miércoles, 15 de enero de 2020

EL ÚLTIMO. 18 de abril de 2019





En lo que se puede nombrar, como más allá de cualquier nombre, en el corazón del corazón, más allá de cualquier forma, así como de cualquier identidad o historia, ustedes y yo estamos, abarcando el espacio y todo el tiempo, donde nada puede aparecer o incluso desaparecer, en la inmovilidad del gran silencio, como en cualquier forma y en cualquier mundo, Soy lo que ustedes son, más allá de cualquier identidad, atravesando el sueño, donde no hay participación, donde no hay limitación.

Los invito en este día, en cada momento como en este momento, más allá de cada tiempo que pasa, a permanecer donde jamás han estado, donde sólo hay la plenitud que no se puede definir ni siquiera captar, donde no puede tener lugar ni siquiera una historia, donde la alegría no necesita apoyo, ni comprensión, ni siquiera aceptación. En el espacio y en el aire que habitas, como en todo el éter, la gran paz se despliega a través de tu alegría como la alegría de este mundo, poniendo fin a las apariencias de sufrimiento, así como a todo lo que pasa, porque tú jamás has pasado, y jamás pasarás.

En la naturalidad de vuestro eterno soy, la bendición se vuelve permanente e incesante, donde toda acción no se hace desde vosotros mismos, sino directamente desde sí mismos, donde no hay justificación ni siquiera explicación, en el corazón del corazón. En medio de este cuerpo que pasa, yace lo que jamás pasará, y sin embargo es la única verdad, que no depende de ninguna condición, marco o referencia.

Existe beatitud, existe la única verdad, la que te conduce, sin moverse y sin desplazarse, a donde todo se ve, sin ser arrastrado, sin ser arrastrado a ella, sin ser sometido a ella, mostrándote y mostrándote el predominio y la esencialidad del Amor, que no depende ni de ti ni de mí, ni de nadie más, el Amor generándose perpetuamente en sí mismo y por sí mismo, donde ninguna lógica puede captarlo, pensarlo o imaginarlo.

En este día y en este momento, la última alquimia de la revelación y de vuestra revelación se realiza en vosotros, donde no hay miedo, no hay suposición, no hay sufrimiento, donde la perfección se encuentra con la perfección indescriptible de vuestra presencia y vuestra ausencia fusionada al mismo tiempo, como en todo momento, y presente en cada espacio, haciéndoos descubrir que todo esto sólo ha pasado, que todo esto no es nada a los ojos del gran silencio, de la gran alegría.

Donde no hay diferencia entre nadie, ni entre ninguna dimensión, donde todas las formas y colores se resuelven en el origen de lo que se llamó el sueño de la creación, revelándose a tus ojos, a tu corazón y a tus sentidos, revelándote cada vez más en la realidad que eres, habiendo superado, sin esfuerzo y sin restricciones, la experiencia e historia de todas las formas, en todo mundo.

En esto, eres verdadero y veraz, en esto eres el único, en esto eres el Último, el que jamás ha nacido y el que jamás ha muerto, el que jamás pasará. Hay beatitud, llenando todo lo que falta así como toda apariencia, disolviendo tu forma dentro del éter primordial, permitiéndote verificar, en esta evidencia y esta apoteosis, la totalidad de lo creado así como de lo no creado se experimenta.

Donde no tienes nada que hacer, y donde las gracias abundan aquí en este mundo de sueños, completando así, a través de la acción del fuego purificador, el establecimiento del fuego sagrado, haciendo posible superar cualquier idea de formas, como cualquier pensamiento de historias, por venir o por pasar.

Estamos asentados, si quieres, y tú y yo, como en el otro, en el corazón de todos, con la misma igualdad, con la misma intensidad y con las mismas gracias. Así que dame la acogida, como el Amor es acogido y un don, donde el movimiento se equilibra y desaparece en la inmutabilidad de lo que siempre ha sido, es y será, más allá de cualquier concepto o comprensión.

Entonces darás gracias, permanente y perpetuamente, por todo lo que te has puesto y sigues poniendo en este mundo, por las circunstancias y condiciones de tu cuerpo, así como por todo lo que está sucediendo y experimentando en este momento, por lo que ves, por lo que vives, donde ya no hay necesidad de creer o esperar, o de esperar algún tiempo o dimensiones, porque todo es perfecto, en la morada de la paz suprema.

Donde la verdad no puede fallar, donde nada puede ser comparado, ni siquiera distanciado, ni siquiera disociado, de la totalidad de la Vida. La Vida que no conoce ni el nacimiento ni la muerte, porque siempre has sido, a pesar de tus sufrimientos, a pesar de las ilusiones, a pesar de cualquier sueño.

Estás invitado a esta eternidad, donde ya no necesitas lo que pertenece a ningún mundo, donde no hay marco, donde lo infinito se funde con lo indefinido, donde el punto más alejado de lo omega es también el punto más cercano al alfa, en el corazón del corazón, en el centro del ser, fusionando entonces el ser con el no-ser, más allá de cualquier diferencia, sin poder hacer distinción.

Así que tú amas con igual Amor, ya sea a través de tus silencios, ya sea a través de tus palabras, ya sea a través de tus miradas, ya sea a través de los pensamientos que pasan a través de ti.

