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Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra. Os saludo a todos, hijos
míos y os propongo en primer lugar, después de agradeceros vuestra presencia,
vuestra escucha o vuestra lectura, que os instaléis conmigo en el silencio y en
la evidencia de la Paz, en el Corazón del Corazón, ahí donde todo es felicidad.
Al mismo tiempo, permitidme depositar sobre vuestros hombros, el Manto Azul de
la Gracia.
…Silencio…
Mis hijos bien amados, rindo gracia a vuestra acogida y a vuestro corazón.
…Silencio…
Vengo a deciros que estéis listos. No tenéis que preparar nada, solo estar
ahí, en la acogida y en la humildad.
En lo que está sucediendo en la Tierra, desde la fecha mencionada del 5 de
noviembre del año 2017, se produce en vuestro corazón la reunión del Cielo y de
la tierra, haciéndoos ver y vivir la felicidad del Corazón, ahí donde la
evidencia prevalece sobre cualquier pregunta o cuestionamiento, ahí donde os
convertís en la Vida, más que en vuestra vida, ahí donde la Eternidad despliega
su majestad dentro de vuestro efímero, para conduciros a más lucidez, más
comodidad si no hay resistencia a la recepción de los que sois.
Preparaos para ser la Verdad, estad listos para estos momentos tanto tiempo
esperados, temidos o anhelados. Continuad viviendo vuestra vida y enfrentaos a
este mundo, de la forma más natural, confiando únicamente en la Inteligencia de
la Luz, la que no requiere esfuerzo o dudas, ahí donde todo aparece y es
realmente obvio y simple.
La Vida os propone, a cada uno de vosotros, esta Verdad al mismo tiempo que
algunos retos, que os llevan a ver la verdad de vuestro personaje efímero y la
Verdad eterna de la Luz que sois, en el curso de este encuentro que se vive
ahora, en el que desaparece todo lo pasajero ante la verdad indescriptible,
donde no hay fatiga, sufrimiento o dudas.
Hijos míos, preparaos cada uno a vuestro ritmo, de la manera más adecuada
para que estéis listos; estáis preparados por la Luz y no por vosotros
mismos. Y así, sois cada vez más, los
que vivís el sacrificio que os lleva a la coronación de vuestra eternidad, a su
revelación plena y entera, dentro incluso de vuestra conciencia habitual. Me
gustaría sobre todo que recordarais que no se requiere ningún esfuerzo, que
solo hay que estar totalmente presentes en vuestra vida y, especialmente
presentes a vosotros mismos, a vuestra eternidad. Si adoptáis esta conducta que
no necesita ni técnicas ni conocimientos previos, entonces surgirá la evidencia
en cada una de vuestras acciones, en cada uno de vuestros límites, en la
superficie de este mundo, sean cuales sean los acontecimientos que os afectan y
que solo son pasajeros.
La abundancia de la Luz, la abundancia de la Verdad os lleva a daros
cuenta, en vuestro propio mundo, de que todo lo que estaba escondido, oculto y
sucio, sale a la Luz, no para juzgarlo, no para condenarlo sino para que sea
lavado en la sangre de la inocencia, en la sangre del Cordero y en la sangre de
la Verdad.
No os preocupéis de lo que pasa y se desvanece, volved vuestra mirada
únicamente sobre lo que está ocurriendo en el interior de vuestro pecho. Aunque
para vuestro personaje no suceda nada, el simple hecho de tornar hacia vuestro
interior, más allá de toda técnica, por el pensamiento simplemente, os conducirá
a descubrir, estad seguros si no ha sucedido ya, la joya de la Eternidad en el
Corazón del Corazón. Desde ahora, no necesitáis energía ni vibraciones, ni
condiciones ni ascetismo, simplemente sed verdaderos, sed sinceros, no fingir
nada, dejar que se desarrolle la Vida tal y como se os presenta para
experimentar e instalar la ligereza del ser, la ligereza del Amor. Es esa
vuestra responsabilidad y revela también vuestra autonomía.
Recordad que esto se volverá
cada día más sencillo para el que lo acoge y cada vez más delicado para el que
se opone o el que se aferra a lo efímero. No hay otra opción, no hay otra forma
de acoger la Verdad. Sean cuales sean vuestros rechazos, vuestros enojos o
vuestras negociaciones, eso no cambiará nada lo que es. Recordad que nada tiene
que evolucionar en estos tiempos, que no hay nada a transformar por vosotros
mismos, sino únicamente acoger, siempre más, con mayor intensidad, más
Presencia, más majestad, la Luz que sois.
