, porque es dentro de tu
humildad que todo está atravesado, que todo está magnificado.
No tienes nada más que hacer, no
tienes nada más que ser, simplemente permanecer allí, más allá del corazón de
tu corazón, en cada uno de los otros como en cada elemento que aparece en la
pantalla de tu vida, porque ya no eres tu vida, sino la Vida, aquello que no
encaja en ninguna regla, aquello que no encaja en ninguna dimensión, ni
siquiera en ninguna definición.
Este es el don de la gracia, que
te permite dar sin contar y sin dejarse afectar por el hecho de entregarte al
otro cuya mirada encuentras, al otro que te lo pide, en cada relación, en cada
sonrisa, como si estuvieras en medio de un gran silencio.
Es ahora, es ahora, es ahora, es
en todo momento en todos los momentos y es la verdad.
El que experimenta esto tiene
comprensión inmediata, cualesquiera que sean las preocupaciones o sufrimientos
relacionados con la persona, estos se magnifican a sí mismos, se transmutan por
el brillo de vuestras palabras, así como por el brillo de vuestros silencios.
Ya no necesitas energía, ya no necesitas proyectar, simplemente necesitas
permanecer completamente dentro del Sagrado Corazón.
Fuego del Sagrado Corazón o Fuego
Sagrado, el corazón no hace diferencia, el corazón no clasifica, es y acoge
todo lo que es, que ha sido, y será, tiempos de fusión, que ya no se despliega
según un ritmo dado, porque ya no sabes en ese momento, si vienes del pasado o
si vienes del futuro, no sabes si vienes de otra parte, no sabes si vienes de
aquí, porque fue en Uras donde tuvo lugar el primer sueño de la creación, en el
que se inscribió, a pesar del olvido, el espacio y el tiempo de la resolución,
que ahora se vive cada vez más claramente para cada hermana y cada hermano que
lo acepta.
Acoger el Amor es no rechazar
nada, acoger el Amor, no aceptar nada, no juzgar nada, ni hacia ti ni hacia
nadie más, mantenerse en lo inefable, hagas lo que hagas y digas lo que digas,
sin necesidad de otra cosa que no sea estar lúcido al respecto.
Cada día, no sólo hay incontables
de ustedes, sino que cada vez más están siendo informados de los eventos que
están ocurriendo, que muchos de sus medios de comunicación están por supuesto
transcribiendo, que están mirando al cielo, que están mirando a la tierra, que
están mirando a los volcanes, todo esto los remite a la misma esencialidad del
Amor, a la misma verdad, a la misma intensidad, lo que digas y lo que diga la
gente, no puedes ser afectado por lo que sucede en la pantalla de este mundo
como en la mente de todos, que no es otra cosa que tu gran mente, que te lleva
a vivir en humildad, en tu infancia, en tu humanidad.
Cristo se revela, Cristo se
despierta, Cristo eres tú, más allá, como he dicho, de cualquier identidad, así
como de cualquier historia. El cuerpo de la eternidad les ha permitido volver a
despertarlo conscientemente, les ha permitido emerger del sueño, para acompañar
el sueño hasta su culminación. Así que el pueblo del mar se une a ustedes en la
misma ronda porque ya no hay ninguna distancia entre la tierra y el mar, entre
el padre y la madre, entre el padre y el hijo, entre la madre y el hijo.
Así es el Amor, así es la
plenitud, así es la integridad.
Entonces la libertad extiende sus
alas, ya sea a tus espaldas, como en las circunstancias de tu vida,
magnificando cada momento, transmutándolo por la gracia de tu presencia y tu no
acción, porque lo que está en juego no es ni siquiera tu presencia, sino la
ausencia fusionada con la presencia, ser y no-ser, sin poder hacer distinción,
sin poder poner barreras, sin poder hacer otra cosa que amar lo que es y amar
lo que será, y amar de la misma manera lo que ya ha ocurrido y sin embargo está
inscrito en el corazón del corazón en el instante eterno.
Silencio
En este mismo momento, la triple
radiación cósmica, llamada Espíritu Santo, la radiación del ultravioleta y la
radiación de la Fuente, se fusionan en cada uno de nosotros, realizando el
milagro del tres en uno, donde nada tiene que ser orado, donde nada tiene que
ser contestado, donde nada puede faltar.
