viernes, 28 de julio de 2017

GEMMA GALGANI Julio 2017






Soy Gemma Galgani. Hermanas y hermanos en la Luz, en la Unidad y en Cristo, dignaos a acoger el don de la Gracia e instalemos entre nosotros, la comunión y la Paz del Corazón.

…Silencio…

Me han pedido que venga hoy a hablaros de lo que vivís en vuestra conciencia. No hablaré de vuestro cuerpo; eso ya lo ha hecho el Comendador. Vengo a hablaros de los mecanismos que se producen en vuestra conciencia en este período, ya estéis despiertos, dormidos o liberados, porque es exactamente el mismo proceso el que debe llegaros para que lo viváis por instantes, por momentos o de forma permanente.

Desde la realización de las Teofanías, habéis podido vivir, a veces, cosas que podéis calificar en unos casos de agradables y, en otros, de desagradables. No hay diferencia entre lo agradable y lo desagradable porque eso concierne exclusivamente a vuestra persona y a vuestro personaje. En un caso como en otro, hay sufrimiento, hay Alegría; todo eso solo traduce esta fase particular de alquimia que vivís. No voy a hablar de ello, pero os reenvío a dos o tres elementos que nosotras, hermanas Estrellas os hemos dado primero al hablar de nuestras vidas como lo que os he descrito sobre mí misma; después de la vida y lo que expresó hace algunos años Hildegard de Bingen relativo a la tensión hacia el Abandono y también lo que ha dicho nuestra hermana Estrella Teresa sobre la Vía de la Infancia.

A menudo se os ha repetido que estáis en este mundo pero que no sois de este mundo, aunque el hábito de la encarnación hace que os consideréis de este mundo como el lugar donde realizáis la verdad de la Luz. Y os dais cuenta de que la verdad de la Luz, cuando os toca, pone fin a todo lo que os es conocido. En cuanto a mí, para volver muy brevemente sobre mi encarnación, yo no pude afrontar, como algunas de mis hermanas o algunos de los Ancianos, la dualidad, porque estaba muy poco en este mundo, y eso no era por propia voluntad sino por la voluntad de mi Ángel Guardián, para que no fuera afectada por las reglas de este mundo. Visto desde el exterior, eso mostró a mis padres y a mi entorno cuando era joven, un aspecto irreal o, como vosotros diríais hoy, no encarnado. Ese no era el caso, yo estaba plenamente consciente de lo que vivía, de la misma forma que hoy, muchos de vosotros sois cada vez más conscientes de la Eternidad vivida desde diferentes enfoques, no al nivel de la cabeza, sino al nivel de la vibración.

Y podéis ver a pesar de todo, estéis liberados o no, que existe todavía una forma de dualidad, incluso dentro de vuestra unidad vivida. Esta dualidad es simplemente la expresión de lo que es efímero y de lo que es eterno, la iluminación de la Eternidad sobre lo efímero, llevándoos no ya a lo que denominaba el Comendador “tournicoti-tournicota” sino, a algunos de vosotros, a una dificultad de resolver los problemas de vuestros cuerpos, de vuestras vidas, de vuestras relaciones, mientras que para otros todo florece y se vuelve fluido.

En un caso como en el otro, no hay diferencia, salvo sobre la persona, pero no hay ninguna diferencia para vuestra eternidad porque es el medio que ha encontrado la Inteligencia de la Luz para haceros tomar conciencia, como observador y como testigo, de lo que sois. Y, por supuesto, notáis a veces un antagonismo y una oposición total entre vuestra vida y vuestra eternidad. A veces, hay sincronicidad y adaptación total de vuestro efímero con la eternidad; en otros casos, es justamente lo contrario, pero en un caso como en el otro hay siempre la misma finalidad: reconoceros vosotros mismos y asumir y aceptar sin condiciones lo que ha sido denominado, el sacrificio y vuestra resurrección. Recordad que eso no cuenta con vuestros recuerdos ni con vuestros linajes, sino simplemente con los hábitos de la encarnación, los hábitos de la espiritualidad vividos dentro de esta matriz.

La Verdad no es de este mundo, de ninguna manera. Algunos intervinientes os han dicho incluso que este mundo era ilusorio, totalmente irreal. Ese es el punto de vista del Liberado, pero para el que no está liberado, eso se traduce a veces en confrontaciones u oposiciones en vosotros mismos, en vuestra pareja, en vuestro trabajo, con vuestros hijos, con vuestros padres. Todos habéis vivido eso de una u otra manera, más o menos importante y justamente por el hecho de vivir eso es como la Alegría que permite colocarse, posicionarse de manera definitiva frente a la elección entre el sufrimiento, el miedo y los hábitos por una parte y, por otra, el Amor libre que no conoce las ansiedades de la persona y que, sin embargo, sois.

Para algunos de vosotros, existe todavía efectivamente, a pesar de los procesos vibratorios vividos, una forma de asimilación de la conciencia, por la persistencia del mental o de ciertos linajes, con la Ilusión de este mundo y las experiencias que habéis vivido y que, hasta ahora, os han permitido acercaros a la Verdad. Hoy eso ya no es posible. Son precisamente estas oscilaciones, o esta constancia, las que os hacen descubrir, por el emplazamiento como observador, lo que es la persona, a través de vuestros hábitos, de vuestros comportamientos, de algunas resistencias, de ciertos trastornos corporales, o incluso en vuestra conciencia.

