jueves, 28 de abril de 2016

S.R. EL BIEN Y EL MAL- LOS CUADERNOS DE ABRIL 2016 : CRÓNICAS DE LA ASCENSIÓN CRÓNICAS DE LOS MELCHISÉDECH : EL MASCULINO SAGRADO  



  Os saludo, hermanas y hermanos en encarnación. Evidentemente yo también he conocido la encarnación, y mi última vida fue marcada por el hecho de daros, a través de innumerables conferencias, unos datos desconocidos en el seno de lo que fue llamado el hermetismo cristiano; pero esto hoy no importa. Acepté expresarme con vosotros en estos tiempos de la Tierra, no para daros algunas enseñanzas o algunas historias sobre la Tierra, sino con el fin de llamar vuestra atención en lo que atañe a vuestro posicionamiento en el seno de la vida. Sólo volveré a hablar de un elemento: en mi última vida pasé mucho tiempo en desvelar, a través de los símbolos y de la historia, el combate incesante que acontecía entre el bien y el mal - hasta perdí mi vida en ello. Hoy, en lo que vivís y en lo que tenéis que vivir durante este período, el bien y el mal, en cierto modo, nunca fueron tan aparentes y evidentes.

Voy a intentar que entendáis lo que puede representar hoy el escollo del bien y del mal. Parte de una constatación muy simple, constatación muy exacerbada hoy, se trata efectivamente del bien y del mal. En vuestra sed de verdad, en vuestra vibración y en vuestra conciencia, os fueron comunicados durante todos estos años numerosos elementos históricos y anteriores a la era cristiana, con relación al encerramiento de la Tierra, la separación con la Verdad. La búsqueda del bien, la búsqueda del Amor, ha sido un objetivo espiritual fundamental en todas las tradiciones, pero nunca os permitirá sobrepasar el último estrato del encierro, lo que equivale a decir, tal y como os ha sido explicado en repetidas ocasiones durante todos estos años, que ni el bien ni el mal os permitirán salir de la ilusión de este mundo.

El bien no debe ser perseguido como un ideal o como el modo de mejorar su suerte o este mundo, teniendo en cuenta que en las circunstancias de este mundo hasta muy recientemente, lo más importante por supuesto era el bien. Sin embargo, tal y como lo podéis comprobar sobre la tierra hoy, cuanto más la Liberación está obrando, más lo que fue nombrado el mal parece volverse más intenso. Hay pues una forma de expansión del corazón que da acceso a la belleza, al bien y al Amor, que va unido, como lo podéis ver de manera colectiva, con algunas cosas que aparecen sobre la pantalla de vuestra conciencia, que son cada vez más fuertes en el mal como en el bien.

Acordaos que perdí la vida en ello, porque como algunas enseñanzas orientales nos dicen, no arreglamos el problema del mal luchando contra el mal, sino haciendo crecer el bien, y ningún bien puede oponerse al mal. El bien crece por sí sólo, poniendo fin al mal. Hoy, cuando el conjunto de lo que os fue ocultado - gracias al proceso vivo del Apocalipsis - se revela cada día un poco más, puede ser muy tentador entrar en reacción, en lucha o en combate contra lo que os encerró, que sea por vuestras creencias como por la historia del mundo.

Las estrategias utilizadas hasta la fecha con el plan de Liberación de la Tierra es ciertamente el proceso que ha dado, en el conjunto de los sistemas solares encerrados, los mejores resultados, y esto a través de la visión de lo que está bien y de lo que está mal, en vosotros como fuera de vosotros, pero sobre todo sobrepasando cualquier dualidad presente en la superficie de este mundo, no luchando, no oponiéndose, sino más bien dejando crecer la Luz y el Amor.

En estos tiempos confusos de Revelación que empezaron este año, a título individual como de manera colectiva - y tal vez más que antes-, la Luz y su Inteligencia os piden, por la acción de Gracia y el estado de Gracia, dejar crecer la Luz. Para ello, hace falta quizás reconfigurar, si puedo decirlo así, vuestras concepciones y vuestras percepciones respecto al bien y al mal. El bien y el mal son la expresión ineluctable de un mundo de 3ª dimensión disociada y este juego, como sabéis, no tiene fin porque todo a lo que os opongáis, incluso con la verdad del Cristo presente en vosotros, va a reforzarse en las reacciones habituales de este mundo, sobre todo en esta particular fase.