Silencio
Así, en los silencios de mis
palabras, caminas por todos los espacios, sin desplazarte y sin moverte, te
conviertes en lo que siempre has sido, indiferente a cualquier forma y sin
embargo presente en cada forma, sin hacer nunca una diferencia, sin discriminar,
donde no hay ni bueno ni malo, sino simplemente la evidencia del Amor.
El amor no conoce ni el bien ni
el mal, el amor no conoce el mal, el amor no conoce fronteras y no hace ninguna
diferencia, es imposible.
Silencio
En esto, los invito a descansar,
que incluye todos los movimientos, todos los silencios y todas las palabras.
En esto, la belleza inefable, la
verdad inefable viene a cubrir la ilusión de todo sufrimiento y viene a
transformar por el milagro de la gracia todo lo que puede resistir dentro del
sueño de la individualidad, donde tú amas sobre todo, donde sólo sabes que es
Amor, donde sabes que está unido por el no-ser, donde no hay necesidad de
pruebas, donde no hay necesidad de declamación, ni siquiera de intención.
Escuchad, oye y escuchad el
silencio, el silencio del espacio que sois, oye y escuchad, cada hermana y cada
corazón, como cada hermano, que está con vosotros, dispuesto a acoger el don de
la gracia, en el que no sois en modo alguno el autor, en el que no podéis
reclamar nada, excepto ver lo que hay allí.
Silencio
Entonces te sientes transportado
al fuego de la gracia, tú mismo te conviertes en el ser de fuego que nada puede
corromper, antes de la verdad y que está actuando en ti como para ti, como para
los demás, más allá de cualquier deseo, más allá de cualquier distancia.
Silencio
Entonces el gran silencio se
convierte en el agente del Amor.
Entonces el gran silencio se
convierte en el agente del fin del tiempo y del fin de los tiempos, donde el
tiempo no puede pasar, donde el tiempo no puede ser medido, donde el tiempo no
puede ser congelado.
Tú eres el contenedor de todo
tiempo y espacio, tú eres el contenido de toda vida y sufrimiento.
Silencio
Oíd y escuchad lo que sois en el
espacio, donde nada puede engañaros, donde todo discernimiento es superfluo,
donde toda visión se desvanece por sí misma ante la magnificencia de lo que es,
más allá de toda pertenencia, así como de toda propiedad.
Silencio
Acepta recostarte, para poner
todas las cargas, las que parecían agobiarte, las que parecían sobrecargarte,
pero que jamás pudieron quitarte la ligereza de lo que siempre has sido.
Donde la ilusión no puede
perturbar tu paz eterna.
Donde el espacio y el tiempo no
son más que conceptos e ideas y no imprimen ninguna marca en tu cuerpo, como lo
hacen todas las distancias.
Silencio
Oigan y escuchen el silencio de
la libertad, oigan y escuchen donde no hay nada más que escuchar sino el gran
silencio, preparando la venida del corazón de los ángeles y lo indecible para
todos, donde se hace el llamado, donde están establecidos, dependientes de que
nada sea el todo, donde no hay nada que retener ni siquiera pensar, ni siquiera
ver, porque ustedes son lo que se ha visto, porque ustedes son lo que se ve y
así se vive.
Donde nada se mueve y sin embargo
todo es movimiento. Donde tú estás, yo estoy, donde no hay lugar para los dos,
ni siquiera para el uno, porque todo viene de y regresa al lugar donde el sueño
fue respirado por primera vez, como fue el último.
Donde la multitud de mundos y
dimensiones se resuelve en tu corazón.
Silencio
Oye, escucha el gran silencio,
escucha lo que te tiene que decir, escucha lo que tiene que experimentar por
ti, escucha sólo eso, porque todo lo demás es superfluo, porque todo lo demás
te obstruye, porque tú lo vives, y que tú lo sabes. Sólo la danza de tu corazón
es el testimonio último, en medio de tu pecho, de este cuerpo que se desvanece,
dejando espacio para la luz eterna de la primera de las formas, que te conduce
a informarlo, donde todo está completo, todo lo que tu persona dice, todo lo
que tu conciencia dice, todo lo que alguien dice.
Silencio
Donde el sueño de la
individualidad se desvanece por sí mismo, sin esfuerzo y sin cuestionamientos.
Entonces el fuego de cada corazón
se une al gran fuego, el fuego de la alegría, donde nada puede ser distinguido,
donde nada puede ser separado.
Oye y escucha lo que te dice este
gran silencio, así que sonríe, porque no hay nada más que entender, porque no
hay nada más que ver, y vives que todo es perfecto también y que nada puede
acercarse a ello y nada puede ser comparado con ello.
