jueves, 18 de junio de 2015

CAMBIOS DE LA TIERRA IV PARTE FIN DE LA OSCURIDAD PARA LA TIERRA a través de Gustavo Guerrero Con audio



EL CÓDIGO DE LA OSCURIDAD

La siguiente información permite conocer el porqué de las situaciones que experimentamos cuando venimos a la Tierra, y el ciclo evolutivo en el que nos encontramos en este momento para poder eliminar la polaridad y la oscuridad de nuestra consciencia.

Todos los seres encarnados en la Tierra poseen un código en su estructura cerebral que es el que ocasiona el sentido de separación con la FUENTE de todo lo que es y existe, y a la cual la gran mayoría de seres humanos reconoce como DIOS.

Este código fue colocado por mutuo acuerdo entre los altos planos de la luz y las chispas divinas que descenderían al plano terrenal como parte de los arreglos pre-encarnacionales y los contratos que se debían cumplir, para poder bajar la vibración y entrar en el sistema kármico de la Tierra. El propósito del código era permitirle a estos seres, quienes hoy día son los humanos que habitan en la Tierra, incursionar en la oscuridad, como parte del aprendizaje y el logro de la maestría sobre la polaridad propia de los mundos tridimensionales. 

Este código se conoce como CÓDIGO DE LA OSCURIDAD, y está diseñado para crear en el Ser un sentido de separación con su esencia divina, convirtiéndole de esta forma en una carnada atractiva a los seres oscuros, lo que le permite experimentar la oscuridad, para que de este modo, comience a buscar por sí mismo el regreso a la FUENTE y así lograr la maestría sobre la oscuridad. Ese fue el plan original que se ejecutaría por primera vez en toda la creación, en el que un planeta de libre albedrío y de baja vibración, lograría la ascensión de forma unificada y colectiva para pasar a formar parte de los mundos de la luz. 

Así acordamos descender a una dimensión más baja, vivir en ésta con la “ilusión muy real” de una aparente desconexión, para así por nosotros mismos, buscar nuevamente la luz que nos haría conscientes de la conexión con nuestra divinidad. A esto se le conoce como DESPERTAR, y es a través del despertar que se logra la maestría del plano. 

Básicamente todo consiste en tomar consciencia de la conexión que existe, comenzar a vivir en base a esta conexión para liberar el sentido de separación, y así anclar el reino de DIOS en la Tierra a través de nuestro corazón. 

El despertar no se trata entonces de recuperar las memorias de quien fuiste o de los lugares donde has estado, sino en tomar consciencia de lo que realmente eres, sintiendo, pensando y actuando día a día en base a tu verdadera esencia divina. 

Accedimos entonces a traer con nosotros este "Código de la oscuridad" cuyo objetivo principal es el sentido de separación con DIOS; al sentirnos separados de nuestra fuente divina, por consiguiente dejamos de percibirnos como una unidad, dejamos de vernos como seres de luz, lo cual propicia las luchas, los conflictos, los odios y las guerras entre nosotros mismos, y también nos separamos de los aspectos y de los reinos que forman parte de la vida que alberga la Madre Tierra. Comenzamos a dejar de sentir amor y respecto por otras formas de vida, hasta el punto de llegar a comer sus cuerpos trayendo energía de muerte y sufrimiento a nuestras células, lo cual se convierte para nosotros en más sufrimiento y enfermedad, pues se trata de un ciclo de desamor y oscuridad. Dejamos de vivir desde la luz y abrazamos la oscuridad. Así ha ocurrido durante los últimos 13.000 años desde la caída de nuestra consciencia divina ocurrida en la Atlántida, a lo que se sumó el Proyecto Lucifer, y más adelante el Proyecto Jesús, ambos creados con el propósito de asistir a la humanidad en su misión de lograr la maestría sobre la oscuridad.

El próximo paso que sigue ahora es que cada ser humano remueva la oscuridad de su propia consciencia a través de la eliminación de este Código Oscuro que ya ha cumplido su propósito, pues la humanidad como consciencia colectiva ha elegido ascender a un plano dimensional más elevado.