Así que vengo a invitaros a no reproducir de alguna manera los errores del pasado, no necesariamente los vuestros sino los antiguos errores de la humanidad. El bien nunca combate el mal, de lo contrario refuerza el mal, el bien se despliega por sí sólo, por las particulares condiciones de la Tierra y de vuestro estado de ser en este momento. Por supuesto, la Inteligencia y la iluminación de la Luz os harán ver de una manera cada vez más precisa vuestras sombras pudiendo todavía existir, como las sombras de la sociedad y de cada hermano y hermana dormido, despierto o liberado.

Esto no es un combate, es mucho más una rendición ante la fatuidad de este combate bien / mal que en definitiva siempre permitirá a la dualidad manifestarse. Como ya os fue ampliamente enseñado por el Arcángel Anaël durante el año de las Bodas Celestiales, la Unidad no puede derivarse de la dualidad. La Unidad puede ser vivida interiormente pero nunca podrá aparecer en totalidad como una norma de vida, como una norma social, como una norma de experiencia en un mundo disociado, porque no existe ninguna capacidad para ver más allá del juego, incluso para la conciencia más pura, y habéis podido tener la oportunidad en vuestras vidas, durante estos años pasados, de comprobar los resultados de tal lucha, que sólo refuerza la mente, sólo refuerza la agitación y os aleja del silencio del que acaba de hablaros el Maestro RAM.

El bien nunca será una oposición al mal, sino que el bien se impone como una evidencia haciendo crecer el bien; haciéndolo crecer no quiere decir actuar en un sentido o en otro, sino más bien de estar disponible para la Luz. Las circunstancias del principio del siglo XX son profundamente diferentes de las experiencias del principio del siglo XXI, aunque lo que se vea parece ser el hundimiento de la humanidad en el seno de la edad oscura nombrada por nuestros hermanos orientales el Kali Yuga. Lo que vivís son sólo las últimas convulsiones de la dualidad agonizando, en vosotros como en toda estructura social, como en toda interacción en este mundo.

Cristo dijo: « Deja que los muertos entierren a los muertos y sígueme. ». También dijo: « ¿Estáis dispuestos a perderlo todo? ». Es lo que la Luz viene a pediros hoy. ¿Aceptáis el sacrificio - en el sentido más noble y elevado - de vuestra vida en este mundo por vuestra vida eterna? Allí está en cierto modo el único combate que actualmente se vive. No está en las guerras y los conflictos que veis, sino que se juega en vosotros y no os pide nada más que vuestra rendición y vuestro sacrificio. Que lo llaméis Cristo, la Luz o la Fuente, o por el nombre de un Arcángel no cambia en nada. Sólo es cuando os habéis dado totalmente que todo os es dado. Mientras seguís contando lo que dais, la Luz no puede ser total. Los tiempos actuales de la Tierra os llaman ciertamente a ver por todas partes lo que parece ser este combate entre las fuerzas arcaicas residuales de predación - existiendo en cada uno de nosotros cuando estamos encarnados - y lo nuevo y la novedad. Este nuevo y esta novedad, lo sabéis, han sido nombrados lo Desconocido porque no corresponde en nada similar o superponible con la vida sobre este mundo.

Como sabéis, o como lo percibís o tal vez lo vivís, el ego, la persona, nunca puede aceptar su propia muerte porque habrá siempre, de una manera condicionada en el seno de la dualidad, el instinto de supervivencia, el instinto de perpetuación de la especie con el sueño de mejora, de un mundo mejor. Supongo que sois extremadamente numerosos y cada vez más numerosos en ver la vanidad de este razonamiento espiritual y su utopía. No hay otra salida que la del corazón. Cualquier conocimiento, incluso el más extenso que sea, como os lo explicitó también ampliamente el Arcángel Jofiel antes de las Bodas Celestiales, se encuentra hoy caduco y hasta diría risible para quien ve claro y que ya no está inscrito en la persona o en una historia. Lo más duro será para los hermanos y las hermanas que se encuentran - lo pongo entre comillas - en un camino espiritual desde hace mucho tiempo.

Os es dado también de vivir unos momentos de Amor que no pueden ser explicados por nada, ni en su causalidad ni en su finalidad. Vivís la espontaneidad de la Gracia, con diferentes amplitudes, con diferentes frecuencias, pero allí está la clave, no hay otra; es la famosa Puerta Estrecha. Es también la llegada del que vendrá como un ladrón por la noche y que vivís, para un número cada vez más grande de vosotros, como vuestra desaparición o vuestro Amor que os cae encima independientemente de cualquier sujeto, de cualquier objeto y de cualquier causa. Allí está la verdad, no hay otra.

