jueves, 5 de febrero de 2015

De la Alegría nace el miedo, por Béatrice Balme



Lo que somos no tiene ninguna definición porque esto es a-consciente. Lo llamamos lo Absoluto, por nuestros propios medios de reflexión. Quien lo llama de este modo no es otra cosa que la Conciencia misma que intenta definir esto. En mi espejo masculino, veo la pureza original. Me miro. Ella me dice que lo que sea que haga aquí en este mundo material, me hará sufrir, porque es desde la Alegría, desde la Creación que brota el miedo. La Fuente se “exteriorizó” y como dijo aquél que Es, Ki Jai Babaji, esto no tiene que ser más reproducido porque nosotros todos encontramos demasiados sufrimientos cuando decidimos tomar carne. Todo esto pertenece al dominio del alma y sus experiencias. El Espíritu de ninguna manera es concernido por eso.

Entonces la conciencia pura se quiere ir. Para ella, ella no tiene nada que hacer aquí en este mundo. El alma pura aspira a disolverse en el Espíritu. Este mundo tal como ustedes lo conocen se disuelve a medida que aparecen en su verdad. Hasta si lo que vivimos a través de este cuerpo toca la Eternidad, cuando cerramos los ojos, no hay nada más. Lo Absoluto nunca nació. No es para nada concernido por la Fuente. Él la sostiene.

Este espejo de una Presencia absoluta que es su doble, no tiene nada que hacer. Él le reenvía a lo que son y lo que no son también, es decir la Conciencia y la forma. Es del Verbo que nace la forma. Entonces el Verbo es antimateria. Lo que sostiene la forma es difícilmente expresable en palabras. Cada uno de entre ustedes lo vive en un momento dado. Esto es vivido para hacerles realizar la simultaneidad de todos los planos de la Creación, de hacerles vivir las Aguas de arriba relacionadas con las Aguas de abajo. No hay ninguna interrupción. No es un sueño, no, incluso si estas “fusiones” de los planos se producen mayoritariamente durante la noche. Es lo que son, bien más allá de lo explicable. La antimateria es de naturaleza bio-plásmica. Lo que son vive paralelamente a la materia que les anima. Es la Perfección divina.

Ustedes por más que vivan la Alegría, esta expansión desde su pecho, los acontecimientos en su vida pueden hacerles sentir el miedo, por muy mínimo que éste sea. Un ejemplo muy simple, conducen su coche y se deslizan sobre una placa de hielo en el pavimento en el momento en el que sus reflejos intentan dominar el vehículo para no caer en el foso que se acerca, el sentimiento de “pérdida” nace. Se trata del miedo, hasta si dura un fragmento de segundo. Este miedo no sale de ningún sitio. Se trata de los azares de la materia y del juego de los elementos en una dimensión densificada. El miedo está profundamente engramado en el ADN, dentro de la materia (los engramas son trazos bioquímicos de la memoria). En todo lo viviente, los que no son concernidos por los sentimientos y que guardan una memoria intacta son los Elementales.

El miedo nace de la Alegría. Les basta simplemente con aceptarlo, con aceptar ser la Conciencia temporal, con aceptar el Juego de la Fuente que se mira. En todos los casos, vivir lo Absoluto con o sin forma, les permite pasar a través de todo, sin ser tocados. Las relaciones de personas a personas son legítimas en este mundo. Son relaciones entre conciencias que experimentan la Separación. Entonces como Seres divinos, pueden reírse de esto, porque después de todo, la vida no es más que una carcajada. Qué es el miedo al lado de la Eternidad.

Que la Gracia les acompañe.



Publicado por Béatrice Balme en 
Etoile en incarnation
https://egaromm.wordpress.com/

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