Se hace entonces necesario remover esta estructura energética, este código oscuro, que produce interferencia con la conexión sincronizada entre ambos hemisferios del cerebro nublando la luz que permite ver con la visión pura del alma. Este código, a nivel energético, impide la operatividad del hemisferio izquierdo (la lógica) y del hemisferio derecho (la intuición) de forma equilibrada, y es la razón por la que muchos seres humanos desarrollan su vida solo en torno al hemisferio izquierdo, convirtiéndose en seres netamente lógicos y racionales. 

El código es la causa del famoso “VER PARA CREER”, y de la respuesta psicológica del “HUIR O PELEAR” ante las situaciones que se presentan. Es la causa también de la prioridad que muchos dan al análisis para conseguir respuestas, sobre la verdad que albergan en su corazón.

Cuando se experimenta la vida desde esta forma lógica, interpretativa y racional, los seres humanos solamente pueden vivir en modo de supervivencia; donde se hace necesario conseguir una explicación racional e interpretativa para todo lo que sucede, donde la razón debe prevalecer sobre el corazón. Este modo de vivir la vida desde el hemisferio izquierdo ocasiona también una mutilación del ser en su capacidad para percibirse como una entidad multidimensional, se produce una desconexión con lo divino para alinearse más con lo que se pueda experimentar con la fisicalidad. 

El ser funciona y se identifica más con su parte humana, que con su totalidad divina. Esta es la causa del drama y el conflicto con los que la humanidad ha aprendido a vivir, y que en una gran cantidad de casos, se resiste a liberar. 

Al liberar el código de la oscuridad, los humanos recobran la capacidad de funcionar de forma eficiente desde ambos hemisferios cerebrales, de la misma forma como lo hacen los cetáceos (delfines y ballenas), razón por la cual estos maravillosos seres poseen una consciencia Cósmica-Crística. 

Con la liberación del “Código de la Oscuridad” el humano entonces puede lograr una sincronización armoniosa de ambos hemisferios del cerebro, lo que le permite conectar lo humano con lo divino, la lógica con la intuición, lo masculino con lo femenino, y así de esta manera poder lograr la conexión Mente-Corazón (los 30 centímetros más largos de recorrer). 

Esto restablece el plan del diseño original que todos poseíamos en Lemuria, y el alma puede entonces tener un puente perfecto a través del cual puede irradiar todo su amor, toda su sabiduría, su abundancia y su luz. Esto le permite al humano albergar más de la luz y de los niveles multidimensionales de su ser, para experimentar la realidad de los planos superiores mientras continúan encarnando un cuerpo físico en la Tierra en cumplimiento de su misión.

Todo ser humano nacido antes de julio del 2013, posee este Código de la oscuridad, y a tal fin estamos ofreciendo el procedimiento para que aquellos que desean salir de la polaridad en la que hasta ahora han vivido, puedan realizarlo. 

Faltando ya pocos años para el proceso de ascensión del planeta, (y digo pocos teniendo en cuenta que 25 años no son nada comparados con los 13 mil que hemos vivido en oscuridad), se hace necesario que la oscuridad sea retirada del planeta, pues los humanos ya han transitado lo suficiente por la noche oscura, y el universo tiene ahora una nueva alineación que favorece la llegada de la luz al sistema de la Tierra.

La limpieza de la Tierra

Muchos seres humanos han tomado consciencia en los últimos tiempos de la necesidad de mantener al planeta limpio de los deshechos que nosotros mismos hemos colocado en su cuerpo planetario. Con esta consciencia ha surgido un gran movimiento sobre el reciclaje, la limpieza de las aguas de agentes contaminantes, etc. Aunque estas son acciones apropiadas que ayudan en cierta manera y demuestran la intención del ser humano de hacer algo por asistir al planeta, la mayor contaminación que enfrenta la Madre Tierra, es la contaminación mental y emocional que los seres humanos han estado colocando durante miles de años en cada aspecto del planeta; estas energías oscuras de la consciencia humana se han densificado en las capas de la atmósfera, en los cuerpos de agua, en las capas del suelo y subsuelo de la Tierra, creando un ciclo oscuro que trae, separación, desconexión, adormecimiento, sufrimiento y muerte. A este ciclo mental y emocional se le suma la energía oscura del maltrato, los procesos inhumanos y el sufrimiento a los que el ser humano somete a sus hermanos del reino animal para degustar sus cuerpos muertos, lo cual comenzó cuando decidimos separarnos de la consciencia de DIOS y comenzamos entonces a ver a aquellos que tenían una forma física diferente a la nuestra como seres inferiores, abusando de ellos y violando su derecho a la vida de la forma como continuamos haciéndolo hasta el día de hoy.