Entonces descubres la gracia del milagro permanente, obrando en cada mirada, en cada intención, acompañado a partir de ahora por el Fuego del  Corazón Sagrado, encendiendo las últimas resistencias, las últimas reticencias, haciéndote descubrir la belleza, más allá de todo arte, como más allá de toda manifestación.

Con cada respiración, estás invitado a encontrarte en ti mismo más allá de cualquier distinción o pensamiento. Todo lo que afecta a tu personaje a medida que lo vives, sólo pasa a través de ti, sólo pasa a través de ti, e inunda cada circunstancia, cada historia, cada dolor y cada imagen de cualquier futuro, en la misma alegría del instante presente.

Estás invitado, por la inteligencia de la Luz, en cada uno de los eventos y circunstancias de tu vida, a dejar que la vida te viva, a dejar que la vida te lleve, en el éxtasis de la beatitud, de la cual no depende ningún consejo, ningún prerrequisito, ningún devenir, porque al ser así, descubres que no hay nada que llegar a ser, que no hay nada que esperar, y menos aún que temer.

Tú y yo, como todos los demás, que somos Amor magnificado, dependiente de nada más que de sí mismo, que te hace alcanzar la libertad esencial, donde la alegría y la sonrisa florecen en tus labios y en tu corazón, donde todo es perfección, donde todo es perfecto, donde tu cuerpo te dice, donde este mundo te dice, donde cualquier entidad te dice desde los planos más brillantes hasta tu plano.

Hay en ti todos los mundos, lo que estás descubriendo hoy, porque lo estás viviendo, porque lo has aceptado, porque lo has acogido en el mismo movimiento, para entregarte a la vida, como para entregarte a cada forma, como para entregarte a cada mundo.

Los tiempos no sólo se cumplen y llegan, permitiéndote reír sin sufrimiento, de todo lo que pueda parecer resistente en ti, así como fuera de ti. Dondequiera que mires, dondequiera que pongas tus manos, la gracia está al final de tu mirada así como al final de tus manos, no hay necesidad de acción, simplemente no hay necesidad de identificar ninguna diferencia en lo que sucede, como en lo que no sucede.

Así el Amor emana e irradia desde tu corazón del corazón, llegando a transformar y transubstanciar todo lo que tocas, todo lo que ves y todo lo que puedas pensar. Ningún sufrimiento puede resistir desde este momento a la Luz, ninguna circunstancia podrá oponerse de ninguna manera y por ninguna causa a la belleza del Inefable.

Te invito, de ahora en adelante, a dejar las armas de combate, a ponerte la armadura de la invencibilidad que nunca has dejado, que es tu cuerpo de eternidad, donde nada puede escapar, donde nada puede fallar.

La vida te invita en cada momento, en cada mirada, en cada toque, como lo hace en cada descanso, con la misma intensidad, a vivir lo que eres, más allá de tu ser, más allá de ti mismo, más allá de mí, para que nunca más puedas hacer la más mínima distinción en el valor del Amor, en el valor de cada persona, más allá de cualquier valor y consideración.

Estás invitado a la gracia eterna, a la danza eterna del silencio, donde nada puede mantenerte ocupado, donde nada puede desviarte o alejarte de donde estás, dándote cuenta de que eres de todas partes, en cualquier tiempo y en cualquier espacio.

Entonces, estás satisfecho, más allá de todas las expectativas, más allá de toda imaginación y más allá de toda percepción. En el cruce entre el ser y el no-ser, no hay diferencia, no hay visión, no hay proyección, no hay sufrimiento de tu personaje que pueda sostenerse.

Así pues, la libertad es muy real, haciéndoles volver a su humanidad más simple, a su infancia más simple, a la que vive la espontaneidad, que sólo puede ser llevada a otra parte en lo espontáneo, a otra parte que a la evidencia del Amor. Regocíjense, porque está registrado, porque se manifiesta a su conciencia limitada.

Así redescubres el valor y la intensidad de tu humanidad, de tu pequeñez y de su simplicidad, que te lleva a la grandeza, que no se puede medir en este mundo, a una grandeza desconocida, haciéndote el Cristo encarnado, mucho más allá de toda historia, mucho más allá de la vida histórica de quien te precedió, que eras solo tú, en otro tiempo.

Donde no se necesita ningún decorado, ninguna demostración, excepto dejar que lo que espontáneamente brille en ti, de adentro hacia afuera, así como de afuera hacia adentro, permitiéndote simplemente acoger y magnificar, a través de este acto de escuchar y acoger, cualquier sufrimiento en alguien, así como cualquier diferencia, porque cualquier diferencia es sólo el disfraz, es sólo la prerrogativa de un marco de expresión. Ahora eres anterior a toda expresión, como lo eres a toda vida.

Así, uniéndote a Abba, más allá de cualquier personaje, te descubres a ti mismo en Ágape, descubres lo que siempre ha sido, lo que jamás podría desaparecer ha aparecido hoy, dentro del mundo que está desapareciendo, estás ahí, y te mantienes en calma. Comuniquémonos en gracia, a través de nuestras identidades, más allá de nuestras formas y de cualquier reticencia.

