miércoles, 20 de mayo de 2015

ANAEL 2 de Mayo de 2015




Soy el Arcángel ANAËL.

Intervengo en el seno de esta Ronda acompañado del conjunto del Cónclave Arcangélico a fin de entregar un mensaje y un cierto número de vibraciones, por el Verbo, en lo que concierne al Relance libre en el Amor, sean vividos, su florescencia, y arabescos a través de los cuales se despliegan.

No vengo hacer un discurso, sino a honrar lo vivido simple, natural y de toda belleza de este Relance en el Corazón del Amor que Somos. Os invito entonces, y les invitamos, a honrar este Espacio fraternal y este Relance que se abre y se despliega entre nosotros, en esta Ronda unitaria, compartiendo la evidencia de esto en la Comunión y en los sabores de esta Esencia común donde nos bañamos.  Os acogemos pues, y Os invitamos a acogernos en este Corazón común, en el ardor del Amor que Somos.

[Comunión]



¿En este instante de Comunión de nuestros Corazones, en este Corazón que se redescubre en la Unidad que Él es de toda eternidad, escucháis el canto de los pájaros, vivís la evidencia de este Relance, que bien más allá del humano, reúne todos los reinos en el Reino del Uno. Vivís cada mañana la Comunión exquisita en la Tierra, Gaïa, que os porta sobre de este mundo?

¿Vivís el Relance de esta Tierra en esta Tierra interior, la resonancia de este Sol que se levanta a vuestros ojos y que no se levanta en otra parte que en vuestro Corazón, en el reflejo que Él os presenta?

¿Vivís la evidencia de lo que este bosque que rodea este lugar está en vosotros, y que cada una de las esencias de los árboles, múltiples, que trasparecen y crecen, os dan a probar, a través de este ramo de árboles reunidos, la riqueza y la abundancia de las diferentes paletas de vuestra Esencia y de nuestra común Esencia?

Deponerse al corazón del instante presente, en la Estrofa del Amor, invita a reencontrar, a degustar y a gozar de esta evidencia donde todos los reinos bailan juntos en las Rondas de la Creación, en este milagro de una única cosa que invita, en el fondo, que a bailar en estas Rondas. Y al regocijarse que desde que os reunís a este Danza, todo le es ya dado a vivir, orquestado de un modo sublime por la Creación. Y que no hay más, en vosotros inscribiéndoles en esta Ronda y en sus farándulas alegres, que a tenderle la mano y el Corazón, de Ser a Ser, más allá de toda apariencia de separación a fin de vivir la evidencia de estos Relances y de esta Danza común.

El otro de ti mismo, en el rostro que os presenta, un vecino, os presenta la Voz del Uno, vuestro compañero más cercano o compañera os presenta la faceta que es la más querida a vuestra Corazón de reconquistar y de integrar, desde que os podéis abrir a la evidencia de este Relance que, a través de todo lo que cae bajo los sentidos, no contempla el Origen de esta Esencia común que viene a reflejarse a través del conjunto de estos vehículos.

Prolongando así, en esta Dimensión, los juegos infinitos de insinuaciones de La Fuente que se aleja de ella misma para mejor reencontrarse, y gozar de esta inmenso y abismal partido de escondite del olvido y de los Reencuentros en el Amor.

¿Vivís en la Alegría el roce de conciencia, la invitación en vuestra morada, los saludos alegres y la risa compartida a que aporta cada encuentro con cada ser en la superficie de este planeta, en lo que este ser os habla a lo hondo de ti mismo, y viene a tenderos un espejo de una faceta única que os invita, a cada instante, a ver y a reintegrar?

En  ti-mismo, este Origen común, en este crisol del Amor, de donde todo va y todo vuelve en una Pulsación única y sublime que perfora, atraviesa, anima, desplaza, crea y des-crea, en cada instante de esta Postura eterna, la totalidad de los Mundos y de las Conciencias que ahí se inscriben.