El reino animal en especial las aves del planeta, junto con el reino espiritual, (al que pertenecen los delfines y ballenas) han estado trabajando sin descanso desde que fueron colocados en el planeta para asistir a los seres humanos a limpiar a la Tierra de toda esta toxicidad y oscuridad. Ellos lo hacen cada día, momento a momento cuando envían sus sonidos armoniosos al aire, a las aguas y a los suelos. Son estos sonidos llenos de color, poder y movimiento, junto con la actividad de los volcanes, lo que ha impedido un deterioro irremediable del planeta que fue puesto a cargo de la humanidad. Aquellos humanos que han desarrollado sus habilidades sinestésicas, pueden ver los patrones que forman los sonidos de los animales, de los delfines y de las ballenas, y el efecto que éstos tienen en la sanación del planeta.

Todo proceso de reciclaje físico de la basura, debe ir acompañado de un proceso de liberación interna de las formas oscuras en los pensamientos y las emociones, pues separar, plásticos, orgánicos, metales y vidrio tiene en realidad poco efecto en el planeta, si quien realiza esta clasificación, por otra parte se dedica a la crítica, los juicios y las quejas contra aquellos que no lo realizan, o contra aquellos que no se encuentran a nivel de su aparente elevado estado de consciencia. 

En muchas ocasiones no nos damos cuenta que el criticar, juzgar o expresarnos despóticamente de otros por no despertar o por no compartir nuestras ideologías, incrementa nuestra propia oscuridad interna, enviando así esta vibración a la rejilla cristalina del planeta, y produciendo por consiguiente más adormecimiento en la consciencia colectiva; es de esta manera como lejos de asistir a quienes necesitan despertar, creamos más oscuridad en su consciencia. Es necesario reconocer que las situaciones que vemos a nuestro alrededor, por muy dolorosas, o desgarrantes que sean, son en realidad grandes oportunidades para poder irradiar la luz y el amor de nuestro ser divino, para eliminar así la oscuridad de la Tierra, convirtiéndonos en ese momento en pilares de luz, en vez de permitir que nuestro corazón se llene de ira, resentimiento, e indignación. A esto se refirió el gran maestro Jesús cuando habló de “colocar la otra mejilla”.

Debemos tomar consciencia de que nuestra madre Tierra solo puede liberar la negatividad inyectada por los seres humanos si nosotros le enviamos la energía para disolverla, de modo tal que ella la pueda reenviar a otros lugares en su cuerpo planetario donde exista oscuridad. Si los humanos no realizan este trabajo de sanación, entonces la Tierra posee sus propios mecanismos para liberarse de toda la oscuridad que nosotros mismos hemos colocado en su cuerpo físico y en su energía. Estas limpiezas las realiza el planeta, como ya lo hemos experimentado en muchas ocasiones a lo largo de nuestra existencia, a través de las sacudidas en su corteza y las actividades de los 4 elementos para liberarla de la negatividad humana; huracanes, inundaciones, fuegos, erupciones volcánicas, tsunamis, terremotos, etc.

Una nueva misión para los trabajadores de la luz de la Tierra

La Llama de la Resurrección otorga el poder a quien decida tenerla, de eliminar las formas de pensamientos oscuros producidos durante miles de años por la consciencia colectiva de la humanidad, para la resurrección de la consciencia divina en la Tierra a través de la luz y el amor de DIOS. Esto hace que la oscuridad que queda en el planeta, producto de la consciencia humana, puede ser disuelta cuando el ser humano decide trabajar con este nuevo poder, utilizando la llama sagrada en su vida diaria para eliminar la oscuridad de su ser y de su entorno, mientras que al mismo tiempo asiste a millones de almas en la tierra y todos sus reinos a liberarse de la oscuridad.