En el momento en el que el
cuerpo de Eternidad se manifieste a vuestras percepciones, a vuestra
experiencia, dejad que eso suceda, no os opongáis a ninguna circunstancia
efímera, sino privilegiad la Alegría que no depende de ninguna causa ni de
ninguna circunstancia de vuestro efímero. Todo lo que sucede en este período a
cada uno de vosotros, hijos míos, es solo el resultado de la acción de la Luz y
no de vuestras acciones. Lo aceptéis o no lo aceptéis, eso no cambiará nada; os
invito simplemente a volver vuestra conciencia al interior para que encontréis
la Eternidad y sobre todo lo que es, lo que os llevará a concienciar de dónde
procede vuestra conciencia, sea cual sea la fuente, sean cuales sean los
principios, sean cuales sean sus efectos.
Como sabéis desde hace
muchos meses, de hecho, desde el comienzo de la Ascensión de la Tierra,
nuestras naves se mantienen cerca de la Tierra, invisibles a vuestros ojos
porque están estacionadas en la Quinta dimensión, que ahora está en vuestros
cielos. Y cuando digo “en vuestros cielos”, no se trata de un espacio lejano,
sino un espacio muy próximo a vuestra realidad y estamos esperando, como
vosotros, el signo del cielo y el canto de la Tierra. Así que alegraos ante
cualquier circunstancia que tengáis que vivir dentro de vuestro personaje o de
vuestra historia, mantened solo el Amor y dejadlo emanar de vosotros, dejadlo
ser en todo su esplendor y en su evidencia.
Independientemente de los
que hayáis experimentado hasta ahora, eso solo ha representado estratos intermedios,
que os han dirigido siempre a más lucidez para haceros acoger la evidencia
bruta y desnuda de lo que es la Vida, de lo que es el Amor, no según vuestros
marcos de referencia o vuestras experiencias, sino ese Amor desconocido que no
depende ni de circunstancias, ni de condiciones y que se revela a través de
vuestro personaje, de forma, por lo que sé y veo, cada vez más sensible en un
número mayor de vosotros.
En cuanto a aquellos de mis
hijos que todavía no viven esto, humildemente os pido que no busquéis, sino que
simplemente volváis vuestra conciencia a ese lugar preciso de vuestro cuerpo
efímero para revelarlo, para dejarlo emanar de vosotros sin obstaculizar y sin
renuncia.
Como ya os hemos dicho, es el
tiempo de la Alegría, es el tiempo de la Paz. Cualquiera que sea la guerra de
este mundo, contra él mismo finalmente, vuestra mayor seguridad y vuestra mejor
ayuda, será y es ya, vuestro Corazón. Frente a cualquier circunstancia, la
Alegría, el Fuego Ígneo, será capaz de transmutar, por su Inteligencia y su
Verdad, lo que debe ser; no por ningún esfuerzo, repito, de vuestra voluntad ni
por cierta postura especial, sino por esa noción de acogida, de silencio, ahí
donde el Verbo puede aflorar en vosotros, al nivel del pecho y en definitiva,
sobre todo vuestro efímero.
Evidentemente, esta alquimia
terminal que se produce en vosotros, ocasiona ciertos síntomas, ciertos signos.
Algunos de ellos han sido mencionados por otros intervinientes; solo quiero
hablaros de lo esencial que no concierne en nada a esos signos y a esos
síntomas que solo son ajustes muy finos de vuestra Presencia eterna en este
mundo.
Mi Llamada está lista para
sonar; podría decir que todos los requisitos están en su lugar y os van a
aparecer cada día, de una forma u otra, más obvios y a veces sorprendentes.
Pero el Corazón es vuestro salvoconducto y vuestro baluarte contra toda ilusión
y contra todo engaño porque en el Corazón, no puede existir ninguna oposición,
ninguna resistencia, tanto en vosotros como en este mundo, en el aspecto que
sea. Ahí está la invencibilidad de la Eternidad, ahí está la Alegría eterna que
muchos de vosotros vivís de manera cada vez más flagrante.
No he venido a anunciaros
nada que haya sido anunciado y preparado; vengo simplemente, por mi presencia,
a ser un estímulo para que se desvele totalmente la Verdad, que no depende, os
lo recuerdo, de ningún conocimiento de este mundo, de ninguna historia ni de
ningún sentimiento, ahí donde la evidencia del Corazón del Corazón no sufre
ninguna contestación interior o exterior. Os invito a la facilidad y a la
ligereza porque eso se os ofrece en abundancia a cada uno de vosotros,
cualquiera que haya sido vuestro rol en este mundo, tanto si habéis sido hijos
de la Luz, como si os habéis opuesto a la realidad de la Luz. No hay
diferencia. Como Madre, no distingo entre mi primer hijo y el último de mis
hijos, porque es él el que más me necesita.