El Relance en el Amor no consiste en nada más que reencontrar y a vivir este hilo y esta Filiación de Niño de la Tierra y del Cielo que se inscribe en estas Rondas del Único, esta Danza de la Gracia.

Desposando entonces, en toda su ligereza, estas trayectorias y estas curvas que se despliegan según un Orden inasequible, pero que se vive de modo totalmente natural, en lo que el Amor es nuestro naturaleza profunda y qué sólo invita a ser vivido en la más grande de las despreocupaciones y la más grande de las celebraciones.

Sin buscar captar lo que sea de otro de esta Danza que su movimiento, y a vivir lo que sea de otro de estos Relances que su botín, en esta miel que se liba de Ser a Ser, de abeja a abeja, de flor a flor, recogido por unos, transportado por unas, mezclando sus alas al florecimiento de estos pétalos.

Y viniendo a polinizar en conciencia lo que debe ser-lo, en la danza natural de un prado recorrido por el canto de lo minúsculo, de los insectos, de las flores, vibrando al dulce calor de los rayos de un Sol matutino – el conjunto que viene en este Relance se interconecta, rozarse, codearse, y haciéndose, permitiéndose crecer, en las diferentes piezas de un puzle único así dado a vivir, a contemplar y a jugar.

Entonces, podéis entenderlo bien, el Relance en el Amor no tiene nada que hacer de un cualquier prisma que vendría a definir lo que debe ser una relación entre dos seres, o lo que no debe ser.

Porque ella se vive en la evidencia de los seres que se inscriben en esta pequeñez del ser que reencuentra su lugar, en la superficie de este mundo, en toda ligereza, en este pie ligero que pisa ligeramente el suelo y en la superficie de este mundo. Simplemente porque se apoya no en la pequeñez de la pequeña persona pero en la grandeza del Ser, extrayéndose así directamente de toda gravedad.

Entonces, en este toque de suelo y en estos florecimientos, la Danza reencuentra su ligereza innata y su ingravidez, arraigándose firmemente en esta Creación, desplegando sus líneas de las raíces de esta Tierra hasta el Cielo estrellado.

En el Relance en el Amor, los Seres se dan la mano, pero no se cogen la mano. Porque a cada instante, el otro y el otro, reflejos el uno del otro, se acompañan y florecen dejándose libres de acercarse, de alejarse, o incluso de desaparecer como por encanto, en un instante. Porque en esa Danza y en este Relance, el Amor deja a cada uno libre, totalmente libre en cada instante de vivir todos los impulsos del Amor, cualesquiera que sean sus formas, cualquiera que sea su espontaneidad, reconociendo a la Gracia, naturalmente, que se despliega de su Esencia en toda la amplitud de los movimientos posibles.

El Reliance es como un dulce beso que se da sin esperar nada a cambio, el Uno dándose al reflejo de Él-mismo que reencuentra en Verdad, dejándole entonces fecundar en el Corazón de Nosotros-mismos lo que este “otro” viene a aportaros como revelación, como perfume, como elucidación, y como alegría que reencuentra cada vez más entonces, en la Alegría que ya es, y en la Esencia común donde bañan de toda eternidad. Reencontrar el Relance no es otro que reencontrar la Ligereza del Juego del Amor original, en toda su pureza, en toda su desnudez. Donde ninguna traba, ningún asigna, ninguna espera frente de un otro proyectado, ningún consejo, y desde luego aun menos ninguna toma de poder, no viene no solamente a poder manifestarse, sino incluso más atravesar el Espíritu de los seres que se inscriben en este Relance natural.

Mirad las abejas que enjambran, y cómo ellas se aman y siembran en la Esencia la miel, que cosechan al mismo tiempo que lo propagan.

Mirad los peces nadando al unísono, no necesitan de ninguna regla para vivir a la perfección, en el mismo banco de peces, un movimiento colectivo – el más inesperado que sea, no queda menos portador de una armonía perfecta.