La nueva misión de servicio al planeta consiste en abandonar el patrón que hemos adquirido de darle poder a las formas oscuras. Este poder para incrementar la oscuridad en nuestras vidas y en el planeta, lo damos los seres humanos cada vez que nos enfocamos en las cosas que no nos agradan, en las cosas que no funcionan, en las quejas que manifestamos diariamente por las cosas que nosotros con nuestra propia consciencia hemos creado. 

Creamos y alimentamos la oscuridad en el planeta con nuestros juicios y nuestras críticas diarias para con otros y con nosotros mismos. En este caso cerramos las puertas para que el universo pueda enviarnos asistencia, pues hemos decidido alinearnos con la fuerza de la negatividad y de la oscuridad. Son las críticas, el rechazo, la resistencia, y las quejas de las cosas que no nos gustan lo que incrementa su poder, y lo que al mismo tiempo impide el paso de la luz para disolver esa oscuridad. Las protestas son energía enfocada en las cosas con las que el ser humano no está de acuerdo, y en ese caso esa energía enfocada en lo negativo, aumenta el poder de las formas oscuras.

Si por el contrario elevamos nuestra intención de ser pilares de luz y amor divino ante esas situaciones oscuras y desarmoniosas que producen caos y conflicto, entonces damos la autorización al universo y los seres de la luz divina para que actúen en nuestro nombre, ellos nos proveerán con la energía espiritual a través de la LLAMA DE LA RESURRECCIÓN para disolver la formas oscuras y la negatividad de nuestro alrededor. Tomará algún tiempo y la aplicación diaria y continua de esta nueva dispensación para dejar de alinearnos con la negatividad existente en el planeta, sin embargo nuestra misión como trabajadores de la luz, es precisamente tomar consciencia de los cambios que debemos realizar en nuestra propia vida para poder propiciar cambios a nuestro alrededor. 

El trabajo ahora de todos los seres humanos es enfocar su atención y su intención en la luz, permitiendo que el universo tenga acceso a la luz de nuestros corazones, sin colocar obstáculos, sin perder tiempo en quejas o críticas que cierran la puerta para que la ayuda pueda llegar, pues son precisamente aquellos quienes se quejan, critican y maldicen, lo que sucede alrededor, los primeros que están colocando impedimentos para que se pueda manifestar la luz, el amor, la armonía y la paz. 

Observen dónde se encuentra enfocada la consciencia individual de las personas y la consciencia colectiva de cada país, y entenderán el porqué de la realidad que experimentan. 

El universo ha cumplido con su parte del trato, ahora nos corresponde a nosotros cumplir con la nuestra, y liberar a nuestra amada Madre Tierra de todas las cargas oscuras que hemos colocado en su cuerpo de luz, para que una vez disuelta toda la oscuridad de la consciencia humana, la ascensión de todo el planeta sea nuestra nueva realidad. Entonces podremos habitar un mundo que será el reflejo del reino de los cielos, manifestado por todos los seres humanos en la Tierra. 

En la próxima parte publicaremos los procesos que todos aquellos comprometidos con su misión de vida y su asistencia a la Tierra podrán utilizar para iniciarse en La Llama de la Resurrección y eliminar el Código de la Oscuridad. Les abrazo en la luz de la FUENTE de todo lo que es y existe...

Gustavo Guerrero


LOS CAMBIOS DE LA TIERRA POR GUSTAVO GUERRERO LINK

LOS CAMBIOS DE LA TIERRA - II parte Cómo trabajar con las fuerzas de la Naturaleza LINK

LOS CAMBIOS DE LA TIERRA -   III parte  LINK

1 comentario:

  1. Es hermoso saber, que tenemos la posibilidad, de volver a nuestra escencia. Gracias por guiarnos.

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