Todos los aquí presentes,
los que me escucháis o leéis, tenéis la oportunidad de sentir o experimentar de
diferentes maneras, el contacto con mi Presencia o con mis hermanas. No
necesitáis pruebas, si no es la de la Eternidad que está presente ahora sobre
la pantalla de vuestra conciencia, presente en vuestro Corazón.
He venido a través de mi
Presencia, para alentaros a que dejéis lo que sea para que solo queráis volver
vuestra conciencia al centro de vuestro pecho sin buscar nada, sin pedir nada, estando
simplemente presentes en vosotros mismos y dejando este Corazón Ígneo
manifestarse en vuestra conciencia, más allá de lo que llamáis “energía” o
“vibraciones”. Y así, estaréis liberados de las cadenas de este mundo, antes
incluso de mi Llamada.
Este es, yo diría, el mejor
lugar de vuestra vida, es decir, estar en la confianza, en esta conciencia
vuelta hacia el Corazón del Corazón, ignorando todos los retos de este mundo
para que la facilidad y la evidencia tomen el relevo completo y total de
vuestra voluntad personal e incluso el control completo y total de todas las experiencias
que se han vivido hasta hoy y que os han permitido acercaros a este umbral. Porque
lo que os aparece como un umbral, no lo es; os queda a muchos de vosotros,
aunque sé que es cada vez más fácil, os queda atreveros a superar los límites
de la forma, del espacio y del tiempo, para descubriros en verdad, más allá del
tiempo, del espacio y de cualquier forma, cuando lo que algunos Ancianos han
llamado el Absoluto o la Infinita Presencia, se traduzcan por la conciencia
pura y la conciencia de felicidad, y os lleven también, como sabéis los que lo
habéis experimentado, a la fuente de la misma conciencia que sois en verdad.
Vengo también a invitaros a
que huyáis, lo más posible, del bullicio del mundo, del alboroto de las
discusiones estériles que afectan a las personas e historias de este mundo. En
cualquier actividad que tengáis que dirigir, encontrad el silencio, el
recogimiento y dejad ser, a la Alegría que se magnificará y transformará todo
lo que es necesario para cada uno de vosotros, en las circunstancias
mismas de la vida efímera. Entonces, no juzguéis, pase lo que pase. Ver vuestro Corazón y volver vuestra conciencia hacia el Corazón, os hará asumir y
aceptar lo que a veces puede todavía, a algunos de vosotros, pareceros
inaceptable o doloroso.
Ahora es cuando debéis daros
cuenta de lo que es importante dentro de vuestra Libertad. ¿Es la forma?, ¿son
las historias?, ¿son los escenarios del mundo?, ¿o es principalmente esta
alegría de la Libertad? Esa elección que no lo es, es simplemente el resultado
de dónde estáis posicionados y no de las circunstancias exteriores, ni de un
karma o de una situación familiar. Es el momento de estar a solas, y ese “estar
a solas” es donde descubriréis que nunca hay soledad, que todo está incluido y
que todo está presente. Pero, para eso, debéis acallar el bullicio de vuestra
cabeza y no estar sometido al bullicio del mundo a través de sus mentiras, pero
también a través de vuestras peregrinaciones en la tierra, como os ha anunciado
el Comendador para este mes de Noviembre.
De vuestro emplazamiento y
de vuestra lucidez, en estos tiempos que se van a vivir, surgirá vuestra
facilidad para responder a mi Llamada y para instalaros dentro de la
resurrección de la felicidad. Sé perfectamente que algunos de mis hijos ven eso
con otra mirada, considerando los acontecimientos de este mundo y los eventos
interiores, como una pérdida, pero no se pierde nada en comparación, si eso
puede compararse y es difícil, con la verdadera libertad.
No quiero sobrecargar hoy el
discurso, sino simplemente volveros a invitar de manera intensa a rendiros a la
evidencia, a capitular ante la Verdad que sois, para estar alimentados en la
Fuente de Cristal y no ya por las imágenes de este mundo con sus relaciones e
informaciones, no para suprimirlas o ignorarlas, sino para magnificarlas e
inscribirlas en la verdad del Corazón y no en la verdad de la persona.