Mirad los pájaros y reencontrad la evidencia del vuelo libre de los Seres que se ponen de acuerdo, se sostienen, y se reencuentran en su vuelo, pero nunca se encadenan los unos a otros, ni a una cualquier rama de árbol donde vienen a posarse.

Escuchad la sabiduría que la naturaleza os ofrece, porque esta naturaleza es el reflejo de vuestra Naturaleza interior, y esta sabiduría aparentemente exterior es el reflejo de esta Sabiduría que Sois de toda eternidad. Y que sois en estos tiempos invitados a reencontrar, en la Infancia y la evidencia del ser que redescubre que no tiene nada que aprender, solo reencontrar la evidencia de lo que sabe de toda eternidad, de esta Danza libre y de este Relance del Viviente y de todos los seres de la Creación que danzan juntos.

Y que, a través de esto, honran lo Viviente sin omitir a ningún ser, sin excluir a nadie, cualquiera que sea la apariencia de una planta, de un animal o de un ser que podría ser percibido como diferente. Solo hay en esta diferencia, para el ser que ve y mira en el Amor este despliegue, que la evidencia de lo que siembra, en la diversidad de la Esencia, de nuevos ramilletes y de nuevos sabores sublimes.

Entonces abrazad todo y no retengáis nada, en el Amor que Sois.

Porque todo lo que se despliega en este Amor, y se despliega y va a desplegarse cada vez más bajo vuestros ojos, es sólo el reflejo del Amor que Sois en nuestra Esencia común. Y el Relance que se redescubre de Encuentro en Encuentro, en el seno de esta Fraternidad universal que derriba las máscaras a la superficie de este mundo, es sólo la llamada a reencontrar las Filiaciones, las resonancias de Eternidad y los Tesoros compartidos en el Amor que Somos.

Soy ANAËL, Arcángel portador de la vibración del Relance en el Amor, y vine en este día, en esta Ronda como en toda Ronda, en este Corazón común que impulsa el Amor en todo mundo, a decirles que os amo, y que más que eso, somos el Amor.

Y que lo que Eres, lo Soy de toda eternidad.

Entonces, soltad todas las amarras que todavía os retienen en la ilusión de una costa, de un puerto donde buscarías una cualquier seguridad, porque el Amor os invita al mar abierto, todas las velas desplegadas, solo viviendo la sustentación de este Océano donde estamos navegamos.

Abríos a lo Desconocido de esta navegación que se vive sólo en la escucha del Timón interior, y de estas resonancias deliciosas y portadoras de maravillas en esta Fraternidad, en estos veleros y en estos suntuosos equipajes que el Amor invita a navegar libremente, llevados por las Aguas de Arriba aquí-mismo, de este mantillo, a la superficie de este mundo.

Sed como los pájaros migratorios que despegan de lugar en lugar.

Volved a ser nómadas, en lo que nada más de lo que os relaciona y os ata a la ilusión no subsista, a fin de que los únicos Relances, desde ahora, solo se desplieguen a partir del Corazón de lo que Somos. Viniendo a re-arreglar y para re-ordenar entonces, en esta Danza alegre, lo que debe serlo sin ningún esfuerzo ni necesidad de ninguna comprensión de lo que sea.

Porque todo lo que se vive entonces, se vive en la evidencia del Niño que se reúne con una Ronda en su Danza.

Él no reflexiona más, porque integró que toda reflexión es una distancia que añade en relación al movimiento natural donde los seres se dan la mano y se ofrecen a esta Danza, en este Relance que no se incomoda más de otra cosa que la Alegría de reencontrarla y de vivirla finalmente.

Soy ANAËL Arcángel, y os invito, en el Relance del Amor que Somos, simplemente a entrar en la Danza.

Source : 
www.accordance.info

ESTRELLAS e INTRA-TIERRA 1 DE MAYO
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ANAEL 2 DE MAYO
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OM AIVANHOV 3 DE MAYO
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