Todo lo que puede ser explicado, todo lo que puede ser comprendido, todo lo que puede ser sabido, todo lo que puede ser conocido, no tiene nada que ver con la Luz, sino que es una luz desviada llamada el principio Luciferino. La misión del Arcángel Mikaël, que ahora ha acabado, ha sido de permitir a la pureza del principio Crístico de emerger de vosotros, viniendo de vosotros, despojándoos de los últimos velos, de las últimas ilusiones, de las últimas creencias.

Es la última batalla de la Apocalipsis que sucede en vuestro cuerpo como en la superficie de este mundo - llamada en la Biblia la batalla de Megiddo o « de todos contra todos »-, seréis llamados por la Luz como por la sociedad, como por lo que puede quedaros de resistencias o de bloqueos, a participar de una manera o de otra en este conflicto, que ocurre, una vez más, en vosotros, como es el caso para el Cara a Cara en su fase última, como es el caso en el seno de las naciones del mundo.

Es en este combate que muchos de vosotros vais a descubrir la futilidad y la mismísima inutilidad de este combate. No podéis y no podréis evidentemente, y cada vez menos, sobrepasar este combate. 

Efectivamente, ganarlo o perderlo no serviría de nada mientras no os encontréis en el Corazón del Corazón de vuestra eternidad. Y encontrándoos en el silencio interior, en la espontaneidad, en la humildad, en la simplicidad, en la Nueva Eucaristía, os aparecerá claramente la futilidad, la inutilidad y hasta diría el lado destructivo de estos combates para el bien, o para el mal, que sólo representan los dos lados de la misma moneda llamada Ilusión.

Las circunstancias de la Luz desplegándose plenamente en la superficie de este mundo, van a traer de manera brutal en vosotros la actualización de lo que queda por alumbrar. Tened en mente que no podéis luchar contra vosotros mismos, es decir contra ninguno de vuestros hermanos y hermanas, aunque tuviesen un comportamiento que podríais calificar de opuesto a la Luz o de abyecto, sólo podéis englobarlo, amarlo. Es la única manera verídica de ser el bien sin pensar en el mal porque todo mal - visto - sólo puede estar presente en vosotros aunque sea visto fuera.

Las fuerzas de encerramiento del principio Luciferino han abusado ampliamente de este juego de roles. Éste ya os aparece para muchos de vosotros, en vosotros mismos, en vuestros pensamientos contradictorios, vuestros comportamientos a veces opuestos, en las dudas, en las iras o en los miedos que todavía pueden aparecer y manifestarse. Pero éstas aparecerán de manera indeleble en el colectivo de la humanidad; lo sabéis, el bien amado Juan - o Sri Aurobindo - os habló mucho acerca del Choque de la humanidad. Os lo vuelvo a recordar hoy porque dondequiera que estéis, es lo que ocurre en cualquier parte alrededor vuestro, como en cualquier parte en vosotros.

Este último combate de todos contra todos, la batalla de Gog y Magog, sólo es una ilusión más donde sólo vuestra benevolencia y la Luz que emana de vuestro corazón, la que habéis recibido de arriba, de abajo, de todas partes durante estos años, se hará primordial y ocupará, diría yo, la conciencia colectiva de la humanidad.

Paralelamente a esto, la Luz, desde lo más alto de los cielos, ha descendido hacía vosotros. Tendréis pues la facultad de vivir los dos arquetipos de los mundos encerrados, del bien y del mal: el principio Crístico o Mikaëlico, y el principio que nombré Luciferino o Ahrimaniano. Comprended bien que la escena del teatro ante todo está en vosotros, antes de ser manifestada colectivamente por todas partes. 

Acordaos simplemente que sea cual sea vuestra historia y sea cual sea la historia del encerramiento de este mundo, llega un tiempo en que el perdón y el Amor son la única verdadera arma y todo el resto sólo representa unos sucedáneos de Libertad y unas luchas estériles que mantienen - o tratarán de mantener - un encerramiento, lo que como sabéis es imposible a nivel colectivo.

