lunes, 18 de septiembre de 2017

URIEL Septiembre 2017



Audio

Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Bien amados hijos de la ley del Uno, que la Paz, el Amor y la Verdad se instalen.

…Silencio…


Escúchate y óyete.

El tiempo para el regreso empieza su cuenta atrás. En unos días, durante la fiesta de los Arcángeles, la espada de la Verdad llevada por Mikaël me será transmitida con el fin de cortar todo lo que puede, de manera ilusoria, impedir o frenar vuestro regreso a la Verdad.

Escúchate y óyete, más allá de toda palabra, en el silencio de tu corazón. Cada soplo de tu vida está lleno de la bendición de la Eternidad.

Te invito y te convido, en el día de los Arcángeles, a celebrar cada soplo y cada momento en el transcurso de tu día para conectarte a ti mismo, con el fin de oírte, con el fin de escucharte, en la verdad de tu corazón.

Cuando todo se ha cumplido y cuando todo se cumple en la densidad final de este mundo, vengo y vendré a cortar en cada uno de ti lo que ha sido visto y lo que todavía puede frenar el impulso de la Verdad, el impulso de tu belleza.

He venido en estos días que preceden a la fiesta de los Arcángeles, a invitarte a la ronda de los Arcángeles, a la ronda de la Vida, a la ronda de la Unidad, poniendo fin a las últimas trampas de la ilusión de vida de este mundo. Acuérdate que no tienes que perfeccionar nada que no sea ya perfecto de toda eternidad. Acuérdate de lo que eres siempre, a pesar de las apariencias y de los velos todavía presentes en este último tiempo, donde el tiempo no tiene que ser contado ni descontado.

Escucha lo que dice el corazón de la Vida, escucha aquello a lo que te llama la Libertad y vive la inocencia de la Infancia, la inocencia de lo que es verdadero, donde nada puede ser dividido, donde nada puede ser quitado.

Haz del día de la celebración de los Arcángeles un día de gracia total, poniéndote en la acogida incondicional de la Verdad.

Cada día que te acerca a esta fiesta debe ver tu Presencia magnificarse y desplegarse, sean cuales sean las resistencias, sean cuales sean las incomodidades, sea cual sea en lo que crees, acabando con cualquier creencia y con cualquier ilusión. Porque viendo la verdad de tu corazón, te reconoces en esta verdad, y todas las verdades que sólo han pasado, te aparecerán por lo que son: unas ilusiones y unas falsedades.

La potencia, entonces, de tu Presencia, consumirá, por la gracia del Fuego Ígneo, todo lo que todavía puede limitarte o frenarte. No hay fecha, si no es la que está inscrita en tu calendario humano, que sobrevendrá pocos días después del inicio del otoño, y te afirmará y te reforzará en la verdad de tu Presencia eterna.

En ese día que se acerca, conéctate en totalidad a la verdad de tu ser y deja que obre, desde los talleres de la Creación, la Luz que da forma a tu eternidad reencontrada. En ese día de fiesta, el cuerpo de Êtreté de cada uno aparecerá en la desnudez de su esplendor. El Fuego Ígneo consumirá lo que, para tal vez cada uno de ti, no haya podido ser todavía consumido en totalidad. No tienes que preparar nada, no tienes que observar ninguna regla, si no es estar presente a ti mismo y acoger en totalidad la herencia de tu presente. En el seno de tu Presencia, dondequiera que estéis en ese día, en cualquier ocupación efímera que sea, no olvides de rendir gracia, no olvides de celebrar el regreso y la manifestación de tu eternidad. Sé humilde, amable y paciente contigo mismo, al igual que con las circunstancias de este mundo que deben ocurrir y ocurrirán.

Acoge con la misma calidad y la misma intensidad todo lo que la vida te presente, porque la vida te hará el regalo de la vida eterna. Sea cual sea la visibilidad, o no, de la señal celeste, los tiempos se habrán cumplido, con firmeza y certeza, liberándote de lo que todavía puede parecerte estar entorpeciendo tu plena libertad y tu plena autonomía.