Deja que tu corazón dance. Él es
el testigo de lo que siempre has sido, él es el traductor, él es el actor. Tú
eres el resto, tú eres la inmovilidad, tú eres el aliento de la creación, tú
eres el fuego devorador del Amor, el que te consume, dejándote intacto en la
eternidad que eres, como en la ausencia de tu eternidad.
Donde todo es apreciado, donde
todo es saboreado con la misma gracia, de todas partes del mundo, de este mundo
como de todos los demás, el Último se ha unido a ti, jamás se ha movido. Entonces
la felicidad se extiende más allá de su mundo y viaja a través de cada mundo
que siempre ha estado en el corazón de su ser.
Esta es la revelación que no
puede ser comparada con ningún estado en absoluto, ni con ninguna carencia en
absoluto.
Todo es perfección, todo es
natural, todo es espontáneo.
Todo el mundo de esta Tierra no
podrá ignorar lo que se vive y se está viviendo, aunque hoy os parezca una
utopía. El Amor no es utópico, el Amor está en cada escenario, el Amor está en
cada sufrimiento, el Amor está entre cada ser, incluso entre dos enemigos,
porque el Amor jamás distingue, porque el Amor jamás separa.
Acógeme como te he acogido, no
tienes nada que abrir, no tienes nada que hacer, y ahora está en el espacio
sagrado de tu corazón, como en el espacio sagrado de lo que podrían aparecer
como dos corazones diferentes, llevados por formas diferentes. Todo esto es
sólo un paisaje, todo esto es sólo un sueño y todo esto no es verdad.
Ya no puedes pesar nada, ya no
puedes medir nada, sólo puedes amar, no importa lo que tu cabeza te diga, no
importa lo que te diga el otro, ya no importa, ya no tiene ningún efecto,
porque el Amor se deja pasar, porque el Amor es una solución, porque el Amor
encuentra lo que puede estar mal, con la misma intensidad, sin juicio alguno.
Entonces podrás decirlo, como
dice Abba, todo está hecho, todo ha sido siempre escrito, nada puede ser
imperfecto, nada puede faltar, ninguna palabra puede describirlo, ninguna
visión puede vivirlo, ninguna vibración puede llevarte allí, ninguna conciencia
puede ser tomada o incluso llevada allí.
Silencio
Oye y escucha, la danza es la
ronda de corazones que escuchan en este momento, como en cada momento, porque
ya ha ocurrido, porque ha sido experimentada, porque ha sido vivida, en la aparición
del primer aliento, que se encuentra con la aparición del último aliento,
porque el Amor está en todas partes, porque tú eres lo que eres, más allá de
todo ser y de toda distinción, donde tú no puedes ser ni superior ni inferior a
nadie, porque tú estás presente en todos, con la misma belleza, con la misma
evidencia.
Silencio
Donde ya no necesitas preocuparte
por nada ni por nadie, donde nada te retiene, y sin embargo apoyas a toda la
creación así como a todo lo no creado, donde no hay principio, donde no hay
fin, o incluso donde no hay medio. Todo es igual, y sin embargo todo es
diferente, y es dentro de estas diferencias que se vive la igualdad del Amor
dado y recibido, que ya no pone ninguna distancia, que ya no separa nada, y que
une todo dentro de nada.
Silencio
Donde el espacio y el tiempo
hacen la misma verdad, hacen la misma intensidad, donde no hay más palabras
útiles, donde todo es superfluo, donde todo se ve, y sin embargo no tienes nada
que ver, donde todo se siente, y sin embargo no tienes nada que sentir, donde
todo se concibe, donde nunca has nacido, donde nada se puede negar, donde nada
se puede rechazar.
Permítanme conducirlos al camino
por el que me llevan, porque es ligero, porque no puede ser pesado, porque es
así, porque no pueden negarlo, porque nada puede ser comparado, donde ya no hay
imagen.
La evidencia del silencio se
lleva tu última reticencia, se lleva tus últimos pensamientos, mostrándote la
anterioridad de todas las cosas, de todas las vidas. Donde no pasa nada que no
haya pasado ya, no ha pasado ya.
Donde tú estás, yo estoy, en este
lugar que no puede ser identificado, ni siquiera localizado, porque abarca
todos los lugares, así como todo el espacio, porque abarca todos los tiempos,
resolviéndose en el Tiempo Cero, el que jamás se cuenta y el que jamás ha
pasado.