No veáis ningún daño en ello, aunque vuestro cuerpo muestre sufrimientos. Es la mejor forma para vivir vuestra liberación, vuestra libertad. Es ahí donde la Vía de la Infancia, de la Inocencia, toma todo su valor que es no solo abandonarse a la Luz totalmente, sino ver que no podéis dirigir vuestra vida sino que ser dirigidos por la Luz -que sois. Por supuesto, eso os lleva a veces a conflictos en las relaciones. A veces os lleva, en el interior de vosotros, a una forma de duda o de vacilación en la que al final, en esos momentos, no sabéis dónde estáis y quiénes sois. Puede ser por desapariciones o por sentimientos de confusión, de duda, de tristeza; eso siembra la Alegría y nutre vuestra eternidad, aunque no os lo parezca en el momento en que lo vivís.

Es ahí donde vuestra confianza, vuestra fe en la Verdad está puesta a prueba.

¿Qué apegos tenéis todavía?, ¿estáis adheridos todavía a vuestra historia?, ¿a vuestras posesiones?, ¿a este mundo?, ¿o tenéis verdaderamente sed de Libertad, de la Alegría? Es precisamente a través de esas resistencias, de esos sufrimientos, de esos conflictos, de esas vacilaciones en vuestro interior, para aquellos que lo viven, como encontraréis la solución.

Recordad que la Luz no destruye nunca. La Luz os propone y vosotros disponéis, o no, lo que se os ha propuesto. Pero si veis todos los viejos patrones de funcionamiento, de vuestro cuerpo como de vuestra persona, os daréis cuenta de que no pueden mantenerse. No podéis ya mentiros a vosotros mismos, no podéis mentir a la Luz, no podéis encontrar pretextos. Las excusas como, por ejemplo, las obligaciones de cualquier naturaleza, conciernen al personaje efímero, os lleva a veces a situaciones donde os parece imposible encontrar una solución, imposible volveros como niños, imposible volveros como un ave que no se preocupa de lo que va a comer mañana. Porque son así las leyes de este mundo a las cuales efectivamente, estáis sometidos todavía de manera parcial.

Pero llega un momento que es diferente para cada uno, previo a la Llamada de María, en el que muchos de vosotros vais a ser obligados por vuestra propia conciencia a decidir firmemente dónde estáis colocados. No podréis negociar más con vuestras adquisiciones, no podréis negociar más con vuestra historia, no podréis negociar más con lo que es falso. Y eso, desde luego, es a veces terrible en el “statu quo” establecido dentro de ciertas relaciones, de ciertos afectos, de ciertas ocupaciones dentro de lo efímero. Os corresponde a vosotros ver todo y decidir en vuestra conciencia vuestra situación para no moveros de ahí.

Algunas elecciones pueden pareceros, dentro de la persona, dolorosas e incluso imposibles. Eso indica que estáis todavía en vuestro personaje, en vuestra historia. Aunque la Luz os ha proporcionado señales evidentes a través de la vibración, a través de ciertas experiencias o incluso ciertos estados de gracia, no es menos verdadero que el presente período a veces, y para la mitad de vosotros, acarrea dificultades. Las dificultades, por supuesto, no proceden de la Luz sino de una cierta forma de falsedad y de ilusión de vuestra persona que no puede verse porque forma parte de vuestros hábitos y que incluso el mejor de los observadores o testigos, no puede resolver.

Es aquí donde interviene lo que os dijo Hildegard de Bingen, es ahí donde interviene lo que os dijo Teresa, que os permitirá, por los cuatro pilares del corazón, por la Vía de la Infancia y de la Inocencia y de la espontaneidad, dar con facilidad este último paso sin remordimientos, sin sufrimientos. Es abandonar los automatismos de vuestro personaje, aceptar el sacrificio para resucitar al mismo tiempo. Por otra parte, es la ayuda que os aportan los elfos, pero también toda relación, incluso la más difícil, que está alrededor de vosotros. Tanto con la pareja, como con una hermana o un hermano, como una relación estrictamente profesional, el corazón puede ponerse delante o no. Y eso lo veis vosotros, no podéis ocultaros a vosotros mismos, no podéis mentiros. Tal es el efecto de la Luz en esta fase final de la Ascensión de la Tierra y de vuestra liberación.

Lo que se os ha dicho al nivel de las líneas élficas, es de hecho, real; entonces, aprovechad esta ayuda, pero, sobre todo, no olvidéis, aunque no lo viváis todavía, que la Luz no podrá nunca dejar intacta vuestra persona, vuestras relaciones, vuestra vida. Lo sabéis ya, desde hace muchos años en relación con los mecanismos colectivos, pero el mecanismo individual se produce ahora y ya, antes incluso del momento colectivo, para un número cada vez mayor de vosotros. Veis que tal vez lo experimentáis. Es precisamente en eso, en lo que tenéis que vivir, donde se encuentra la solución, es decir, “dejar ir”, tener confianza, tener fe, no reaccionar, aceptar la ira del otro, aceptar la depredación del otro, para transmutar. Mientras que, si reaccionáis, mantenéis la depredación, mantenéis el conflicto.