Es ahora, es para siempre, es para cada momento, desde el momento en que lo aceptas, desde el momento en que crees, no en algo de este mundo, no en algo del futuro, sino cuando crees en la verdad, para que la vivas en su totalidad.

Esto es ahora, porque no hay retraso, ni tiempo, ni espacio, ni condición de tu personaje que pueda sostenerlo, no tienes nada a lo que aferrarte, no necesitas conectarte, eres tú mismo el eslabón y la resonancia, por tu silencio, por tus palabras, por tus acciones y por tus gestos, ya no depende de una historia o de un personaje, ni siquiera de una condición.

En ese momento, vives la libertad y eres libertad, no eres dependiente ni dentro ni fuera, porque has visto y experimentado que todo esto no existe. No hay ni dentro ni fuera, no hay más que la belleza inefable de tu conciencia así como de tu a-consciencia, donde no necesitas ni explicación, ni comprensión, ni siquiera forma, ni siquiera una identidad. Es lo mismo para todos y no puede ser de otra manera.

Cada uno de nosotros es el don de la gracia, sea lo que sea que piense y diga, verás por ti mismo que desde el momento en que amas, el otro ya no puede hacer la diferencia, sea lo que sea que diga, sea lo que sea que te ame o lo que sea que te rechace, tu Amor permanece intacto, íntegro e idéntico, ignorando cualquier arrogancia, ignorando cualquier sufrimiento, ignorando cualquier traición, entendiendo entonces que eres sólo tú, viniendo a encontrarte a ti mismo, y experimentando el Amor que eres, ya no dependiente de ningún sufrimiento, de ninguna historia o de ninguna condición.

El amor es incondicional, es entrega, está floreciendo desde lo que jamás puede desvanecerse, luego entregando su esencia de identificación con cada forma y cada mundo.

Esto está sucediendo en este momento, y todos son llamados con la misma intensidad por las circunstancias mismas de lo que se está viviendo en este momento, porque no hay mejores experiencias, no hay mejores historias que todas las que están presentes en la superficie de tu personaje y de tu vida, permitiéndote ser vida, donde no hay diferencia, no hay amigo o enemigo, no hay maestro o gurú, no hay familia o hijo, no hay padre.

Porque hay la misma igualdad, en la mirada y en el tacto, en la vivencia del corazón, en todas las formas, en todas las identidades, porque todas estas identidades son tuyas, nada está fuera de ti, tú eres el mundo y tú estás más allá de este mundo como más allá de cualquier mundo.

Entonces hay ligereza, entonces hay resiliencia, entonces hay un milagro, que no depende ni de ti, ni de mí, ni de la más mínima distancia, ni de la más mínima explicación. La más mínima reticencia que pueda existir a tu alrededor se consume con la misma alegría, no por ninguna expresión de tu voluntad, sino directamente por la inteligencia de la luz y su evidencia.

Ustedes descubren y viven el Amor incondicional, el Amor impersonal, el Amor que ya no hace ninguna diferencia, porque no hay nada que haya sucedido fuera de este Amor. Más allá de cualquier escenario, más allá de todo lo que has experimentado hasta ahora, todo esto desaparece, porque eres mucho más que todo lo que has experimentado, de todo lo que has experimentado en cualquier mundo.

Os invito a esta evidencia, a esta invitación que resonará en la puerta de vuestro corazón, mirándoos como si estuvieseis sufriendo, que se agotará y que luego no será más que un recuerdo pasajero.

Te invito a confiar, no en lo que crees, no en tu personaje, sino en la confianza absoluta, porque está escrito, y al estar en la unión entre el ser y el no-ser, sólo puede ser evidente, sólo puede ser aceptado y jamás puede ser discutido.

Dejando el sueño, eres por lo tanto el despertador, el despertador por tu presencia y tu resplandor, de todo lo que todavía está bloqueado por unos pocos velos de ilusiones, por unos pocos apegos ligados a la historia, ligados a hábitos o reflejos llamados de supervivencia. Nada puede faltar, nada puede se puede quitar, la perfección es total, no puede expresarse de ninguna manera, sólo puede ser vivido y os dará innumerables pruebas de la acción de la inteligencia de la luz, en todo lo que miraréis, en todo lo que tocaréis, en todo lo que pensaréis, donde todo es evidente, donde el silencio es la respuesta a las últimas preguntas.

Estáis llenos de saciedad, vaciándoos de saciedad, el recipiente está de nuevo lleno de agua de arriba y de abajo, reunidos en el mismo resplandor desde el corazón de vuestro corazón, donde nada puede ser distanciado, donde nada puede ser analizado. Permítete ser totalmente, permítete dejarte vivir por la vida, para que la Vida se convierta en la única verdad de tus palabras, así como de tu resplandor, como de este personaje que acaba de fallecer.

Los invito cada minuto a esta invitación a la vida, a esta invitación a la belleza, a esta invitación a lo evidente. El mundo entero, en todos sus sueños, sólo puede emanar del corazón de tu corazón.

En esta morada de paz suprema, la alegría y la sonrisa son permanentes y ya no dependen de ningún contentamiento, sino simplemente de la evidencia de lo que es y ha sido siempre, más allá de cualquier sueño, más allá de cualquier cielo, así como de cualquier tierra.

