viernes, 22 de agosto de 2014

Anciana Muk'Lahí - El Jardín de la Simplicidad 4-Jardín a través de Selén Om con audio compartir




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Chave mântrica do Jardim - Muk'lahí'nuá

26 de julio de 2014

Saludos hermanos y hermanas.

Participantes:
Saludos.

Soy la anciana del Jardín de la Simplicidad. Uno de los Jardines de Curación del Retiro Intraterreno de Lis. El Jardín de la Simplicidad les envía sus saludos y bendiciones.

Participantes: Gratitud...

¿Qué es el deseo?

Participante: Querer alguna cosa a su manera. Voluntad de poseer.

¿Querer una cosa a la manera de otro, también es deseo?

Participantes:
Si... No...

¿Y querer algo sin poseer, también es deseo?

Participantes:
Es... Si... Depende... ¿En cualquier nivel, no?

¿Y aspirar a la lucidez también es deseo?

Participantes: Yo creo que si... No sé...

¿Y la fuerza de atracción que el sol ejerce sobre la Tierra, también es deseo?

Participante: Yo creo que no.

¿Por qué no? ¿En qué difiere esto del deseo de tener algo, o de la aspiración a la lucidez?

Participante: Esta viéndome aquí, así, que esa emanación de la luz acontece naturalmente en un proceso que se produce por sí solo, no existe un objeto de aquello que dispararía el deseo.

Participante 2: Yo creo que es la naturaleza a partir de una ley física, la pregunta sobre el sol.

Hhhmm, naturaleza a partir de una ley física. ¿Y su deseo de comer, qué es?

Participante: También. Pero ahí, el comer es una creencia de que necesitamos alimentarnos para poder sobrevivir.

¿Y no será una creencia, lo del sol y de la Tierra, creer en una ley física de atracción para la sobrevivencia de una forma?

Participante:
Puede ser.

¿El deseo acaso no se produce naturalmente en ustedes? El es engendrado artificialmente? ¿Ustedes ya vieron de dónde surge el deseo?

Participante:
Él es el sentimiento, de querer algo, de poseer algo.

¿Es qué ya vieron el nacimiento de un deseo, ya descubrieron cual es el útero en el cual es engendrado?

Participante:
En la falta.

Tal vez.

Participante: En la ilusión de la falta, o carencia.

Participante 2: Pero incluso teniendo, parece que continúa deseándose más.

¿Qué es lo primero que les trajo la experiencia? Tal vez ustedes no recuerdan, pero intenten adivinar.

Participantes: El deseo de la verdad... Atracción por la experiencia...

Atracción por la experiencia... ¿La atracción es una forma de deseo?

Participante: Si.

¿Qué une entonces un electrón a otro? ¿Sería deseo?

Participantes: Yo creo que si... Yo creo que no... Una atracción sólo...

¿Pero cuál es la diferencia entre atracción y deseo?

Participante: El deseo es el sentimiento de querer.

¿Y usted ya fue un electrón para saber si él no tiene el deseo de querer? Hasta dónde yo puedo ver, como espectador externo, desde afuera, su comportamiento es muy parecido al del electrón.

Participante: En cuanto al electrón, creo que él es movido por un propósito y no por un deseo... Por una fuerza desconocida, que no sabemos, eso que estamos buscando saber, como las cosas funcionarían fuera del deseo.

Porque hay cosas que funcionan fuera del deseo, movidos - yo pienso, porque no sé si es eso, estoy buscando - por una fuerza mayor, una inteligencia, que no sé si tiene deseo.

¿Esa búsqueda no es movida por un deseo?

Participante: Yo no sé si es deseo, porque... Voy a hablar de mí, porque es lo que conozco. Yo no deseaba no, yo nunca deseé esa búsqueda, yo fui traída medio de paso. Porque yo estaba muy bien donde estaba, yo quería aquello, pero algunas cosas comenzaron a acontecer en mi vida, que causaron una inquietud tan grande...