Por tanto, os invito a todos
vosotros, hijos míos, en estas semanas intensas que se abren en este mes de Noviembre, a que realicéis esto. Esta realización, os repito, no requiere
esfuerzo, es un relajo, un abandono; abandono de la voluntad personal, abandono
de todo escenario, abandono de toda proyección, abandono de todo deseo. No
tenéis que luchar, no tenéis que presionaros porque la Luz está ahí
precisamente, en el Corazón del Corazón, total e íntegramente. En eso no hay
esfuerzo, en eso no hay trabajo ni comprensión previa porque es un mecanismo de
la conciencia pura que no responde a nada que venga de la persona, que no
responde a nada que venga de las circunstancias de este mundo o de vuestra
vida, pero que responde simplemente a la resonancia de vuestro corazón.
Si eso no se ha producido todavía
en vosotros, os pido que atesoréis esta información en vosotros. Ahora, cada
día que pasa, veréis el acercamiento inevitable a la Verdad, en cualquier
postura que sostengáis, en cualquier sufrimiento que tengáis o en cualquier
creencia que poseáis todavía. En el Corazón del Corazón no hay espacio para
ninguna creencia, no hay lugar para ningún escenario porque todos los
escenarios están incluidos ahí y porque solo hay lugar para lo que es bello,
para lo que es verdadero y para lo que nunca puede morir o ser modificado: lo
que sois más allá de toda forma y de toda conciencia, aunque fuese la más pura,
la más perfecta.
El Amor es vuestro
salvoconducto, que os llevará a amar sin distinción, sin hacer separaciones, no
porque lo hayáis elegido, sino porque será obvio, y encontraréis, si no ha
ocurrido ya, que no podréis privilegiar una intensidad de amor dada, a ciertos
vínculos existentes en este mundo, sino que ese amor será igual hacia cada
presencia, hacia cada animal, hacia cada planta, hacia cada enemigo de la Luz
que todavía no la ha reconocido, lo que pondrá fin a cualquier inclinación al
juicio, a la separación, a la reivindicación personal, en el ámbito que sea.
Por eso el Corazón es la evidencia misma, que hoy solo pide estar presente en
cada uno de vosotros.
Hace mucho tiempo que los
Ancianos y otros, os hablaron de una serie de principios. Independientemente de
los nombres que os aportaron en función de su cultura o de sus experiencias,
hoy eso es más simple porque vuestra conciencia, aunque no lo sepáis todavía y
no lo viváis, encuentra dentro de este mundo, su libertad inicial y primera.
Pero para eso debéis detener, de una manera u otra, estar cautivados por este
mundo, por vuestras relaciones, por vuestras experiencias. Debéis ir más allá
de todas las experiencias que os han permitido acercaros a esto para ser esto.
Eso no significa que pongáis fin a todas las experiencias, sino que cambiéis el
orden de sus prioridades. Realmente, ¿qué es más importante para vosotros?, ¿es
el hecho de ser visto en este mundo como personaje?, ¿es el hecho de protegeros
de cualquier necesidad?, ¿o mejor confiar y aceptar la totalidad de la Luz,
mostrando así, la realidad de vuestro sacrificio y de vuestra resurrección? A
partir de ahora, cada día que pasa, os enfrentaréis a esta verdad desnuda, sin
tener posibilidad de negociación o evasión.
Y recordad que, si no vivís
todavía, lo que se os ha prometido de una manera formal y evidente en este
mundo, antes incluso de mi Llamada, que es el Amor incondicionado, esta
Alegría, esta felicidad, podéis apoyaros ampliamente, si queréis, en las
Teofanías, especialmente realizadas conmigo porque yo estoy en todos mis hijos,
tanto si lo percibís como si no; eso no cambia nada. Ahora, no hay ningún
límite a mi percepción por vosotros en la tierra, por el emplazamiento en el
que estoy con mis hermanas Estrellas, con las naves de la Confederación
Intergaláctica de los Mundos Libres.
Pero recordad que vuestro
orden de prioridades debe cambiar. El Comendador de los Ancianos os dijo hace
algunos años, que pusierais el Amor delante, a la izquierda, a la derecha y por
todas partes. Hoy, no necesitáis ponerlo, ya está ahí, se hace solo desde el
instante en que soltáis vuestras últimas certezas, vuestras últimas creencias,
vuestros últimos hábitos y vuestras últimas resistencias. A partir de ahora,
los que estáis más próximos al Corazón del Corazón, no tenéis que buscar
ninguna causalidad ni ningún obstáculo porque no los hay. Solo hay que ser y
dejar ser lo que es, porque eso es evidente si acogéis, si aceptáis esta
eventualidad sin reclamar nada para vuestro personaje, simplemente la verdad de
la Luz, la verdad del Amor y la verdad de vuestra belleza, más allá de toda
forma, de toda apariencia en el mundo que sea y del origen estelar que sea.