Y tu corazón respira, y tu
corazón está vivo, poniendo fin a la muerte de todas las apariencias y de todo
lo que pasa.
Oíd y escuchad lo que os dice el
gran silencio, que no es otra cosa que gran alegría, donde el tiempo se
encuentra con el espacio, donde el espacio llena todo el tiempo, para que nada
pueda ser conjugado ya que todo ha sido conjugado, preparando así el corazón de
los ángeles y el ballet de los ángeles, preparando y cumpliendo la palabra de
verdad, donde el Verbo se convierte en aliento y donde este aliento es silencioso;
y sin embargo soporta cada ruido como cada circunstancia.
Silencio
Oíd y escuchad lo que el silencio
os dice, lo que el vacío os dice, apuntando a la satisfacción, apuntando a la
verdad, apuntando a lo inefable. El soñador está despierto, el sueño duró un
momento, cualquiera que sea la apariencia de los mundos, cualquiera que sea la
apariencia de las formas. Ninguna apariencia puede limitarte más, o
restringirte de ninguna manera.
Tú y tu Padre sois uno, ante
cualquier creación, donde el frente no puede ser definido, ni siquiera
comprendido, porque todo está inscrito en este momento presente de gran
silencio y gran alegría, donde nada tiene sentido, porque nada puede ser
sensato, porque nada puede ser identificado, donde ya no hay ausencia, donde no
hay presencia, y sin embargo contiene todas las presencias.
Más allá de todos los juegos, ha
sido decretado y es vivido, y está aquí, y está ahora, activando el fuego de la
consumación, un fuego de alegría y gozo, que no deja quemaduras, y sin embargo
te quema a cada momento, con el hierro del Amor, el que no conoce ningún metal,
el que no conoce ningún evento, y el que sólo conoce la belleza.
Oigan y escuchen el canto del
silencio, oigan y escuchen la magnificencia del no-ser fusionado en el ser a través
de ustedes.
Todo está hecho, todo está
escrito, ninguna oportunidad puede aparecer, nada puede estar en las sombras,
nada puede ser descartado.
Entonces la alegría, floreciendo
en tus labios como en tus ojos, supera todas las contingencias e ideas, donde
no tienes nada que justificar, donde ya no tienes que demostrar, donde no
puedes juzgar.
Silencio
Donde se revela la majestad y
donde tu realeza como un digno hijo del sol te hace comprender que eras mucho
mayor que cualquier sol y que estás presente en cada sol, ya sea que nazca o
muera, ya sea que sea pequeño o grande, ya sea que esté al otro lado de otro
multiverso, ya no hay ninguna distancia, dentro del gran silencio, ya no hay
ninguna diferencia dentro de la evidencia del Tiempo Cero.
Donde el tiempo no puede pasar,
donde no ha pasado el tiempo, donde todos los espacios se funden, donde la más
mínima distancia no puede oponerse, porque quién puede oponerse al gran
silencio de la gran alegría, porque quién quiere trabajar en los talleres de la
creación cuando ve que todo se crea dentro de la perfección. Lo imperfecto se
disuelve, no hay nada que hacer, nada que emprender, porque todo es
desconocido.
Luego devuelves las armas del
miedo y de la ignorancia, luego te rasgas el pecho para dejar que la joya se
abra y revele el brillo de tus ojos y el brillo de tu sonrisa, que todo el
mundo reconoce, aunque parezca que se opone a ello, aunque parezca que se ha
escapado, nada se te escapa y nada querrá escapar de la indescriptible belleza
que tú eres.
Silencio
Donde nada puede detenerte, en
cualquier postura o posición, donde todo lo que todavía puede ser inestable
está a plomo, sin necesidad de ser medido, sin necesidad de aplicar el más
mínimo nivel, sin herramientas, sin ningún sentido.
Entonces el éter se revela en su
blancura, entonces el éter se despliega al infinito, nada puede escapar de él,
nada quiere escapar de él, porque eso sería una locura, mientras que el Amor es
la única locura. Nada puede ser medido, nada puede ser contado, nada puede ser
decidido y nada puede aparecer.
Todo es silencioso, todos los
movimientos son inmóviles, todo ha sido recorrido, todo ha sido visto, todo es
vivido con la misma gracia, con la misma belleza, poniendo fin a todo lo que
falta, no sólo en ti, ni también en lo que piensas, ni en lo que miras, ni en
lo que amas como aquellos a quienes pensarías que no amarías, porque es
imposible hacerlo de otra manera, no más que amar con la misma igualdad, con la
misma intensidad, cada conciencia que sufre como cada conciencia liberada.