No te dejes llevar, en ese día, por ningún acontecimiento de este mundo, sino que déjate llevar a lo más profundo de tu corazón, ahí donde se encuentra Cristo, ahí donde se encuentra la Fuente, ahí donde María despliega su Manto azul de la Gracia.

Tú que eres el amigo y que eres el amado, tú mismo vivirás que no hay nada que temer, y sobre todo que no hay nada que perder, sólo unas vanas ilusiones ligadas a tus costumbres y a unas certezas en este mundo, dándote entonces a ver y a vivir que ninguna verdad de este mundo sabría cómo tocar la Verdad eterna; sólo tu corazón lo puede.

Tú que eres el amigo, que eres el amado, recordarás entonces, en ese día o a partir de ese día, la totalidad de lo que es tu llama eterna, tu Espíritu, permitiendo cualquier forma. No habrá más olvido posible. De hecho no podrá haber ninguna reticencia a este Fuego Ígneo.

Mira en ti. Cada vez que el mundo te llame, que sea por una alegría personal o por un acontecimiento colectivo, vuelve a sumergirte profundamente en ti para revivificarte, para aligerarte, y para que ninguna ilusión pueda una vez más perturbarte ni alterarte.

Entonces la resiliencia y tu alteridad te acompañaran cada día. Serás resucitado en el Espíritu de la Verdad, permitiéndote vivir los días que queden antes de la Llamada de María, sea cual sea el estado de tu cuerpo, sea cual sea el estado de tu mundo, en la misma serenidad y en la misma paz, demostrándote entonces que esta paz no depende de ninguna circunstancia ni de ninguna condición de este mundo, sino que descansa en totalidad en la Eternidad revelada.

En el día de la fiesta de los Arcángeles y a partir de ahora en los días que preceden, estaremos presentes en la ronda de tu corazón, en el seno de tu corazón ascensional. Que lo percibas o no, no cambiará nada a la verdad de lo que se tiene que vivir y que será vivido.

La preparación no corresponde, te lo dije, a ningún dogma ni a ningún ritual, sino que es simplemente prepararte a aceptar la verdad de tu corazón. Que la conozcas ya o que te sea desconocida, no cambiará nada.

En ese día de los Arcángeles, la Teofanía ya no será solamente una señal sino una evidencia de cada instante, lo esperamos, para un número cada vez más grande de vosotros. La calidad de vuestro silencio, de vuestra capacidad para acoger, desenrollará y permitirá que la Felicidad predomine, que la Paz no sea borrada por ninguna ira o ninguna aprensión, o alguna duda.

Desde hoy, día en que me leas o me oigas, ten un pensamiento para el Arcángel. Que sea mi nombre o cualquier otro nombre, lo importante, más allá de la función, en estos tiempos particulares, es la vibración del arquetipo de lo que es el Arcángel, que, te le recuerdo, es también lo que eres, si te decides a vivir esto en el seno de tus experiencias de Libertad. Recuerda que todavía hoy, sea cual sea tu apertura, sea cual sea tu despertar, sea cual sea tu libertad interior, sólo es el reflejo de este Amor inconmensurable que ya no podrá ser frenado por ninguna materia o condición que sea.

Que la Llamada de María sobrevenga antes o después no cambiará nada en cuanto a lo que haya que vivir en ese día de gracias y de bendiciones que nosotros, los Arcángeles, así como el conjunto de los Ancianos, de las Estrellas y de los pueblos de la naturaleza celebrarán con nosotros y con vosotros. No se trata de pedir algo, se trata simplemente de estar presente y de acoger, de rendir gracia, y finalmente de oírte en verdad, y para que te vivas en verdad.

Por mi espada, seré el asiento y la fundación de tu templo regenerado, de la belleza de tu sonrisa, de la Verdad expresada y manifestada. Entonces podrás oírte, entonces podrás escucharte, más allá de cualquier idea y de cualquier pensamiento, más allá de cualquier historia y de cualquier condición, rindiéndote entonces a la inocencia de la experiencia y al juego libre de la conciencia.