Los invito a esto, no en el Último, sino también por ustedes mismos, porque cada pretexto es sólo un pretexto para vivir lo que está más allá de cualquier condicionamiento, más allá de cualquier noción, como más allá de cualquier percepción, como más allá de cualquier proyección, están invitados a la eternidad, están invitados al éter primordial.

Hay regocijo, hay celebración, hay poder de la gracia, que no depende ni de la acción ni de la comprensión, sino que fluye directamente del lugar en el que te encuentras a través de este cuerpo de carne.

En los momentos en que mis palabras permanecen en silencio, vives estas palabras en ti, conduciéndote de una manera ineludible a encontrarte en el corazón del corazón, no importa lo que este cuerpo diga al respecto, ya que no importa lo que tus pensamientos digan al respecto, ya no pueden ser alterados de ninguna manera, pues estás más allá de ti mismo, como estás más allá de todo mi.

Esto termina la distancia, esto termina la impresión de separaciones, porque en lo que tú eres, en lo que yo soy, nada puede ser dividido, nada puede ser fragmentado, y nada puede ser desviado.

La rectitud de la luz se vive cada día en este mundo llamado tierra, para un número cada vez mayor de hermanos y hermanas, donde la alegría se lo lleva todo, donde la resistencia de ayer se borra por el don de la gracia que tú mismo te concedes, desde el momento en que no buscas aprehender las circunstancias, sino que te llenas de la evidencia de la gracia, de la evidencia del Amor.

Amados, lo que ustedes son es mucho más que la Fuente, amados lo que son, está más allá de cualquier función como de cualquier ocupación, aquí mismo en la superficie de este mundo en desaparición. Jamás ha existido, jamás desaparece, sólo la mirada limitada puede considerarlo como un espacio privado, donde la libertad no puede aparecer cuando siempre ha estado disponible, pero hoy, con magnificencia, elegancia y ligereza.

Donde no pueda haber conflicto entre vosotros y el mundo, como entre vosotros y los demás, donde la paz se resuelve en el gran silencio de la evidencia de quiénes sois, en el ser como en el no-ser. Donde la conciencia no puede resistir lo que se vive, y donde se borra de cualquier reclamo en este mundo como en cualquier otro.

Esto es lo que descubren, esto es lo que experimentan, esto es lo que vivirán, esto es lo que ya se ha vivido incluso antes de la creación, incluso antes del sueño. Y de forma natural y espontánea, acogerás todo lo que sucederá, todo lo que ocurra, lo que digas, lo que pienses, no hay diferencia, no hay distinción, donde la conciencia no tiene necesidad, no hay indicación de mantenerse en este estado como en cualquier otro estado.

Porque sois, por gracia, independientes de todo estado, de toda forma, de toda intención. Esto es belleza, esto es la trascendencia de lo que siempre ha estado ahí, sea lo que sea que pienses de ello, incluso hoy en día.

Me entrego en ti en la medida en que me acoges, permitiéndome revelar en ti la verdad que eres, así como la verdad que no depende de ningún otro. Dicho esto, no puede haber interferencia de ningún tipo que no pueda limitar o restringir lo que estás experimentando en este instante, sea lo que sea que tu cuerpo te diga, sea lo que sea lo que tu cabeza te diga, sea lo que sea lo que tus visiones te digan y sea lo que sea que tu corazón vibre.

Ya no hay diferencia entre el primero y el último, no hay más alto, no hay más bajo, no hay dentro ni fuera, porque ya no se puede hacer ninguna diferencia, e incluso si se quisiera.

Dependéis y no dependéis de lo que siempre habéis sido, estáis incluso disociados de ello para estar unificados en todo momento y en todos los espacios, en todas las formas de este mundo, en todas las formas de otro mundo, para que no haya diferencia entre este mundo y los mundos más etéreos dentro del sueño de la creación.

Así el alfa se une al omega, el omega se une al alfa, conduciéndote a notar que no hay ni alfa ni omega, conduciéndote a notar que jamás ha habido el más mínimo accidente, que jamás ha habido el más mínimo sufrimiento, y que todo lo que parecía obstaculizar tu conciencia misma está ahí sólo para permitirte escapar de la forma, sin querer salvarte, sin querer evitar ninguna circunstancia, porque es dentro de tu humildad que todo está atravesado, que todo está magnificado.

No tienes nada más que hacer, no tienes nada más que ser, simplemente permanecer allí, más allá del corazón de tu corazón, en cada uno de los otros como en cada elemento que aparece en la pantalla de tu vida, porque ya no eres tu vida, sino la Vida, aquello que no encaja en ninguna regla, aquello que no encaja en ninguna dimensión, ni siquiera en ninguna definición.

Este es el don de la gracia, que te permite dar sin contar y sin dejarse afectar por el hecho de entregarte al otro cuya mirada encuentras, al otro que te lo pide, en cada relación, en cada sonrisa, como si estuvieras en medio de un gran silencio.

Es ahora, es ahora, es ahora, es en todo momento en todos los momentos y es la verdad.