Dicho de otra forma, debéis amar por encima de todo, incluso al peor de vuestros enemigos, incluso la peor de vuestras relaciones, más que con el que es dulce, más que con el que todo pasa con normalidad. Ahí está vuestro don de la Gracia, ahí está la verdad de la Luz y que no es, ciertamente, la verdad de vuestra persona. Es así como se resuelven los últimos antagonismos, las últimas confrontaciones, como se ha llamado: el “cara a cara” entre lo efímero y lo Eterno. Recordad que es este último paso que solo vosotros podéis dar en este acto denominado: “sacrificio y resurrección”.

Desde luego, el ego hará todo, aunque estéis en la Infinita Presencia, para llevaros al orden, para recordaros vuestras obligaciones, para recordaros vuestra moral presente dentro de este mundo. La Luz no tiene nada que ver con la moral, ella no organiza nada, es inteligente por naturaleza, es espontánea, es Evidencia. Así que, si vuestra vida no es Evidencia, incluso dentro del personaje, es que no habéis dado ese paso, es que dudáis, es que tenéis miedo. Sea cual sea la dosis del Amor que habéis vivido, aceptad eso y eso pasará, pero si lucháis, el combate se volverá cada vez más terrible y se expresará en vuestro cuerpo, en vuestras emociones, en vuestra conciencia.

No olvidéis, los que habéis recibido la bendición de la Luz -que se traduce por la activación de una de vuestras Coronas, aunque sea intermitente-, que tenéis una responsabilidad. A los que mucho se les ha dado, mucho les será demandado, y ese momento ha llegado. No podéis mantener ya algo de la personalidad, lo aceptéis o no. La consecuencia, si estáis en la negación, será por supuesto sobre los eventos desagradables y cada vez más desagradables para vuestra persona, pero que no toca en nada a la integridad de vuestra eternidad, aunque no lo veáis.

La Luz, efectivamente, os empuja en vuestros últimos atrincheramientos, en vuestras últimas adhesiones a la Ilusión, en vuestras últimas certezas relativas a lo que llamáis espiritualidad, que como sabéis, no representa absolutamente nada si no es engañar a la persona que sois, seduciros, llevaros a vías muertas, impediros encontrar y vivir a Cristo, a vuestra eternidad. Entonces, os atañe a vosotros elegir. Sabéis que tenéis total flexibilidad y libertad para decidir. No podemos decidir por vosotros, sobre todo si estáis despiertos.

La Llamada de María, ciertamente, cambiará la situación, pero repito, que muchos de vosotros, despiertos, comenzáis a vivir eso. Vosotros anticipáis el momento colectivo porque se necesita vuestra Luz, vuestra Presencia allí donde estéis. Es ahí donde demostraréis, de alguna manera, la verdad de vuestro abandono a la Luz, desde el momento en que no pueda derivar ningún beneficio para la persona, llevándoos, a veces de forma brutal, a los que os alimentáis de la Luz de afuera, porque no os habéis encontrado.

No se trata de que os juzguéis ni de que se os juzgue desde el exterior, es cuestión de aceptarlo, de verlo, porque desde el momento en que vosotros lo aceptáis, aunque lo veáis de forma incompleta, la Gracia actuará y el sacrificio y vuestra resurrección, sucederán de manera casi simultánea, como en la Llamada de María. Hay un antes y un después, como ha habido un antes y un después para los que han sido liberados por la Onda de Vida, por el -canal Marial o por las Teofanías.

Pero debo deciros que, mientras exista sufrimiento en vosotros, no sois libres. El sufrimiento os lleva a la Libertad, pero si sois libres, aunque tengáis una enfermedad, vosotros no sufrís. Si sois libres, aunque haya un conflicto en vuestra relación, vosotros no sufrís. ¿Cómo puede sufrir el corazón? Es la persona la que sufre. Y el juego de la Luz os muestra eso en este mismo momento, con los seres queridos, con toda relación. Así que no vayáis a diseccionar el porqué de vuestra situación actual diciendo que eso no es justo en relación a lo que habéis vivido, porque la Luz os invita a más humildad, a más trasparencia, a más certeza también. No hay ninguna certeza en vuestra persona porque después de la Llamada de María, no seréis ya los mismos, estéis en este cuerpo o en vuestro cuerpo de Eternidad.

Ningún recuerdo podrá mantenerse. Al final de los 132 días, independientemente de vuestra situación, aunque estéis presentes en la Tierra, sucederá un fenómeno, denominado “asa planeta” en el que nada de lo que se ha conocido os será de ninguna utilidad y desaparecerá entera y totalmente. Entonces, ¿estáis listos hoy, como os pide la Luz, para hacer duelo de toda historia, de toda forma carbonada, de todo sufrimiento?, ¿estáis listos para soltar todo lo que creéis tener todavía?, ¿estáis listos para volveros como un niño? Eso es lo que os pide la Luz a través de los trastornos de vuestro cuerpo, de vuestros linajes, así como los inconvenientes de vuestra conciencia.