La gran Obra alquímica está,
en efecto, completada desde el 8 de Marzo del 2017 y se terminará al finalizar
su gestación, más o menos en esa fecha. No puede haber más demoras suplementarias,
solo puede haber gracias en abundancia, y esas gracias no dependen de ninguna
historia, ni incluso hoy, de ninguna vibración ni de ninguna Corona, activada o
no, de ninguna Onda de Vida, de ningún Canal Marial. Desde ahora, solo dependen
del movimiento de regreso de vuestra conciencia al Corazón y eso es todo. ¿Qué
puede ser más fácil que volver vuestra conciencia y vuestros pensamientos
incluso, si queréis, y vuestras emociones si las hay todavía, simplemente sobre
ese lugar donde está vuestro Corazón Ígneo, dónde está la Eternidad?
Como os dijo mi Hijo, no os
preocupéis por nada más, porque todo se os dará con creces, no lo que deseáis o
deseéis, o proyectéis, sino lo que es útil, necesario y fundamental para vivir
lo que tenéis que vivir. Como sabéis, no hay ningún castigo, ninguna condena;
la Luz no castiga nunca. Y cuando os hablamos de combate, no se trata de un
combate en el sentido en que lo entendéis, tal y como lo percibís o vivís en
ciertas circunstancias de vuestra vida efímera, porque incluso en nuestros
planos, este combate no es más que dejar ser la Presencia frente a todo
adversario. Es el único combate que conoce la Luz. Incluso la espada de Mikaël
que viene a cortar, y en este momento de manera muy intensa, los últimos
hábitos y las últimas andanzas, no es un combate. La apariencia de combate
concierne al ego y al orgullo espiritual, porque se trata, en definitiva, de
una liberación donde nada se puede perder, donde nada se puede aniquilar,
excepto lo que es falso y lo que es pasajero. Vosotros no estáis afectados por
eso.
Independientemente de la
intensidad de los acontecimientos en la zona del mundo en la que os encontréis,
aceptad que estáis en el mejor lugar, pase lo que pase a vuestro cuerpo, sean
cuales sean vuestras actividades, sea cual sea vuestra región o vuestro país,
porque estáis en el lugar correcto para ser la Luz en el caos. Ese caos solo
concierne a la persona y a las ilusiones y, por otra parte, a medida que ese
caos os aparezca sobre la pantalla de este mundo, más fácilmente constataréis
que la Paz y la Alegría se instalan, no como una satisfacción de ver algo que
se destruye sino de algo que se desvanece para dejar sitio a la majestad y a la
Verdad.
Os animo también a que seáis
cada vez más humildes, con vosotros mismos, ante todo; todo lo que se revela en
vosotros, relativo tanto a las resistencias, como a las faltas, así como a las
enfermedades, volveos hacia vuestro corazón, sed indulgentes con vosotros
mismos, de la misma forma que debéis ser indulgentes con todos y cada uno,
aunque estén en oposición a la Luz, aunque representen la sombra, porque han
llegado los tiempos del reino de la Luz donde no hay lugar para ninguna
oposición.
Estad presentes en vosotros
mismos, sed espontáneos porque, cuanto más espontáneos seáis, más podrá hablar
el corazón y más podrá aparecer la Verdad. Por supuesto, frente a ciertas
circunstancias, puede que os dejéis llevar por la reflexión, la cavilación, la
comprensión, pero eso ya no puede ser un comportamiento normal ante la intensidad
del Amor.
Este aprendizaje, este
descubrimiento, independientemente del tiempo reducido que resta hasta mi
Llamada, son una oportunidad más de vivir mi Llamada y los 132 días que
seguirán, en la Gracia más perfecta y en la Verdad más auténtica. Sed humildes
y dulces. Recordad que no hay nada ni nadie que combatir, ni en vosotros ni en
vuestro exterior. Desde ahora, solo hay que dejar que aparezca la Luz, dejar
que vuestro cuerpo de Eternidad tome el relevo de vuestro cuerpo físico y dejar
que la supraconciencia, la fuente de la conciencia, tome el relevo de vuestra
conciencia porque es también lo que sois, aunque no os hayáis reconocido
totalmente, todavía.