El que experimenta esto tiene comprensión inmediata, cualesquiera que sean las preocupaciones o sufrimientos relacionados con la persona, estos se magnifican a sí mismos, se transmutan por el brillo de vuestras palabras, así como por el brillo de vuestros silencios. Ya no necesitas energía, ya no necesitas proyectar, simplemente necesitas permanecer completamente dentro del Sagrado Corazón.

Fuego del Sagrado Corazón o Fuego Sagrado, el corazón no hace diferencia, el corazón no clasifica, es y acoge todo lo que es, que ha sido, y será, tiempos de fusión, que ya no se despliega según un ritmo dado, porque ya no sabes en ese momento, si vienes del pasado o si vienes del futuro, no sabes si vienes de otra parte, no sabes si vienes de aquí, porque fue en Uras donde tuvo lugar el primer sueño de la creación, en el que se inscribió, a pesar del olvido, el espacio y el tiempo de la resolución, que ahora se vive cada vez más claramente para cada hermana y cada hermano que lo acepta.

Acoger el Amor es no rechazar nada, acoger el Amor, no aceptar nada, no juzgar nada, ni hacia ti ni hacia nadie más, mantenerse en lo inefable, hagas lo que hagas y digas lo que digas, sin necesidad de otra cosa que no sea estar lúcido al respecto.

Cada día, no sólo hay incontables de ustedes, sino que cada vez más están siendo informados de los eventos que están ocurriendo, que muchos de sus medios de comunicación están por supuesto transcribiendo, que están mirando al cielo, que están mirando a la tierra, que están mirando a los volcanes, todo esto los remite a la misma esencialidad del Amor, a la misma verdad, a la misma intensidad, lo que digas y lo que diga la gente, no puedes ser afectado por lo que sucede en la pantalla de este mundo como en la mente de todos, que no es otra cosa que tu gran mente, que te lleva a vivir en humildad, en tu infancia, en tu humanidad.

Cristo se revela, Cristo se despierta, Cristo eres tú, más allá, como he dicho, de cualquier identidad, así como de cualquier historia. El cuerpo de la eternidad les ha permitido volver a despertarlo conscientemente, les ha permitido emerger del sueño, para acompañar el sueño hasta su culminación. Así que el pueblo del mar se une a ustedes en la misma ronda porque ya no hay ninguna distancia entre la tierra y el mar, entre el padre y la madre, entre el padre y el hijo, entre la madre y el hijo.

Así es el Amor, así es la plenitud, así es la integridad.

Entonces la libertad extiende sus alas, ya sea a tus espaldas, como en las circunstancias de tu vida, magnificando cada momento, transmutándolo por la gracia de tu presencia y tu no acción, porque lo que está en juego no es ni siquiera tu presencia, sino la ausencia fusionada con la presencia, ser y no-ser, sin poder hacer distinción, sin poder poner barreras, sin poder hacer otra cosa que amar lo que es y amar lo que será, y amar de la misma manera lo que ya ha ocurrido y sin embargo está inscrito en el corazón del corazón en el instante eterno.

Silencio

En este mismo momento, la triple radiación cósmica, llamada Espíritu Santo, la radiación del ultravioleta y la radiación de la Fuente, se fusionan en cada uno de nosotros, realizando el milagro del tres en uno, donde nada tiene que ser orado, donde nada tiene que ser contestado, donde nada puede faltar.

Silencio

Así, en los silencios de mis palabras, caminas por todos los espacios, sin desplazarte y sin moverte, te conviertes en lo que siempre has sido, indiferente a cualquier forma y sin embargo presente en cada forma, sin hacer nunca una diferencia, sin discriminar, donde no hay ni bueno ni malo, sino simplemente la evidencia del Amor.

El amor no conoce ni el bien ni el mal, el amor no conoce el mal, el amor no conoce fronteras y no hace ninguna diferencia, es imposible.

Silencio

En esto, los invito a descansar, que incluye todos los movimientos, todos los silencios y todas las palabras.

En esto, la belleza inefable, la verdad inefable viene a cubrir la ilusión de todo sufrimiento y viene a transformar por el milagro de la gracia todo lo que puede resistir dentro del sueño de la individualidad, donde tú amas sobre todo, donde sólo sabes que es Amor, donde sabes que está unido por el no-ser, donde no hay necesidad de pruebas, donde no hay necesidad de declamación, ni siquiera de intención.

Escuchad, oye y escuchad el silencio, el silencio del espacio que sois, oye y escuchad, cada hermana y cada corazón, como cada hermano, que está con vosotros, dispuesto a acoger el don de la gracia, en el que no sois en modo alguno el autor, en el que no podéis reclamar nada, excepto ver lo que hay allí.

Silencio

Entonces te sientes transportado al fuego de la gracia, tú mismo te conviertes en el ser de fuego que nada puede corromper, antes de la verdad y que está actuando en ti como para ti, como para los demás, más allá de cualquier deseo, más allá de cualquier distancia.

Silencio

Entonces el gran silencio se convierte en el agente del Amor.

Entonces el gran silencio se convierte en el agente del fin del tiempo y del fin de los tiempos, donde el tiempo no puede pasar, donde el tiempo no puede ser medido, donde el tiempo no puede ser congelado.