Hoy, no hay otra posibilidad que sufrir en cualquier nivel o estar en la Alegría. No puede haber ningún sufrimiento en la Alegría, no puede haber la menor duda sobre la veracidad de la eternidad, en la Paz del corazón.

Las Teofanías han permitido, a muchos de vosotros, vivirlo, realizarlo. Las nuevas Teofanías que hemos creado hace pocos días, serán también para vosotros el medio de recargaros, de realinearos y resolver lo que hay que solucionar, de la misma forma que bajo las cúpulas de Luz de las afueras de los pueblos élficos. Os corresponde a vosotros saber si tenéis necesidad de comprender y, sobre todo, de mdecidir. La Luz no puede ir más lejos porque debe respetar vuestro libre albedrío, si os adherís todavía a eso. Y, si para vosotros, la Libertad está evolucionando, si para vosotros la Libertad es estar en la materia, entonces se os hará según vuestra fe. La Luz no puede desviarse un ápice de lo que vuestra conciencia considera. Esta conciencia de la que hablo, no es ni la conciencia ordinaria ni la supraconciencia, sino la conciencia Una, que resulta de la alquimia que se vive ya desde hace muchos meses.

Vosotros no podéis dar como excusa que vivís los fenómenos vibratorios, que experimentáis realmente, y después caer en la persona, porque eso os hará sufrir sin lugar a dudas. Es vuestro posicionamiento el que os hace sufrir, no la Luz. Por eso las Teofanías han mejorado el proceso de observador y de testigo en muchos de vosotros. Eso es una prueba para vosotros y debe convertirse en una evidencia, si vuestra elección es la Libertad. 

Sabéis que la Libertad no se acomoda a ninguna dimensión, a ninguna materia y, en definitiva, a ninguna forma. Entonces os incumbe comprobar si estáis todavía en este mundo o si estáis solamente en este mundo de manera muy concreta, palpable y física. Y recordad que no hay nada que buscar si no es la iluminación de esta alquimia que se produce por el posicionamiento del observador que os hace ver y experimentar eso. Pero si hay sufrimiento, tanto en el cuerpo como en la conciencia, no podéis culpar a nadie más que a vosotros mismos. No sirve de nada culpar a otro o buscar un fallo. No hay ningún fallo, ni siquiera en vosotros mismos, solo hay un ajuste de la conciencia libre y encerrada que choca de manera definitiva. Porque entráis, en este mes de julio, no solamente en la Ascensión de la Tierra, sino en el proceso resolutorio de vuestra liberación, independientemente de la Ascensión de la Tierra, independientemente de la visibilidad de los signos celestiales.

Eso es también una gracia. La lentitud de vuestra liberación con referencia a los ciclos previsibles desde hace mucho tiempo, tal y como lo han previsto los Nefilim, sabíamos desde hace mucho tiempo, que necesita siempre de ajustes muy finos en este juego estéril de sombra y luz que toca a su fin y que toca a su fin también en vosotros. En un momento dado veréis que lo que le queda a vuestra persona, no es más que sombra, no es más que sufrimiento, como lo vivís aquellos de vosotros que habéis tenido la posibilidad, de forma accidental, de salir de vuestro cuerpo durante los mecanismos de comunión, fusión y disolución de la conciencia y que, al regresar a este cuerpo, entráis en un cadáver. Es así como la Luz siente este cuerpo, porque la materia, incluso iluminada al nivel del corazón, no presenta ninguna función si no es este juego de conciencia que, como sabéis, ha sido profundamente alterado en este mundo.

He venido, de alguna manera, para alentaros, sobre todo a aquellos de vosotros que vivís momentos difíciles. Recordad que los que habéis experimentado la vibración del corazón, la vibración de una Corona, no para revivir el pasado, a través de esos sufrimientos, la Luz está todavía más presente. Admitidlo, reconocedlo y os reconoceréis. Os recuerdo que cualquiera que sea el estado de sufrimiento que mis hermanas hayan podido vivir en su camino, o los ataques que hayan podido experimentar algunas de mis hermanas o algunos Ancianos cuando vivían, pueden parecer terribles para el que busca, pero para el que lo vivía, no era nada, porque hay un equilibrio total dentro de la Eternidad, entre el sufrimiento y el Amor. Eso no puede concebirse ni explicarse en vuestra persona.

Así pues, considerad todo lo que hay que sufrir hoy, como un trampolín inestimable para ser liberado de lo que creéis ser todavía. Justamente lo que creéis ser es lo que os hace sufrir, a la edad que sea. Cuando habéis encontrado totalmente la Eternidad, cuando sois Liberados vivientes, sea cual sea vuestra edad, seáis jóvenes o mayores, no hay ninguna diferencia. Porque lo que os nutre, lo que os anima, no es ya la energía vital sino la energía vibral que no es una energía, que es la información, la información-Luz que vuestras células reconocen y que pone fin definitivamente a toda atracción a este mundo, como expliqué, como Hildegard de Bingen os ha especificado y como Teresa os ha dicho.