Numerosos marcadores os han sido comunicados, que sea a través de las vibraciones, que sea a través de los discursos o de las experiencias; apoyaos en ellos con el fin de atravesar lo que cada uno de vosotros tiene que atravesar. No olvidéis que el principio Luciferino - que ya no tiene nada que ver con el Arcángel Lucifer sino que sólo queda el nombre -, o Ahrimaniano (lo que prefiero de lejos), son unas fuerzas de fosilización de la vida que pretenden encerrar la conciencia en lo que nombraba en mis tiempos el animal binario, es decir la informática, con el fin de transferir la conciencia impresa en un cuerpo biológico, en un cuerpo electrónico. Esto es la finalidad del mal, tal y como se cree que existe, en vosotros como en cualquier parte. Es este combate que tiene lugar a vuestras espaldas y retened que la clave es vuestro corazón, no oponiéndose, no luchando, pero en el sagrado sacrificio de todos los efímeros de la tierra.

Es un momento donde, parafraseando a Cristo, puedo decir: « Buscad el Reino de los cielos que está dentro de vosotros, porque estáis sobre este mundo pero no sois de este mundo », y de hecho no sois de ningún mundo, porque más allá de lo que fue nombrado vuestros orígenes estelares y vuestros linajes, está el Único y qué más allá del Uno, está el Cero o el Absoluto.

Tened en mente que ciertos arquetipos en fase de agonía en la tierra conocen perfectamente el juego, todos los mecanismos permitiendo manteneros en diferentes juegos. El Corazón del Corazón no necesita ningún juego, ni ninguna experiencia, porque es la plenitud por sí sóla y la totalidad de las experiencias por sí sólas, lo que no os priva de ninguna experiencia dondequiera que esté situada, sea cual sea la Morada del Padre.

Lo que he venido a expresar hoy, es de no dejaros abusar o desviar - por las circunstancias de vuestra persona, de vuestra vida o de este mundo - de lo que sois en verdad. Lo que sois en verdad, lo sabéis (tal vez lo habéis vivido), no puede ser referenciado a ninguna historia salvo a una lógica primaria y binaria bien / mal, cero / uno o dualidad. Cualesquiera que sean vuestras experiencias interiores durante este período, que os parezca progresar o que os parezca retroceder, acordaos que no hace falta ninguna progresión, ni ninguna regresión, que sólo hay que ser lo que sois, en la humildad, en la sencillez, respecto a muchos conceptos y palabras que os han sido dadas durante estos años y más particularmente durante estos meses pasados.

Así que es una invitación, más allá de la advertencia, para respetar lo que sois en el Corazón del Corazón. Cualesquiera que sean las experiencias que os han sido dadas de vivir en la Luz o en la materialidad, todas ellas tuvieron su utilidad para llevaros a este preciso punto de esta historia falsificada. Y más allá de toda apariencia, como más allá de todo sufrimiento, sólo hay una verdad y no depende de nadie - ni de ninguna historia, ni de ningún Arcángel, ni de ningún Anciano, ni de ninguna Estrella - porque entráis en la fase última de la relación, que es la relación entre vosotros y vosotros, vosotros por lo que creéis ser, por lo que aparecéis, y vosotros por lo que sois más allá de toda forma y de toda historia.

Acordaos de ello en los momentos difíciles, los vuestros como los de la Tierra, porque al final nada es difícil más allá de las apariencias, y que sólo lo que puede quedar como adhesión a estas apariencias puede traer sufrimientos y reticencias. Sólo puedo confirmar que el corazón es de una sencillez infantil tal que no necesita ser envuelta por ningún conocimiento o por ninguna experiencia, hoy más que nunca, ya no solamente para algunos seres realizados sino que para cada uno.

Mis palabras ahora acaban.

Aunque algunos de vosotros me hayan tal vez reconocido, no tiene ninguna importancia porque el único y verdadero reconocimiento es el del corazón y que todos los demás sólo están ligados a historias puntuales. Así que, aquí como en cualquier parte, vosotros quienes estáis leyendo o escuchando lo que he dicho, os saludo en el silencio interior y en la belleza que sois.

Os doy las gracias por vuestra atención y por vuestra presencia.

…Silencio …


Acabaría con estas palabras: por supuesto, como seres humanos encarnados, necesitáis nombrar; así que me nombraré, si lo queréis, con estas dos letras: SR, si debo de volver hacia vosotros, de esta manera o de otra. No os quedéis presos por los títulos o nombres del pasado que llevamos los unos y los otros.

Os doy mis bendiciones.

…Silencio …


Hasta luego.