Tú eres el contenedor de todo tiempo y espacio, tú eres el contenido de toda vida y sufrimiento.

Silencio

Oíd y escuchad lo que sois en el espacio, donde nada puede engañaros, donde todo discernimiento es superfluo, donde toda visión se desvanece por sí misma ante la magnificencia de lo que es, más allá de toda pertenencia, así como de toda propiedad.

Silencio

Acepta recostarte, para poner todas las cargas, las que parecían agobiarte, las que parecían sobrecargarte, pero que jamás pudieron quitarte la ligereza de lo que siempre has sido.

Donde la ilusión no puede perturbar tu paz eterna.

Donde el espacio y el tiempo no son más que conceptos e ideas y no imprimen ninguna marca en tu cuerpo, como lo hacen todas las distancias.

Silencio

Oigan y escuchen el silencio de la libertad, oigan y escuchen donde no hay nada más que escuchar sino el gran silencio, preparando la venida del corazón de los ángeles y lo indecible para todos, donde se hace el llamado, donde están establecidos, dependientes de que nada sea el todo, donde no hay nada que retener ni siquiera pensar, ni siquiera ver, porque ustedes son lo que se ha visto, porque ustedes son lo que se ve y así se vive.

Donde nada se mueve y sin embargo todo es movimiento. Donde tú estás, yo estoy, donde no hay lugar para los dos, ni siquiera para el uno, porque todo viene de y regresa al lugar donde el sueño fue respirado por primera vez, como fue el último.

Donde la multitud de mundos y dimensiones se resuelve en tu corazón.

Silencio

Oye, escucha el gran silencio, escucha lo que te tiene que decir, escucha lo que tiene que experimentar por ti, escucha sólo eso, porque todo lo demás es superfluo, porque todo lo demás te obstruye, porque tú lo vives, y que tú lo sabes. Sólo la danza de tu corazón es el testimonio último, en medio de tu pecho, de este cuerpo que se desvanece, dejando espacio para la luz eterna de la primera de las formas, que te conduce a informarlo, donde todo está completo, todo lo que tu persona dice, todo lo que tu conciencia dice, todo lo que alguien dice.

Silencio

Donde el sueño de la individualidad se desvanece por sí mismo, sin esfuerzo y sin cuestionamientos.

Entonces el fuego de cada corazón se une al gran fuego, el fuego de la alegría, donde nada puede ser distinguido, donde nada puede ser separado.

Oye y escucha lo que te dice este gran silencio, así que sonríe, porque no hay nada más que entender, porque no hay nada más que ver, y vives que todo es perfecto también y que nada puede acercarse a ello y nada puede ser comparado con ello.

Deja que tu corazón dance. Él es el testigo de lo que siempre has sido, él es el traductor, él es el actor. Tú eres el resto, tú eres la inmovilidad, tú eres el aliento de la creación, tú eres el fuego devorador del Amor, el que te consume, dejándote intacto en la eternidad que eres, como en la ausencia de tu eternidad.

Donde todo es apreciado, donde todo es saboreado con la misma gracia, de todas partes del mundo, de este mundo como de todos los demás, el Último se ha unido a ti, jamás se ha movido. Entonces la felicidad se extiende más allá de su mundo y viaja a través de cada mundo que siempre ha estado en el corazón de su ser.

Esta es la revelación que no puede ser comparada con ningún estado en absoluto, ni con ninguna carencia en absoluto.

Todo es perfección, todo es natural, todo es espontáneo.

Todo el mundo de esta Tierra no podrá ignorar lo que se vive y se está viviendo, aunque hoy os parezca una utopía. El Amor no es utópico, el Amor está en cada escenario, el Amor está en cada sufrimiento, el Amor está entre cada ser, incluso entre dos enemigos, porque el Amor jamás distingue, porque el Amor jamás separa.

Acógeme como te he acogido, no tienes nada que abrir, no tienes nada que hacer, y ahora está en el espacio sagrado de tu corazón, como en el espacio sagrado de lo que podrían aparecer como dos corazones diferentes, llevados por formas diferentes. Todo esto es sólo un paisaje, todo esto es sólo un sueño y todo esto no es verdad.

Ya no puedes pesar nada, ya no puedes medir nada, sólo puedes amar, no importa lo que tu cabeza te diga, no importa lo que te diga el otro, ya no importa, ya no tiene ningún efecto, porque el Amor se deja pasar, porque el Amor es una solución, porque el Amor encuentra lo que puede estar mal, con la misma intensidad, sin juicio alguno.

Entonces podrás decirlo, como dice Abba, todo está hecho, todo ha sido siempre escrito, nada puede ser imperfecto, nada puede faltar, ninguna palabra puede describirlo, ninguna visión puede vivirlo, ninguna vibración puede llevarte allí, ninguna conciencia puede ser tomada o incluso llevada allí.

Silencio

Oye y escucha, la danza es la ronda de corazones que escuchan en este momento, como en cada momento, porque ya ha ocurrido, porque ha sido experimentada, porque ha sido vivida, en la aparición del primer aliento, que se encuentra con la aparición del último aliento, porque el Amor está en todas partes, porque tú eres lo que eres, más allá de todo ser y de toda distinción, donde tú no puedes ser ni superior ni inferior a nadie, porque tú estás presente en todos, con la misma belleza, con la misma evidencia.