Aparte del corazón, lo sabéis, no hay ninguna salvación. Pero no hablo del corazón que podéis conocer con el amor de este mundo, ni siquiera hablo de algunos encuentros que habéis podido tener, porque hay que realizar una reversión. Si sufrís hoy, es que tomáis vuestra luz del exterior. No habéis concientizado que sois la Luz, si no, no habría ningún sufrimiento, de ningún tipo, ni físico, ni mental, ni emocional, ni en la conciencia. Aceptadlo, observadlo, no para buscar unas causas o una salida que no existe. La salida, sólo hay una, es el corazón, es lo Desconocido, el Amor incondicionado, el Paracleto, el Impersonal, todos esos jalones que hemos puesto, unos y otros, para vuestro conocimiento, con el fin de ayudaros durante este momento que se ha abierto desde el 7 de junio.

Por supuesto, puedo tomar algunos ejemplos. Si estabais a la espera del acontecimiento celeste, podéis empezar a dudar. No hay nada en el cielo, aunque por supuesto muchas cosas son ya observables con vuestros ojos de carne, que sean los Elementos, las nubes, vuestros cielos son diferentes, pero todavía no hay ningún elemento exterior.

En vosotros, por supuesto, es diferente, y cada día la vida os lo enseña. No apartéis vuestra mirada, no busquéis una explicación en el pasado o una solución en algún futuro o en una ayuda exterior. Sigue siendo posible, e incluso deseable en ciertos casos, pero la solución última, sois vosotros. Y cuando digo “vosotros”, no me dirijo a vuestra persona sino que a vuestro corazón, a la Verdad. Ya es hora de poner fin a todo a lo que os adherís, ya es hora de poner fin a todo lo adquirido, sobre todo a nivel espiritual. Acordaos, el Espíritu no tiene que ser organizado. No es tributario de ningún karma, de ninguna evolución, de ninguna transformación. Es esto lo que hay que vivir, que aceptar. Sólo vosotros podéis hacerlo. Sobre todo ahora.

Desde hace algunos meses, trabajamos, en cierto modo, a marchas forzadas para daros unos elementos útiles, no para todo el mundo, por supuesto, sino que para algunos de vosotros, para ayudaros en este proceso de cara a cara, de confrontación. Pero recordad lo que acabo de decir, es muy importante. No hay corazón sin Felicidad. Si estáis en el corazón, no puede existir el menor sufrimiento. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que si sufrís, al nivel que sea, no estáis en el corazón, todavía estáis en la persona. No os juzguéis, no os condenéis. Sed verdaderos, ya no podéis hacer trampas, ya no podéis jugar el juego de la apariencia. Constataréis rápidamente, si no se ha hecho ya, los desórdenes y las confusiones en vuestro cuerpo, en vuestra conciencia, en vuestro mental, en vuestras emociones, y sobre todo no me pidáis cómo encontrar el corazón. Os digo que os hemos dado, no yo sino que algunos Ancianos os han dado algunas técnicas, para afinar todavía más lo que tenéis que ver.

La Paz es natural para el Liberado. Lo sabéis, no depende de ninguna causa, de ninguna circunstancia, de nada adquirido, sino todo lo contrario. La Felicidad depende realmente de vuestra capacidad, sean cuales sean vuestros allegados, sea cual sea vuestra familia, sean cuales sean vuestros bienes, a ser independientes de todo esto. Pues no es una cuestión de abundancia o de facilidad en el seno de la persona, es únicamente una cuestión de resistencias, de cosas que no han sido vistas o que no podían ser vistas hasta ahora. Esto ya fue explicado, creo, en estos días que acaban de pasar. Entonces aprovechad de lo que la Luz os da para daros vosotros mismos. No hay que aferrarse a nada, no hay que guardar nada. Todo lo que creéis mantener y guardar sólo son unas ilusiones de la persona y que, lo sabéis, desaparecerán muy pronto, que lo queráis o no.

Entonces si habéis sido llamados por la Luz, por una de las Coronas, se os ha dado mucho; hoy, se os pide mucho. Esto es enorme para la persona, pero os aseguro que una vez franqueado este umbral que no existe, esta puerta, ilustrada por la Puerta OD, encontraréis la Puerta ER, la Felicidad espontánea, sin objeto, sin razón, ahí donde no hay ningún espacio posible para la duda, para el sufrimiento, venga de donde venga, donde todo es Evidencia.

Resumiendo, ¿vivís la evidencia de la Luz o vivís la evidencia de vuestro personaje? No hay medias tintas posibles, y lo sabéis. Las últimas técnicas que os fueron dadas y lo que acaba de anunciaros Eriane, referente a los pueblos élficos, son las últimas ayudas, así como las nuevas Teofanías, que podemos aportaros. Más allá de esto, no puede haber más porque todo depende de vosotros, y únicamente de vosotros, y no de vuestras circunstancias de vida, y no de vuestros límites ni de vuestros sufrimientos.