Así pues, os invito también,
dentro de vuestras tareas, sean las que sean, a que vayáis siempre hacia más
ligereza, no con pereza como se ha dicho, sino con fantasía, porque la
espontaneidad es una fantasía que no está coloreada por ningún momento del
pasado ni por ningún personaje ni por buscar un objetivo. Sed espontáneos
porque así sois verdaderos.
Sed justos, no por
reflexión, sino por ecuanimidad de vuestro comportamiento frente a cada
situación como a cada ser, tanto el más amado o el más cercano a vosotros, como
el más alejado y el más opuesto a la Luz, lo que os llevará a daros cuenta de que
no podéis discriminar en el Amor, que solo podéis orientarlo, pero que eso es
natural como el sol que da los mismos rayos a todos sin tener en cuenta ninguna
condición, ninguna voluntad o ninguna mezquindad. Es así como vosotros os
confirmáis en la Libertad, sean cuales sean las apariencias de este mundo, de
vuestro cuerpo, de vuestra forma y de vuestras relaciones.
No os dejéis atrapar por el
sufrimiento, ni por la necesidad de comprender, dejad ser, lo que solo pide ser
totalmente. Y recordad, una vez más, que no hay ningún esfuerzo que hacer, que
solo hay que volverse hacia el Corazón, porque vuestro pensamiento es
suficiente para llevar la conciencia ordinaria, es suficiente para superar los
obstáculos que estaban todavía presentes cuando las Coronas no estaban activas
de ninguna manera, cuando no teníais el sentimiento ni la percepción de la
energía o de la vibración, ni incluso el acceso a cualquier experiencia dentro
de la naturaleza.
Así pues, me dirijo hoy
prioritariamente, a aquellos de mis hijos que no viven nada, que están
angustiados. Quiero tranquilizaros porque os desviasteis de todas las etapas
intermedias, los anexos y accesorios, en los que su única finalidad era esta
desnudez. Entonces, alegraos, hijos míos, los que no habéis experimentado nada,
no habéis sentido nada, no os habéis fiado de nada; volveos hacia vosotros
mismos, simplemente, y dejad ser. Esto no ha sido nunca tan fácil como hoy,
porque lo que sois, y lo sabéis, es contagioso; porque cada hermano, cada hijo
que se eleva, que se despierta y se eleva dentro de su corazón, resuena sobre
todos. Dentro de este mundo, en el que todo estaba dividido y separado, el
trabajo de la Luz ha reunificado lo que debía ser, permitiendo así que no se
dude más de la verdad del Amor y que no dudéis más de lo que sois más allá de
la forma que habitáis, más allá de este mundo y más allá de toda dimensión.
Alegraos porque no tenéis
nada que hacer. Solo tenéis que vivir la vida que la Vida os ofrece vivir. Solo
tenéis que ser amables, sonreír en cada circunstancia. No os fijéis en las
apariencias, no os fijéis en el sufrimiento que sea porque detrás del más
grande de los sufrimientos, está la Alegría siempre, debido a este período. Nada
persistirá en el tiempo; todo será deslumbrante desde el momento en que a nivel
individual hayáis dejado ir a vuestro sufrimiento, cuando hayáis aceptado
ignorar y volveros hacia la Verdad que os liberará de ese sufrimiento y no con
una intención personal ni con cualquier vibración.
Así que os pido que
verifiquéis por vosotros mismos, el milagro de la Vida permanente y los
milagros incesantes que vuestra vida cotidiana os ofrecerá desde el instante
que hayáis dicho “sí”, un “sí” incondicional a vuestra crucifixión y a vuestra
resurrección.
Lo que creáis perder, os
aparecerá entonces como algo fútil y poca cosa en relación con la intensidad de
la verdad. Descubriendo esto, si no lo habéis experimentado, nada más será
importante como antes, nada podrá desestabilizar o entrenaros para uniros a
este mundo de una manera u otra. Así, vuestra libertad interior que se ha
vivido, por algunos de vosotros, se transformará en una libertad corta para
aquellos de vosotros que no habéis experimentado nada todavía, porque los
últimos serán los primeros.
Simplificad todo, no tratéis
de oponeros a nadie, a ninguna circunstancia. Buscar la Luz que está en
vosotros quiere decir simplemente, desde ahora, dejar que la Luz venga a
vosotros, volviendo vuestro pensamiento, vuestra conciencia, sobre el Corazón
del Corazón, que hemos desarrollado con creces, hace más de un año.