Para muchos de vosotros, habrá una evidencia sin igual, sea cual sea la experiencia que cada uno de vosotros haya vivido. La belleza del corazón, la belleza de la Verdad y la belleza del Amor, que no depende de ninguna atracción ni de ninguna sensibilidad, sino que es la evidencia de la perfección, empezará a aparecerte, y sobre todo empezará a ser vivida, en total libertad.

Durante la ronda de los Arcángeles, durante la fiesta de los Arcángeles, habrá innumerables gracias que en definitiva sólo son lo que se te debe y tu propia restitución. No hay ningún esfuerzo ni ningún mérito, porque es lo que se le debe a cada uno, sea cual sea su estado, sea cual sea la persona todavía presente encima del escenario.

Lo que hablo ocurrirá por supuesto ante todo en el espacio de tu templo sagrado, en las profundidades de tu corazón. No pierdas el tiempo con el espectáculo del mundo, porque en cualquier sufrimiento que puedas percibir, en el siguiente instante, está la felicidad más grande.

Ahí está el verdadero renacimiento, la verdadera resurrección, ahí donde nunca más la palabra “muerte” podrá existir, ahí donde nunca más ningún olvido podrá aparecer.

Mis palabras, en este día en que me lees, en que me oyes, serán breves.

Estate listo y recuerda: no hay nada que preparar, en el exterior como en el interior, simplemente estar ahí, en la humildad y en la simplicidad.

Para muchos de vosotros, esta verdad será infalible.

En este período previo al día de los Arcángeles, cada día, cada minuto, se os ofrece la oportunidad de vivir la Gracia, sea cual sea vuestro estado en el seno del efímero.

…Silencio…


Entonces ya no necesitarás palabras, ya no necesitarás pedir, ni esperar, ni anhelar ningún acontecimiento que sea. Entonces por tu estado, tendrás la prueba absoluta y total de lo que eres, sin necesidad de creer en ello, sin necesidad de construir ninguna historia, simplemente estando ahí. Estaré ahí. Al igual que la Fuente te lo ha dicho, ella ya no te deja; también te lo digo, estoy a tu lado, como estoy en ti. ¿Cómo es que a un espíritu perfecto le podría faltar algún elemento en el seno de la ronda de las creaciones y de las de-creaciones? Los Arcángeles, los Ancianos, las Estrellas, los pueblos de la naturaleza, las civilizaciones intergalácticas, todo está presente. Revélalo, sin esfuerzo, por la acogida en unidad y en verdad de lo que siempre ha estado ahí.

Dejaré a María, Reina de los Cielos y de la Tierra, que os de tal vez más detalles. En cuanto a mí, os he dado las líneas y los ejes importantes.

La más grande de las preparaciones interiores se hará por sí sola, sin vuestra implicación personal, entre el equinoccio y el día de los Arcángeles. Habrá pues una intensidad nueva de vuestro Fuego Ígneo en vosotros, viniendo de manera temporal a alejaros de la escena del mundo con el fin de que, enteros y unificados, permanezcáis lo más posible en la Verdad y en la belleza.

Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. A partir de ahora y por la Eternidad estoy con vosotros, de manera más sensible y más perceptible. Escucha y oye, más allá de mis palabras, en la pureza de tu corazón, lo que esto significa y lo que esto representa.

…Silencio…


Entonces, en el Fuego Ígneo, sello mi Presencia en tu corazón; en el Fuego Ígneo, sello tu libertad inviolable.

Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión, y te digo: ve en paz, en el Amor y en la Verdad, y deja que la felicidad de tu corazón restaure la Verdad. Te saludo y permanezco en tu morada de Eternidad, y no olvides esta cita temporal donde estarás conectado a tu corazón y a tu eternidad, en tu intimidad.

Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Que mi Blanco resplandezca en la felicidad de tu ser. Por tu Presencia, eres bendición. Hasta luego y hasta siempre.


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Día de los Arcángeles 29 de Septiembre,  

 Equinocio  22 de Septiembre



1 comentario:

  1. Interesante lo de la espada y también que coincido con lo de las teofanías de María

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