Entonces por supuesto, en este juego de la conciencia, en este cara a cara, en esta confrontación, sea cual sea la apariencia, sólo os atañe a vosotros mismos porque el otro, incluso el más opuesto a la Luz, incluso el más próximo a vosotros en la Luz, no existe, no más que vosotros. Son unos juegos, es esto lo que se ve por el emplazamiento del observador. Vedlo y acceded a vuestra libertad, pero no podéis llevaros nada, debéis de estar desnudos. Ahí está la Infancia y la espontaneidad. Entonces, ¿estáis listos para volver a ser este niño interior? ¿Estáis listos a perderlo todo para encontrarlo todo? ¿O todavía os aferráis a lo que tenéis, a lo que creéis ser?        

Veréis claramente, y ya es el caso para muchos de vosotros, sin ninguna dificultad, lo que es del orden de la facilidad del corazón y lo que es del orden de la dificultad y de la persona. Es así como se os ha dicho, muchísimas veces durante esas últimas semanas, esos últimos meses, que nadie podrá decir que no sabía. En todo caso para todos los despiertos. Las cosas son un poco diferentes para aquellos que no han vivido ninguna llamada, que estén en la negación o que estén instalados en la comodidad de su vida. Ellos no lo necesitan. Son los últimos, serán los primeros.

Pero para todos vosotros que habéis buscado la Luz, que sea en unos conocimientos, en unas experiencias, en unos karmas, en el exterior de vosotros, a través de lo que os decimos, y era normal alimentaros con la Luz que os llevábamos, con el fin de reencontraros; hoy, ya no es normal. ¿Necesitáis alimentaros de Luz o vivís que sois la Luz? Es profundamente diferente. Lo veis y lo vivís. Ya no es una cuestión de miedo, ya no es una cuestión de memorias, de heridas, ya ha sido explicado, me parece. Entonces hoy, ya no es el miedo o el Amor, es el sufrimiento o el Amor, no hay otra alternativa.

Diría que es el último acto de la Luz en el seno de este mundo antes de la Llamada de María, entonces aprovechad de estos días, de estas semanas, de estos meses tal vez, nadie lo sabe, para ajustar lo que hay que ajustar. Y lo que hay que ajustar no está en las circunstancias de vuestras vidas. No es haciendo la maleta, dimitiendo, o dejando el marido o la mujer, que vais a cambiar algo, al contrario, es asumiendo, por el Amor, lo que tenéis que vivir. Por supuesto, si es el cuerpo, hay que tratarlo, pero sed muy conscientes de lo que esto significa.

Los convenios sociales, morales, afectivos, ya no tienen que estar delante de la escena. Lo que tiene que estar delante de la escena, el Comendador os lo repite cada vez, es el Amor. El Amor delante, el Amor detrás, el Amor a la izquierda, el Amor a la derecha, el Amor arriba y el Amor abajo. Las experiencias de vibraciones que habéis vivido, incluso para aquellos que tienen la permanencia de las Coronas y que son pues liberables y liberados, deben también dejar la Luz obrar. Dejar de tomar en cuenta las costumbres, sobre todo cuando están ligadas a unos linajes, esto fue explicado. No tendréis más elección que el Amor o el sufrimiento. Y cada vez más la persona se aleja, cada vez más el cuerpo de Êtreté se instala y la conciencia de Eternidad se instala, para aquellos que están despiertos.

Pues hoy vuestra única responsabilidad es ser verdaderos, de no buscar nada en el exterior de vosotros, de giraros hacia vosotros y dejar a Cristo llamar a vuestra puerta y dejarle aparecer. Pero la persona nunca se llevará bien con Cristo. El tiempo de la ilusión ha acabado, de creer que Cristo es un salvador, que le podéis rezar y que va a venir a salvaros de lo que sea – sobre todo de vosotros mismos. Ya es hora de reconoceros como Cristo, como Hijo Ardiente del Sol, como la propia fuente de vuestra propia Luz.

Lo que ocurre desde ya el 7 de junio, e incluso un poco antes, desde las Teofanías, es exactamente lo que se produce. Lo habéis visto. O bien todo se ha transformado en vosotros, y constatáis que tanto al nivel del cuerpo como de vuestra conciencia, diría que todo es más fresco, más joven, más vivo, o es lo contrario. Si miráis a vuestro alrededor, veis a unos hermanos y a unas hermanas que tenían unas enfermedades muy invalidantes que han desaparecido, y otros que vivían algunos estados de corazón, donde unos problemas han aparecido. Unos y otros no tienen que ser juzgados, pero esto traduce directamente vuestro emplazamiento, en la Felicidad o en el sufrimiento.

