JLA: Gracias, gracias por este testimonio.
Voy a ampliar lo que dices. Es precisamente la ausencia de instrucción formal, a pesar de la narrativa —es decir, una historia que se cuenta y se desarrolla—, lo que en cierto momento te hizo conectar con ella. En términos computacionales, diría que te sintonizaste con lo inexpresable, que es lo que llamamos Silencio, el momento en que cesó la fricción que existía a través de tu propio diálogo con la vida. No es un cese del movimiento personal; este cese es, concretamente, y no solo metafóricamente, una inversión.
La sintonización te trajo literalmente a tu verdadero ser y te hizo recordar de dónde vienes, quién eres, qué manifiestas, tanto en tu vida cotidiana como en la de todos los demás, permitiéndote experimentar esta trascendencia suprema. Y después, para quienes no la experimentan, la vida continúa, el sueño continúa, la pesadilla o el caos del mundo llega a su fin, y solo se puede estar en Aceptación.
Todo sufrimiento se percibe en su totalidad, en tu humanidad. Pero sabes fundamentalmente, lo sabes íntimamente, que es solo la faceta más perfecta para experimentar lo que debe ser experimentado. Y la vida continúa con sus problemas (preocupaciones), con sus alegrías, pero todo se transforma.
JLA: ¿Me acompañaron en lo que dijiste o qué dices ahora?
Hermana: Sí. Bueno, expresaste lo que quería expresar, y es cierto. Incluso a pesar de las dificultades y de todo lo que está sucediendo, hay alegría, hay paz, hay un estado de ser, y también hay una vibración, una resonancia con lo que está sucediendo. Vengo...
JLA: Que se traduzca, sale espontáneo, pero Elisa necesita traducir.
Ahí lo tienes, lo recordamos, ahora podemos decir "me acuerdo".
Hermana: "Yo recuerdo." Recuerdo quién soy, recuerdo quién soy y elijo ser quien soy.
JLA: Y cabe añadir, para quienes aún no lo han experimentado, que no es ni el fin ni el principio de nada. De eso se trata realmente la comprensión, la aceptación y la experiencia vivida.
Es una farsa, un sueño, pero debemos llevarlo a cabo. No hay rechazo a la encarnación. Y la prueba más concluyente es que, en ese momento, el orgullo, sea cual sea, ya no puede prevalecer. Porque en ese momento, las funciones más espirituales, de las que hablamos hace mucho tiempo, y en particular la Claridad y la Transparencia, se despliegan, se manifiestan y culminan con este "Yo recuerdo", en lo que llamamos coherencia en el sentido más noble del término. El átomo es coherente, el universo es coherente, el átomo es coherente y tú eres coherente.
Cualesquiera que sean las inconsistencias que percibas, te conducen al escenario del mundo actual, aquí y ahora. Te llevan a la aceptación y la comprensión total, que no se logran mediante el intelecto, sino mediante esta coherencia. Esta coherencia, ahora, es lo que podríamos llamar la singularidad de la humanidad. Hemos seguido la consciencia, hemos seguido nuestras percepciones, a veces hemos seguido nuestras creencias. Y entonces llega un momento en que no nos queda nada más que seguir que lo que ya está aquí.
Al darnos cuenta de esto, la vida continúa, pero todo cambia, y nosotros —tú y yo, todos sin excepción—, de la manera más concreta posible, nos encontramos en un viaje hacia esta coherencia, a través de una convergencia increíble, como Omraam siempre había descrito de diferentes maneras. Ambos somos el punto de paso, quien creó la historia, quien la cuenta y quien, al aceptar vivirla, la comprende. Todos estamos ahí. Y ahí, en ese momento, está lo que llamamos Aceptación, pero que podría tener muchos otros nombres.
Nuestro más sincero agradecimiento a Jean-Luc Ayoun,
así como a todo el equipo de transcripción (Les petites mains).
https://apotheose.live/blog/2025/12/12/extraits-du-coeur-a-coeur-6-et-7-decembre-2025/
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