Muchos de vosotros que
percibís, durante vuestras noches o en algunas meditaciones, al Arcángel Mikaël,
sabed que incluso en el silencio de su Presencia, él ha venido a cortar o
vendrá a cortar en el momento en que volváis vuestra conciencia hacia el
Corazón, vuestro pensamiento hacia el Corazón, sin conceptualizar nada, sin
imaginar nada, sin sentir nada. Simplemente, por esta evidencia, Mikaël cortará
los últimos apegos, los últimos fragmentos de vínculos que puedan todavía
parecer ocultar la Verdad.
Muchos de vosotros desde
hace muchos años, han sido contactados por mis hermanas Estrellas o por mí
misma, de diferentes formas también. Hoy, no es necesario aparecer, tanto en
vuestro Canal Marial como en vuestro corazón, porque yo soy vosotros, y esto,
en totalidad. Esto ¿qué quiere decir? Esto quiere decir que cada uno de
vosotros, independientemente de vuestro emplazamiento hoy, es digno de dejar
aparecer mi Amor, que es lo que sois, cada uno de vosotros, sin condiciones
previas, sin preparación, sin objetivos; simplemente por este mecanismo.
El Amor os ha encontrado; la
Eternidad entra en manifestación, la veis por todas partes alrededor de
vosotros, traduciéndose en una iluminación de lo que estaba escondido,
ocultado, disimulado, tanto en vosotros como en vuestras relaciones, en el
mundo, en toda la sociedad, poniendo al desnudo el ego y sus vicisitudes, sus
necesidades y sus codicias que solo están vinculadas al miedo. Porque, como
sabéis, en el Amor de vuestro Corazón, no existe el miedo y, por lo mismo, no
puede existir el ego ni incluso el Sí o el orgullo espiritual. No hay
calificativos, solo la verdad y la belleza del Corazón que suplanta todo lo
demás sin excepción.
Depende de vosotros vivirlo,
depende de vosotros, verificarlo. No creáis mis palabras, no creáis nada más
porque creer no os sirve de nada, ni siquiera creer en nosotros. Es el momento
en que todas las esperanzas, todos los proyectos, todos los temores, todas las
historias, cesan al fin, para precipitar mi Llamada y para precipitar como
sabéis, la aparición real y permanente de Nibiru en vuestros cielos.
No hay otras condiciones
previas, no hay otros desarrollos para vivir esta Eternidad. Todo lo demás se
desvanecerá por sí mismo, desde el momento en que aceptéis vuestra vida en su
totalidad, pase lo que pase, pero ya no será vuestra persona la que guíe
vuestra vida, sino la Inteligencia de la Luz que sois, y eso no representa una
diferencia sino algo diametralmente opuesto en todos los sentidos del término,
que os hará que no volváis a estar afectados ni perturbados, tanto en vuestro
cuerpo como en las circunstancias de vuestras relaciones y de vuestro mundo.
Y desde ahora, cada día que
pasa, sea cual sea el alboroto y el caos del mundo, que se intensificará de
manera importante y final, os concienciaréis de que no tenéis absolutamente
nada que temer ni esperar porque os habéis encontrado. Cualquiera que sea el
devenir y el futuro de este cuerpo y de vuestro entorno, no representa nada
desde el instante en que os habéis encontrado, lo que viene a asentar vuestra
responsabilidad frente a lo que vais a vivir cuando la Vida os viva, pero sin
beneficio personal o sin traer de vuelta a algo o a nadie, respetando la
libertad de todos, porque el Amor es Libertad, aunque no se haya reconocido.
A partir de ahí, solo estaréis
en la Alegría, solo os alimentaréis de esta Alegría realmente y el mundo entero
también se alimentará de ella. No necesitáis palabras, ni siquiera necesitáis
energía, vibraciones, chakras, nuevos cuerpos, porque el cuerpo de Eternidad
está aquí, ha tomado el relevo y lo tomará cada vez más a través de diferentes
percepciones, a veces embarazosas, sin duda, pero que no son nada en
comparación con lo que llega. Así se producirá en vosotros el desvanecimiento,
la disolución de lo efímero y la aparición completa de la Eternidad en este
mundo que está a caballo entre dos mundos, desde ahora.
Continuad cumpliendo con
vuestras obligaciones. No molestéis a ningún hermano o hermana que esté
implicado totalmente en su vida personal, porque dentro de su total vinculación
a lo efímero, será cómo ese hermano, esa hermana, ese hijo, ese marido o esa
mujer, descubrirán la Verdad y no a través de vuestras palabras o de vuestra
voluntad de ayudar a nadie ni a nada. Sed lo que sois, y eso es suficiente, lo
demás se desplegará con majestad, elegancia y evidencia. Depende de vosotros
comprobarlo, por vuestra vivencia y no por una experiencia interna, aunque
ellas persistan.