No podéis estar impacientes con el fin del mundo y ser verdaderos, es la persona quien dice esto. No podéis estar buscando unas justificaciones o unas explicaciones a todo lo que os pasa, todo lo que os alcanza. Ya no hay tiempo para esto, y de hecho lo constatáis, tenéis cada vez menos la oportunidad y la posibilidad de funcionar así. Lo sabéis, el funcionamiento de vuestro cuerpo de Êtreté no tiene nada que ver con la forma que conocéis, en la cual estáis hoy.
                                                                
Entonces la Luz viene a pediros, incluso antes de que Cristo llame a vuestra puerta: « ¿Estás listo? ¿Quieres dejar a los muertos enterrar a los muertos y volverte viviente? ¿Qué es lo que te lo impide? » Así hablaba Jesús. Ocurre lo mismo hoy, no a través de un personaje exterior o de algún maestro, ni siquiera una Estrella, un Anciano o un Arcángel, sino que con vosotros mismos, en el cara a cara, a solas, independientes de toda opinión exterior y de toda situación exterior. Entonces mirad, miraos. ¿Estáis en la felicidad? ¿Estáis en paz? ¿Integralmente, en el cuerpo como en la cabeza, como en el corazón? ¿O no? Es esto lo que la Luz os permite ver. Todo lo demás sólo son unas ilusiones, sólo son unos pretextos que construyen vuestra persona, vuestro mental, vuestras costumbres, para alejaros de la Verdad.

No olvidéis que no hay ningún castigo en el seno de la Luz, sólo hay Felicidad. Si sois Luz, estáis en la Felicidad. Si sois Luz, vuestro cuerpo no puede alteraros, aunque esté enfermo, al contrario. Vedlo sin evasivas, sin falsas apariencias, sin necesidad de justificar nada o de explicar nada. Sed cada vez más verdaderos y realizad estas palabras: « Estáis en este mundo pero no sois de este mundo », aunque efectivamente, a veces, la nueva tierra, en 5ª dimensión, sea vuestra casa.

Penséis lo que penséis, y todos lo sabíamos cuando estábamos encarnados, no nos llevamos nada en el momento de la muerte, ni marido, ni mujer, ni hijo, ni dinero, ni casa. Y sabéis muy bien, incluso sin hablar de lo que os decimos, ya que nunca hablé de tiempos, pero hoy es hora de hablar de ello. Basta con mirar a vuestro alrededor. Que miréis la sociedad, que miréis el clima, que miréis los volcanes, la mismísima organización social, y de vuestra vida, veis bien que reina la confusión. Y sin embargo sólo es el principio, nunca lo ocultamos.

Entonces os corresponde decidir, la Felicidad o el sufrimiento. Ya ni siquiera es una cuestión de miedo, porque el miedo se transforma en sufrimiento, os retrae, sea cual sea el miedo. No sirve de nada el querer comprender el origen de este miedo porque la encarnación en este mundo ya es la muerte. Entonces, daos cuenta. La mayoría de mis hermanos y hermanas en este planeta cree que la muerte es el fin, cuando la muerte es sólo el principio de la Libertad. Por supuesto que tal vez sea profundamente diferente de las enseñanzas que habéis seguido, de las religiones a las cuales os habéis adherido, pero os corresponde averiguar lo que es verdadero. No podemos hacerlo por vosotros, ni Cristo, ni María, ni vuestra mujer, ni vuestros hijos, ni vuestros padres. Ninguna abundancia, como ninguna restricción, puede decidir por vosotros.         

Ha llegado el momento de ser libres, totalmente libres. No sólo en el interior, como los Liberados vivientes desde 2012 o desde las Teofanías, sino también en el exterior. Y no entendáis, con esta noción de Libertad, de dejar a vuestro marido, a vuestros hijos, a vuestra profesión, sino de realizar lo que sois, simplemente esto. Y si lo realizáis, vosotros mismos constataréis que no puede existir ningún antagonismo con ninguna persona, con ningún hermano, con ninguna hermana, con ninguna situación, que sea en la carencia o en la abundancia. Ninguno de los dos puede afectar la Felicidad. Si todavía sois tributarios de esto, entonces no sois lo que sois, sois lo que creéis ser en el seno de la persona. No hay, lo repito, otra puerta de salida que el Amor. Ya es hora de demostrarlo a vosotros mismos, de probároslo, si no es el caso ya.

Una vez el último velo o la última puerta os parecen haber sido franqueados, no sólo la Felicidad está presente sino que la totalidad de los mundos os aparecen. Y sobre todo veis claramente la falsedad de este mundo, todos esos preceptos, que sean sociales o espirituales, todos esos falsos maestros, todas esas religiones que os han encerrado, todo aquello a lo que os habéis adherido para premuniros, para preservaros del miedo de vuestra propia desaparición. Es esto la espiritualidad en este mundo. No tiene nada que ver con el corazón, nunca permite encontrar el corazón. Sólo el Amor os colma y os hace libres, es lo que sois.

Si realizáis esto, aceptándolo como principio, como una creencia incluso si queréis, o de total fe, la Luz seguirá vuestra fe. Pero si intentáis resolver algún karma o alguna situación, salvo para ocuparos de vuestro cuerpo, perdéis el tiempo y gastáis vuestras oportunidades de vivir la Verdad antes de la Llamada de María. Lo importante, no para vosotros porque en definitiva, también lo sabéis desde siempre, es que al final todo el mundo es liberado, pero es inútil meteros en unas vías de resistencia a la Luz. Y es el caso cuando tomáis vuestro alimento de Luz en el exterior en lugar de tomarlo en lo que sois, en vuestro corazón. Es la única manera de disolver las costumbres, vuestras creencias, vuestras vivencias espirituales, para ser verdaderos.