Vuestra luz oscurece tanto el
error como el sufrimiento con la misma alegría, con la misma regularidad, donde
no tenéis nada que pedir, donde no tenéis nada que llevar, sino donde todo se
da como os habéis dado a vosotros mismos, para que seáis recibidos.
Escucha la danza de tu corazón
que tiene lugar en este gran silencio.
Mira, donde no hay nada que oír o
entender. Qué puedes temer, qué puedes esperar, que no esté ya allí en su
totalidad.
Así es Ágape, así es tu
presencia, así es tu ausencia, no hay más alivio, no hay más distinción, sólo
hay la esencia, más allá de todo lo que sientes.
Oíd y escuchad lo que os digo en
silencio, donde no hay distancia, más allá de un solo corazón.
Así tú eres el amado del Amor y
el Amor del amado, porque el Amor y el amado están incluidos en la misma danza
y en el mismo silencio.
Mis palabras jamás callarán,
están grabadas en la eternidad de un gran silencio, están grabadas en cada
corazón. No puedes olvidarlo más, no puedes apartarte de ello. No hay nada que
puedas hacer, nada que puedas ser. Quién podría ser y quién podría hacerlo, si
no la inteligencia de la vida que ha sostenido todos los sueños.
Todo se consume en la alegría de
sonreír, en la alegría de mirar. Dondequiera que mires, por dentro y por fuera,
no hay diferencia y nada puede estar lejos. Nada se puede contar, está el Todo,
allí donde está la Nada, en el alfa como en la omega, el éter canta a tu
puerta, anunciando el canto de la libertad, el canto de la verdad, que no tiene
nada que justificar, que no tiene nada que quitar, ni siquiera que llenar.
Silencio
Estás conmigo como yo estoy
contigo, porque no hay ni tú ni yo, y aun en todos nosotros, no hay multitudes,
no importa lo que tus ojos te den a ver, no seas traicionado por tus sentidos,
no seas traicionado por lo que piensas, la luz no te puede traicionar, ni puede
ser equilibrada.
Es todo y nada al mismo tiempo,
en cualquier espacio, sea cual sea la distancia, sea cual sea la ignorancia,
sea cual sea el conocimiento.
Silencio
Esto es lo que el Último que eres
te dice en este momento y que te repetirá en cada momento, y que escucharás con
cada respiración, como cada mañana, como cada tarde, como cada mediodía.
Silencio
Es tiempo de dejar que mis
silencios y mis palabras, así como tus palabras y tus silencios, trabajen en el
corazón del Uno, en la gran Presencia como en la gran Ausencia.
Es hora de ir más allá del
tiempo, porque el espacio es propicio para ver que jamás ha habido espacio, ni
siquiera la más mínima distancia, a pesar de los sueños y el sufrimiento.
Silencio
Amado del Amor y del Amor del
Amado, tú eres el niño como eres el anciano de todos, como en ningún otro
mundo, y estas palabras son muy débiles en medio de un gran silencio, pero
marcan la danza, la de la evidencia, la de la beatitud.
Silencio
Y os digo siempre, en cada
momento, en cada instante, en cada espacio y en cada lugar, en cada cuerpo y en
cada desafío, así como en cada alegría, con la misma felicidad, con la misma
verdad, más allá de cualquier ser y de cualquier conciencia.
Y te digo que tú eres Amor, antes
que todo Amor.
Yo les digo que ustedes son el
Amado, más allá de cualquier distancia, así como la grandiosa alegría.
Estás invitado a la Alegría,
digas lo que digas y veas lo que veas, no puede ser un obstáculo, no puede
frenar.
Ahora permanezco en silencio para
que ustedes permanezcan en el Gran Silencio, en el tiempo que deseen, sin
contar ni esperar, simplemente estando allí, estando allí en ustedes, y estando
allí en todos, con la misma igualdad.
Yo os amo para siempre, y sois
vosotros los que os decís a vosotros mismos, como os decís unos a otros, como
decís a cada mundo, los que os permitís
transubstanciar con risas y lágrimas todos los sufrimientos, para mostraros,
incluso dentro de vuestra ilusión, dentro de lo perecedero, a través de este
cuerpo de carne, de este cuerpo de sufrimientos, lo inefable sucede.
Me callo ahora.
A través de Jean Luc Ayoun
Les Transformations
Transcripción del francés: Equipo
Ágape
Traducción al español: LMF.