Saludos hijos e hijas, bendiciones y paz. En la quietud de los sentidos se puede ver fluir la vida bajo la apariencia. En la quietud de su mundo interior, pueden reconocer que son el flujo de vida por detrás de la apariencia.
Esta corriente tiene su propio ciclo, tiene su propio movimiento, tiene su ritmo. Ritmo que refleja el comportamiento de todas las partículas y sus agregados.
Hoy vengo a invitarlos a contemplar el principio del ritmo. Hoy los invito a contemplar la armonía del movimiento. De hecho, todo está en movimiento, el proceso de co-creación es constante. Pero cuando se reconoce el ritmo de este movimiento, por estar conectados con el ritmo interno de la vida, entonces, perciben la armonía del movimiento exterior y pueden cooperar y colaborar conscientemente con esta armonía.
Hijas e hijos, los invito a la reconciliación con el cambio. Nada es permanente en el reino de las formas y solamente el espacio subsiste en la danza universal. Los invito a contemplar la reconciliación con el cambio, con la impermanencia. Porque de este modo, reconocerán el ritmo del flujo de lo eterno bajo la apariencia de efemeridad. Su vida será mucho más fluida si se alinean con el ritmo, el ritmo de esta danza, el ritmo de este proceso de desarrollo y desdoblamiento continuo a partir del espacio vacío de la conciencia.
En este día me comunico con ustedes e impulso la contemplación del ritmo de la naturaleza a través de mi rostro como Danu, Madre de los dioses, señora de los ciclos y de la fertilidad, la Gran Madre. Los invito a traer su atención hacia mi respiración, la respiración de este planeta de quien soy el ánima; Los invito a contemplar el movimiento de mi cuerpo, la exudación de mi sudor, el movimiento de mis brazos. Cada proceso orgánico esta reflejado en un movimiento de la naturaleza, cada movimiento en mi mundo interior está reflejado en el mundo exterior que es mi vestimenta.
Contemplen el ritmo de la naturaleza y busquen de alinearse con él; contemplen su propio ritmo y reconcíliense con él. No temas al cambio y no repudien la transformación. En primer lugar, reconozcan, reconózcanse más allá de la fragilidad ya que lo que es débil es sagrado en su transformación. Yo los envuelvo con un amor inexpresable, pero un amor que se expresa a través de la solidez del suelo que está debajo de sus pies, de la atmósfera que envuelve su cuerpo biológico y la chispa de la vida quema que arde en su interior.
Todo esto es una expresión de mi amor, porque son parte de mí, frutos de mi vientre, ustedes son mis hijas e hijos. Acérquense a mi corazón, oigan el latir, alineen su pulso con el ritmo de mi corazón y sigan sus propias vidas atentas al ritmo, al ritmo que la danza sugiere o impone en este momento. Disuelvan su resistencia y muévanse, muevan su cuerpo, muevan sus atributos de acuerdo con el impulso del momento.
Yo invito a contemplar y acceder a la sabiduría simple, sencilla y natural, la que se aprende observando los ritmos de la naturaleza, la que se aplica armonizándose con los ritmos, los ritmos de la naturaleza en ustedes y en su entorno. Eleven su estándar vibratorio que puedan estar cada vez más afinados con el ritmo de la energía en mi cuerpo. Aquieten los sentidos y su mundo interno para que se refleje allí, la luz del verbo vivo y de la llama de mi Sagrado Corazón.
Los bendigo y estoy presente en ustedes como la fuerza creadora, la fuerza que regula los ritmos, así como el ritmo de la respiración de la Divinidad oculta. Contemplen, contemplen el ritmo.
Transcripción hecha por colaboradores de la ELV.
Mensaje canalizado por Selén - http://www.escolaluzviva.com.br/
Traducción: H. N.
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