Por supuesto, en este período, se produce, ya no como fue el caso hace algunos años de manera individual, sino que de manera cada vez más colectiva, por grupos, por país, por región, por familia, un poco por todas partes en la tierra, el vivir individualmente esta resurrección, esta crucifixión. La Luz os llama a esto. Pero daos cuenta, sois la Luz, y si hay un sufrimiento, lucháis con vosotros mismos, únicamente con vosotros mismos, porque no habéis visto, porque no habéis devuelto las armas de la personalidad, de la historia, de la Ilusión, cuando todo es cada vez más simple, os lo aseguro.

Mirad vuestros hermanos y vuestras hermanas que viven esta Felicidad permanente, sin engaños, sin vibraciones, sin nada más que la plenitud de esta Felicidad. Veis bien. No son ni unos ermitaños, no han dejado ni a la mujer, ni a los hijos, no han dejado su trabajo, verdaderamente son ellos mismos. Ya no están sometidos, sea cual sea el entorno, sea cual sea el factor medioambiental, porque la Paz está instalada de manera definitiva, la Felicidad también. Y esto es posible para cada uno porque son los tiempos de la Gracia. Las gracias de las Teofanías, las gracias realizadas por los elfos y por vosotros mismos.

Dejad de luchar contra unas quimeras, sean cuales sean las certezas que esas quimeras os hayan dado hasta ahora, que sea a través de la estabilidad afectiva, la estabilidad profesional, la estabilidad financiera o social. Buscad el Reino de los Cielos, está dentro de vosotros, sólo os espera a vosotros. Todo lo demás es un juego. Todo lo demás, lo sabéis, pasa, y pasará cada vez más rápidamente.

La Unidad, que represento, forma parte de la nueva tri-Unidad. Ella es la Libertad, ella es esta Felicidad, y ella es esta Paz.

Daos cuenta, no podéis pretender estar en el Sí o estar liberados y maltratar a alguien o a algo, porque es a vosotros, como Cristo decía: « Lo que hacéis al más pequeño de vosotros, es a mí a quien lo hacéis. » Entonces, lo que hacéis al más pequeño de vosotros o al más grande de los enemigos, es a vosotros a quien lo hacéis. Tomad conciencia de esto. El Amor lo aguanta todo, el Amor lo espera todo, el Amor desplaza las montañas, el Amor cambia la Ilusión, la echa abajo, pero no podéis encontrar el Amor verdadero en ninguna circunstancia de vuestra persona. Incluso diría que la persona se vuelve un obstáculo, un peso que estorba cuando la Verdad se revela, cuando la reveláis en vosotros.

Entonces por supuesto, existen también unos mecanismos más precisos del alma que ocurren en vosotros, pero dejaré a mi hermana Estrella Ma Ananda, portadora del Fuego, hablaros de esto y hacéroslo vivir.

No es necesario para mí, el abrir un espacio de preguntas. Es lo que tenía que deciros: hoy, hay Felicidad o hay sufrimiento, hay Paz o hay desorden, hay carencia o hay plenitud, y esto no atañe a vuestro personaje y a vuestra vida sino a la verdad de vuestro corazón, sólo esto. Todo lo demás sólo son unas nimiedades y unas excusas. No podéis estar en la verdadera Felicidad y agredir a quien sea. No podéis estar en la verdadera Felicidad y poner caras. No podéis estar en la Felicidad y sufrir. No es posible.

Muchos de vosotros de hecho lo viven, con unos momentos muy intensos de liberación y otros momentos que os devuelven, desgraciadamente, a la realidad a la cual todavía os adherís. Es así como veis la Verdad. No de otra manera. De un modo cada vez más impactante y a veces difícil para la persona. Esto demuestra simplemente que todavía sois una persona. Pero es justamente la iluminación que os permite dejar de ser esta persona, para ser el hombre regenerado o la mujer regenerada, resucitado en su carne, como en su manifestación, como en sus emociones y como en cualquier actividad intelectual o mental.
                                                                           
En la Felicidad, nada de lo antiguo puede subsistir, ni siquiera las fuerzas inconscientes de depredación de vuestros linajes, de vuestros orígenes, si existen. No hay ningún esfuerzo que hacer, sólo hay que reconocer que no estáis ahí. No para condenaros, juzgaros o castigaros, porque reconocerlo os llevará a vivir un don total de la Gracia a medida que os dais a la Luz que sois.

Estéis donde estéis, aquí presentes, en lectura o en escucha, os pido ahora compartir conmigo la Teofanía del corazón, la Teofanía del Espíritu.

…Silencio…


Que podáis ser alumbrados definitivamente y ser finalmente lo que sois.

…Silencio…


Soy Gemma Galgani y estoy con vosotros, sobre todos aquellos de vosotros que viven algunos sufrimientos. Mi simple presencia a vuestro lado, delante de vosotros o en vuestro Canal Marial es un reconfortante bálsamo que calma. Llamadme. De hecho os haré una visita en los domos de los pueblos elficos, no hay ningún problema para mí. Sed verdaderos, sed auténticos, no en el seno de la persona, de lo que creéis o vivís, sino en la verdad del corazón. Soy Gemma Galgani, os amo. Y hasta muy pronto pues.


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