Si habéis comprendido mis
palabras, entonces, os será todo más fácil. Si aceptáis mis palabras y lo
verificáis, saldréis finalmente de todas las experiencias previas.
Y no olvidéis lo que os he
dicho: cada día que pase a partir del 13 de Noviembre, es decir, mañana, hasta
mi Llamada al final de la gestación, os acogerá un estado de felicidad que
incluso los Liberados vivientes raramente o nunca, lo han vivido. Seréis
marcados al rojo vivo, por la Verdad. Ese Fuego de la Verdad es el Fuego de
Amor que consume, es el Fuego perpetuo que no quema y que nutre, que vivifica,
poniendo fin de manera definitiva a vosotros, en este momento, a toda
posibilidad de depredación, llevándoos a descubrir que siendo esta Luz, siendo
esta Verdad anterior a la conciencia, estaréis nutridos de forma permanente y
nada podrá satisfaceros de la misma manera. Ese es el objetivo,
independientemente del nombre que le pongáis a vuestro devenir en el momento de
la liberación de la humanidad.
Las Teofanías han sido el medio de haceros llegar al Corazón del Corazón,
para acercaros colectivamente y sin pasar por lo que se llaman egregores, a la
Verdad del Corazón, porque la carga de Luz, su intensidad, su presencia hoy, ha
alcanzado un umbral irreversible en muy poco tiempo. Como sabéis, la Luz ha
vencido desde hace muchos años, desde que el núcleo cristalino de la Tierra fue
liberado. Queda por materializar eso, en la pantalla ordinaria de la conciencia
de la humanidad y eso está ocurriendo en este momento. Dondequiera que volváis
vuestra mirada en el exterior de vosotros en todo el mundo, con objetividad,
veréis que eso está teniendo lugar.
…Silencio…
Por supuesto, dejaré a mi
Hijo y al Arcángel Mikaël, así como a los demás intervinientes, que
especifiquen ciertos detalles prácticos, energéticos o vibratorios a los que
los viven, junto con algunos consejos quizá más precisos que los míos. Pero
querría dirigirme a todos mis hijos sin hacer ninguna distinción entre los que
viven el Amor, los que viven la vibración y los que no viven nada, porque en
definitiva ahora, ya no habrá diferencia, porque la primacía de la a-conciencia
y de la Verdad, prevalece sobre todo lo demás.
El marcador de esta etapa,
como sabéis, es la Alegría, pero hablo de la Alegría indecible, hablo del Fuego
del Amor que crea una consumación perpetua. Es mucho más que la alegría, es
mucho más que el amor, es mucho más que la luz, es la última y la primera
Verdad que sois.
…Silencio…
Entonces, permitidme,
después de estas palabras que he venido a pronunciar, estas palabras que habéis
oído o leído, que me instale con vosotros, de nuevo, en el Manto Azul de mi
Gracia y en mi Corazón que es el vuestro. En el Silencio no hay nada que pedir,
nada que meditar, nada que rezar, solo ser verdadero y así, en cada uno de los
corazones de mis hijos, bendigo lo que está bendecido desde la Eternidad.
Tomad el tiempo que
necesitéis, para vivir, para ser, ahora mismo. No lo dejéis para mañana o para
después, porque pronto no habrá ni mañana ni después.
…Silencio…
Sed verdaderos; es
suficiente.
…Silencio…
Soy María, Reina de los
Cielos y de la Tierra e invito a todos vosotros a vivir esta bendición. Tomad
todo vuestro tiempo porque el tiempo no cuenta ya. Simplemente quedaos conmigo
como estoy con vosotros y es todo.
…Silencio…
Permitidme entonces, en este
estado de receptividad, bautizaros en el Fuego Ígneo, en el Corazón del
Corazón. Ahí está mi Endofanía que vivo con todos vosotros.
…Silencio….
Dejad ser.
…Silencio…
Dejad que aparezca la Verdad,
no detengáis nada.
…Silencio…
Soy María, Reina de los
Cielos y de la Tierra, ya nunca estaréis separados de la Verdad y del Amor.
Rindo gracia a vuestra presencia, rindo gracia a vuestra escucha, rindo gracia
a vuestra lectura y rindo gracia a vuestro Corazón que emerge ahora del olvido
y de la ignorancia. Vuelvo a depositar en todos vosotros, el Manto Azul de la
Gracia y os digo a todos vosotros a partir de ahora, a cada minuto, a cada
instante y a cada soplo: os amo.
…Silencio…
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Traducción: equipo de traductores
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