jueves, 2 de julio de 2015

"EL SILENCIO DEL VERBO" EL ESPIRITU DEL SOL Y EL CORO DE LOS ANGELES I EN EL FUEGO DEL AMOR Junio 2015


EL ESPÍRITU DEL SOL Y EL CORO DE LOS ÁNGELES

I
EL SILENCIO DEL VERBO



Junio 2015

Y he aquí que el Verbo del Amor se alza y se eleva. En un mismo corazón, en el Espíritu del Sol, saludo y doy gracia. A mi voz y a mi Verbo se une el Coro de los Ángeles, entremezclando y entrelazando la Libertad a fin de que la comunión se instale en todo lugar y en todo corazón. Entonces, todos juntos, elevados en el Verbo, acogemos al Coro de los Ángeles.

…Silencio…


Prestad atención y escuchad lo que dice el silencio del Verbo elevado en el seno del Coro de los Ángeles. Saludo en vosotros la belleza. Saludo en vosotros la Eternidad. Juntos, en el corazón del Uno, en el Amor eterno e infinito de nuestra naturaleza Una, celebrando la Luz, celebrando el Amor.

En cada Verbo y en cada palabra ha de desplegarse el espacio del Silencio, ahí donde nada puede ser dicho y donde, no obstante, todo está dicho.

A los espacios de la Creación, a los talleres de la Vida, estáis convidados. Prestad atención y escuchad pues, en verdad, os lo digo: amad. No como una orden, no como una súplica, sino como la evidencia de vuestro Verbo y de vuestro corazón, elevado hacia Él.

Prestad atención y escuchad el canto del Llamado, el canto de la Libertad, grabado por siempre jamás en la Eternidad y en toda dimensión de Libertad. En Verdad os lo digo, la Vida ahí está.

…Silencio…


Hijos Ardientes del Sol, levantaos en su Verdad, levantaos en el Camino, la Verdad y la Vida y escuchad al Verbo que vibra en los espacios del Amor.

Así mediante el Verbo, revelado y elevado, os llamo 

«Manuel», aquél que nació de nuevo, aquél que es como Él y como cada cual en la pureza de su verdad. Prestad atención y escuchad pues la Verdad os lo dice en el Templo del silencio de la Verdad revelada.

En cada Verbo y en cada palabra baila la Vida dando ritmo a la materia y a la consciencia. Hijos del Uno, portadores de la consagración de la Verdad, elevaos pues ahí está vuestra majestad, pues ahí está el Verbo de lo Verdadero. Amados del Uno, prestad atención y escuchad en cada rincón y recoveco del ser como en el Todo del no-ser no hay sino eso: Amor, única verdad imperecedera. Entonces levantaos.

Pues el Verbo aumenta la Gracia. Pues el Verbo vibrante es palabra de Vida que no escasea jamás y que jamás falta. Beber de aquella Agua de Vida es saciarse para siempre e instalarse en lo inmutable, donde nada puede faltar y donde nada ha aparecido todavía pero donde, sin embardo, todo ha aparecido ya.

A vosotros, los re-nacidos en el corazón, el Verbo os invita a la ronda de los ángeles y a la danza del Sol. Y ahí, escuchemos juntos lo que el Coro de los Ángeles desea expresar en el Templo de vuestra Eternidad.

Escucha, escucha la Luz, escucha el Amor. Es sagrado. Es Vida. Escucha y sé bendito, tú, Verbo de Vida, Verbo de lo Verdadero. Mira bien y escucha bien en estos tiempos tan intensos dónde está la Verdad, dónde estás, Hijo del Uno, Verbo creado.
…Silencio…


Pues bebiste del Agua de Vida, bautizándote en momentos del tránsito de lo efímero a lo Eterno. Con Libertad decidiste ir hacia Él y ser Él. Entonces no guardes lo que sopla el Verbo de la Verdad y de la Vida.

Ve y percibe, en el ritmo de nuestras palabras, el fin de tus males, ésos ilusorios que no pesan nada ante la densidad del Amor y el brillo del Verbo.

En cada palabra como en cada silencio la llama despierta y se eleva. El Agua del cielo sació tu Agua de abajo, pacificando así todo temor. Así, al abrirte al Silencio y al Verbo obras a favor de los talleres de la Creación, de los talleres de la Vida, ofreciéndote así todos los posibles y los imposibles en la Libertad del Amor, en el Verbo de lo Verdadero.

Amigos del Amado, nosotros - ángeles y presencias angélicas - honramos vuestra danza y el Verbo de vuestra gracia en los espacios sagrados de la Luz Una.