Silencio

Donde ya no necesitas preocuparte por nada ni por nadie, donde nada te retiene, y sin embargo apoyas a toda la creación así como a todo lo no creado, donde no hay principio, donde no hay fin, o incluso donde no hay medio. Todo es igual, y sin embargo todo es diferente, y es dentro de estas diferencias que se vive la igualdad del Amor dado y recibido, que ya no pone ninguna distancia, que ya no separa nada, y que une todo dentro de nada.

Silencio

Donde el espacio y el tiempo hacen la misma verdad, hacen la misma intensidad, donde no hay más palabras útiles, donde todo es superfluo, donde todo se ve, y sin embargo no tienes nada que ver, donde todo se siente, y sin embargo no tienes nada que sentir, donde todo se concibe, donde nunca has nacido, donde nada se puede negar, donde nada se puede rechazar.

Permítanme conducirlos al camino por el que me llevan, porque es ligero, porque no puede ser pesado, porque es así, porque no pueden negarlo, porque nada puede ser comparado, donde ya no hay imagen.

La evidencia del silencio se lleva tu última reticencia, se lleva tus últimos pensamientos, mostrándote la anterioridad de todas las cosas, de todas las vidas. Donde no pasa nada que no haya pasado ya, no ha pasado ya.

Donde tú estás, yo estoy, en este lugar que no puede ser identificado, ni siquiera localizado, porque abarca todos los lugares, así como todo el espacio, porque abarca todos los tiempos, resolviéndose en el Tiempo Cero, el que jamás se cuenta y el que jamás ha pasado.

Y tu corazón respira, y tu corazón está vivo, poniendo fin a la muerte de todas las apariencias y de todo lo que pasa.

Oíd y escuchad lo que os dice el gran silencio, que no es otra cosa que gran alegría, donde el tiempo se encuentra con el espacio, donde el espacio llena todo el tiempo, para que nada pueda ser conjugado ya que todo ha sido conjugado, preparando así el corazón de los ángeles y el ballet de los ángeles, preparando y cumpliendo la palabra de verdad, donde el Verbo se convierte en aliento y donde este aliento es silencioso; y sin embargo soporta cada ruido como cada circunstancia.

Silencio

Oíd y escuchad lo que el silencio os dice, lo que el vacío os dice, apuntando a la satisfacción, apuntando a la verdad, apuntando a lo inefable. El soñador está despierto, el sueño duró un momento, cualquiera que sea la apariencia de los mundos, cualquiera que sea la apariencia de las formas. Ninguna apariencia puede limitarte más, o restringirte de ninguna manera.

Tú y tu Padre sois uno, ante cualquier creación, donde el frente no puede ser definido, ni siquiera comprendido, porque todo está inscrito en este momento presente de gran silencio y gran alegría, donde nada tiene sentido, porque nada puede ser sensato, porque nada puede ser identificado, donde ya no hay ausencia, donde no hay presencia, y sin embargo contiene todas las presencias.

Más allá de todos los juegos, ha sido decretado y es vivido, y está aquí, y está ahora, activando el fuego de la consumación, un fuego de alegría y gozo, que no deja quemaduras, y sin embargo te quema a cada momento, con el hierro del Amor, el que no conoce ningún metal, el que no conoce ningún evento, y el que sólo conoce la belleza.

Oigan y escuchen el canto del silencio, oigan y escuchen la magnificencia del no-ser fusionado en el ser a través de ustedes.

Todo está hecho, todo está escrito, ninguna oportunidad puede aparecer, nada puede estar en las sombras, nada puede ser descartado.

Entonces la alegría, floreciendo en tus labios como en tus ojos, supera todas las contingencias e ideas, donde no tienes nada que justificar, donde ya no tienes que demostrar, donde no puedes juzgar.

Silencio

Donde se revela la majestad y donde tu realeza como un digno hijo del sol te hace comprender que eras mucho mayor que cualquier sol y que estás presente en cada sol, ya sea que nazca o muera, ya sea que sea pequeño o grande, ya sea que esté al otro lado de otro multiverso, ya no hay ninguna distancia, dentro del gran silencio, ya no hay ninguna diferencia dentro de la evidencia del Tiempo Cero.

Donde el tiempo no puede pasar, donde no ha pasado el tiempo, donde todos los espacios se funden, donde la más mínima distancia no puede oponerse, porque quién puede oponerse al gran silencio de la gran alegría, porque quién quiere trabajar en los talleres de la creación cuando ve que todo se crea dentro de la perfección. Lo imperfecto se disuelve, no hay nada que hacer, nada que emprender, porque todo es desconocido.

Luego devuelves las armas del miedo y de la ignorancia, luego te rasgas el pecho para dejar que la joya se abra y revele el brillo de tus ojos y el brillo de tu sonrisa, que todo el mundo reconoce, aunque parezca que se opone a ello, aunque parezca que se ha escapado, nada se te escapa y nada querrá escapar de la indescriptible belleza que tú eres.