¿Usted está aquí contra su voluntad?

Participante: No.

¿Usted está por su propia voluntad?

Participante: Yo vine aquí por mi propia voluntad.

¿Lo que le trajo aquí no fue el deseo?

Participante: Yo no sé si eso es deseo...

Déjeme facilitar un poco las cosas para ustedes y vamos a intentar disipar un poco la incomprensión que rodea al deseo. No intenten categorizar el deseo por el objeto deseado. Esencialmente el deseo por comer un pedazo de torta y el deseo por la Luz...

Participante: Es el deseo.

Son la misma cosa, la misma fuerza pura y motriz de la vida. Esto es atracción, esto es resonancia.

En el Jardín de la Simplicidad, la Simplicidad es el bálsamo que nosotros administramos para la curación del deseo. Porque el deseo precisa ser simplemente curado. Él es el cuarto veneno de la mente. La fuerza motriz de la vida que es desviada en el plano psicológico por la acción del miedo, de la falta y de la culpa. El deseo es aquel que responde al miedo como un impulso por la seguridad. Es aquello que delante de la culpa se manifiesta como un impulso por la aceptación, por el perdón, por el amor. Aquello que delante de la falta se manifiesta como un impulso por la unión, por mantener aquello que es efímero, por posesión.

El deseo en su naturaleza esencial es simple, y sin embargo, una magnífica fuerza vital. Es la misma fuerza que mantiene una célula estructurada con sus hermanas, es la misma fuerza que articula los cuerpos en esta danza, sean estos a nivel atómico, molecular, o formal cósmico. La fuerza que pone todos los elementos en el cuerpo de la Gran Madre en relación, es ésta fuerza de atracción que aquí en la experiencia, delante del miedo, de la falta y de la culpa, se transforma en deseo psicológico.

En el Jardín de la Simplicidad nosotros nos aproximamos a cada elemento de la vida en una actitud de silencio. Y cuando ustedes llegan hasta nosotros, es así como los estimulamos a estar delante de lo que se presenta a ustedes en este Jardín, en silencio. No es un silencio de la forma, no, porque allí toda su exuberancia se revela, la comunicación se produce a través de los colores, de sonidos, de formas geométricas que ustedes emanan y objetivan; en un silencio interno, el silencio que no juzga, que no discrimina, que no rotula- el silencio que puede ver una forma transformarse en otra, sin confusión, sin pregunta; un silencio que les permitirá aquí, en este nivel de experiencia, ver mucho de lo que hay ahí cristalizado disiparse en un instante y asumir otra forma sin perder el eje de su equilibrio.

La Simplicidad es Silencio delante de la apariencia. La Simplicidad es silencio en aceptación a lo eterno, inmutable en la esencia de todas las formas. La Simplicidad es también - y ahí la Simplicidad realmente se instala en ustedes como un bálsamo para la curación del olvido - la comprensión de la naturaleza del deseo.

El deseo psicológico entonces surge como resultado de estos tres venenos anteriores que ya fueran tratados con ustedes aquí: el miedo, la falta, la culpa. Por la Inocencia, por la Transparencia y por la Humildad, estos venenos van siendo transmutados en su organismo físico y sutil. Como resultado de este trabajo silencioso y que la mayoría de ustedes simplemente no se da cuenta, la simplicidad comienza a instalarse y ustedes perciben con mucha más claridad, porque a través de ella, comienzan a percibir la curación que va produciéndose en estos tres jardines anteriores. Porque la Simplicidad es otra posición de Silencio, que ustedes de la nada, comienzan a percibir que se instala en su funcionamiento psicológico, delante de la vida. ¿Tuvieron ya esa experiencia de estar de repente, delante de una situación o mirar alguna cosa y allí no surge la pregunta que habitualmente surgía, la repulsión que siempre surgía, o no, o el deseo de poseer que siempre surgía, solo hay un silencio sereno, tranquilo?

Participante: Humhum.