Escucha el Silencio. Nosotros, que venimos hacia ti para coronar tu Ascensión y glorificar tu Verbo, rendimos homenaje a los dignos Hijos del Sol, traídos hasta este punto por la ardiente sed de Verdad y de belleza. Entonces te invitamos los dos a que te unas contigo mismo a fin de sellar el libro de la Promesa y del Juramento en la Verdad que eres.

Entonces oye la danza de los ángeles animada por el Espíritu del Sol aureolándote la cabeza y el corazón, haciéndote vivir la aspiración del Corazón Ascensional. El Coro de los Ángeles cantará entonces en tu cabeza formando una ronda de Amor y una fila a modo de homenaje. Oye el Espíritu del Sol. Baila con nosotros. Oye y ve pues el Agua de Vida limpió tus ojos de toda falsedad. Así estás bautizado con el sello de la Resurrección del Agua de arriba.

Amor del Amado, oye. Escucha el silencio del Agua de arriba derramándose a raudales en todo este plano, en todas tus células, en todo lo que es. Así te instalas en el trono del presente donde nada más puede aparecer. Siéntate. En el Verbo del Amor está el Gozo. En el Verbo del Amor está, aquí mismo, la sonrisa y la mirada.

El lugar donde estás será en adelante cada vez más el lugar donde estamos pues nunca más estaremos separados o divididos, tú, yo y ellos realizando juntos la nueva Eucaristía, aquélla de la Resurrección. Oye y percibe la ronda de los ángeles. Oye el Agua de Vida y el Agua de Alegría derramándose. Así canta la Vida. Así canta la Fuente en el Silencio de tu corazón.

…Silencio…


Te recibimos en nuestros espacios de Vida, ahí donde no puede haber ni olvido ni carencia. Así es el reino de la Verdad. Ninguna mancha puede haber. Así son las Moradas del Padre. Así son los adoquines del Amor presente en el Templo de cada corazón.

Amado del Uno, entonces escúchanos y oye lo que dice tu corazón pues él es palabra de Verdad. Él es el nuevo evangelio donde una sola palabra se encuentra grabada: Amor, celebrando así la Verdad.

Entonces te decimos: escucha y oye el calor del Espíritu del Sol que consume en el Gozo eterno del Amor. Entonces arde con el Gozo de la Verdad que fragua para siempre la espada de Verdad.

Amado del Uno, juntos ahora, tú, yo y el Coro de los Ángeles, detengámonos a fin de alzarnos en el canto del Llamado. Escucha el Verbo de Vida en nuestro Silencio.

…Silencio…



Ahí mismo. Embriágate con el néctar de Vida. Ahí está el bálsamo.

…Silencio…


Ha llegado el tiempo del resplandor, el tiempo del Gozo. Ha llegado lo que pone fin al tiempo y abre hacia la verdadera Vida. Oye, el Espíritu del Sol aquí está.

…Silencio…


Y ahí en nuestra ronda Una, tú el viviente hinchado de Vida, tú el viviente extático con el canto y con el espíritu del Verbo, tú que entras en la era del Verbo, tú que entras en el Fuego del Amor, tú cuyo corazón se ha alzado, escucha el Verbo del Espíritu del Sol y ve la danza de los ángeles.

En nombre de la Fuente Una como en nuestro nombre y en tu nombre, en el Fuego del Amor, recibe y recoge el Agua de Vida. Nada tenemos que pedirte. Todo tenemos para darte pues éste es el Don de la Gracia y el Don de la Vida, del Amor al Amor. Entonces acepta el obsequio de nuestra Presencia y de la tuya en el corazón del Uno, en el corazón de Cristo. Levántate.

El Verbo te llama a la Vida. El Coro de los Ángeles te llama a la Creación como asimismo a lo Absoluto, ahí donde nada puede ser separado ni siquiera quitado, ahí donde todo es Don. Y ahí está nuestro canto de Gracia, tu Presencia y nuestras Presencias. En la intemporalidad de nuestro encuentro en este día como en cualquier día se revela ante ti lo que ha sido dicho. Recibe esto.

…Silencio…


Quédate ahí donde no hay más palabras. Quédate ahí con nosotros y avivemos juntos el Fuego de nuestras Presencias, el Fuego de nuestro Amor, el Fuego de la Verdad, el Fuego del Espíritu.

…Silencio…


Ha llegado el tiempo para nosotros de morar para siempre, si así nos recibes, en el Espíritu de Verdad de tu Verbo revelado, en el Amor del Uno y en comunión de espíritu. Depositamos en ti la llama eterna de nuestro encuentro. Entonces alégrate.

…Silencio…


Y ahí nos instalamos en tu llama sagrada pues eso eres. Sé rico con lo que eres y con la llama eterna de nuestro encuentro.

Así habla la Vida a través del Verbo eterno.


Hasta pronto.

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