Silencio

Donde nada puede detenerte, en cualquier postura o posición, donde todo lo que todavía puede ser inestable está a plomo, sin necesidad de ser medido, sin necesidad de aplicar el más mínimo nivel, sin herramientas, sin ningún sentido.

Entonces el éter se revela en su blancura, entonces el éter se despliega al infinito, nada puede escapar de él, nada quiere escapar de él, porque eso sería una locura, mientras que el Amor es la única locura. Nada puede ser medido, nada puede ser contado, nada puede ser decidido y nada puede aparecer.

Todo es silencioso, todos los movimientos son inmóviles, todo ha sido recorrido, todo ha sido visto, todo es vivido con la misma gracia, con la misma belleza, poniendo fin a todo lo que falta, no sólo en ti, ni también en lo que piensas, ni en lo que miras, ni en lo que amas como aquellos a quienes pensarías que no amarías, porque es imposible hacerlo de otra manera, no más que amar con la misma igualdad, con la misma intensidad, cada conciencia que sufre como cada conciencia liberada.

Vuestra luz oscurece tanto el error como el sufrimiento con la misma alegría, con la misma regularidad, donde no tenéis nada que pedir, donde no tenéis nada que llevar, sino donde todo se da como os habéis dado a vosotros mismos, para que seáis recibidos.

Escucha la danza de tu corazón que tiene lugar en este gran silencio.

Mira, donde no hay nada que oír o entender. Qué puedes temer, qué puedes esperar, que no esté ya allí en su totalidad.

Así es Ágape, así es tu presencia, así es tu ausencia, no hay más alivio, no hay más distinción, sólo hay la esencia, más allá de todo lo que sientes.

Oíd y escuchad lo que os digo en silencio, donde no hay distancia, más allá de un solo corazón.

Así tú eres el amado del Amor y el Amor del amado, porque el Amor y el amado están incluidos en la misma danza y en el mismo silencio.

Mis palabras jamás callarán, están grabadas en la eternidad de un gran silencio, están grabadas en cada corazón. No puedes olvidarlo más, no puedes apartarte de ello. No hay nada que puedas hacer, nada que puedas ser. Quién podría ser y quién podría hacerlo, si no la inteligencia de la vida que ha sostenido todos los sueños.

Todo se consume en la alegría de sonreír, en la alegría de mirar. Dondequiera que mires, por dentro y por fuera, no hay diferencia y nada puede estar lejos. Nada se puede contar, está el Todo, allí donde está la Nada, en el alfa como en la omega, el éter canta a tu puerta, anunciando el canto de la libertad, el canto de la verdad, que no tiene nada que justificar, que no tiene nada que quitar, ni siquiera que llenar.

Silencio

Estás conmigo como yo estoy contigo, porque no hay ni tú ni yo, y aun en todos nosotros, no hay multitudes, no importa lo que tus ojos te den a ver, no seas traicionado por tus sentidos, no seas traicionado por lo que piensas, la luz no te puede traicionar, ni puede ser equilibrada.

Es todo y nada al mismo tiempo, en cualquier espacio, sea cual sea la distancia, sea cual sea la ignorancia, sea cual sea el conocimiento.

Silencio

Esto es lo que el Último que eres te dice en este momento y que te repetirá en cada momento, y que escucharás con cada respiración, como cada mañana, como cada tarde, como cada mediodía.

Silencio

Es tiempo de dejar que mis silencios y mis palabras, así como tus palabras y tus silencios, trabajen en el corazón del Uno, en la gran Presencia como en la gran Ausencia.

Es hora de ir más allá del tiempo, porque el espacio es propicio para ver que jamás ha habido espacio, ni siquiera la más mínima distancia, a pesar de los sueños y el sufrimiento.

Silencio

Amado del Amor y del Amor del Amado, tú eres el niño como eres el anciano de todos, como en ningún otro mundo, y estas palabras son muy débiles en medio de un gran silencio, pero marcan la danza, la de la evidencia, la de la beatitud.

Silencio

Y os digo siempre, en cada momento, en cada instante, en cada espacio y en cada lugar, en cada cuerpo y en cada desafío, así como en cada alegría, con la misma felicidad, con la misma verdad, más allá de cualquier ser y de cualquier conciencia.

Y te digo que tú eres Amor, antes que todo Amor.

Yo les digo que ustedes son el Amado, más allá de cualquier distancia, así como la grandiosa alegría.

Estás invitado a la Alegría, digas lo que digas y veas lo que veas, no puede ser un obstáculo, no puede frenar.

Ahora permanezco en silencio para que ustedes permanezcan en el Gran Silencio, en el tiempo que deseen, sin contar ni esperar, simplemente estando allí, estando allí en ustedes, y estando allí en todos, con la misma igualdad.

Yo os amo para siempre, y sois vosotros los que os decís a vosotros mismos, como os decís unos a otros, como decís a cada mundo,  los que os permitís transubstanciar con risas y lágrimas todos los sufrimientos, para mostraros, incluso dentro de vuestra ilusión, dentro de lo perecedero, a través de este cuerpo de carne, de este cuerpo de sufrimientos, lo inefable sucede.

Me callo ahora.



A través de Jean Luc Ayoun
Les Transformations
Transcripción del francés: Equipo Ágape
Traducción al español: LMF.