Este es el bálsamo de la Simplicidad. El bálsamo de la Simplicidad disipa el deseo desviado, o rectifica la energía que es la verdadera naturaleza del deseo. Y cuando este deseo es disipado, el deseo psicológico, ésta forma monstruosa que se crea con base en esa energía de atracción y de resonancia, cuando eso es disipado, entonces la propia vida también se vuelve simple. Ustedes se colocan bajo la égida de la fluidez, de la facilidad, ya no como opositores de la vida, sirviéndose de este poder personal de deseo. Por la Transparencia ustedes se tornan maleables y confiados. Y la simplicidad permite que su mundo sea puesto en armonía y fluidez. Y comprenderán más la naturaleza del deseo, porque la simplicidad es también eso. No es lo suficiente rotular el deseo como algo malo y tentar por la fuerza extirparlo, no! Déjenme, decirles: el deseo siempre estará ahí. El deseo es lo que me trajo hasta aquí hoy, deseo de compartir esta esencia luminosa y pura que somos como hermanos y hermanas, que estamos aquí sirviendo a la vida de la cual yo soy expresión. Y es el deseo que los trajo hasta aquí, por el mismo motivo, para compartir esta esencia luminosa y pura con una hermana que viene aquí a prestarles un servicio.

Si ustedes se aproximaran silenciosamente al deseo, percibirían que él es solo una respuesta muy natural a la resonancia de la vida. Entiendan, sin embargo, que esto no es una validación de sus deseos personales. Yo los invito a mirar la naturaleza del deseo y no a entregarse a las diversas corrientes que tumultúan su forma psíquica. Cuando ustedes miran la naturaleza del deseo, aquello que está desviado se disipa y una simplicidad se instala. A lo inverso de estar sujetos a expectativas, a proyecciones, al deseo de poseer y de consumir, ustedes se relajan en la Simplicidad del Ser y comprenden que su poder universal es la vida en manifestación y no hay necesidad de esfuerzo, no hay necesidad de manipulaciones, o de la extenuante actividad racional que tiente hacer que la vida encaje en su diseño pre-moldado de como ella debe ser.

El Jardín de la Simplicidad se encuentra en esta laguna, respecto a la cual nuestro hermano habló brevemente, en el Retiro Intraterreno de Lis. En esta laguna nosotros tenemos estructuras hechas de un linaje mineral que ustedes llaman malaquita. Un gran pentágono está instalado por toda esta laguna, formado a partir de una estrella de cinco puntas. En cada uno de los compartimientos de esa estrella, ustedes son conducidos a un contacto con ciertas formas de vida que se manifiestan en el agua, porque en Lis hay ciertos linajes humanoides que no hicieron la transición del agua hacia el aire, y entonces hacen su servicio y lo cumplen en una forma carbonada en el agua, y allí ustedes recuerdan la simplicidad de la vida, recuerdan en el Silencio delante de las situaciones que se presentan.

Hay una clave, una llave mántrica de contacto con el Jardín de la Simplicidad: Muk'Lahi'Nuá. Y colocando una piedra de malaquita sobre el sacro, entando relajados con esta piedra colocada sobre él, ustedes pueden conectarse a la energía de este linaje mineral del Jardín de la Simplicidad, para la disolución y rectificación del deseo. Bueno hermanos, la Simplicidad es la opción de mirar hacia la esencia. Recuerden eso. Los invito a un momento de resonancia y sintonía con el Jardín de la Simplicidad.

...Muk'Lahí'Nuá... (participantes repiten)

Queden en Paz hermanos y hermanas. Aní Maritumi.

Participantes: Aní Maritumi!


Traducción: H. N.
http://www.escolaluzviva.com.br/
Transcripción por los colaboradores de Selén Om



Los Jardines de Cura del Retiro Intraterreno de Lis
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Anciano Amb'vani El Jardín de la Transparencia 2º jardín
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Anciana Muk'Lahí - El Jardín de la Simplicidad 4-Jardín
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